Una vez más aquel sentimiento de ansiedad me invadió, era algo molesto como una descarga eléctrica que recorría toda mi columna y terminaba en mi pecho.
_Asquerosa ansiedad _Dije para mi mismo.
Definitivamente los últimos días habían sido insoportables y aquella ansiedad se hacía más recurrente.
Mi perro, Chocolate, giraba a mí alrededor demandando atención, para ser honesto parecía tan ansioso como yo. Quizá era la resistencia lo que más me impacientaba, pero Rosalín, Darren, Zacarias y Amelia, eran buenos compañeros, con grandes ideas y mucha iniciativa, los planes no estaban saliendo tan mal, entonces ¿que era lo que me ponía tan nervioso? ¿El asma? No, hacía semanas que no causaba inconvenientes. ¿El espectro? Tampoco era algo que me estuviera causando problemas a gran escala.
Suspire mientras acariciaba a Chocolate y estiraba mis brazos en un bostezo. Era una tarde tranquila y algo calurosa, maldecía internamente a mi cabello por haber crecido tanto desde la última vez que lo corte, no era alguien con un temperamento muy pasivo, cosas como el calor, podrían irritarme bastante y eso yo mismo lo reconocía. Tal vez no tenía paciencia en muchas cosas…..esta bien…. no tenía NADA de paciencia, todo me irritaban a muerte, el calor, la injusticia, la maldad y la burocracia….y eso era decir poco, odiaba a cualquier ser humano que se sintiera superior a otro, se supone que todos somos iguales y el contemplar los abusos que los más poderosos ejercían a otros me hacía hervir la sangre, por esa razón la resistencia estaba ideando un plan para acabar con esos cerdos.
Los ladridos de Chocolate desviaron mis pensamientos, en menos de un segundo comenzó a correr hacía el pueblo como loco. Lo mire extrañado pero no era la primera vez que salía disparado por que si, quizá había visto una ardilla o algo. Me senté en el suelo y jugué con mi daga un momento, ya había olvidado donde la había conseguido, solo recuerdo que era un regalo para protegerme, aunque las voces y rostros eran difusos en mi mente, seguramente lo había reprimido debido a que fue poco después del incendio.
Sacudí la cabeza intentando no volver a eso, la muerte de mi familia no era algo que deseara recordar, me hacía sentir muy impotente e indefenso y alguien como yo no podía tener esas debilidades, no cuando una causa noble exige valor y fuerza para proteger a otros.
Mire el cielo crepuscular con cierta nostalgia, pronto sería de noche y debería entrar a casa, solo deseaba que Chocolate se apresurara con lo que fuera que hacía, sentí una puntada de dolor en mi pecho y respire hondo, por un segundo me pareció ver un hilo brillante azul verdoso que iba desde mi pecho hacía el bosque, pero cuando parpadee una vez más había desaparecido, probablemente el calor me estaba afectando. A lo lejos sin embargo logre divisar a Chocolate saltando de un lado a otro, pero a su lado venía también una extraña figura que no lograba reconocer.
_ ¿A quien trajo ahora ese perro loco?_ Dije indiferente.
Me sorprendió el hecho de que mi perro viniera con una persona que no fuera yo, pero me sorprendió más el divisar que tipo de persona era. Un chico de pelo negro algo alborotado, de piel pálida y ropa costosa, demasiado costosa para un plebeyo normal, se acercaba junto a mi perro.
"…Es uno de ellos…es un asqueroso cerdo burgués". Pensé aun con cierta incredulidad y furia contenida.
El chico se detuvo frente a mi y me contemplo por unos segundos, al parecer debería ser demasiado obvia mi reacción, pues se mostraba algo incomodo y aun así me miraba de forma intensa.
Definitivamente odiaba esa forma que tenía de mirarme, ¿quien se creía que era para observarme así?¿Acaso nunca había visto un plebeyo en su vida? ese idiota se debía sentir superior, todos eran iguales.
_ ¿Que crees que haces con mi perro asqueroso burgués?_Dije de forma despectiva.
_… ¿Qué?_ Dijo en un tono algo sorprendido y un tanto ofendido.
Su voz había sonado lo suficientemente fuerte como para que detectara aquel asqueroso acento propio de la clase alta, como si no me molestara lo suficiente su cara, ahora tenía que aguantar su voz.
_ Argh… ¡¡¡no sé quien seas pero de verdad te odio!!!
El chico frunció el ceño y me miro con desprecio, sin saber que decir exactamente.
_Pues…_Comenzó a articular con aquel fastidioso acento_ El sentimiento es mutuo, yo solo vine a devolverle su perro.
Sus palabras solo me hicieron gruñir para mis adentros, ¿como se atrevía a contestarme?
_ Tú no deberías estar aquí niñato de alta suciedad y mi perro no esta perdido, lárgate antes que ensucies toda tu asquerosa ropa fina.
_A usted no le importa que hago yo o no aquí y si me ensucio o no mi ropa, además se pronuncia sociedad, no suciedad que es lo que tiene en todo su cuerpo.
Definitivamente iba a romperle la cara, cerré mi puño dispuesto a sacarle un diente pero Chocolate ladró distrayéndome e indicándome que debía volver a casa, ese tipo tenía suerte.
_Púdrase_ Dije lanzándole una mirada venenosa y girándome hacía mi hogar, pero Chocolate no me estaba siguiendo. El estaba allí, tironeando el pantalón del mini burgués.
_Perrito, deja de molestarme tengo que irme_ Dijo intentando separarse de Chocolate.
__ Vaya debe estar muy bien orientado para querer caminar por la zona rural, cuidado podría ensuciar sus calzones caros_ Dije con sarcasmo.
_Discúlpeme pero no es de su incumbencia hacia donde me dirijo y si mi ropa interior o lo que sea quedan sucias.
_¡¡¡Pues vaya a bañarse al fondo de su pozo!!!
El chico me miro impaciente, auque no estaba seguro si era yo el que lo impacientaba u otra cosa pues miraba constantemente de un lado a otro con nerviosismo.
_No tengo tiempo para discutir con alguien como usted, un gusto hablar contigo plebeyo….Aunque su actitud no me agrade le deseo que pase una buena noche.
_Idiota_ Susurre_ ¡¡Vamos Chocolate!!
El perro se sentó en el piso y me miro suplicante, no tenía idea que quería pero no tenía tiempo para eso, revolee los ojos y camine a mi casa por mi cuenta. Eso de verdad me dio curiosidad, independientemente de la pequeña discusión que había tenido con aquel chico, Chocolate no solía actuar así con extraños mucho menos con los que sabía que no eran de mi agrado particularmente.
Sacudí mi cabeza aún irritado y camine más rápido, debía llegar pronto a casa, por fortuna Chocolate sabía arreglárselas solo, ¿pero y ese chico? Bah a quien le importaba, solo era un mocoso burgués nadie lo extrañaría… pero también era un ser vivo. Una pizca de culpabilidad comenzó a inundarme, la noche era peligrosa y ese joven no parecía ser muy inteligente en cuanto a orientación. Fruncí el ceño molesto y me gire para ir tras Chocolate y de paso comprobar que ese chico estuviera bien, después de todo al igual que yo solo era un niño, quizá me llevara un año pero era un niño al fin y al cabo.
Unos ladridos hicieron que apresurara el paso y por fortuna logre encontrarlos, aunque lamentablemente no estaban solos, una figura encapuchada de rojo que me era demasiado familiar se acercaba peligrosamente al chico, corrí hasta él y lo tome del brazo antes de que lograra atacarlo, la figura se revelo ante él y ante mi, con un alarido espantoso mostrando sus cuencas vacías en lugar de ojos y una hilera de filosos colmillos alrededor de toda su boca. Chocolate comenzó a morder al espectro dándonos tiempo para huir, corrí casi arrastrando al confundido mini burgués hasta mi hogar, Chocolate nos alcanzo pronto, no era la primera vez que nos enfrentábamos a aquella criatura y ambos sabíamos que no sería la última, pero esta vez no se cobraría una vida.
A pesar de que el demonio era bastante veloz, arroje mi daga contra él para ahuyentarlo y entrar a mi casa a tiempo, junto con mi perro y aquel niño tonto.
Cerré la puerta una vez que logramos entrar y me senté en el suelo respirando agitado, mi pecho y garganta me ardían y me estaba costando respirar, comencé a entrar en pánico, estaba teniendo un ataque de asma, el aire no llegaba a mis pulmones y empezaba a asfixiarme.
Chocolate empezó a ladrar y el chico de pelo negro se alarmo bastante al verme, señale un vaso de agua que contenía una medicina especial y percibiendo lo que le indique al instante, no tardo en llevar el vaso de agua con aquel horrible medicamento a mi boca. Me costo mucho tragar el agua pero finalmente logre hacerlo y mi respiración se calmo un poco, no obstante el aire parecía entrar de forma escasa lo cual me hacía desesperar aun más, creí que volvería a tener otro ataque cuando sentí una mano frotándose en mi pecho como si eso fuera a calmarme, y extrañamente si lo hacía. El mini burgués estaba intentando tranquilizarme y de a poco el aire volvió a entrar en mis pulmones.
En cuanto tuve un poco más de energía aparte su mano.
_No me toques…_Dije molesto.
_Hubiera aceptado un agradecimiento, por ayudarte con tu asma.
_ ¿Así se llama? ¿Asma?…_Suspire resignado_ Como sea, gracias… eso es todo lo que diré.
El chico sonrío satisfecho y en mi interior solo sentía ganas de borrarle esa sonrisa de un puñetazo, auque debía admitir que estaba agradecido con él.
_Gracias a ti también, por salvarme de esa cosa_ Dijo sonriendo.
_Como sea…_Dije llevándome una mano a la cara y refregándome los ojos.
_Me llamo Dhaker…
_ ¿Acaso te lo pregunte?
_No ¿Acaso crees que me importa si lo preguntas?
Lo odiaba, de verdad lo odiaba, si volvía a contestarme de esa forma desafiante otra vez, le sacaría un diente por cada palabra.
_Púdrete, tu nombre raro me da dolor de cabeza.
Dhaker frunció el ceño.
_ ¿Puedo preguntar tu nombre?
_No.
_Acabo de hacerlo.
_Bien por ti_ Dije indiferente.
_Solo es curiosidad, tú me salvaste.
Suspire sabiendo que el insoportable mocoso podría estar así todo el día.
_Soy Jake.
_Ves… no era tan difícil.
_No te pases de listo.