Absurda cenicienta
La guerra terminó. Hace pocos meses… las cosas cambiaron también. Quién iba a decir que el ‘gran’ Harry Potter dejaría de ser tan grande una vez cumplido con su deber. La fama me alejó de mis ‘amigos’, tan solo Neville y Luna siguen involucrándose conmigo… en cuanto a la lo sentimental, bueno, estaba saliendo con Draco Malfoy.
Lo sé, es una locura. ¿Malfoy y yo? ¿Juntos?... Fue difícil al principio, el aceptarlo, el explicarlo a los conocidos, el demostrar lo que sentíamos. Se preguntarán por mi ‘mejor amiga’, bueno, ella era una las pocas amigas, casi hermana, hasta ese día.
Me dirigía a un bar muggle, en el que Draco y yo solíamos vernos pero decidí tomar un atajo, en dicho atajo, había otro bar más discreto que el que frecuentaba, y, ahí… un rubio platinado se me hizo conocido… una chica castaña también. Estaban de espaldas y no podía cerciorarme de su supuesta identidad. Hasta que se besaron en modo de despedida. Al momento de volverse el rubio... pude confirmarlo. Era él. Era Draco. Y, su acompañante... era 'ella'.
En un bar de mi barrio que
no quiero recordar,
Vi a mi novio
besando a mi amiga,
El dolor de saborear veneno tan letal
Perder tiempo en dos seres que quería.
Y con mis ojos logro ver un cuento de papel
Fue extraño. Sería demasiado decir que el tiempo se detuvo pero, en realidad lo hizo. Fue una eternidad el ver sus expresiones, llenas de felicidad, llenas de anhelo, llenas de... amor. MI novio y mi amiga sentían amor. El amor que Draco reflejaba... no se compara a lo que refleja cuando está a mi lado.
Él me vio... en su rostro se notaba la confusión y esa sensación cuando te han descubierto. Sólo corrí. Choqué con varias personas, casi me arroyan un par de autos, más no me detuve. Llegué a un callejón y me aparecí en mi departamento. Corrí con la intención de dejar atrás el dolor que sentía, quería despertar de una posible pesadilla, quería que no fuera verdad lo que había presenciado.
Con un hechizo me encerré en mi departamento, nadie podía entrar por esa puerta ni con ayuda de la magia, no si yo no lo aprobaba. Estuve un par de días en los me entregué a mis sentimientos para luego analizar la situación... y el resultado no me agradó. Para no entrar en detalles, sólo diré dos cosas: Draco no me amaba, jamás lo hizo; y, 'ella' traicionó la amistad que un día tuvimos. Con eso claro, ahora todo encajaba.
Mi reina decías, yo te creí
La reina de nada, es lo que fui
Absurda cenicienta, así me sentí
Perdida en un cuento real
Cómo puede ser
Y pensar que... me sentí como una joya, la más preciada al estar contigo, tal vez sólo por el simple hecho de estar a tu lado me sentí así, todo eso, una mentira. Una maldita mentira. Las flores, los regalos, las sorpresas; los retrasos, las dedicatorias hacia una chica, los detalles que eran del gusto de 'ella'.
Me siento estúpido. Con el peso que colocaron en mis hombros desde que era tan solo un bebé, las pérdidas que enfrenté y mis constantes reproches hacia 'el destino' el que me trataras bien, el que fueras tan amable conmigo, las bonitas palabras que me susurrabas me hicieron sentirme dichoso, feliz... amado. Resultó ser un engaño.
Repetidamente te pedí
Más de una explicación
Estás loca eso me decías
Hoy volví a creer este cuento de papel
Y alejarme de esas tonterías
Y con mis manos romperé
el cuento de papel
Cando al fin salí de mi autoencierro, él y 'ella' trataron de convencerme que no fue nada, que lo que vi fue una equivocación, que solo le decías algo en el oído para que no se difundiera la sorpresa que me tenías preparado... ¿Tan estúpido me veo? ¿Luzco tan desesperado como para que crea que me haré el ciego y seguiré dentro de su mentira?
Pero, para hacer lo que tenía planeado, necesitaba tiempo. Así que decidí hacer como que le creía, decidí tragarme el dolor y la amargura sólo para ganar tiempo. Seguía con su entrega de flores, con sus sorpresas, con cenas e idas al cine; yo era más reticente, inventaba excusas cunado preguntaba por mis ausencias, rehuía a su cercanía y mordía mis labios para no gritarle que me dejara en paz. Después de todo, ya sabía la verdad.
Mi reina decías, yo te creí
La reina de nada, es lo que fui
Absurda cenicienta, así me sentí
Perdida en un cuento real
Cómo puede ser
Era más atento, trataba de hacer que todo volviera a 'la normalidad', esa donde solo yo amaba, donde solo yo entregaba... donde yo era quien debía amar por los dos. Su gusto por las flores cambiaron, me daba lirios en lugar de rosas, sus regalos parecían más elaborados, figuras de snitch y recuerdos de mi equipo favorito, las sorpresas parecían más personales y hasta llegué a pensar en aceptarlo de nuevo. ¡Qué iluso fui!
Volví a encontrarlo con 'ella'. En mi departamento. Se estaban besando como si no hubiera un mañana... en mi departamento. ¿Acaso no pudieron ir a otro lugar? ¿Acaso no podían ser más sutiles? ¿En verdad me consideraban tan poca cosa?... Azoté la puerta, entré ignorando sus caras cubiertos de horror y culpa, me dirigí a mi recámara y tomé una mochila que ya tenía preparada. Antes que pudieran decir algo, desaparecí de su vida.
Repentinamente recordé
que quise ser feliz
Ay dolor amor, dolor ,dolor
no vuelvas más
Venceré… robaré
mi cuento de papel
Ya en el avión, me permití llorar una vez más. Sería el último llanto a causa de ellos, ya nada me ata este país, iré en busca de un nuevo inicio. Iré a donde no sepan quién soy ni hayan escuchado de mi pasado, iré a tratar de hacer una vida normal, una vida en otro continente, allá al otro lado del mundo. En Estados Unidos.
Después de arreglar asuntos financieros en Gringotts, mi cuenta ha sido trasladada a una sucursal en Port Angels Washinton ya que yo viviré en uno de las propiedades de la familia Black localizada cerca de un lugar llamado Folks. Ahí, iniciaré mi vida como James Evans. No como Harry Potter, no como El Niño Que Vivió, no como el Héroe del Mundo Mágico, no como el próximo Señor Obscuro... sólo James Evans.
Mi reina decías, yo te creí
La reina de nada, es lo que fui
Absurda cenicienta, así me sentí,
perdida en cuento real
Me adapté rápido al lugar. Tuve que soportar el escrutinio de cada habitante, me sentía ansioso pero era de esperarse en un lugar tan pequeño donde todos se conocen. Decidí saltarme las clases, no tenía humor para clases muggles, no lo tuve por dos semanas. Hasta que enviaron a alguien a hablar con mis tutores... bueno, conmigo... estaba regresando de unos de los paseos que solía dar por el bosque cuando sentí a alguien tratando de entrar a mi mente.
Busqué la fuente del intruso y lo hallé, era alguien... perfecto. No tengo más palabras para describirlo más que un ser perfecto. Había algo extraño en él, lo miré fijamente y observé los detalles: un vampiro. Él era un vampiro. Se presentó como Edward Cullen y, empezamos una extraña relación de amistad.
Oh, mi reina decías, yo te creí
la reina de nada, es lo que fui
absurda cenicienta, así me sentí
perdida en un cuento real
esto se acabó.
Nos llevamos bien, sus hermanos y sus padres fueron fantásticos conmigo, me vi siendo más cercano a cada uno ellos. Iba olvidando mi tortuoso pasado, aún más con la ayuda de Jasper, él me comprendía más, además me contó de su pasado. Incluso Rosalie era un poco amable conmigo, lo recalco porque, según la novia de Edward, a Rosalie no le agradaba nadie que no fuera de su familia.
La novia de Edward, parecía molesta con mi presencia, lo alejaba de mí y todos lo notaron. Por fortuna o por desgracia, Rosalie, Emmet y Jasper nunca se alejaron de mí, Esme y Carlisle se mantuvieron neutros, trataban de hacerle ver que yo no era una amenaza para ella... Para no hacerles pelear, dejé de frecuentarles, me gustaba la idea de tener una familia pero, esa familia ya estaba completa. Después de todo, nunca he tenido nada.
Siento que alguien atraviesa las barreras que coloqué alrededor de la casa, eran dos vampiros, al abrir la puerta, veo a Edward y a Alice con preocupación en sus rostros… algo iba mal. Alice iba a hablar cuando el sonido de una aparición se escuchó en los límites de las barreras. Los vampiros lo reconocieron, yo les conté de él... Alice parecía confundida mientras Edward parecía querer suplicar por algo. Frente a nosotros, estaba Draco.