La pesadilla de Lyall, la alegría de Abraxas.
-¿No entiendes que nuestro hijo se merece lo mejor?
-¡Sí lo entiendo, pero esa no es razón para secuestrar a este muchacho! - Lyall estaba horrorizado, el joven Lucius yacía recostado en el sofá de la sala, y Hope a su lado.
-Lyall tu siempre evades pero nunca haces ¡Nunca has hecho nada para mejorar las cosas para Remus! ¡Solo escapamos! ¡Nos mudamos! vamos de aquí para allá deseando que la gente que sospecha nunca lo averigüe pero no has hecho nada ¡NADA! ¡Mi hijo por fin es feliz, feliz y no gracias a ti! ¡Fue Dumbuldore ¡El construyó esa casa para que Remus pudiera transformarse! ¡El lo matriculo en la escuela! ¡Tu no! ¡Tu no has hecho nada Nada! y para colmo me frenas a mí que soy su madre y se lo que le conviene, lo que es mejor para él y estoy dispuesta a darle lo que necesita ¡Yo voy a darle a este joven para que sea su compañero! y así mi hijo podrá ser feliz, para que pueda llegar a casa sabiendo que alguien lo espera, para que pueda ir de la mano con alguien que no siente asco al tocarlo, sabrá que puede hablar con alguien en quien se puede confiar ¡Quiero que mi hijo tenga lo que tu y yo tenemos! ¡Remus tiene que saber que puede ser feliz!, puede ser feliz y tiene que aprender a tomar lo que quiere.
-¿Estás escuchándote? ¿Tomar lo que quiere? ¡El mundo no funciona así!
-¡No para él, el no es como los demás es diferente!
-¡Y eso no lo exime de responsabilidad!
-Lyall... John siempre hemos hecho lo que tu dices aunque yo no este de acuerdo, cedo porque confío en tu juicio, sé que yo no soy la más prudente de los dos. Has sabido cuidarnos hemos ido a la segura y por eso hemos podido continuar pero... pero también necesito saber que contribuí a la felicidad de Remus. Cuando muera quiero irme sabiendo que hice algo por él ¡Qué lo deje en buenas manos!
-Hope.
-Y si puedo si puedo darle un compañero. No lo dudaré dos veces. Así me meta en problemas
-Pero, pero y el- Lucius- ¿Qué hay de lo que el quiere?
-El quiere a nuestro Remus. Serán felices.
-¿Cómo puedes asegurarlo?
-Lo hará y si no sino lo acepta haré que Remus lo muerda.
-¡¿Qué?!, !¿estás loca, perdiste la razón?! ¡Piensa en él! ¡En sus padres! ¡Todo lo que hemos sufrido nadie se lo merece!
-Ellos se cuidaran.
-¡No! no, entiende, no.
-Además no creo que sea tan tonto como para no aceptar.
-¡¿Que hay de sus padres?!
-Yo me haré cargo.
-¿Cómo mujer cómo?- ella inspiró profundo. Sacó del cajón de la cómoda un revólver. - Yo me encargaré.
-¡YYYYY!- Lyall despertó aterrado, miró en todas direcciones, estaba en el dormitorio, Hope estaba recostada a su lado.
-Hope- agitado- ¿Estás tomando la medicación verdad?
-Claro que sí.
-Bien. Gracias. - Ella río y le dio un súper- mega- giga beso en la mejilla, se vistió la bata de dormir sobre el pijama y le preparó el desayuno.
Lyall respiró aliviado. Solo fue un mal sueño.
¿Por qué su hijo tenía que tener novio? Dejo caer la cabeza sobre la mesa. Desde que lo supo todo era tan complicado. Ahora no sólo tenía que proteger a Remus del mundo sino a su ¿Ex? De su propia esposa.
¿Por qué?
-¡¿Y si invitamos a los Malfoy a cenar?!♥
-¡NO!-
MIENTRAS TANTO EN EL FAMOSO COLEGIO DE MAGIA Y HECHICERÍA....
Remus no sería otro peón más en el tablero de Regulus, o eso pensó hasta que...
-Lucius
-¿mn?
-Lupin te busca.-
Y allí estaba Remus pulcro en traje y con un ramo enorme de rosas en una mano y una caja enorme de chocolates con forma de corazón en la otra, y apestando a colonia a un radio de dos metros.
-Remus. -Dijo muy tranquilo Lucius
-Lo siento. Siento como ya te había dicho hace rato ofender a tu padre y siento mucho no... no haberte creído y decir que mentías y lo siento por haberte arruinado el baile.
-No lo arruinaste yo me divertí mucho con Sev, no me hiciste falta
-Tu a mi si- se mordió el labio, maldito Snape como lo odio- lo siento.¿Me perdonas?- Lucius miró al techo pensando, permaneció así varios minutos. Para prolongarle la humillación a Remus que se aflojo el cuello de la camisa, la corbata lo asfixiaba.
-Si. - Lucius dio media vuelta y regresó a la sala común.
-¡Lu....!- El lobito se quedó a fuera. Bajó los hombros. -¿Y ahora qué haré con esto?- pero ya tenía dos pares de ojos puestos en los chocolates. Se los dio a los de primero y también les dejó las flores. Regresó a la guarida de los leones.
Si quería reconciliarse con Lucius, odiaba que pelearan pero... pero no así, bajo amenaza.
-Estúpido Regulus. -
Varios panfletos con su foto anunciando que era licántropo.
Regulus los quemaría sólo si iba a disculparse con Lucius. Entró al dormitorio y en efecto los panfletos habían desaparecido, quedaba solo uno que ya se estaba chamuscando con fuego mágico.
Lo pateó.
Estaba tan enojado, enojado y dolido. No sólo había sido traicionado pro Regulus una, lo fue dos veces. Quien sabe si más y el ni enterado.
Tembló conteniendo la ira.
Pensó seriamente en acusarlo pero eso solo empeoraría las cosas. Ahora podía comprender un poco mejor a sus amigos... decirle a un profesor no era una opción. Suspiró.
Mientras tanto, en el estudio de la antiquísima Malfoy Manor.....
-¡¿Por qué no respondes?!
-¡PapáAaAa! ¡Golden está agotado!-
Abraxas pensó en la pobre lechuza familiar, la cuál seguramente respiraba rápido y profundo intentando recuperar el aliento.
Esto del “chat” vía lechuza era malo para los animalitos. ¿Por qué rayos todavía no se inventaba algo con lo cuál charlar y por lo tanto monitorear continuamente a los hijos? (lo muggles lo tienen, se llama teléfono móvil. Luego vino el Sk@pe)
Meditó la conversación que había sostenido con Lucius por este medio.
Por supuesto de entrada los besos y dulces que le compró a su adoradísimo hijo ¡Y tuvo que esperar un día! ¡Un día para que su hijo le respondiera la carta!
¿Qué no entiende que si no responde de inmediato se muere?
¡Era esa escuela! ¡Tanto que se empeñó en educarlo para que una institución incompetente lo arruinara! (Sí sabías que Abraxas se educó allí cierto?
En la carta le preguntaba.
“Lucius ¿Quién es tu compañerito Howell de la escuela?”- Y otras tantas cosas.
“No sé, nunca lo había oído nombrar”
“¿Seguro no sabes quién es o en qué grupo esta?
“No, debe ser den nuevo ingreso, no me suena, al menos de Slytherin no es” – Lucius es prefecto y se sabe a todos sus alumnos.
“¿Quién será? ¿Por qué no averiguas, te haces su amigo y le cuentas a papá?”
Howell, a el tampoco le sonaba y eso que pertenecía al consejo escolar, nunca antes había visto a esa mujer o a alguien más con el apellido. Quiso creer que la razón por la que no acudían a las juntas de padres era por trabajo (honesto) y no por descuido a sus hijos.
Ó tal vez era de reciente ingreso el jovencito este Howell. Que alegría, que Lucius se hiciera amigo de un alma dulce e inocente, no como los otros cerdos.
“Averigua quien es, ¿quieres? como un favor para tu padre que te adora. XOXOX”
Y luego...........
Notó que pasaron más de tres horas sin respuesta, la lechuza no había regresado, envió otra, misma que regresó con la respuesta.
“¿¿Por qué no respondes??”
“¡Golden esta agotado! ¡Esta bien! Averiguaré quien es y cuando lo sepa te lo diré mientras tanto me quedaré con Golden.”
Bueno sí, pobre ave, se cansó de volar de aquí para allá, no le haría mal descansar en el castillo, tal vez si se quedaba con ella, Lucius se sentiría cómodo con ella, al serle tan familiar lo haría recordar su hogar, le entraría la nostalgia y volvería a casa.
Suspiró esperanzado. Siempre podía terminar sus estudios en casa.
Ahora mismo terminaba de revisar unos informes pero le picaba esta curiosidad.
Le urgía saber. En parte porque la madre le pareció una persona muy decente, a excepción de su locura de soltar a los hijos desnudos en el bosque pero bueno seguramente era parte de su religión o algo por el estilo y esa era la clase de personas con las que quería que Lucius se codeara.
-Howell- Que tonto, cómo no le pregunto de que casa o quien era, o el nombre del muchacho, le agradaba esa mujer, seguro su familia era encantadora y de principios que era lo que se necesitaba. Lo que la comunidad mágica necesitaba, si de por sí puros vándalos, lo comprobó el día del baile, que bueno que su hijito quedo en Slytherin. Los Ravenclaw puros pervertidos, los leones riéndose y actuando como tontos y los tejones, nunca vio a uno a más de diez centímetros de la mesa de bocadillos, que bueno que Lucius era una serpiente, la casa por excelencia donde no solo se cultiva el ingenio sino la propiedad.
Dejó los papeles sobre la mesa y froto el puente de la nariz. También le preocupaba que no habían arrestado a la bruja que violento a su niño. ¡Eso sí puso una queja administrativa! Maldita escuela. Y no solo eso su hijito estaba todo triste porque peleo con el depravado de su novio, de ese degenerado Lupin. ¡Si, todavía no olvidaba el pervertido y asqueroso sueño que se atrevió a tener donde sometía y sodomizaba a su bebé! ¡Tenía tantas ganas de matarlo! De apretar su cuello hasta dejarlo sin vida. Que bueno que pelearon.
Abraxas tenía una enorme sonrisa. Si estaba triste por Lucius pero dentro de lo que cabía también agradecido. Porque por fin su hijito hermoso entendía la verdad, ¡¡QUE LOS HOMBRES Y SOBRE TODO LOS MESTIZOS SON SERES DESPRECIABLES!!
Afirmó con un movimiento de cabeza Y preguntándose si enviaba otra lechuza solo para estar seguro de que Lucius estaba bien.