El sol entraba por la ventana mientras un pelirrojo esperaba sentado en la cama a que su madre lo llamara para bajar, fingía estar durmiendo no quería que nadie notara realmente lo emocionado que estaba.
Hoy él y su familia irían a el callejón diagon a comprar todo lo necesario para Hogwarts, este sería su primer curso, sabía que todo sería de segunda mano, excepto su varita y eso era lo que lo tenía tan emocionado, por hoy primera vez algo sería suyo y sólo suyo, nadie se lo heredara.
Tan pronto como su madre le gritó él contó hasta 40 antes de bajar, había pasado los días contando cuánto tiempo le tomaba levantarse ni vestirse después de que su madre lo despertara, todo eso para que nadie sospechara que la noche anterior no había podido dormir y que se había acostado vestido a causa de la emoción. Al llegar abajo se encontró con su familia reunida alrededor de la chimenea, su madre entregando una bolsita de papel a cada uno donde, imagino Ron, estaba el desayuno, se irían sin desayunar pues según su madre tenían que llegar temprano al callejón para que no les ganaran las mejores ofertas y comer en el camino era la mejor opción.
Como los polvos flu se les habían terminado harían el viaje al "estilo muggle", por fortuna para su padre y pesadez para él. El viaje lo harían en el carro de su padre y supuso que como siempre a él le tocaría ir apretujado en la cajuela, cosa que . le molestaba pero no hoy nada, absolutamente nada le arruinaría este día.
El dia estaba siendo fantástico, no viajó en la cajuela, ese lugar lo ocupó Fred, mientras compraban lista útiles sus padres le compraron un helado; a diferencia de lo que su padre suele hacer esta vez compraron los libros y se fueron de la tienda sin andar cuchicheando entre los aparadores. Tan solo una hora y media después de haber llegado ya se dirigían a sus últimas dos paradas, la tienda de túnicas (de segunda mano) y finalmente con Olivander a comprar su tan deseada varita.
Mientras iban a la tienda de varitas Ron divisó a un niño de cabellera rubia y porte pretencioso, Draco Malfoy, lo siguió con la mirada y lo vio entrar a "Madame Malkin túnicas para toda ocasión", seguramente comprando su túnica para howarts, sintió lastima por la pobre mujer que le atendiera y por cualquier cliente que se metiera a comprar en aquel momento, pero al mismo tiempo no pudo evitar recordar aquella época en la que creyó que él y el ojigris podrían ser amigos.
Eso fue hace unos 5 años mas o menos, cuando él tenía 6 y estaban en kindwrite, el equivalente a la educación básica para los magos, aunque solo se va un año ahí y lo único que te enseñan es a leer y escribir, todo lo demás es responsabilidad de tus padres.
Las primeras 4 semanas el más joven de los varones Weasley y el único niño Malfoy se habían llevado muy bien. El rubio fue muy amable prestando le sus pergaminos encantados, que destellaban, cambiaban de color o ilustraban por si solos todo lo que se escribiera en ellos, mientras tanto Ron le compartía de los deliciosos pasteles que le preparaba su madre, pues al ojigris nunca le ponían lunch solo le daban dinero para comprar en la escuela cosa que a él no le agradaba. Se pensaría que ellos terminarían siendo mejores amigos porque siempre se les veía juntos y sobre todo porque siempre se la pasaban riendo.
Pero todo eso cambió, sin dar siquiera una razón Draco comenzó a evitar a Ron, ya no le prestaba sus pergaminos y procuraba mantenerse lejos de él, es más también lanzaba comentarios hirientes sobre la familia Weasley cada vez que estaba cerca, claro cuando no había ningún profesor que escuchara, el pelirrojo termino odiando al rubio y a su familia.
Esa sería una de las muchas cosas que nunca le diría a su familia, el que conocía a Draco, que había pensado que serían amigos y el que el futuro slytherin le había hecho tanto daño a un edad tan joven.
Despertó de sus recuerdo entrando a la tienda por su varita, no noto que a sus espaldas un rubio lo observaba, Malfoy aun recordaba esos momentos en los que Ron y él eran inseparables, si tan solo el pelirrojo no fuera un Weasley todo sería diferente, seguirían siendo amigos es más seguro serían los mejores amigos, de eso estaba seguro, pero Ron su querido casi amigo de la infancia era un Weasley y su amistad no podía ser. Lucius le había prohibido continuar con la amistad pues "un Malfoy nunca sería amigo de un traidor de sangre, pobretón e insignificante Weasley". Draco estaba seguro que su padre le había hechizado de alguna forma, pues siempre que se acercaba al pelirrojo terminaba diciendo algún insulto en contra de la familia de este. Le dolió mucho ver como ver cómo sus palabras herían a Ron, por eso prefirió alejarse, pero eso era historia antigua y si hay algo que nunca hace un Malfoy es preocuparse por tonterías como un ex-casi amigo de la infancia con el cual terminó la amistad antes siquiera de empezar realmente; así que se dio la vuelta y entró a la tienda con una mirada de superioridad en el rostro.