La cita
Severus no pudo evitar reír, se sentía tan dichoso, pero trato de contener sus ansias para no arruinar la ocasión, tomo por la barbilla a Lucius y dirigió su boca a la suya para besarle, lamerle los labios, chuparlos, el beso se profundizo y le metió manos bajo la capa a Lucius quien le apartó las manos en varias ocasiones, este sujeto no tenía ni idea del espacio personal. Pero se sintió bastante alagado, además no era como si Sev fuera un extraño, fueron amigos durante todo el curso en Hogwarts y aun después. Tras forcejear con él unos instantes consiguió separarse unos minutos y Snape habló.
-Dime mi bella rosa, te sientes con ánimo para algo de…- Severus lo había imaginado en su mente en varias ocasiones, realmente hizo un esfuerzo para sonar seductor pero era demasiado tímido para hablarlo en voz alta, quería decirlo pero las palabras no salían y se sonrojo enormemente lo que se le hizo de lo más tierno a Lucius, en cierto modo le recordó a Remus con lo que se sintió cómodo.
Lucius se inclinó y beso a Severus en la mejilla, luego le dio la espalda para recorrer la habitación, se acercó a una repisa en la pared para leer los títulos suspendidos en ella. Severus paso saliva nervioso, se había esmerado en dejar su hogar completamente limpio y destellante para que pasara el sello de aprobación de Lucius (quien en realidad tenía más curiosidad que repudio) porque a pesar de tanto tiempo siendo amigos, nunca había ido a su casa, por lo general quedaban en el despacho del profesor.
Para Sev era como un sueño tenerlo allí, en su casa. Pero se preguntaba cuánto tiempo más estarían allí en la sala y bebiendo té. Había conversado y bebido té ya por demasiados años. Quería cambiar de escenario, realmente quería estar en el dormitorio a unos pasos de allí.
-Gracias Sev.
-¿¡Por qué!?- casi se cae de su silla, había estado dejando volar demasiado su imaginación.
-No usaste la Amortentia- Lucius se acercó y dejó caer su cuerpo contra él, apoyo la barbilla en su pecho mientras cerraba los ojos para descansar. – Te lo agradezco. Siempre has sido muy bueno conmigo, así que decidí que seré tu amante de ahora en adelante. – Severus pudo gritar de júbilo en ese instante, pero no respiró por la emoción de oírlo decir esas palabras. Y también agradeció enormemente no haber usado la Amortentia, tenía como tres galones en la cocina y realmente sufrió cuando tiró todo por el lavabo unas horas antes. -Pero cambiaremos algunas cosas entendido, para empezar no me toques el trasero si yo no lo autorizo ¿entendido?, -el afirmó con un gesto repetidas veces.
-Todo lo que me digas. – “Tendrás que cortarme las manos”
-Mpphh así es, perfecto.- Lucius le acaricio la frente y le acomodo unos cabellos.
-Lucius yo de verdad te deseo. Como no tienes idea.
-Severus.
-Déjame hacerlo, de verdad lo deseo. – Lucius no se sentía del todo cómodo, apenas habían pasado unos días desde que decidió que Severus era su amante y por eso pensó que las cosas irían a un rimo normal pero Snape ya había esperado suficiente. – Déjame. – Se notaba que Snape sufría realmente era honesto y sentía vergüenza de sí mismo por mostrar esa imagen tan necesitada.
- Se bueno, anda, abrázame. – Snape obedeció y se limitó a estrechar la figura que tanto lo hacía suspirar, inhaló su colonia que era deliciosa, fina, todo él era suculento.
-Lucius solo haces que te desee más, si no te tengo pronto voy a enloquecer.
-No exageres – Lucius lo beso en la mejilla - anda, vamos a dar una vuelta.
-¿Una vuelta?
-Sí, vamos a una cita.
-¡¿Cita?!
-¿Qué no quieres salir conmigo?
-¡Claro que sí! ¡SIEMPRE HE QUERIDO TENER UNA CITA CONTIGO!
-Entonces vamos-
Lucius tenía que admitir que estar con Severus era constantemente halagador. Tiró de su mano y se dirigieron a la chimenea, se irían derechito a un recorrido por el Londres mágico.
Realmente a Lucius no le importaba que lo miraran en compañía de otro hombre, después de todo fácilmente podía tratarse de un socio de negocios, en cambio Severus parecía más nervioso de estar en público, no era su ambiente, el por lo regular pasaba más tiempo en el colegio y por eso estaba cohibido, iba caminando atrás de Lucius como siguiéndolo.
-¡Anda Sev, vamos!
-Es que estoy nervioso… es mi primer cita con alguien, bueno además de Prudencia-
Lucius sintió mucha pena. Era un hombre adulto y nunca había tenido una cita ¿Pero el cómo habría podido saberlo? Severus contestó tras leer sus pensamientos.
-Es mi culpa, me obsesione demasiado contigo, si me hubiera confesado y tu rechazadome habría sido diferente, pero no lo hice porque siempre desee tener la esperanza de que algún dirías que sí, me lo merezco por cobarde y sabes, me alegro que no fue así, realmente creo firmemente que valió la pena tanta espera.
-¡SEV! ♥ -
Caminaron y vieron las tiendas, comieron en un lujoso restaurante.
A la salida se encontraron con Remus que iba saliendo de una herbolaria.
-¡Remus!- Lucius se detuvo de súbito.
-¡¡Lucius justo en ti estaba pensando!!- se acerca emocionado.
-Lo siento yo- sentía como su corazón palpitaba con fuerza, con la visión periférica notó como Severus bajaba la vista y se hacía para atrás. Luego recordó que también estaba resentido- Yo – lo busco y tomo su mano- Yo y Severus estamos en una cita, no puedo quedarme a charlar.
-¿QUÉ?
-Severus y yo somos amantes y punto. Buen día-
Severus abrió grandes los ojos de sorpresa y felicidad y con esa enrome sonrisa se fue tras Lucius que tiraba de su mano.
Remus permaneció de pie impactado.
-¿EH?-
……………………………….
Lo hizo tan feliz ver como rechazaba a Lupin, ya no podía contenerse. Ya no esperaría más.
Al fin, por fin, casi le arranca la ropa.
-¡SEV!-
Se puso de rodillas, beso el pene por un costado haciendo a Lucius temblar, y luego de unos besos en su abdomen poso ambas manos lenta y suavemente en sus nalgas, Lucius no reclamó de modo que tomo una bocanada de aire. Severus separó un glúteo del otro tentó con los dedos untados de lubricante para encontrar el orificio anal, y con mucha delicadeza lo presiono, tras un breve forcejeo cedió para dejarlo pasar el primer dedo.
Severus se impresionó, pensó que el delicioso y estrecho culo de Lucius le daría batalla pero su cuerpo se abrió fácilmente al primer dedo e igual al segundo, siguió tocando esperando encontrar el punto exacto al que Lucius reaccionó con un pujido.
-Estas… muy rico… -dijo un poco asombrado Snape, creyó que preparar a Lucius llevaría más tiempo. Introdujo un tercer dedo.
-Ya sé ahh… Aunque sigo sin entender… mmm… porque todos me la quieren meter. Yo no he… ah
-Eso es obvio eres tan hermoso, todos quieren poseerte. – dijo todo rojo de bochorno. “Lupin hijo de perra- pensó Snape- Lucius está un poco holgado por tu culpa pero, igual es maravilloso estar dentro de él. Lo amo tanto perro infeliz, te destruiré por hacerle esto al cuerpo de mi amor…”
Entonces ya de pie el pocionista le dio la vuelta a Lucius, empapo de lubricante su miembro, separo delicadamente las nalgas de su amor, besó su cuello y lo penetro lentamente dejando escapar un gruñido de placer. Lucius se avergonzó un poco, después de todo nunca había estado así con Severus a quien todo este tiempo tuvo en la FriendZone.
El moreno lo abrazo y lo beso en el cuello mientras con sus manos tentaba el pecho del peli-plateado apretando los pezoncitos, luego beso su espalda y comenzó el vaivén de ida y regreso, su pene resbalaba increíble mientras era aprisionado por las paredes anales de Lucius que se apoyó contra el escritorio. Su voz era tan estimulante, a cada embestida respondía con un “AH” tan tierno, tan adorable, saber que él era él que le producía todas esas sensaciones al cuerpo de Lucius, que él era el único, que sería el único que podría tener a esa rosa para besarle, cuidarle, protegerle y amarle con todo su ser le producía una extrema felicidad. Estiró el brazo tratando de alcanzar la silla para tomar asiento y ya cerca forzó el contacto obligando a Lucius sentarse sobre su verga.
-¡SEV! ¡AH AHH!
-Si no te gusta ponte de pie-
Sin dejar de saborear la piel de su amado Lucius, Severus sujeto su pene y comenzó a acariciarlo, y también los testículos. Lucius se vio forzado a llevar el ritmo de la penetración, soportando su peso en sus pies y haciendo sentadillas para no sentarse de lleno sobre el duro miembro que abría su cuerpo y rozaba su próstata.
-¡SEV! ¡SEV!
-Lucius, mi amor, te amo, te amo. – lo abrazo muy fuerte.
-¡SEV!
-Te quiero-
Lucius no contestó inmediatamente dejo que lo atravesara y que su figura lo abrasara y que su boca lo besara antes de venirse.
….
-Me duele todo….-
Severus quiso confortarlo pero no podía respirar, estaba al punto de un infarto un infarto de gusto.
Estaban metidos en la cama, Lucius boca abajo porque de espaldas sería más doloroso, tenía un montón de marcas de chupetones por todos lados porque aun después de eyacular, Severus se dedicó a explorar y marcar su cuerpo esmeradamente.
Por su lado Snape estaba recostado de lado junto a él sin dejar de apreciarlo maravillado, como si al primer parpadeo fuera a desaparecer.
-La próxima vez en la cama y nada de empalarme eehh, -sumamente molesto- por cierto detesto con todo mí ser la posición de perro ¿entendido?
-¡TODO LO QUE DIGAS! TuT - saber que habría una segunda ocasión hizo su día el mejor en mucho tiempo, era como si el cielo se hubiera abierto e iluminando el campo bajo la neblinosa tormenta.
-Esta resbaloso.
-¿Resbaloso?
-Esta O///O es que eyaculaste dentro.. -
“ ¡¡ Y LO HARÍA DE NUEVO !!” Enserio que Severus sintió una nueva erección, marcar como propio a ese mago, su amor platónico desde la escuela. En un lapsus mental, escurrió la mano para acariciar la espalda y e inspeccionar de cerca colando un dedo en la adolorida entrada solo para corroborarlo el mismo, sintió viscoso fluir de su semen allí adentro en la ya húmeda y blanda carne y se excitó mucho.
-¡SEV!-
Sin sacar su par de dedos que hurgaban descaradamente Snape se disculpó.
-¡Lo siento, la próxima vez lo haré fuera!
-No así está bien- A Lucius no le emocionó mucho la idea de que eyacularan en su espalda o en su abdomen, luego se quitó la mano de Severus de encima. –Es que no me había ocurrido en un tiempo y me sorprendí.
-Usare condones si lo deseas.
-Ehmm no lo sé, mejor hablémoslo luego ¿Sí?
-Lo que tú digas. –
Severus espero unos instantes pero no pudo más, se giró hacia él y lo beso, lo beso como si no hubiera mañana.
………………………………………….
Grimmuld place.
-¡Y luego me dijo que eran amantes y se marchó! ¡No medio más explicaciones, se marchó! T_T
-No me sorprende que Quejicus ande de degenerado. Sorbiéndole el paquete a Malfoy. Pero qué horror, maldito Snivellus no le quedó claro que Lucius te pertenece.
-Jamás creí que Lucius se cansaría tan rápido de mí. Es decir… la verdad… honestamente él siempre ha estado haciéndome el favor… pero .. no pensé que me cambiaría por Snivellus.
-O que te dejaría por él, es decir podría andar saliendo con ambos, no había necesidad de botarte. ¿Podrá ser…?
-¿Qué Lucius ya no me ama?
-Que Snivellus lo haya hechizado.
-¡Sirius!
-Piénsalo Remus, Malfoy saliendo con Snape, es decir si es su amigo y todo pero ¡¿El murciélago grasiento?!-
Remus meditó seriamente el asunto, es decir, en la escuela se había enterado que a Snape le gustaba Lucius, pero hasta donde sabía este nunca se le confesó y seguramente si lo hizo, Lucius nunca le hizo caso, entonces ¿Por qué ahora?
-Tal vez lo hizo para asuntos de la orden.
-¡Remus!, Snape no tiene que cogerse a Malfoy para que quien tú sabes confíe en él, debe ser algo más.
-Sabes Sirius, creo que tienes razón, Snape debió hechizar a Lucius o dádole un filtro de amor sencillamente porque se cansó de esperar.
-O para jodernos, tú conseguiste el puesto que siempre ha querido como profesor de DCAO. ¡Claro que le molesto! Dumbledore prefirió llamarte a emplearlo a él que lleva ya tantos años dando clase en Hogwarts Lo hizo para joderte y de paso a mí que sabe que eres mi amigo del alma, le caga que yo haya escapado de Azkaban.
-Sabes que tienes razón. No puedo dejar que se salga con la suya.
-Sí maldito Snape, Amortentia que obvio, como si Lucius se fuera afijar en él ni que tuviera algún talento o virtud que desconozcamos-
....................
-Es enorme. -
Sevuers roncaba y babeaba muy contento y conforme por lo sucedido mientras Lucius sutilmente le valuaba el pene.
-Enorme- repitió sin dar crédito de conocerselo hasta apenas ahorita.