EXTRA: Regulus casamentero ¿Y si…
-¿Puedes hacerlo?-
Regulus río lanzando la cabeza hacía atrás. ¡Pero claro que podía! La verdadera pregunta es…
-¿Pueden pagar?
-¡Pero claro!- gritaron los hombres al unísono.
La fama de la pequeña serpiente para obrar milagros ya se conocía a las afueras del castillo. En esta ocasión Abraxas e Hyperon Malfoy se encontraban allí para pedirle que no solo convenciera a Lucius de dejar de salir con el pervertido de Remus Lupin, sino que además le encontrara un pretendiente digno a su bien más preciado.
Con un pago de 100,000 galeones por adelantado, el Sly se sentó ante su escritorio para trazar una estrategia. Cualquiera pensaría que esta era la encomienda más difícil que había llegado a sus manos, y probablemente lo fuera, pero no tenía que complicarse tanto, solo debía seguir a su instinto. Y como siempre, nada de cosas complicadas, al digno pretendiente de Lucius lo buscaría en la escuela, no perdería su tiempo buscando y leyendo perfiles de magos y brujas. No, esa joya tenía que encontrarla aquí, en Hogwarts ¿Pero dónde?
Pensó brevemente en la petición de los Malfoy. Regulus tenía la precisa capacidad de leer a las personas y lo que los señores Malfoy querían era un mago respetable, sangre pura que hiciera feliz a Lucius pero que no tuviera mente propia; y la mesa con banderines verdes del Gran comedor estaba repleta de gente así pero que no cumplía el último requisito. Abraxas Malfoy conocía el catálogo y ya había hecho su elección tiempo atrás. Y qué mejor forma de complacer a un cliente que dándole lo que quiere.
-James Potter será-
Sí, James Potter. Si no te agrada la idea, deja de leer y vuele a los capítulos anteriores, porque a partir de aquí se describe como hizo Petit Black para unir estas dos almas con sus respectivas consecuencias.
La pregunta más importante a responder, ¿Cómo hacer que Lucius se interesara por ese idiota? Muy fácil, tenía que hacer que lo amara ¿Y cómo hacer que lo ame? Haciendo que lo admiré ¿Y de qué forma iba a lograr eso? Primero debía esperar el comienzo de la temporada de Quiddich.
Regulus debía lograr que James se hiciera notar ante Lucius, necesitaba que lo viera moverse en su elemento, al aire montando su escoba. En cuanto a Lucius, es el tipo de persona que tiene todo excepto emoción en su vida. Por ello es tan dramático y romántico a vomitar. Tal vez por eso siguió con Lupin a pesar de conocerlo licántropo. Y para extasiar a Lucius, Regulus tenía que hacerlo experimentar lo que siempre soñó y leía en sus historias de amor; la caballerosidad de un héroe de novela, valiente, atractivo y fuerte como los describen los mitos. Y Potter, peinándolo y quitándole la sonrisa de tonto podía ser eso, era el Griffindor por excelencia, hasta podía imaginarlo con su armadura y blandiendo una espada. Era clase de persona que se comportaba según la situación, que no fallaba cuando de proteger a alguien se trataba.
La parte realmente difícil era lograr que Lucius le correspondiera, por eso estaban presenciando el último partido de la temporada, el más importante pues definiría la victoria entre los eternos rivales, leones y serpientes. Por supuesto el arregló que Huhelpuff y Ravenclaw perdieran en partidos previos. Ahora solo tenía que esperar.
Remus y Lucius seguían saliendo, se encontraban juntos en una de las torres que rodeaban el estadio, apoyando a sus respectivos equipos, aunque el Quiddich les importaba poco, estaban más interesados en el otro. Y Regulus estaba allí, esperando el momento preciso. Descaradamente empujo a Lucius sobre el parapeto para tirarlo desde lo alto, su gritó se apagó conforme caía. En efecto, lo empujo, y lo hizo en persona para asegurarse de que saliera bien. No para matarlo, todo estaba fríamente calculado, ayudo que Lupin se paralizara del terror como previó que haría, lo que le sirvió mucho a Regulus porque le permitía ver a Lucius lo inútil que es su novio actual. Y como esperaba, antes de culminar su descenso hacia la muerte, el rubio fue atrapado en pleno aire y cargado en brazos por el heroico buscador, James Potter.
El vitoreo de la multitud no se hizo esperar. Lucius se sintió abrazado por los fuertes brazos del mago y percibió sus músculos bajo el uniforme. Anonadado por el calor del momento miró a James como si lo contemplara por primera vez.
-¿Estás bien?- el Slytherin asintió sin aliento. -¡Entonces sujétate!- Ya tenía la Snitch de nuevo en la mira. Lo sentó en la escoba tras él y emprendió el vuelo, Lucius se abrazó a su cintura, iba muy rápido. Los jugadores seguían distraídos por el accidente. Maniobrar la escoba con dos personas era difícil pero James no perdería la oportunidad. El buscador contrario remontó el vuelo pero ya era tarde.
-¡JAMES POTTER ATRAPÓ LA SNITCH! ¡GRIFFINDOR GANA!-
Mientras el equipo cargaba en hombros al que portaba el trofeo, James voló hasta los terrenos del castillo, a una locación segura, descendió su escoba hasta que los pies de Lucius tocaron el suelo. Despeinado y con el corazón palpitante el Slytherin bajo temblando de la escoba.
-¡Potter me salvaste!
-Sí, creo que lo hice- apenado, la sencillez con la que acepto el crédito impresionaron a un más al rubio. – Y ganamos, gracias. – Le tendió la pelotita no soltó en todo ese tramo. – Consérvala.- Lucius la tomó con ambas manos. La Snitch ganadora.
-¡Pudiste perder! El otro pudo coger la Snitch.
-¿Y qué? Solo es un juego- pasó la pierna sobre su escoba- Lo importante es que estás bien- Y se marchó. Lucius lo miró alejarse, trastabillo, seguía aturdido por el vuelo rápido. Estaba tan impresionado con su nuevo héroe, quitó los posters del brujo Armando “El gallardo” que tapizaban los muros de su baúl-diario e hizo a un lado sus objetos de colección de vampiros famosos; y lo llenó de banderines del equipo de Griffindor, una cajita con la Snitch del último juego, la Snitch que atraparon juntos, James se la obsequio como un gesto de buena fe, de los que el buscador acostumbraba pero Lucius lo interpretó, como todo lo que sucedió después de manera romántica. En el centro de su diario pegó la foto de su nuevo héroe, cortesía del editor del anuario. James no solo tenía una linda sonrisa, era tan atractivo sin las gafas. Suspiró.
Lucius siguió tan impactado por lo acontecido, no por su accidente sino por su rescate. Revivía el momento en su memoria una y otra vez. Al término de la semana en lo único en que podía pensar es en James Potter. Si alguna vez tuvo sentimientos por Remus Lupin, estos desaparecieron al instante, como los archivos de una memoria USB a la que le dan formatear. Su corazón quedo vacío y fue llenado por una ola de James Potter, enseguida hizo de todo para llamar su atención. Coqueteos, regalos costosos, no solo fingir, tener real interés en el Quiddich y más. Los esfuerzos del mago no fueron del todo bien recibidos, hasta que la serpiente amenazó con dejarse caer de un balcón si su héroe no se hacía presente.
Lo que menos quería Slughorn era a Abraxas Malfoy golpeando la puerta de su despachó, personalmente llevó de la oreja al Griffindor para que convenciera a Lucius de bajar por la escalera.
-¿Te has vuelto loco Malfoy?
-Sí- Ni siquiera podía disimular, las ansías de poseer y se poseído por este caballero eran imperiosas.
-Ya déjate de tonterías, no tienes que salir conmigo si no quieres. No me debes nada.
-¡Pero quiero salir contigo!
-¿Enserio?
-¡Sí! – James meditó unos instantes, nunca consideró tal probabilidad. ¿El gustarle a Malfoy?
-Pero…
-¡Sal conmigo! ¡Hazlo o me mato!
-No seas así. No es divertido.
-Es enserio. – desvió la mirada apenado- Potter, si me dejara caer ¿Me salvarías de nuevo?- el moreno asintió. Eso era todo. Regulus alzó el puño orgulloso por su victoria, escuchaba todo lo que decían desde el techo del balcón y oculto de los curiosos. El corazón del rubio ya era propiedad de James Potter. - ¿Me salvarías de un fin trágico y aceptarías una cita conmigo? – el mago asintió, si con eso evitaba que se matara lo haría. En consecuencia Slughorn le dio a Potter cien puntos para la casa y postuló para el premio anual por servicios al colegio. Por el servicio de mantenerla a salvo de amenazas como Abraxas e Hyperion Malfoy.
Y como conquistador que es, la cita que planeó James estuvo a la altura de las expectativas de Lucius. Lo que lo enamoró- si es posible- aún más del mago. Al final de la velada lo abrazó.
-James Potter te amo, hazme un bebé.-
-Pero no estamos casados.
-¡Casémonos!
-Malfoy, somos muy jóvenes para casarnos ¿No quieres hacer cosas antes?
-¡Entonces vamos a comprometernos!, haremos de todo juntos antes de casarnos- James asintió, estaba de acuerdo. Era lo correcto.
Regulus se estiró perezosamente, había sido cansado y llevado tiempo, pero lo había conseguido, que Lucius se olvidara de Lupin y se interesara por un pretendiente apropiado. Ya estaba hecho, con Potter en su mente Lucius había dejado de pensar y si dejaba de pensar era feliz, si era feliz Abraxas Malfoy lo era y pagaría más. Ahora tenía que procurar que nadie lo arruinara. Quería ese dinero y nadie le impediría obtenerlo.
Cuando James y Lucius anunciaron lo suyo Regulus envió una lechuza. Hyperion y Abraxas Malfoy lloraban, reían y brincaban de felicidad.
Ahora el rubio no se soltaba de su héroe, se presentaban como novios lo que enardeció a una peliroja. Antes de hablar de Evans, hay que aclarar que James es muy lento para ciertas cosas, las cosas de tipo social. Pretendió a Lili durante un buen tiempo y ella se hacía la difícil; el asunto es que a James Potter hay que hablarle claro ¿Te gusto o no te gusto?, y como oficialmente no había nada y actualmente tenía citas con Lucius quien ya lo llamaba novio, concluyó que en efecto era novio de Lucius y no de Lili.
No entendía como él y Lucius terminaron juntos, pero había pasado, ahora tenía que concentrarse en su relación. Si bien era un merodeador y bromista, cuando había que ponerse enserio, James Potter se ponía serio. Con la condición de no pasar de los besos y abrazos hasta sus nupcias James correspondió el afecto de Lucius quien ansioso lo amo aún más.
Ahora Regulus tenía que encontrar respuesta a la siguiente pregunta: ¿Cómo hacer que Evans no interfiera?
-Sencillo- se dijo. Haciéndole ver que hay peces más inteligentes allá afuera, sabía que como chica, la Griffindor correría por consuelo con su mejor amiga, que en este caso se trataba de Snape, claro al menos lo era antes de arruinarlo. El tarado la había ofendido en semanas previas al llamarla “sangre sucia” y desde entonces no se hablaban. Por eso tomó precauciones, antes de que James salvará a Lucius hizo que Severus se reconciliara con Lili por medio de una carta, Snape era muy torpe para relacionarse con los demás, por eso no sabía cómo pedirle disculpas a Evans quien siempre mantenía distancia y apenas lo divisaba se alejaba. No aceptaba recados con más gente y lo dejaba esperando horas afuera de la sala común. Así que lo ayudo con eso e hizo escribir una carta. Severus no quería que se inmiscuyera en sus asuntos pero lamentablemente ya era propiedad de Regulus; ya tenía tres pagos atrasados de lo que le debía por hacer que Lucius fuese su pareja en el baile de Navidad y en el contrato que firmó, especificaba que de no pagar debía ser su esclavo y obedecerle sin rechistar. La pequeña serpiente prácticamente lo obligó y lo supervisó en su elaboración de la carta que concluía:
…lamento mucho lo que hice. Tienes todo el derecho a estar enojada pero no quiero que perderte, te estimo mucho Lili, espero que tras leer esto me des una segunda oportunidad.
La posible reconciliación fue un hecho cuando Lili Evans corrió directo a los brazos de Severus para desahogarse, era el único en quien podía confiar y hablaron durante horas de lo idiota que era James Potter por rechazarla así y cambiarla por Lucius, porque se lo robó a Severus, de repente hablaban mal de Sirius y volvían a quejarse de James.
-¡Tenías razón Severus pero no quise escuchar! Siempre tuviste razón ¡Es un idiota! -
Durante la charla Severus finalmente le confesó a Lili cuanto la quería, y que la razón por la que se portó tan mal con ella era por celoso. Que detestaba verla con los merodeadores a quienes odiaba tanto, le contó de las bromas pesadas de las que no se enteró, e incluso de la vez que lo pusieron en riesgo, cuando le dijeron como entrar a la Casa de los gritos donde Remus Lupin el licántropo había tenido su transformación. Lili, no tenía ni idea de todo esto.
-¿Y Dumbuldore no hizo nada?
-Nada más que hacerme prometer que no se lo diría a nadie.- Se pasó la manga por la cara para limpiar sus ojos- Ni siquiera los puso en detención. No castigó a ninguno.
-¡Pero! ¿Y tú seguridad?- Severus se alzó de hombros.
– Por eso los detesto tanto, me quitaron a mi mejor amiga- la miró- a Lucius, y casi la vida- Lili se sintió tan arrepentida, es decir ¿Qué importaba una mala palabra? Su amigo estuvo en problemas muchas veces y se calló para no preocuparla, y ella apenas lo protegió de los abusos de los merodeadores. A pesar de la tristeza y rabia, por un momento agradeció no relacionarse más con James Potter ni sus amigos.
“Sí, Potter es malo, me robó a Lucius, te robó a ti y Bla,bla,bla”
La larga conversación llena de contenido y sentimientos reunió a Lili y a Severus como amigos otra vez, se dieron cuenta de que siempre se tendrían entre sí. A los eventos salían juntos como amigos y eventualmente, con el tiempo se casaron. Lili fue quien se propuso porque ya conocía lo penoso que es Sev. El padre de Severus odiaba todo lo relacionado con la magia pero cuando se enteró que su hijo se casaba con una muggle (quien fingía muy bien no ser bruja) se portó decentemente con él por primera vez en su vida lo que alivio mucho al Slytherin, las peleas entre sus padres disminuyeron.
-Eso también cuenta como un favor- meditó Regulus- Naa, Snape ya está endrogado por lo de Lucius, no le cobraré por arreglar a su familia, lo anotaré como caridad- Así que Regulus registro los eventos en su agenda y en su robusta y detallada libreta de “Servicios al estudiantado” que entregaría en sexto grado a su jefe de casa para postularse al premio por “Servicios al colegio” El cual ganó.
Finalmente, y como un plus del servicio para los Malfoy, limó las asperezas residuales que quedaron con los Black y los Lestrange. Lucius había sido pretendido por el hermano mayor de Rodolphus, Rabastan Lestrange. Regulus lo contactó y le presentó a su prima mayor (porque para entonces a Andrómeda ya la habían corrido de su casa) Bellatrix quien quedó encantada por la madurez de Rabastan, y quien, para llevar la contraria a sus padres se olvidó del compromiso con el hermano menor. Y al no estar comprometido con Bella, Rodolphus posó sus ojos en Narcisa cuando la conoció.
Todo esto consiguió Regulus durante su cuarto curso de educación mágica en el colegio de magia y hechicería. El Slytherin que conseguía lo que quería sin represalias. Pero ya no más, el profesor Dumbuldore estaba por llamarle la atención de nuevo a Regulus por manipular los sentimientos de la gente a su antojo, cambiar el destino de esas personas podría significar eventos catastróficos en un futuro, pero, mientras echaba un vistazo a su bola de cristal, el director entró en cuenta de que las batallas y guerra que tanto temía no ocurrieron.
Para empezar, las cosas entre los merodeadores cambiaron. Eran extrañas, todos sabían cuánto Remus quería a Lucius y aun así James salía con él. Y sin pretendientes, Sirius se salió de su casa y se fue a vivir con Remus con quien, años más tarde se casó. Pero en la escuela, dando a James como perdido, los merodeadores pusieron más atención a su cuarto miembro, Petter alias Colagusano, al joven le subió el autoestima, mejoró sus notas y consiguió una beca, con apoyó de sus amigos, se animó a hacer una carrera en derecho mágico y no se volvió mortífago.
Siempre que les preguntaban cómo se conocieron, Lucius relataba el prodigioso rescate de James, cuando lo salvó de caer de la torre del estadio en pleno juego de Quiddich, y sin importar los años de matrimonio, el rubio amó a su esposo con devoción hasta el final de sus días. James lo apreciaba, por eso se esforzaba para hacerlo feliz. Nunca se imaginó saliendo con un hombre, pero probar los besos le gustó, poco antes de la boda leyó y leyó libros sobre sexo para dummies, la abstinencia previa y los toqueteos prenupciales les cayeron bien y en la Luna de miel, no le quedó duda de que su desempeñó fue aceptable, tal vez mejor. Sabía que lo había hecho bien porque al poco tiempo se enteraron de que estaban embarazados y James siempre quiso ser padre. Llamaron a su hijo como él: Harry James Potter.
James padre fue un padre amoroso que jugo, educó y crio a su hijo como ninguno. Y Lucius estaba tan concentrado en trabajar y ver por su familia que nunca asistió al club de artes oscuras organizado por Voldemort para reclutar mortífagos, en consecuencia no se volvió uno. Y James estuvo tan concentrado en su carrera en el ministerio, impulsado por sus suegros y esposo que no tenía tiempo para enfrentar al mago tenebroso.
Al salir con Lili, Severus no se volvió tan amargado y no se unió a Voldemort.
Rabastan se llevó a Bellatrix a vivir con él en Rumania por lo que la obsesión de la bruja con el mago tenebroso no duró.
Y con el dinero que ganó, Regulus lo gasto en sus padres y se volvió el favorito, con tantas puertas abiertas, prefirió enfocarse en sus ganancias, hacer crecer su fortuna, y optó por una carrera en la mejor universidad mágica de la gran Bretaña; por lo que tampoco se volvió mortífago.
Y sin los jóvenes quienes se convertirían en mortífagos clave para Lord Voldemort, el mago tenebroso entró en cuenta de que tomar el mundo mágico no resultaría tan fácil como pensó. No hubo profecía porque no había quien la escuchara a medias (Snape) para que se la contara al Lord y eligiera a un muchacho como su igual. Aun, en el remoto caso de que la profecía se hubiese predicho Lord Voldemort no habría tenido con quien batirse a muerte, pues ambos, Harry y Neville serían magos sangre pura.
Sin aliados ni medios, Lord Voldemort no gastó tiempo en un movimiento complicado contra los muggles, se dedicó a perfeccionar su inmortalidad para atacar cuando el tiempo fuera propicio. Así que la guerra mágica se aplazó cien años más. Para entonces, ochenta por ciento de la población mágica era mestiza por lo que iniciar un movimiento supremacista de la sangre era estúpido, aun contando con la lealtad del otro veinte por ciento, así que Lord Voldemort se olvidó de sus planes de conquista mundial y retomó su sueño de antaño, ser maestro. Para el fin del siglo se convirtió en el primer director varón del instituto Beauxbottons para señoritas. Y volvió al colegio campeón nacional del torneo de artes oscuras por primera vez en la historia. Ganó el título de brujo, maestro hechicero y por su excelente desempeño, el colegio le otorgó el puesto de director vitalicio del instituto.
Por esto y más, Dumbuldore decidió no castigar a Regulus, le otorgó el premio de “Servicios al colegio”, una mención honorífica (sin especificar porque) que hinchó a Walburga Black de orgullo. Y a pesar de los años, la leyenda del pequeño Slytherin, el hacedor de sueños, aún se conoce en los pasillos de la escuela.
FIN.