¿Por donde comenzar? Mi nombre es Harry Potter, pero creo que eso ya lo deberías saber. Creo que estas aquí para escuhcar lo que me sucedio, o nos sucedio, durante el famoso torneo de los tres magos así que comenzemos. Me encontraba sentado en la sala del gran comedor,hace unos días, dos si no mal recuerdo, acabamos de hacer la segunda prueba. Me encontraba bastante tranquilo, el pensar que faltaba tanto para la tercera prueba llegaba a tranquilizarme, eran risas y bromas de mis compañeros de Gryffindor. Veía una sombra acercarse a lo lejos. Giré mi cabeza lentamente y ví a Cedric Diggory junto a nuestra mesa, junto a mí, extendió su mano para entregarme un pedazo de pergamino amarrillento. Una sonrisa se dibujo en su rostro acompañado de un dulce guiño para despues girar y salir de ahí. Al parecer nadie se percato de su precensia en el gran comedor, desenvolví la nota para leerla bajo la mesa.
"Nos vemos en el baño de los prefectos. A las 9. ¡Ve sólo!"
Leí la nota alrededor de 10 veces para poder entender, pero no lograba entender las intenciones de Cedric. Todos en el la sala común estaban alborotados eran las 8:30 de la noche y mi corazón latía con fuerza, aún no comprendía porque iría, una parte de mí decía que no, pero otra me decía que tenía que ir, que tal si tenía algo de información para la tercera prueba. Camine por los pasillos tan apresurado como podía, debían ser casi las nueve así que use mi capa de invisibilidad para ir directo hacía allá. Mi corazón latía con tal fuerza, no lograba entender porque estaba tan nervioso.
—Frescura de Pino.—pronuncie las palabras para entrar dentro del baño.
El baño era igual que la primera vez que había entrado, las llaves estan completamente abiertas llenando la tina que había bajo ellas. Frente a mí estaba una amplia y ancha espalda. Cedric no se había dado cuenta de mí precencía, aflojo su corbata o eso era lo que veía, sus manos desabrochaban su camisa dejandola caer en el suelo, podía ver su ancha espalda sin nada sobre ella, sus manos bajarón su pantalón y cayerón junto con su camisa en el suelo. Dejarón ver unas nalgas redondas pegadas a unos ajustados boxers, se veían suaves y redondas.
Quería decirle que había llegado pero no quería dejar de ver esa escena. Se metío dentro de la bañera cerrando las llaves, sus manos se pegaban en la orilla de la tina grandisima. Mientras una bajaba y jugaba bajo el agua, la movía de un lado a otro. Soltó un leve gemido raro, decía algo como «Harry». Mi mirada estaba fija en su espalda, quería ver su cara, en realidad lo necesitaba, mi corazón latía con fuerza mientras leves gemidos salían de la boca de Cedric.
—Ho..hola.—tartamude levemente.
Mi capa había caido al suelo igual que la ropa de Cedric. La cabeza de chico de la bañera había girado para que sus ojos prenetraran mi cuerpo. Se levanto de la bañera, su pene se movío junto su pequño salto. Camianaba hacía dirección mía, su bulto-el cual era grande y se marcaba como una bola en los ajustados boxers de Cedric- se movía junto con él. Estaba a unos paso de él, su cuerpo era algo delgado, nada marcado, pero era mucho mejor que mí delgado cuerpo en eso momentos. Mi corazón no dejaba de latir con la misma fuerza.
—¡Hola Harry!—me saludó con una bella sonrisa mostrando sus blancos y perfectos dientes.
—¿Para qué querías que viniera?—tratando de disimular mi nerviosismo.
—Solamente quería felicitarte, ya sabes, por la prueba.—en su bella cara no se borraba esa sonrisa picara que acostumbraba a hacer.
—Gracias.—respondí un poco frío.
No puede evitarlo mi mirada se dirigio hasta su pene que pedía ser liberado del ajustado boxer de Cedric. Él se acerco a mí disimuladamente. Cuando menos pensé una respiración estaba pegada a mi oido izquierdo.
—¿Te gusta lo que ves?.-murmuro en mi oreja.—No deja de pensar en ti..-decía una voz ronca y sexy.
«Pues dejame verla ¡Estupido!» pensé para mí mismo. La voz de Cedric en mi oreja era lo más excitante que había escuchado, quería verla, era lo unico que quería. De mi boca no salía ninguna palabra, quería gritarlo que necesitaba, que lo necesitaba pero no podía, mi respiración se altero un poco. Sentí un suave beso en mis mejillas, eso basto para que mis orejas y mi cabeza en sí se tornara de un color rojizo, casí tenía el mismo tono que el pelo de Ron.
Sentía que se alejaba de mí «¡No te vayas! Hermoso, claro que me gusta.» Obvio quería una respuesta por parte mía, pero yo sólo las pensaba no lograba sacarlas dentro de mí. Me sorpendía que no tenía verguenza de mostrarse así, aunque no me molestaba mirarlo de esa manera. Sus boxers estaban empapados, podía ver la cabeza de su pene sobre la tela de estos.
—Lo siento..pensé que tú. Bueno, no importa.—dijo apenado.
Antes de qué pudiera alejarse más, mi mano apresurada tomó su pene sobre sus boxers que estaban a unos pocos pasoa de mí. Joder era suave, pero grueso muy grueso. No sentía que podía crecer más, pero era posible, lo hacía entre mis suaves manos que habían ido tras mis impulsos. Una paqueña risa picara salío de su boca y se formo una sonrisa de igual manera.
—¿Te gusta?—formulo de nuevo su pregunta.
Yo solamente asentí. Sus gruesas manos acaricierón mi barbilla para miralo a los ojos-era un poco más grande que yo.- aún no soltaba su bulto que crecía.
—Respondeme.—insistio.
—Me gusta...mucho.—aclare mi voz.
No podía creer que esas palabras habían salido de mi boca. Sentí unos labios un poco delgados acariciar los míos, juntaba con ternura sus labios a los míos y eran suaves y calidos. Poco a poco su lengua fue entrando con suavidad a la mía, cada vez se apasionaba más el beso. Solté su bulto aunque no quería hacerlo, me acorralo contra la pared fría. Sus manos quito mi capa sin dejar de besarme con deseo. Sus manos bajarón a mi trasero, lo tomó con fuerza, juntando mis gluteos con sus manos. Los movía formando circulos con ellos, los acariciaba y jugaba con ellos a su gusto. Gemí levemente separandome de sus labios, el rio y beso con ternura mis labios. Sus manos subierón levemente, cosa que no me agrado porque era bastante placentero verlo jugar con mis nalgas como si fueran unos nuevos jugetes. Sus manos se pusierón en mi cabeza y la bajo quedando incado ante él. Su mirada prenetrante me miraba desde arriba, tomo su pene y lo sacudio con suavidad. Bajó su tela y su pene salto erecto ante mí cara-tenía la sensación de que hiba a titar mis lentes.- era blanco, tan largo como guerso. No recuerdo bien el tamaño, pero era enorme, tenía unas bellas y redondas bolas y un poco de bello pubico, tenía rastro de rasurado. Antes de qué pudiera alejarse más, mi mano apresurada tomó su pene sobre sus boxers que estaban a unos pocos pasoa de mí. Joder era suave, pero grueso muy grueso. No sentía que podía crecer más, pero era posible, lo hacía entre mis suaves manos que habían ido tras mis impulsos. Una paqueña risa picara salío de su boca y se formo una sonrisa de igual manera.
«¿Qué hago?¿cómo lo hago?» tenía una idea de como hacerlo,ya que Ron me había contado una historia acerca de una chica que se la chupaba a uno de los gemelos, pero tenía mucho miedo. Miedo de hacerlo mal, de morderlo, o algo parecido, mi corazón latía con fuerza, quite mi vista de su gran miembro para mirarlo a sus tiernos ojos. Una sonrísa salía de su boca, era como una sonrisa de orgullo por su gran tamaño, yo también lo estaría si tuviera un pene como ese. Sabía lo que quería y lo quería lo más pronto posible.
Mis manos temblorosas del miedo tocarón su pene, eran tan suave como imaginaba. Enrrede mis manos sobre él mientras poco a poco enrredaba mi mano y lo matuve ahí por unos segundos, hasta que miré por ultima vez a Cedric antes de qué su miembro entrara en mi boca. Joder, que rico sabor tenía, olía tan bien, olía a un verdadero hombre y sabía como tal. Su sabor no lo puedo explicar, era salado pero muy dulce, era agrio pero muy acido, era un sabor unico que jámas volvere a probar.
Se metía y salía de mi boca con brusquedad. Estaba dando mi primera mamada ¡SE LA ESTABA MAMANDO A CEDRIC DIGORRY! joder, que rico pene tenía jámas se me olvidara el primer pene que chupe, y que gran pene era. Lo metía y lo sacaba, mi lengua recorria su glande y hacía pequeños circulos en él. Lo quería todo dentro de mi pequeña boca, me ahogaba de vez en cuando, en esos momentos quería una boca tan grande como su pene.
Aunque me sentía bastante bien con su pene dentro de mi boca, aún tenía miedo de estar haciendolo mál, aunque su cara decía lo contario. Fuertes gemidos salían de su boca y cerraba sus ojos, de vez en cuando me miraba al rostro y sonreía pero sus gemidos borraban su sonrisa perfecta.
—Mhmhm ¡Harry!—sus manos se enrredarón en mi pelo despeinandolo más.— ¡Que rico la chupas!!
Sus palabras me hacían sentir orgusollo, así que intente mejorar. Mi boca llenaba de saliba su pene lo cual me facilitaba para sacarlo y masturbarlo, ya que su miembro se deslizaba tan facíl en mis manos. Lamía de arriba a bajo y jugaba con sus redondas bolas. Sus manos se clavarón más en mi pelo cuando yo metía una bola succionaba una de sus bolas.
El ahora controlaba sus embestidas en mi boca, lo hacía de una manera bursca con juego a sus fuertes gemidos, yo solamente disfritaba de su gran sabor poniendo mi floja. Su pene empezo a producir liquido pre-seminal, lo cual le daba un toque salado a su gran sabor. Lo sacaba y acariciaba mis labios rojos, así yo sentía más fuerte su sabor.
—¡Sabía que tenias una boquita jugetona! se notaba.—dijo sonriendo con fuerza.
Metío su pene dentro de mi pequeña boca sin sacarlo, hacía presión y cada vez lo sentía más a dentro, mi respiracíon era agitada,mis ojos se llenarón de lagrimas, quería que lo sacara. Sus manos me pegaban más adentro, sus bellos pubicos-eran pocos- rosaban con mis mejillas, cerro sus ojos gimiendo con gran fuerza lo salado de su pene recorría mi garganda. «¡CEDRIC!» trataba de gritar pero era unitil. Cada vez estaba más rojo y sentía que hiba a explotar.
—¡HARRY¡ ¿ESTAS BIEN?—grito él asustado—. Perdoname..es que tú boca. Soy un idiota pervertido.
—Esta bien...en realiad me gusto.—dije tociendo un poco y limpiando un poco de saliba de mi labio inferior.
No había gustado del todo, pero desde el principio quería intenter eso, una sonrisa se dibujo en los labios de Cedric, su pene no cambiaba de tamaño y yo poco a poco recuperaba el color natural de mi piel.
—Harry...¿te importaría?—dijo Cedric tomando su miembro entre sus manos—falta poco para correrme. Pero si no quieres, no hay problema.
—Me encantaría.—me apruse a decir.
Cuando menos pensé tenía denuevo el pene de Cedric dentro de mi boca, esta vez no me ahogaba tanto pero salían extraños sonidos de mi boca eran como "gluap" yo seguía mamando y chupando su glande junto con todo miembro. Ambos nos mirabamos con ternura, su pene cada vez sabía más salado.
Cedric tomo de nuevo su miembro y lo saco de mi boca con delicadeza, lo paso por mi cara gimiendo levemente, una poca de mi saliba mojaba mi rostro cuando me daba leves golpecitos con él. Lo paso por mis labios rosados y cuando menos pensé, chorros de blanco semen cayerón por toda la habitación, mojarón mi rostro por completo, uno casí cae adentro de mi ojo, pero lo cerre lo antes posible. Cedric seguía moviendo su miembro tranto de limpiar su semen con mis labios, lo cual era inutil ya que ahí era donde tenía más semen.
—¡Mira lo que has hecho Harry Potter!—exclamó este mostrandome esa sonrísa que me facinaba.—Como me encantas.
Sus palbras me hicierón sentir más orgulloso de mis actos, y seguí limpiando su semen de sabor exquisito igua que su pene, daba besitos suaves en su glande. Le sonreí guiñandole un ojo con mi cara llena de su propio necatar blanquisco. Joder que rica noche, jámas se me olvidaran sus gemidos, el rostro de mi bebé.
Así fue, en él baño de los prefectos donde dí esa gran mamada, mi primer y la mejor mamada de mi vida.