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The Snowed Moon por Hando Kurai Tamashi

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Notas del fanfic:

Ohayo!! Mina! este es mi segundo ff , pero es el primero que escribo sobre la serie Inuyasha, menciono que los personajes pertenecen a su respectiva autora, Rumiko. La historia esa si me la invente xD , Como es mi primer ff espero tener lo que se requiere para que se enganchen, pues todo depende del primer capítulo, jeje xD. Ok. Espero y sea de su agrado esta obra que os voy a presentar.

Notas del capitulo:

Hoooola!! Muy buenas tengan :) [Llega haciendo una reverencia] Les presento esta obra, que espero sea de su agrado, aquí plasmo mi mente cursi en sus momentos de inspiración jeje... xD. Muy bien disfruten! Y que empiece el espectáculo! ;)

-Que hermoso amanecer, digno de un día del mes de Abril- Decía un joven monje abrazando delicadamente a una joven aldeana, quien ante el acto de este no podía evitar un leve sonrojo en sus mejillas; aquel monje sonrió a la joven dulcemente prosiguiendo – Y tal hermosa vista es digna de mi bella amada en brazos… Sango, te amo –

- Excelencia por favor no siga – Decía la joven ya roja – Aunque… usted a mi no me engaña, lo he observado durante todo este tiempo y puedo deducir que es un coqueto con todas las jóvenes de la aldea – Tales palabras le cayeron como bofetada al joven.

- No lo niego… - Dijo el joven con tal seriedad que la muchacha se quedo sin palabras, “No niego que he cometido muchos errores en la vida tratando de buscar el amor que me corresponde… pero…” pensaba el monje, cuando decidió hablar para confesar sus verdaderos sentimientos – Pero quiero que sepas, que durante todo el viaje vivido, ahora no tengo ni una sola duda, de que tu mi querida Sango… Eres el amor que he estado buscando desde el inicio; créeme, ten por seguro que ninguna mujer iguala tan hermosa imagen y sentimientos tan puros como los tuyos, tan inocente, tan hermosa, tan llena de amor… solo déjame amar todo de ti, estar contigo en cada momento, cada instante. No dudes querida Sango que eres la mujer con quien quiero compartir todo… -

- Excelencia… yo… lamento si le hice sentir fatal con mi imprudencia, perdóneme – La joven estaba tan arrepentida de dudar así de su amado, que después de todo se hospedaba en casa de la misma dado que el monje ya había hablado con los padres de la muchacha para pedir la mano de su hija, los padres de la chica estaban contentos, que mejor que entregar a su hija a un hombre que se dedica al bien y mas aun cuando sabían plenamente que su hija amaba profundamente a aquel hombre.

- No hay nada que perdonar mi amada, sabes que se perfectamente que no harás nada de lo que me decepciones, eres una mujer excepcional – Dijo el monje besando dulcemente los labios de la joven Sango, para después notar lo roja que logro ponerla, y posteriormente dirigir su mirada hacia los cielos diciendo – Mi pequeña niña, realmente eres inocente y posees un alma tan pura como la… ¡¿nieve?¡ - Dijo esto último, con asombro después de ver como justo lo que pensaba se manifestaba frente a él; extendió la mano tomando unos cuantos copos de nieve que al contacto con su cálida piel se disolvieron en ella; solo era una leve nevada, pero realmente ver nieve en la estación que se encontraban era algo sorprendente y extraño a la vez.

- Nieve en esta época del año¡ Excelencia esto debe ser causado por una criatura sobrenatural cerca de la zona, ¡los aldeanos deben correr peligro, pronto salgamos a vigilar los alrededores¡ yo le ayudare a acabar con la criatura – Dijo la joven poniéndose de pie y corriendo hacia la salida de la habitación.

- Sango, no vengas yo me encargare de todo, se que eres la mejor exterminadora de toda la aldea, pero escúchame…- Dijo el monje poniéndose de pie, y al llegar a donde estaba Sango coloco suavemente su mano en el hombro de la chica, y continuo – No me perdonaría jamás que te pasara algo horrible, no todos los monstruos son iguales, y aparecer este ataca con la nieve, es posible que sea un monstruo terrible y mas fuerte que a los que hemos enfrentado, así que tu quédate en la aldea con los aldeanos para realizar la estrategia si llega a poner un pie en la zona, yo estaré bien si veo que necesito ayuda regresare, lo prometo – La joven asintió ante las palabras del monje.

Una vez ya listo partió hacia las montañas ya que se veía que de allá provenía la ventisca, sabía bien que no debía aventurarse más allá del pie de las montañas, dado que las planicies no eran de fiar; paso un tiempo caminando entre la tempestad y lo único que percibía era el rugido del aire estrellarse contra las rocas. Pasaron las horas hasta que se percato de una presencia que se acercaba rápidamente hacia donde estaba el, entre la tormenta de nieve noto que quien se acercaba era un muchacho albino, alto, de figura atractiva, con unos hermosos y frívolos ojos color oro, el albino usaba un hataca de color blanco con bordados de flores y encima una armadura, mantenía dos espadas sujetas a su cintura, pero lo que llamo aun mas su atención fueron esos ojos que a pesar de que no expresaban más que soledad, podía notar una gran preocupación reflejada; estaba asombrado ante la belleza, que no se percato de que aquel hermoso ser poseía un aura demoniaca, en efecto era un youkai, sabía bien que los demonios con forma humana eran de lo más peligroso; el joven monje, que una vez rozo hombro con hombro su corazón empezó a latir como loco, fue un instante antes que el chico siguiera su camino a paso veloz pero para el joven monje le resulto una eternidad, no sabía porque le paso eso en ese instante, no sabía si la belleza del chico lo puso así o el miedo al tener tan cerca a la muerte; se quedo mudo observando como la silueta del joven se adentraba presuroso a la ventisca. Por un momento observo que poco a poco la ventisca se disolvía, fue cuando aprovecho para dar una mirada a la aldea y presenciar que se encontraba intacta; al ver que la amenaza había desaparecido de la nada decidió retirarse.

-          Excelencia, se encuentra bien? ¿Qué sucedió, acaso extermino a la criatura?- exclamo Sango dirigiéndose hasta donde estaba el monje.

-Descuida estoy bien y no pude encontrar a la criatura lo cual indica que no se encuentra cerca de la aldea – La joven dio un respiro de alivio, “Que me sucede porque no tengo deseos de contarles acerca de ese youkai” Pensaba el monje.

Unas semanas después de lo sucedido, Miroku se encontraba en el bosque acababa de exterminar a una criatura maligna que causaba problemas, se sentó en las raíces de un árbol y contemplo la palma de su mano derecha “Un día moriré como mi padre, que destino tan trágico” se perdía el mismo en sus pensamientos.

-Rayos,¿ me quede dormido? – Se preguntaba mirando hacia la inmensa manta llena de agujeros (una noche estrellada, pues), fue entonces que se levanto, camino durante un tiempo.

-Vaya problema, ¡auch¡ mi rostro, ¡duele¡ no sabía que tenía espinas – Decía Miroku, ya que como no había luna tropezaba con cualquier cosa a su paso, fue entonces que se le ocurrió una idea “lo tengo, solo necesito hacer una antorcha” una vez lo planeo se dirigió hacia la rama de un árbol  que parecía buena para prender fuego, pero dado a la poca visibilidad del suelo no se percato que en su camino se encontraba un gran obstáculo, un barranco, por el cual cayo. Una vez abajo maldijo su mala suerte, pero se calmo al ver que a unos metros se encontraba un lago, estaba sediento no había bebido nada de agua desde la mañana, fue presuroso al llegar para su sorpresa alguien se encontraba en el lago, se detuvo y se escondió en los arbustos mas cercanos, se acerco poco a poco y pudo ver la silueta de una persona, pudo notar que tenía el cabello muy largo y al parecer negro, el hecho de solo pensar que sería una mujer lo volvía loco.

-Pobre criatura, debió haber perdido el camino a casa justo como yo, y como caballero debo ayudar a mis queridas hermanas en apuros- decía el monje para sí mismo “deja de soñar, que si es una trampa, peor a un  youkai¡ por favor como hombre del bien debo seguir mis instintos espirituales y ayudar a los demás aunque me cueste la vida, si en caso de ser un youkai no dudaría en guiar a esa hermosa criatura por el buen camino” estaba perdido en sus lúgubres pensamientos de los cuales salió al escuchar un dulce canto, curioso se asomo, en efecto aquella persona se encontraba dentro del lago, mientras cantaba el agua se movía a su alrededor al compas de sus manos; movimientos suaves y elegantes, Miroku estaba asombrado ante el  espectáculo, mientras más observaba mas eran las ganas incontrolables de tenerla en sus brazos.

-AY¡¡¡- grito Miroku al sentir una punzada en su mano izquierda; al posar la mencionada sobre una roca no se percato de que se encontraba una serpiente la cual fue la causante de su dolor al morderlo y huir.

-Quien está allí¡?- escucho la suave voz, aquella persona fue hacia la orilla cogió parte de una de sus vestimentas y la ato a su cintura dejando solo el torso desnudo, Miroku quería salir corriendo “que le diré, que la estaba espiando…” pensaba, antes de lo que esperaba ya se encontraba al descubierto.

-T…Te lo… puedo e…explicar…- decía el monje tartamudeando con el rostro pintado de un rojo carmesí, pero su crisis de nervios duro poco, pues se percato de que no era una chica como creía, si era un ser humano pero era un chico.

- ¿Te sucede algo?- pregunto el chico, ahora que lo veía de cerca quedo cautivado por esos ojos oscuros como la noche misma, llenos de misterio pero que tenían un brillo único, destellos de luz en medio de la sombría oscuridad, su cabellera negra danzaba entre el viento como queriendo ser uno con la noche, su piel pálida y cuerpo de estructura fuerte y frágil – Disculpa, ¿te encuentras bien? – fue sacado de sus pensamientos morbosos “pero en que pensaba, el es un hombre” se decía a si mismo.

- Mmm, descuida estoy bien – decía el monje mientras mecía la mano enfrente de el para indicar que todo esteba bien – Ayyy¡ - dejo escapar un chillido cuando aquel chico tomo la mano que mecía al ver correr sangre de esta – Estas mal,¿ no ves que estas sangrando?- decía el chico preocupado – Bueno a decir verdad, fui mordido por una víbora- - eso es peligroso, tenemos que sacar el veneno antes que recorra todo tu cuerpo- fue interrumpido por el chico, quien desprendió un pedazo de tela de sus prendas y la amarro fuertemente en el brazo izquierdo de Miroku – Espera un momento- le dijo el chico al monje, este corrió hacia la fogata que se encontraba a un lado del lago busco entre sus cosas y saco un pequeño cuchillo parecido a un bisturí al cual coloco al fuego por un momento y fue rápidamente donde el monje, - Quizás duela un poco – tomo la mano dañada e hizo un corte sobre la picadura, acto seguido, dirigió su boca hacia la herida comenzó a succionar la sangre y expulsarla, después de varias repeticiones, desprendió mas tela y la puso sobre la herida.

-Es todo lo que está a mi alcance, deberías acudir inmediatamente a un medico- Miroku no entendía la preocupación de aquel muchacho, inmediatamente le ha ayudado, sin siquiera conocerlo, era un completo desconocido, ¿No podía pensar siquiera en la posibilidad de que podría ser un delincuente y hacerle daño?, solo pensar en eso se daba cuenta de la ingenuidad e inocencia del chico, lo cual le enternecía y le hacía pensar un montón de tonterías.

-¿Qué tanto piensas?- Dijo el joven, lo cual a Miroku puso tenso, la idea de explicarle que fantaseaba con él lo puso rojo hasta las orejas que para su mala suerte era visible aun con la poca luz - ¿Pasa algo malo?, ¡estas todo rojo!, ¿Tienes fiebre? – Dijo el chico que a su vez posaba su mano en la frente del monje, al no coincidir su tacto con su vista, cambio su mano por su frente – Que raro, te ves fatal pero no tienes fiebre- Decía el muchacho y el pobre monje se puso mas rojo de lo que estaba “!¿se puede saber que haces, baka?¡ eres mas ingenuo de lo que creí, mira que tan cerca de tu rostro estoy y eso no es todo para acabar, !casi estas encima de mi¡” pensaba Miroku con el corazón latiendo por mil; de hecho si una persona los encontrara tal y como están pensaría mal, tomando en cuenta que uno de ellos esta semi desnudo, “si alguien nos viese, mi reputación se iría por los pisos” la conciencia le remordía al lujurioso monje, pero una parte de el deseaba algo más que pura cercanía “que ojos tan lindos tiene, que piel tan fresca, casi puedo sentir su respiración chocando con la mía, pero esos labios  se ven tan tentadores… espera¡ ¡ni lo pienses, Miroku te lo prohíbo¡” se dijo al percatarse que poco a poco inconscientemente se acercaba mas al chico, este mantenía los ojos cerrados en signo de concentración, y no quería aprovecharse de eso.

-Me rindo, no soy médico por eso debes ir a consultar con uno- dijo el joven separándose de Miroku, al decir aquellas palabras una fuerte brisa les rodeo, - Por favor, debes irte inmediatamente, no te sorprendas ¿vale?, ¡A-Un, vengan rápido, por favor!- De pronto un gran dragón de dos cabezas con silla de montar apareció, -¡¿Pero que?¡ ¡Fuera espíritu del mal!- Dijo esto; con la mano izquierda saco unos sellos y con la mano derecha tomo al chico por la cintura pegándolo a su cuerpo en un instinto por protegerlo – No lo entiendes, ese youkai es mi amigo, no te hará nada- Decía el muchacho mientras se zafaba del agarre del monje y lo empujaba hacia el youkai –Estas seguro de lo que dices- le dijo Miroku, pero el chico solo le dijo – Si, A-Un, llevad al monje a la aldea más cercana, onegai- Los dragones acentuaron, Miroku se preguntaba si acaso los youkai entendían lo que el chico les decía.

Una vez Miroku subió los dragones comenzaron a elevarse y a moverse a una dirección en las alturas, el muchacho al verlos desaparecer de su vista dio un respiro de alivio; fue entonces que…

-Inuyasha…- escucho su nombre, se giro para encontrarse con el mismo muchacho que el monje se topo en las montañas – Seshuomaru- Dijo Inuyasha suavemente; una vez Seshuomaru estuvo frente a él,- ¿Se puede saber que tanto haces? Si ya terminaste de bañarte vístete como es debido- Dijo el peliblanco al azabache, mirándolo de arriba abajo para después desviar la mirada y hacer una mueca de desagrado – No tienes que decírmelo- Dijo Inuyasha mientras tomaba su ropa y se bestia detrás de unos arbustos; una vez listo salió.

-¿Te encuentras bien?- Dijo Seshuomaru dirigiéndose hacia él y tomando una de las mangas del hatama la cual estaba desgarrada.

-Descuida, se enredo cuando pasaba por unos arbustos, eso es todo…- Dijo Inuyasha mientras le  arrebataba la manga de las manos del peli-blanco; el solo hecho de pensar de que si Seshuomaru se enteraba que ha ayudado a un humano le daba escalofríos.

-Pues…- Sniff…Sniff…- Comenzó a olfatear Seshuomaru y se acerco a Inuyasha – Inuyasha, hueles raro, no me digas que… tuviste contacto con un humano- Dijo esto último en un tono severo acercándose mas al chico.

-No digas tonterías- Decía Inuyasha molesto alejando al alvino con sus manos sobre el pecho del mencionado.

-¿Y esa sangre? ¿me puedes explicar que hace sangre en tu labio? – Seshuomaru miro con enfado a Inuyasha, Inu con su dedo limpio y en efecto tenía sangre, juraba que había enjuagado bien su boca pero allí avía sangre.

-M…Me…me mordí e..el labio por accidente- Dijo Inu en un intento para evitar ser descubierto.

-No me digas…- Dijo Seshuomaru en tono de ironía, tomando por el mentón a Inuyasha – Quizás te haya dado por querer probar la sangre humana y devoraste al primer humano que te topaste, dime, donde dejaste el resto…-

-¡Baka, deja de decir tonterías¡- Grito Inuyasha indignado golpeando la mano que le sujetaba el mentón, para luego ser abrazado fuertemente por Seshuomaru, una vez en sus brazos dejo de poner resistencia y le devolvió el abrazo; algo le decía que no debía hacer enfurecer al peli-plata, acomodando su cabeza sobre el pecho de Sesh y este mismo acomodando su cabeza sobre la del azabache.

-Sigo creyendo que me tratas de ocultar algo- Dijo el alvino, a lo que Inuyasha solo lo abrazo con mas fuerza.

-Hmmp… pues entonces no me creas, ¡Seshuomaru no baka!- Le respondió Inu escondiendo mas su rostro.

-Si quieres que te crea, entonces mírame a los ojos- Dijo serio Seshuomaru, fue entonces que Inuyasha dirigió sus ojos profundos y sombríos, pero que se mantenían brillantes y vivos por mas oscuros que fuesen, a los dorado intenso pero apagados de cualquier sentimiento de Seshuomaru; allí se encontraban las dos miradas, contemplándose mutuamente; “Sera mi imaginación” se preguntaba Inuyasha al ver a Seshuomaru sonreír, no podía creer que tuviera en ese rostro inmune a los sentimientos una sonrisa picara.

– ¿Seshuomaru? ¿Te sientes bi… mmm?- Fue silenciado por un beso, Inuyasha sintió un escalofrió recorrerle la espalda, estaba en shock ¿Ese era realmente Seshuomaru?, trato de separarse pero Seshuomaru no lo permitió, al contrario lo aprisiono mas entre sus fuertes brazos, tomando al azabache por la cintura elevándolo, su lengua pedía entrar, pero Inu no estaba dispuesto a permitírselo, Sesh al ver la poca cooperación de su presa; solo se le ocurrió hacerle cosquillas a Inuyasha, el mencionado que era muy sensible no tardo en soltarse a carcajadas, situación que aprovecho la bestia de Seshuomaru para introducir finalmente su lengua en la boca de Inuyasha, exploraba cada rincón de la cavidad presionando su lengua contra la de Inu que poco a poco empezaba a cooperar. Y allí se encontraban los dos besándose con mucha pasión, Inuyasha poso sus manos en el cuello de Seshuomaru, este recargo a Inu contra un árbol; naturalmente sus pulmones pedían aire, y ante la necesidad de este se vieron obligados a separarse, Inuyasha respiraba jadeante con las mejillas sonrojadas, no podía creer que lo que Seshuomaru hacia y mas aun que el mismo estuviera cediendo ante él tan fácilmente; volteo su rostro estaba tan avergonzado de sus propias acciones; fue demasiado tarde cuando se percato de que Seshuomaru lo volvió a tomar con fuerza contra su pecho deslizando el hatama de Inuyasha hasta el hombro, para después quitar suavemente los hilos negros del frágil cuello del chico, comenzó besando y lamiendo el hombro derecho, trazando su recorrido.

-Ahhh… Seshuomaru, déjame Ahhh… onegai- Suplicaba Inuyasha entre jadeos, sintiendo como su cuerpo poco a poco se calentaba, no sabía por qué razón Seshuomaru actuaba tan posesivo sobre su cuerpo, como si quisiera devorarlo; sentía como su entrepierna se calentaba quería que parara era tan vergonzoso – Ayyy¡- No pudo evitar gritar al sentir los colmillos de Sechuomaru enterrarse en su cuello e inevitablemente rodaron lagrimas por sus mejillas, Seshuomaru comenzaba a succionar el vital liquido que fluía de ese delicado cuello “tienes un cuello y una sangre muy exquisita, Inuyasha” pensaba, Inuyasha no podía hacer mas que gemir y aferrarse a la cabeza de Sesh en la cual sus manos se perdieron entre ese rio de nieve. Pero cuando finalmente se rindió ante Seshuomaru pidiendo más fue soltado, perdió el equilibrio y cayó en las raíces de aquel árbol…

-Seshuomaru… tú… ¿Porqué?...- Dijo el azabache confundido, viendo como el albino daba vuelta y se alejaba de el hasta detenerse entre unos árboles.

-Solo quería comprobar si la sangre que tenias en la boca era ajena a ti, pero veo que me equivoque… Inuyasha, el que pierdas tus poderes sobrenaturales durante le luna nueva te hace débil, te hace un insignificante humano; si no fueras mi hermano te hubiera devorado ya hace tiempo, tu sangre es deliciosa- dijo esto volteando el rostro para después sonreír maliciosamente y relamerse los dedos. Inuyasha sintió un escalofrió en toda la espina dorsal.

-¡¡Seshuomaru, Bakaaaaa!!- Grito Inuyasha sonrojado y jadeando, “solo para comprobar… solo por eso me beso, solo por eso jugó con mis sentimientos, y pensar que yo… ¡que yo!...” se sentía un completo tonto, pues le habían robado su primer beso; se sentía correspondido, se sentía amado.

Mientras tanto, en la aldea de exterminadores, el joven monje llegaba “Pensar que ese chico se relacione con un youkai; pensar que es buena persona… ¿quien era aquel hermoso joven?” pensaba mirando su mano izquierda vendada con el trozo de tela.

-¡Excelencia¡ - Exclamo Sango corriendo y abrazando al monje.

-¿Tranquila ya estoy aquí?- Dijo correspondiéndole el abrazo.

-¿Enserio?... ¡Su mano! ¡¿Qué le ocurrió?!-

-Pues, veras fui mordido por una víbora y un buen joven me auxilio-

-Corriste con suerte, excelencia, no debe morir, no me deje sola-

-Jamás, estaré contigo siempre- Dijo el monje que a su vez abrazaba con mas fuerzas a Sango

Notas finales:

Arigato!! Espero les haya gustado este primer capitulo :D . Les recuerdo que pueden dejar un Review, acepto todo tipo de comentarios, asi sabre si puedo continuar o en que puedo mejorar, muuuchisisisimas gracias!! Tratare de actualizar cada 15 dias asi que nos leemos luego n_n . [ Llega su asistente y la saca del esenario, Handou amenazandola si no la baja... La asistente la nokea] jeje... Bye.


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