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Encuentros Casuales por Kazumi Andy

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Notas del fanfic:

Hola :D Este es mi nuevo fic que ya les había comentado hace unos días. Lo tenia mucho tiempo en la cabeza y decidi publicarlo de una vez para su deleite. Es decir, no hay mucho material de ambos y por eso para darles un pequeño engreimiento de AkaFuri.

Notas del capitulo:

Holi :3 ya me conoceran del fic "Hasta el amanecer" que es claro que aún no finaliza xD pero bueeno; aqui estamos por el AkaFuri


Es una trama un poco conocida ewe; pero a mi manera y nos encontramos después del partido de la Winter Cup asi que veamos que pasara owo/

 

¡Disfruten! y a leer~

 

 

El marcador dictó el final del partido. 111-110 a favor de ellos. No lo podían creer, después de tanto luchar…por fin lo habían conseguido. Han ganado la Winter Cup. Después de todo el esfuerzo dedicado en las prácticas y en cada partido hasta llegar hasta allí. Riko llora y sonríe a la vez que Kiyoshi la carga también con una sonrisa en el rostro; Kuroko carga la copa y Kagami a este, sus sonrisas y sus gritos de triunfo no se hacen esperar. Todo el equipo llora sin poder contenerse; la meta que habían marcado desde un principio, por fin la habían cumplido. Eran los número uno de todo Japón.

 

En el podio la multitud no calla los gritos de victoria con todos los ánimos hacia aquella escuela que se estaba levantando. Seirin. La generación de los milagros también está ahí, se levantan y aplauden. Aquella victoria que logró Seirin no fue solo para ellos; sino también trajo de nuevo el espíritu y la emoción en aquellos jugadores que ahora volvían por el rumbo correcto. En la cancha el otro equipo también sonreía; pero no con muchos ánimos. Después de todo esa era la pérdida de su capitán; Akashi Seijuuro.  

 

-Juguemos otra vez, Akashi-kun.- dijo Kuroko mientras le entendía la mano. El pelirrojo dudó por un momento; pero sonrió respondiéndole el saludo.

 

-La próxima vez ganaremos, Tetsuya.-  y sin más todo su equipo se retira del estadio hacía los vestidores.

 

Los reporteros cubren a todo el equipo; pregunta tras pregunta se forma para cada jugador. Están felices y muy emocionados por todo aquello; pero necesitan descansar, aquellas preguntas serían respondidas luego. Cuando llegan al vestidor se crea un segundo de silencio, cuando de repente todos dan un grito a lo alto.- ¡Seirin fight!- Gritan todos con emoción contenida y aún con lágrimas en los ojos.

 

-Gracias por todo, chicos.- Hyuuga fue el primero en hablar.- Este ha sido lleno de frustraciones, alegrías y batallas; ganadas o perdidas, fue un placer jugar todos ustedes, siempre seremos un equipo; eso no lo olviden. Y ahora más que nunca debemos prepararnos, que no vamos a dejar que nos derroten en la Inter-High.-

 

Todos ríen y siguen con la celebración. Ya pronto se podrían preocupar por el futuro; en ese momento lo mejor era disfrutar de aquella batalla que les costó ganar; pero al final lo consiguieron.

 

-Bueno muchachos se han ganado un buen descanso.- dijo Riko sonriendo; pero de pronto un aura oscura la envolvió completamente.- Pero si se descuidan al volver a las prácticas, haran que quieran estar muertos.- Y una sonrisa se dibujo en su rostro.

 

Todos se quedaron quietos sin decir nada, sin si quiera respirar pensando que en cualquier cosa serviria para que su entrenadora se enojara. Despues de un par de minutos empezaron a alistar sus cosas ya para irse.- La entrenadora si que da miedo.- dijo Kagami cargando su mochila junto con la de su novio.

 

-Solo no quiere que nos descuidemos, Kagami-kun.- Exacto. Despues del partido contra Kaijo, Kagami tomó valor suficiente para declarle sus sentimientos a la pequeña sombra; para sus sorpresa, Kuroko, con un sonrojo muy notorio en sus mejillas, había aceptado sonriendo y dandole un beso, el primero de ambos.

 

Los chicos ya se habían separado al salir del estadio; pero cierto castaño se tuvo que detener al ver que había olvidado algo. Suspiró, estaba muy cansado; pero tenía que regresar. Se despidió de los otros dos chicos de primero y fue corriendo a los vestidores antes de que anocheciera. Al llegar logro divisar su casaca tendida en uno de los banquillos y agradecio que nadie lo hubiera tomado; iba tranquilo mientras salía pero se sorprendio de ver a alguien recostado en la pared dentro de la cancha.

 

La cabellera roja intesa era muy notoria y para Furihata, era claro de quien se trataba. Quería irse de ahí mismo; pero no podía. Sus piernas se habian quedado estáticas al ver la elegante y imponente figura de Akashi Seijuuro.-Vamos...muevete...-

 

-¿Te vas a quedar ahí parado o qué?- preguntó Akashi sin dirijirle la mirada, Kouki tragó hondo y un leve temblor se apoderó de su cuerpo; debía correr o al menos responderel. No pudo evitar desviar la mirada hasta donde se encontraba Akashi en ese momento, recostado en la pared con un semblante tranquilo; pero algo nostálgico. Claro. Si le acababan de ganar apenas unos instantes. Debía de ser un gran y duro golpe para el emperador y ex – capitán de la generación milagrosa. ¿Cómo no sentirse así? El mismo había experimentado ese sentimiento en todos esos partidos donde daban todo de sí; pero no había sido suficiente.- Al menos deja de verme así.- esta vez lo ojos heterocromes chocaron con los des castaño.

 

-¿Así cómo?- pensó Furihata con un leve sonrojo al sentir los ojos de Akashi sobre él. Su mirada realmente no expresaba nada y no sentía como si quisiera dar a entender algo. El único sentimiento que expresaba al verlo era admiración, por ser un prodigio en el deporte que más amaba; pero no iba admitir eso frente al emperador.- Yo...

 

-Sera mejor que te vayas, tu equipo te debe estar buscando.- Akashi volvió a su posición inicial. Tenía demasiadas cosas en la cabeza como para preocuparse por un jugador más en la cancha. Su sorpresa fue tal cuando sintió aquella presencia junto a él. Y de la nada tenía una cintilla amarrada a su muñeca derecha. 

 

-Sé que no es nada; pero cuando estoy triste siempre uso esto...es como un tipo de amuleto.- Furihata rio nervioso.- Si quiere puede quedarsela ya no la uso mucho.- Tomó su mochila y estaba por irse.- Además el rostro de Akashi-san se ve más bello con su sonrisa. – y sin decir nada más salió corriendo dejando a Akashi con una expresion tranquila; pero con sorpresa en su interior.

 

Akashi vio al castaño alejarse y cuando ya no lo tenía a la vista se fijó en su mano. La cintilla era roja y tenía un decorado con las flores de Sakura. No sabía cómo reaccionar ante aquella acción; pero solo se limitó a sonreír. Se ve más bello con su sonrisa; su sonrisa se amplió un poco más, estaba seguro que Furihata no era el tipo de chico que decía esas cosas; pero había sonado tan natural que le provocó un poco de gracia. Escuchó que a lo lejos Reo y los demás lo buscaban y decidió irse con ellos. Ya tendría tiempo de devolverle el favor a Kouki.

 

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-Estoy en casa.- dijo mientras dejaba sus zapatos en la entrada, su hermanita lo recibió con una sonrisa en el rostro y lo felicitó por haber ganado. Su madre igual lo abrazó y le dio sus felicitaciones. Ambas habían podido ver todo el partido en la transimición en vivo que pasaron, la hermanita de Kouki había temblado como su hermano al verlo frente al emperador. Y su madre solo se había limitado a reir.

 

-Mamá tiene una cita.- dijo su pequeña hermana y entonces Furihata reparó en el atuendo de su madre, le pareció extraño ver a su madre tan arreglada; pero de seguro iba a una reunión o a una fiesta con sus amigas.

 

-Volveré más tarde, Yumi ya ve a dormir y Furi la cena está en el horno, los quiero.- Furihata agradeció y después de acostar a su hermana, se dirigió a su habitación. Esta era pequeña; con un escritorio en el centro sobre una alfombra de color roja, tenía un librero lleno de mangas y libros leídos completos o hasta la mitad, era ordenada a excepción de una que otra prenda fuera de lugar.

 

Se recostó en su cama y ahí se abrazó a su almohada mientras decía palabras inatendibles. ¿De dónde había sacado tanto valor como para decirle eso a Akashi Seijuuro? Además se había atrevido a acercarse y ponerle una simple cintilla que el a veces usaba. Viendo su realidad; él y Akashi eran completamente diferentes, seguía sin entender como había llegado a hacer aquello. Se ve más bello con su sonrisa. ¿Por qué? ¿Por qué de todas las cosas…dijo eso? Sus orejas volvieron a enrojecer al recordar cuando lo dijo. No era bueno con las palabras y seguía buscando en su interior la razón de decir eso. Suspiró, debía relajarse. Ya habían ganado la Winter Cup, eran los mejores de todo Japón; ahora lo único que venían eran los exámenes y el entrenamiento para la Inter-High no tenía que preocuparse de personas como Akashi Seijuuro.

 

-Después de todo…- se dijo.- No lo volveré a ver hasta el próximo torneo.- Furihata, no sabía cuál equivocado estaba.

 

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Llegó a su casa, un poco triste; pero tranquilo y le encargó a uno de sus mayordomos sus cosas. Sabía que su padre ya debía de haber salido  y paso de largo por su despacho. Mas se sorprendió al ver a su padre salir de su habitación con un traje casual; pero a la vez elegante. Le dio una breve reverencia y bajo las escaleras sin decir nada.

 

Akashi se sorprendió un poco al ver a su padre así vestido; no lucía como si fuese a una reunión de negocios, además ya era algo tarde; pero no le dio mucha importancia y fue a su respectiva habitación; que a diferencia de la de cierto castaño era mucho más amplia y ordenada.Tenía su propio baño en la parte derecha; su cama se encontraba frente al escritorio. También poseía un librero con una vasta colección de libros mientras que no había rastro de polvo alguno. Dejo su casaca sobre una silla y se recostó en su cama.

 

Su vista volvió a reparar en la cintilla que seguía atada a su muñeca derecha y la imagen del castaño volvió a su mente.Era débil; pero con mucha fuerza en el interior, eso se podía comprobar con todo el esfuerzo que mostró en el partido. Hasta había logrado pararlo; podía decir que Furihata Kouki había ganado un poco de su respeto. O tal vez…más que eso.

 

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Habían pasado dos semanas desde que culminó la Winter Cup. Ahora se encontraban en el gimnasio con la práctica que ya retornaba su curso, además por el hecho de que Kiyoshi ya había vuelto de su operación en América y Riko les había comentado que todo había sido un éxito. Los de segundo sonrieron por su senpai, al igual que unos alumnos de primero que se iban integrando al club. Para cualquiera las vacaciones servían para relajarse, pasar un buen rato con los amigos y planear unas salidas, ya sea al cine o a cualquier otro. Sin embargo, para el club de basquetball significaba duras horas de entrenamiento y prácticas exhaustivas; se acercaban las clasificaciones para la Inter-high y ellos iban a luchar para entrar. Considerando que la luz y sombra buscaban una revancha con los demás milagros.

 

Era un día normal para ellos o eso se suponía que sería. Kuroko perseguía a Kagami con Nigou en brazos y el pelirrojo se alejaba de él; Hyuuga les gritaba por distraerse de la práctica; Izuki hacía sus típicos juegos de palabras; Koga traducía lo que Mitobe decía o bueno, el silencio que mostraba; los de primero algo extrañados al ver a su equipo…; pero lo que nadie esperó en ese momento fue ver a una figura en la entrada del gimnasio. Kuroko se detuvo y una leve sonrisa apareció en su rostro.

 

-Es bueno verlo, Akashi-kun.- saludo la sombra de Seirin.- ¿Qué lo trae por aquí?

 

Todos se quedaron paralizados; bueno, solo los de tercer y segundo año. ¿Qué hacía Akashi Seijuuro ahí? ¿Buscaba revancha? o peor aún… dieron una mirada rápida tratando de ver si el pelirrojo tenía unas tijeras escondidas para asesinarlos. Furihata se puso más nervioso y trataba de no verlo. No sé habían vuelto a ver desde el encuentro al final del partido y el castaño aún no podía ver a los ojos al emperador.

 

-Ven Tetsuya.- Akashi salió y Kuroko solo asintió y lo siguió. Kagami se quedó un poco nervioso; no quería quedarse viudo sin antes haberle propuesto matrimonio a Kuroko.

 

-Oi Kagami.- dijo Hyuuga.- Relájate, dudo que Akashi asesine a Kuroko.

 

-Eso espero senpai.- dijo Kagami.

 

Mientras tanto, Kuroko se preguntaba por partes la visita del pelirrojo; aunque en el fondo tenía la respuesta, esperaba que el pelirrojo lo confirmara. Akashi se dio media vuelta y acercó algo que parecía una cintilla hacía a Kuroko.

 

-Entrégale esto a Kouki.- dijo Akashi.-

 

-¿Por qué tiene algo de Furihata-kun, Akashi-kun?- prguntó Kuroko con su típica inexpresión, al no escuchar respuestas de parte del pelirrojo y solo recibir una mirada desafiante suspiró.- Sería mejor si se lo entrega usted. El entrenamiento acaba en quince minutos.

 

Akashi estaba a punto de reclamar; pero el peliceleste ya le había dado la espalda y volvía con una pequeña sonrisa en el rostro. Dio un resoplido y se recargó en una de las paredes del gimnasio. Kuroko se había vuelto más descarado como para retarlo; pero ya se vengaría de alguna manera. Vio la cintilla entre sus manos. Era cierto. ¿Qué hacía él ahí? ¿Tan necesaria era su presencia? Bien podría a ver mandado a unos de sus sirvientes y ahorrarse todo el viaje; pero algo lo había hecho ir él mismo. Acaso… ¿Quería ver al castaño? ¿Realmente quería verlo? No, solo era su deber entregárselo. Nada más. Pasaron ya los 15 minutos que el peliceleste le había dicho y solo vio salir a todos, desde chicos que al parecer eran nuevos; hasta los que ya conocía. 20 minutos y eso era lo máximo que el emperador podía soportar, entró al gimnasio y no vio a nadie.

 

Escuchó ruidos en el vestidor y con pasos firmes se fue hasta ahí. Abrió la puerta de un golpe y se sorprendió de no ver a nadie. Entonces una imagen interesante apareció ante sus ojos. Furihata salía con el torso desnudo y tan solo con un short, mientras que con una toalla se iba secando el cabello, iba tan distraído que luego se dio cuenta de que lo observaban, mas su reacción fue de total asombro cuando vio al pelirrojo en la puerta. Cabe decir que los colores hicieron su presencia en su rostro. ¿Por qué? ¿Por qué de todas las personas tenía que ser Akashi el que lo viera así? El silencio fue roto por el sonido de un celular. Kouki le dio la espalda a Akashi y fue por su teléfono.-Mátenme, por favor- pensó mientras contestaba.

 

-¿Hola? ¿Mamá?- se extrañó al escuchar a su madre.- sí, está bien, llegare pronto ¿Cena importante? Lo entiendo, adiós.- colgó y su realidad lo golpeó.- A-Akashi-san…

 

-Qué manera de recibir a alguien Kouki.- dijo Akashi poniendo más nervioso al castaño.- Estuve esperándote a fuera un buen tiempo.

 

-Pe-Perdón.- el castaño hizo una reverencia.- La práctica se atrazó un poco más y era mi turno de guardar las cosas de la práctica.- se percató de algo importante.- ¿Me-me buscaba a mí?

 

Akashi asintió.- Ten.- le entregó la cintilla.-Tenía que devolertelo, de todas formas es tu amuleto, no mío.- El castaño se sorprendió mucho al ver que el pelirrojo se había tomado las molestias de llevarle la cintilla.- Pide lo que quieras, no quiero tener que deberte nada.- y su expresión cambió cuando escuchó eso último. Negó.- ¿Qué significa eso?

 

-No-no se preocupe por eso Akashi-san.- dijo Furihata con un leve rubor.- No lo hice con la intención de ganar algo de usted.

 

Este solo levantó una ceja extrañado por esa respuesta; pero no debía perder más tiempo. Según su padre debían de ir a una reunión importante aquella noche. Se dio media vuelta y antes de irse dijo: “Si necesitas algo, solo dímelo, como dije no me gusta deberle a la gente y Kouki, tienes un pecho muy pálido”

 

La puerta se cerró y Furihata casi se desmaya ahí mismo. Las piernas le temblaban y no sabía dónde esconderse. Apretó la cintilla entre sus manos y no pudo evitar sonrojarse. Tal vez desde ese día usaría más seguido aquella cintilla. Aspiró un poco y sintió que desprendía un olor diferente. Lavanda.

 

-Como el de él.- dijo casi en un susurro. Negó nuevamente y guardo todas sus cosas. No era el momento de preocuparse por esas cosas, tenía que llegar rápido a su casa o sino su madre le haría una buena pelea. Salió del gimnasio lo más rápido que pudo y se dispuso en llegar a su hogar. Después de todo era la última vez que vería al emperador por ahí…¿O no?

 

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Salió de la limosina negra que sobresalía demasiado en aquella zona y se sorprendió al ver donde se encontraban. Cuando su padre le dijo que tenían una reunión importante; se imaginó una cena de negocios en una de las empresas de este; sin embargo, su sorpresa fue grande al verse frente a una casa pequeña; humilde y con el apellido escrito en la entrada de cierta persona que ya conocía a la perfección. Se acomodó un poco la corbata y esperó a que su padre le diera una explicación. Tenía que dárselas.

 

-¿Pasa algo Seijuuro?- preguntó su padre mientras se ponía a su lado.

 

-¿Aquí será la reunión?- Akashi miró fijamente a su padre, mientras este tocaba el timbre. No paso mucho hasta que la puerta se abrió, dando a la vista como anfitriona a una pequeña niña de cabellos castaños claros y ojos cafés que tenía puesto un vestido color rosa. Akashi miró a su padre y después a la niña y otra vez a su padre.

 

-Adelante.- dijo la pequeña con una sonrisa. Su padre agradeció sonriendo y entró. El pelirrojo menor hizo lo mismo; pero aún no entendía del todo la situación. Vio a su alrededor y se percató del pequeño salón. Tenía las paredes pintadas de un rojo claro, mientras que el techo de un blanco neutral; tenía tres sillones de color crema y una pequeña mesa; donde cabían al menos cuatro personas,  al centro de estos. ¿Qué estaba pasando? No lo notaba; pero las dudas lo carcomían por dentro. Todo aumento cuando vio a cierto castaño bajar por las escaleras seguido de una mujer de contextura delgada,  cabellos negros, lacios y de ojos castaños; con un vestido celeste junto con una cintilla negra amarrada a la cintura.

 

No era de esperar que el castaño tuviera la misma reacción del pelirrojo al verlo ahí parado en medio del salón. Se le subieron los colores de tan solo recordar el incidente de hace unos minutos.- Akashi-san.-

 

-Kouki.- dijo Akashi. Ambos adultos compartieron una mirada cómplice y asintieron a la vez. El señor Akashi se puso junto a la madre de Furihata.- Padre, explícate ahora.-

 

-Seijuuro tranquilo.- dijo el señor con un semblante calmado.- Por lo visto, tú y Kouki ya se conocen así que eso ayuda bastante.- Furihata se sintió extraño al ser nombrado.- Es mejor decirlo ahora Naomi.- la castaña asintió.

 

-Kouki, Yumi, Seijuuro-kun.- dijo Naomi con una leve sonrisa.- Seitarou y yo vamos a casarnos.- levantó una mano y se podía ver claramente un anillo de oro blanco en el anular de la castaña.- Ustedes se volverán hermanos.

 

¿Era un sueño? ¿Una pesadilla? Lo último que recuerda fue ver la cara de su madre sonriendo y la sorpresa en el rostro del pelirrojo antes de caer desmayado y que todo se tiñera de negro.

Notas finales:

Hey! ¿Cómo estuvo? ¿Les gusto? ¿Lo odiaron? ¿Deberia olvidarme de todo esto y darme un balazo? okno xD nunca lo haria xD Pero dejen sus review's para saber sus lindas opiniones :'D Ay mi Furi


Bueno espero hayan disfrutado de este primer cap uwu que viva el AkaFuri .w./  ¡Nos leemos pronto queridos y queridas! Actualizó el día viernes >u


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