Abraxas Malfoy sufría mucho, no encontraba pretendientes, le urgían pretendientes, antes de que su esposa loca desposara a su bien más preciado con el infame de Black.
El hechicero de Uganda era su última esperanza pero declinó la oferta cortésmente.
¿Por qué? ¿Por qué su esposa no podía esperar? ¡Tal vez el hombre ¿O bruja? Perfecto no había nacido! ¡No había nadie digno! Excepto, tal vez… James, si, ese James Potter le gustaba pero sus padres no se interesaron ni siquiera contestaron la invitación para concertar compromiso que envió, eso era grosero (en realidad nunca la vieron porque la marmota familiar se la comió)
El mago caminaba de un lado a otro a lo largo del pasillo quemándose la cabeza sin encontrar escapatoria. Se froto la cara agobiado una vez más. En esas estaba cuando al pasar de nuevo frente a la pared miró ese espejo y lo señalo. ¡SI! ¡Ésa era la respuesta!
-No. No- se dijo así mismo, no creían en el divorcio y el homicidio tampoco era opción, matar a su mujer era imposible, la desgraciada se cuidaba bien. -No- negó, luego señaló de nuevo al espejo al encontrar la respuesta, la verdadera, la única, es más la solución que siempre existió y que era absoluta desde un principio, pero ¡Ella nunca quiso! Pero ya no más, no permitirá que su mujer arruinara la felicidad de su hijo. Así que tomó una carta y describió su maligno plan en el papel.
….
Era el medio día en el colegio de magia y hechicería, los pasillos estaban desiertos, pues la mayoría de los muchachos se encontraba en clase, a excepción del cuarteto de Griffindors, que una vez más se había metido en problemas resultando expulsados de la clase al menos por ese día, caminaban a prisa pues un furioso Remus iba tras ellos reprochando ¡¿Qué no se daban cuenta de que los exámenes estaban cerca?! Llegaron a mitad del pasillo y se detuvieron en seco cuando del otro corredor un mago paso caminando.
Abraxas Malfoy, parecía haberse pintado el cabello de castaño, lo llevaba lacio y más corto, los merodeadores miraron a todos lados buscando un escondite y temiendo ser asesinados, a excepción de James que no lo reconoció. Pero el mago siguió de largo y no los mató ni les lanzó su mirada fulminante puesto que no los conocía. Intrigado Remus quiso buscar a Lucius de inmediato pero no se sentía con la fortaleza. Entonces sintió la mano de canuto sobre su hombro quien con ese gesto de complicidad asintió.
.........
El hombre se reunía con su queridísimo querubín, extendió sus brazos mientras el joven corría en su dirección, quería cargarlo y darle vueltas a su sobrinito precioso al que no había visto en un tiempo por culpa de su maldito hermano (Lo que no le impidió enviarle cantidad de obsequios, cartas e intentos de robárselo)
-¡¡¡Tíoooo!!!- Lucius también estaba animado, brincó a los brazos del hombre que se fue para atrás y al que casi se le rompe la columna con un CRACK porque su sobrino creció mucho, muuuucho en ese tiempo que no lo vio.
-¡AYY Lucius! Borreguito bájate.- El sobrino obedeció y se separó preguntándose qué le daría su tío favorito esta vez. - ¡Borreguito!- le apretó las mejillas encantado (a sus ojos Lucius aun no era un adulto) Remus que ya llegaba y se acercaba para espiar sintió asco y deseos de vomitar ¡Era otro Abraxas! - Mi amor, vine para hablar contigo en privado.- el aspecto severo del hombre contrastaba tanto con esa forma de hablar y mimar a Lucius.
-¡Claro, vamos a la sala común!-
Remus puso los ojos en blanco, no podría entrar. Confiaba en que Lucius estaría a salvo. ¿Y de qué supuestamente?
-Un matrimonio arreglado.
-¿Otro más?- Remus saltó de su asiento molesto ¿Exactamente cuantos matrimonios concertados tenía Lucius? ¿Por qué? ¿Quién?, el peli plata le explicaba a Remus, en el escondite amoroso de siempre.
-Sí.- dijo calmado.
-¿Y con quién? ¡No! ¡No importa, no ocurrirá!
-Con él.
-¿Quién?
-Mi tío.
-¿Eh?- Remus no lo entendía. Lucius le mostró un pequeño estuche cuadrado, lo abrió para descubrir un anillo de compromiso con el diamante más soberbio que Remus en su vida volvería a contemplar. -¿Eh?
-Pero lo rechace- Lucius suspiró, odiaba la idea de que alguien (inclusive él) rechazara a su tío.
-¿QUEEEEEEEEEEEEÉ? ¡¡Pero es tu tío!!
-Ya sé, pero bueno... es usual- Recordemos que en la comunidad sangre pura tradicionalista, la endogamia era además de usual, aceptable para conservar el linaje. - mi padre ya lo había sugerido antes, pero no se dio porque el y mi tío pelearon, no estaban de acuerdo con mi educación- se alzó de hombros y puso los ojos en blanco- fue algo como ¡Los jóvenes deben recibir educación en casa no en un asqueroso internado! Así que demando a mis padres para conseguir mi custodia pero perdió y desde entonces mi padre y él no se hablan.- Remus se frotó la cara, no podía creerlo, en serio que tenía que rescatar a Lucius.- Bueno, padre ahora está de acuerdo, significa que se reconciliaron, eso es bueno- salvarlo de su familia y de sí mismo. -¿Pero qué habrá dicho madre? Ella siempre se opuso-
...........Unos días antes en Malfoy Manor .............
-¡YA SÉ!- Gritó Abraxas Malfoy saltando de la cama y poniéndose de pie a media noche y despertando a su enfadadísima mujer a quien destapo.
-¿QUÉ? – Grito ella temblando de enojo de que la hubieran despertado y quitándose el antifaz.
-¡LO TENGO!, ¡SE LA RESPUESTA A TODOS NUESTROS PROBLEMAS!
-¿Y cuál es?- a unos segundos de mandarlo lejos lejos de allí.
-Tu no quieres que Lucius se case con Hyperion porque sabes que mi hermano decente y respetuoso como el digno caballero que es no le pondrá un dedo encima a nuestro hijo.
-Te quedan cinco segundos.
-Pero, pero mujer, escucha, escúchame, mira, dices que una familia sangre pura no puede darse el lujo de no tener descendencia.
-Tres segundos.
-Pero mira, hagamos esto, pon atención. Lucius se casa con Hyperion. Espera no digas nada.
-¿mmm?
-Lucius nuestro amado hijo se casa con Hyperion y aquí viene lo bueno, tu, tu mujer eres la que tiene la solución Tu e Hyperion tienen un hijo un precioso hijo con tus ojos, tu cabello, tu madam, tu tienes un hijo de mi hermano- el hombre esquiva el almohadazo- y ese bebé, ese niño es criado por Lucius y por Hyperion ¡Ellos serían sus padres! ¡Y nosotros sus abuelos! Sería magnifico ¿No crees? El apellido se mantendría y no habría endogamia porque dices que eso es anticuado, es perfecto, perfecto, Perfecto, ¡Mi príncipe sería padre y mi hermano sería padre! ¡YO sería tío! ¡TÍOOOOOOOOOO! y el apellido prevalecería. ¡Es perfecto, perfecto!-
Abraxas Malfoy termino durmiendo en el cuarto de huéspedes esa noche porque ella lo corrió del dormitorio, y si bien parecía una valida solución la deshecho porque ella ya no estaba para embarazos, con uno tuvo suficiente. Además no quería admitir que era muy buena idea por lo que quiso llevarle la contraria.
Osea que ese niño, ese bebé o bebita biológica y políticamente sería:
Del Tío Hyperion. Hijo(a).
De Lucius Hijastro(a) y medio-hermano(a).
De la Sra Malfoy. Hijo(a) y nieto(a) y
Del Sr. Malfoy. Sobrino(a) y nieto(a).
-¡¡PERFECTOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOO!!
-¡Abraxas! ¡Silencio!-
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Pasaron los días y los hombres Malfoy ya casi estaban de acuerdo, reuniéndose a escondidas de Circe.
-Hermano yo sería incapaz de desflorar a mi sobrinito hermoso al que adoro tanto, pero aun así te pido humildemente me cedas su mano en matrimonio.
-Si Hyperion, para mí sería un placer que te desposaras con Lucius.
-Es más no me importaría que tuviera una aventura de vez en cuando es decir, con tal de que sea feliz.
-Si hermano, tienes toda la razón, y te agradezco profunda profundamente tus palabras erres muy amable y conprensivo
-Es que sencillamente no podría negarle algo es precioso. No comprendo Abraxas como es que tu y esa arpía concib... concieron a ese joven tan talentoso.
-Ni yo, Hyperion ni yo. Ha sido una bendición.
-¿Cómo es que lo lograste? -
Bebieron sí, porque en el fondo eran humanos, por más indigno que fuera una borrachera eran humanos y necesitaban un tiempo a solas entre hermanos consigo mismos y bajo los efectos del alcohol.
-Sería sss sss sspléndido, pero por lo que más quierassss no quiero dormir con tu esposa me da miedo.
-A mi también- Y los dos hombres lloraron hasta el alba en el “Cabeza de puerco”
Como era de esperar Lucius recibió una carta de su madre ordenando indicando que no hiciera caso ni a su padre, ni a su tío Hyperion. Se casaría con Sirius Black, y de no hacerlo sería con un Lestrange, en conclusión no tenía opción.
-¿Black? -suspiró- Mejor idiota conocido que idiota por conocer- pensó Lucius.