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Profesor al descubierto. por SigmaIII

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Notas del capitulo:

¡Hola!

Siguiente cap, Remus sigue contando a los Griff y Sirus sus pato aventuras, aquí nuestros chicos se separan TOT por las vacaciones, pero antes el cumpleaños de Remus.

Siento haber tardado en actualizar, normalmente trato de hacerlo los fines de semana de mi lado del mundo pero ahora tuve problemas. severos problemas con la compu >:/

En fn, espero te guste ;)

-¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡FELIZ CUMPLEAÑOS MI AMOR!!!!!!!!!!!!!!!! CHUUUUUUUUUU♥♥♥- Lucius había sorprendido a Remus antes de llegar al gran comedor, su cumpleaños había caído en fin de semana de modo que había pocas clases y actividades programadas.  El grupo de merodeadores fulminó con la mirada a la serpiente platinada por haberse acercado tan rápido y capturado a Remus a quien tras darle un largo beso y estrecharlo tan duro que casi se le sale el alma al lobito, le sujetó un broche en la túnica, un lindo broche con el escudo del equipo de ajedrez (pues ambos pertenecían al club) con un león que hacía juego con el propio con una serpiente. -¡SON IGUALES!- Los amigos y los alumnos presentes en los alrededores (a excepción de Lunático) cerraron los ojos con molestia y algunos en vano se taparon las orejas apenas escucharon el alto tono que Malfoy alcanzó.

-Son muy lindos- dijo Remus admirando su broche y el de su pareja. – Me encanta. Lo usaré todos los días- Lucius sonrió ampliamente lleno de dicha, se había asegurado de seleccionar el obsequio perfecto para la ocasión, modesto pero no menos elegante.

- Sí, sí, muy lindo – dijo Canuto esperando romper el encanto meloso de la escena- ¿Pero por qué azul? Ninguno de los dos es de Ravenclaw.

- ¡¡ES NUESTRO COLOR!!-   y punto contestó Malfoy. Remus lo acomodaba a su túnica. Lucius se giró hacia él ignorando al resto para desabrochar y volver a acomodarle la corbata a su querido lobito. El trío de amigos giró al lado contrario haciendo muecas de asco y de que vomitaban.  

-¿Azulcielo?  -preguntó Remus que tampoco sabía que ese era su color de novios pero lo aceptaba y quería comprenderlo.

-Por el azul celeste.

-¿Por qué azul celeste?

-Por lo Celeste.

-¿Celeste?

-Por qué la luna es un cuerpo celeste.

-¿mmphh Y eso qué?

-Por qué soy tu luna y estás loco por mí. ¿No?- Remus asintió nervioso y abochornado, no esperaba un razonamiento tan complejo por parte de Lucius, no porque fuera tonto (por algo era prefecto) si no que no esperaba que se molestara tanto en encontrar un apodo que hiciera juego con el propio.

 -La Luna es un satélite y gira entorno a la tierra. ¿Eso quiere decir que giras en torno a mí? – Lucius se sonrojo y desvió la mirada apenado, no había pensado precisamente en eso. Pero luego afirmó con un movimiento de cabeza. – Cierto, tú siempre me has parecido relacionado con las estrellas;- Remus acaricio las hebras platinadas de la cabellera del Slytherin-  después de todo Lucius significa lucero, entonces definitivamente soy un Lunático. - Sirius, James y Peter pusieron los ojos en blanco, decidieron que lo mejor por su salud mental era marcharse de inmediato esperando olvidar la escena que acababan de presenciar. – Pero tú eres más brillante que la Luna, por eso eres mi Estrella, mi Solecito. – aclaró Lupin.

Lucius río tontamente, estaban muy enamorados. Se sentaron juntos en la mesa de Ravenclaw para desayunar juntos y comer pastel porque Hogwarts celebraba a su alumnado en su cumpleaños.

El lobito dedico la mayor parte del día a su amorcito después de todo no lo vería en las vacaciones TOT

Por otro lado…. Pensando en aquel Slytherin entrometido….

A Severus Snape le encantaban las artes oscuras, pero fue su amor por Lucius lo que le hizo especializarse en pociones. Comenzó desde las más sencillas, desde una poción ilusoria, embellecedora, los filtros de amor (de todo tipo) hasta la compleja Amortentia en la que trabajo todas las vacaciones y esta vez probaría con Poción multijugos y Felicis. La más difícil de todas. Tanta práctica y aprendizaje en base a ensayo y error lo convirtieron en el hábil asedor de Pociones que conocemos.   

En efecto había cosas que en los libros de texto no venían, por ejemplo si usaba Poción multijugos y agregaba un cabello de Lupin ¿Él también se convertiría en lobo durante la Luna llena? ¿Si lo hacía sería temporal o permanente él efecto? Prefirió no arriesgarse y usar cabellos de Lucius, no fue difícil conseguir las largas y sedosas hebras, las cuales colectó de la almohada del peliplateado al escurrirse al dormitorio mientras todos cenaban, ahora solo tenía que hacerle una escena a Remus y asegurarse de que no se entrometiera más en sus planes a largo plazo con su compañero.

Se encerró en el baño donde tendría lugar la transformación, colocó la preciada hebra en el vaso con la poción y le bebió. Sabía espantoso, entonces estaba bien hecha, e hizo el esfuerzo por tragarlo todo. Entonces el uniforme lo sintió un poco apretado, y corto pues Lucius era más alto. Por un instante no pudo ver, una cortina de cabello le colgaba hasta la cadera, era largo y pesado, sintió un poco de calor, miró sus manos y se maravilló con los largos dedos, la pálida y tersa piel; pero se emocionó mucho más cuando vio en el espejo el rostro de Lucius Malfoy, aunque claro desentonaba un poco, la tela de su uniforme no era de la misma calidad y la esplendorosa cabellera estaba despeinada de modo que lucía un poco desaliñado pero no menos hermoso, Severus se relamió los labios saboreando la imagen que el espejo le devolvía, hizo un gesto seductor (cosa que le apeno) pero ver a Lucius haciendo ese gesto le excito, realmente estaba pasando un buen rato. No se le ocurría que decir de modo que dijo su propio nombre.

-Severus- incluso su voz sonaba igual a la de Lucius, eso solo significaba que la poción era de buena calidad.- tu eres el que me gusta- Comenzó a posar meneando los hombros y llevando las manos a las caderas y a la cara para inspeccionar de cerca el perfecto perfil del que ahora era poseedor. –Solo tú- hizo un gesto seductor sintiéndose más alentado a actuar frente al espejo. Pronto las poses y las posturas fueron más atrevidas, pero era su momento de aprovechar a llegar hasta donde el verdadero Lucius probablemente se negaría. Tentado a besarse con el espejo, cerró con un hechizo la puerta para que nadie entrara y la insonorizo.

-Sev… ¿Qué tengo que hacer para que me quieras?- se dijo mientras se desabrochaba la corbata. Era como si sus fantasías se manifestasen tal y como siempre lo había querido.

Este era un raro entretenimiento. Mientras Severus se manoseaba así mismo imaginando manosear al objeto de su obsesión, el verdadero Lucius Malfoy iba de la mano de su Lobito -Osito amado a dar una vuelta por los invernaderos, mañana se dirían adiós pues comenzaba el periodo vacacional de verano.

  Y al final del día Snape no pudo llevar acabó su plan maligno pues paso toda la tarde haciéndole el amor a su propia persona con la apariencia de la persona que amaba. No estuvo tan mal, se aseguró de conseguir más y más cabellos (que no eran tan abundantes pues la bien cuidada y firme cabellera de Lucius perdía sus hebras escasamente por día) los cuales guardó celosamente en una cajita en el baúl, en caso de que necesitara estimulación extra, y aunque la despedida fue algo vaga y rápida, al menos le sobró un caldero de poción multiijugos. 

 

Vacaciones en casa de Remus.

 

-Hijo- la mujer le mostró una carta- Llegó otra carta de tu amigo Lucius. –

Remus se puso muy contento y la tomo- Gracias mamá- y se fue derechito a su dormitorio.

Hope estaba muy feliz porque su querido hijo había hecho muchos amigos en el colegio, esos chicos siempre enviaban lechuzas y lo invitaban a las fiestas y pijamadas, se alegraba de que pudiera disfrutar una niñez casi normal.

Cantaba mientras preparaba galletas para celebrar la buena fortuna que favorecía a su familia en esos momentos.

 Escuchó la ventana abrirse y vio la lechuza familiar remontarse lejos, su hijo había contestado muy pronto. Y con una sonrisa de ensueño se desplomó en la mesita de la cocina para deleitarse con el aroma de las galletas recién horneadas. El aroma no se hizo esperar para atraer de regreso a la cocina al lobito consentido de la casa.

-Ese muchacho Lucius parece agradable.

-Lo es- contesto el oji dorado a suspiros.  

-¿Por qué no lo invitas a casa? No estaría mal que ofrecieras una fiesta para tus amigos.

-No lo creo, no se lleva bien con los demás, y si lo invito sólo a él me lo echaran en cara el resto de mi vida.

-No pueden llevarse tan mal, si son amigos de un chico tan bonito como tú.

-¡Mamá!

-¡Oh, está bien!, sería agradable conocerlo, te escribe aún más que Sirius y James. Aunque James te invito la última vez a su casa, creo que sería buena idea que lo invitaras también.

-Lo pensaré.- Dijo Remus rojo como tomate y con la mirada ida, le gustaría mucho mostrarle a Lucius su habitación, aunque seguro era algo tonto, es decir, era una idiotez… su cuarto era muy sobrio, no tenía nada que pudiera impresionar a Lucius.

Más tarde cuando Remus salió a comprar unos víveres (encargo de su madre) esta terminaba la colada, quería aprovechar la última tanda así que se dirigió al cuarto de su hijo que como siempre se encuentra muy ordenado, en extremo, a excepción del escritorio lleno de papeles. Nada más que una camisa por lavar, se la llevo pero se distrajo de nuevo con el escritorio, reconoció el sobre de la carta que había llegado or su caligrafía irresistible, nunca de los nuncas había espiado (la verdad sí, a veces, le hacía feliz saber que su hijo disfrutaba la amistad con esos muchachos de Griffindor, ¡Que además eran los más populares de la escuela!)

Sin poder resistir la invitación leyó el contenido de la carta, nada fuera de lo ordinario, sobre las vacaciones, que lo extrañaba, que se aburría si no estaba con él, y una lista muy detallada de sus actividades, evidentemente su Remus era muy popular, pero cuando llegó a la parte de la posdata se extrañó.

“Besos y abrazos”

“P.D, te mando una foto mía para que no te olvides de mí”

Hope, no busco demasiado, debajo del pergamino se encontraba la foto de un muchacho rubio de cabello largo que miraba coquetamente a la cámara y mandaba un beso.

Regreso todo a su sitio y salió para terminar de lavar.

Ahora entendía porque debía dejar de hacer eso.

Pero entonces se preguntó, si era momento de tener esa charla…

-Hijo, lo intercepto a su regreso. ¿Ese chico Lucius es.. es un buen amigo?

-Claro que lo es- dijo muy feliz. Pero por la mirada que puso de “Es Más que un amigo” la mujer enseguida comprendió que su muchacho estaba enamorado.

Apenas volvió su esposo del trabajo hablo con él. Claro que querían que Remus tuviera muchos amigos, pero en ningún momento se les paso por la cabeza que esto podía ocurrir.

Tanto padre como madre habían citado a su hijo en la sala del comedor para discutir un tema muy importante.

-¿Tienes novio?-

Y como el honesto y obediente hijo que era no pudo mentir.

-Sí. – Los dos adultos meditaban sus palabras.

-Hijo, sé que te debe de agradar mucho- dijo su padre autoritario pero comprensivo- pero…

-Llevamos saliendo un año y medio, ya sé lo que me vas a decir.- El hombre se sintió contrariado pero no lo interrumpió. Remus tuvo el impulso de decirles que Lucius ya lo sabía pero no era la mejor de las ideas- lo amo. Y nada de lo que me digan me hará cambiar de opinión.

-Solo queremos, que sepas que, puede llegar el momento en que…- Hope trato de suavizar la situación pero Remus se enfadó, esperaba que sus padres lo incentivaran con un “Ese es mi muchacho” pero evidentemente el primogénito licántropo de los Lupin no debía tener citas.

-¿El momento de coger?- Dijo en un ápice de rebeldía y enfado. Los dos padres brincaron en su silla al oír la palabra.

-¡¿Quién te enseño esa palabra?!- Remus no contestó, sus padres se comportaban como un par de anticuados. Bajo la vista y no disimuló su tristeza, Hope, enseguida lo comprendió, su hijo ya era un hombre, un hombre enamorado y tenía deseos, sueños e ilusiones por cumplir y una en la lista era hacer el amor como cualquier mago normal.

-¡Mi niño está enamorado!- dijo al borde de las lágrimas. Se incorporó y camino hasta Remus para abrazarlo. El joven correspondió al abrazo y sollozo en el hombro de su madre mientras Lyall procesaba la información.

Tras unos instantes Hope dio por saldada la conversación y todos se dispersaron.

A Hope definitivamente no le gustaba aceptar que su pequeño tenía esas necesidades, pero lo quería tanto que se propuso encontrar la manera de apoyarlo. Ella y su esposo habían hecho hasta lo imposible por tratar de la mejor forma posible la licantropía de su único hijo y no había nada, nada que no hubieran intentado.

En efecto la maldición se transmitía por la mordida, por la saliva infectada durante la Luna llena, y claro siendo un tema casi tabú, se ignoraban los efectos de las demás secreciones a largo plazo. Aunque todos los medimagos y expertos que consultaron (y en el boletín de la asociación inglesa de hombros lobo) les habían asegurado que podían mantener relaciones sexuales sin temor a contagiar a sus parejas independientemente de la fase lunar, pero no se sentían (ni Remus, ni su madre) con la confianza para que el joven lo intentara, menos siendo un estudiante, tal vez más mayor y con una pareja mucho muy formal (entiéndase casados)

Hope no dejaba de pensar, estaba tan abstraída en esto que limpiaba por cuarta vez el mismo plato, lo único que se le ocurría… ella a pesar de haberse casado con un mago nunca había perdido algo de contacto con el mundo muggle. Se preguntaba si de algo serviría…

Su última opción y que no habían intentado por hacérsele inútil era la medicina muggle convencional, sin nada que perder, llevo a su hijo a la clínica local, la recepcionista les sugirió acudir al consultorio de planificación familiar.

Remus estaba muy nervioso porque nunca había hablado abiertamente sobre eso con nadie y que su madre estuviera allí no hacía más fáciles las cosas. El punto es que tenía que decirle al doctor que era lo que quería, todas esas imágenes pegadas en las paredes con penes y vaginas lo hicieron abochornarse más.

-Yo… yo…- pasa saliva- mi condición no me permite relacionarme íntimamente con mi pareja- dijo muriéndose de vergüenza.

-Oh, ya veo, no te preocupes, el herpes es muy común- dijo el doctor. Remus se puso rojo de que el hombre no pareciera en lo más mínimo sorprendido por la extraña petición y de que hablara tan calmadamente al respecto.

-Te recomiendo el condón de látex- dijo. - Con este puedes tener relaciones sin temor a contagiar o a que te contagien, y previene embarazos no deseados.

-¿Realmente funciona?

-Por supuesto, tienen un 99.9% de eficacia. Mira.- De algún lado saco un pequeño empaque y un modelo anatómico con forma fálica- lo sacas del empaque usando el abre fácil, no uses los dientes, lo sacas con el pulpejo de los dedos, no uñas o podría romperse y lo pones así- Remus asintió- cuando lo coloques el pene debe estar erecto, una vez terminado atas en un nudo el condón y lo tiras al cesto. ¿Alguna pregunta?- Remus negó, la demostración había sido más que explícita. – Te felicito por ser tan responsable, toma tu dotación mensual, si necesitas más puedes volver. –

Remus asintió y salió del consultorio cargando un montón de tiras que contenían los preservativos, le extraño que toda la gente en la clínica se le quedara viendo y decidió que tal vez era mejor guardarlos, los metió en la mochila y regreso a casa, se preguntaba si de verdad funcionaba, tenía sus dudas sobre la medicina muggle pero su madre era una muggle así que ¿Por qué no? Lleno de nerviosismo y resbalándosele todo de los dedos, probó el primero esa noche y se encontró con que el semen permanecía adentro.

-¡Gracias dios por este invento tan maravilloso!-

Enseguida supo que en cuanto viera a Lucius de nuevo le haría el amor.

La última semana estuvo tan feliz, realmente quería invitar a Lucius a salir pero no se le ocurría donde salir a pasear, quería concertar una cita, de modo que envió una lechuza, el callejón Diagon era un buen sitio para pasear, almorzar y tal vez encontrarían una banca donde sentarse y tomarse de la mano y un beso ♥

Esperaba impacientemente su respuesta, finalmente la lechuza hizo su aparición.

-¡Sí!- Desato de la patita el pergamino y le dio una golosina de premio al animalito que regreso a su casita de madera.

 

“Claro que quiero verte Osito cada minuto sin ti es un tormento, ¿Este Viernes está bien? A las 9:00 am frente a Gringotts Yo te invito el almuerzo” Muchos Besos ♥♥♥♥ y abrazos y todo mi amor”

L.M. ♥

-¡Mamá iré el Viernes con Lucius al callejón Diagon!

-Claro mi cielo, solo tengan cuidado.

-¡Sí!

-No tiene caso que vayan ahora, deberían esperar a la compra de los útiles. – comentó Lyall quien leía el periódico.

-¡Queremos divertirnos no estar de tienda en tienda!-

Lyall no dijo nada, desde el asunto de los condones nadie había dicho nada sobre la relación de Remus con un compañero de la escuela. Aunque tenía que admitir que desde que se enteró notaba a Remus más impertinente (siete días), tal vez no era tan buena influencia este compañerito. 

-¿Y quién es este Lucius, se puede saber?- Remus frunció el ceño y contestó, no le gustaba demasiado la idea de que su padre se involucrara, al menos no ahora que lo notaba tan pensó que le daría gusto…

-Lucius, es del mismo curso, va en Slytherin ehmm también es miembro del equipo de ajedrez. Y bueno nos hicimos novios porque lo ayude a estudiar para la clase de estudios muggles.

-¿Sería bueno invitarlo a cenar? –preguntó Hope.

-Ahmm no lo sé, no creo que sea tan buena idea. –Remus desvió la vista apenado, ahora sentía mucha vergüenza de que sus viejos supieran.

-Ya quiero conocer a este chico Lucius.

- ¡¡Mamá!!- El papá medito unos momentos.

-Ese nombre me suena pero no estoy seguro porque.

-¡Es Lucius Malfoy! Así se llama el novio de mi bomboncito- dijo Hope alegre mientras pellizcaba la mejilla de Remus.

-¡Mamá!-

Lyall dio un sobro a su taza de café, pero entonces lo escupió.

-¿Lucius Malfoy? ¿Malfoy? ¿Hijo de Abraxas Malfoy? ¿Ese Malfoy?

-Sí, ¿Por qué te sorprendes? ¿Tú hijo licántropo no puede atraer a alguien con estatus? – Lyall agitó la cabeza intentando concentrarse.

-¡No seas tonto! ¡No es eso! Es que… ¿Malfoy?

-¡Sí, somos novios!

-¿El mismo novio de las cartas?

- ¡¡¡SÍ!!!-

Por un momento Lyall Lupin se sentía como flotando, esta podía ser la solución a uno de sus más terribles temores, la seguridad de Remus, seguridad en todos los sentidos. Por su lado Hope bebía su taza de té, no entendía porque su esposo estaba tan impactado pero eso era porque ella no entendía mucho sobre el mundo mágico.

-Hijo, debes casarte lo antes posible, antes de que se escape. – dijo el papá.

-¿¡Qué!?

-¡Tienes que hacerlo!

-¡Padre! 

-¿Lyall?- dijo Hope mirando trastornada a su esposo quien hizo un gesto como diciendo “luego te explico” y continuó la indicación a su hijo.

-Remus, ¿Crees que se casaría contigo? Es decir, ya están en sexto año, a un par de años de la mayoría de edad.

-¡Papá!

-¡Hijo mío! ¡Entiéndeme! Solo, me preocupa nuestra situación económica, todo mundo sabe que los Malfoy son muy influyentes, tienen mucho prestigio y…

-¡Dinero!- dijo el jovencito molesto, claro que si pudiera se casaría con Lucius lo amaría hasta el fin de los tiempos y le encantaría presentárselo a sus padres y que ellos también lo quisieran, pero no quería que lo aceptaran solo porque su familia tenía dinero.  

Lyall desvió la mirada pero no se sentía mal por su pensamiento.

-Son cosas que tú por ser joven no entiendes. – Remus solo desvió la mirada indignado. Y… No se lo había planteado, si quería mucho a Lucius pero no creía que alguien como él se… pues permaneciera al lado de alguien como él mismo, licántropo, mestizo y sin dinero.

Suspiró.

-Jamás se casaría con alguien como yo.. y además, ¡Yo no quiero ser una carga para nadie! ¡Voy a graduarme y trabajare para el ministerio, como tú papá!- Se puso de pie y corrió a su habitación.

 

Por su lado mi solecito no la tenía fácil tampoco.

Notas finales:

Gracias por leer  :D

P.D. Usen condón!!


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