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Amistad, Amor Y Perdón por RozenDark

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Notas del fanfic:

Este fic fue hecho como yo lo hubiera querido ver en el anime XD
Espero que les guste :D

Notas del capitulo:

Espero que les guste tanto leerlo como a mi escribirlo :D
Los personajes de Binan, son propiedad de sus respectivos autores
Y sin mas que decir les invito a leer ^3^/

"Amistad, Amor y Perdón"

 

~.°.~.ღ.~.°.~

 

La amistad bajo los términos del diccionario, quiere decir: Relación de afecto, simpatía y confianza, que se establece entre personas que no son parte de la familia.

Justamente eso tenía Kinugawa Atsushi, un joven de dieciocho años, cuyos más grandes sueños eran poder convertirse en un gran doctor y casarse con el amor de su vida, su mejor amigo desde la infancia, Kusatsu Kinshiro, un joven de cortos y blancos cabellos y unos hermosos ojos verdes, un chico de su misma edad. El joven peli azul, no sabía cómo sucedió, ni en qué momento comenzó a sentir aquellos sentimientos, lo único que tenía seguro era que su amistad se volvió su amor, un amor dirigido a su mejor amigo, aunque últimamente ambos andaban algo distanciados y ¿cómo no?, si su amigo era hijo y único heredero de los más poderosos y ricos empresarios y como tal debía estudiar más para sobresalir más, además de ser el jefe del consejo estudiantil, pero aun así no se quitaba aquella incertidumbre de la cabeza.

 

—Tal vez sea por estrés, como siempre está trabajando y estudiando. —, susurró con seguridad, mientras abrazaba contra su pecho aquellos libros que tanto le gustaba leer.

 

Dicho esto, el joven de cabello azul retomo su camino rumbo a su hogar, sin saber que estaba dejando pasar algo importante.

 

~ღ~

 

Pasaban los días y a su vez estos se volvían semanas y los amigos seguían igual o peor. De un momento a otro comenzaron a discutir, cosa que sorprendía y a su vez preocupaba al joven peli azul, el cual no entendía el porqué del drástico cambio de su mejor amigo y primer amor.

 

—Kin-chan, ¿por qué cambiaste tanto?, ¿qué es lo que te molesta? —, preguntó preocupado. Tenía un nudo en la garganta y unas inmensas ganas de llorar. No quería perder a esa persona especial.

—No es nada, solo olvida lo que paso y déjame en paz por un rato —, respondió con total indiferencia y frialdad, restándole importancia a lo sucedido.

—Al escuchar aquello y el tono en el que se lo dijeron, Atsushi abrió sus castaños ojos con sorpresa. Un sentimiento de pérdida le llego a lo más profundo de su ser, pero no perdería a su amigo, no, mejor dicho, a su amor y mucho menos sin confesarse. Tal vez si se declaraba las cosas cambiarían —. Antes de que te vayas quiero decirte algo.

— ¡Dilo de una vez, porque tengo prisa! —, exigió sin mirar a su amigo.

—Sus mejillas se sonrojaron, sus manos comenzaron a sudar, sin duda estaba nervioso, pero también decidido —Kin-chan... ¡te amo! —, dijo sincero y con el corazón latiéndole a mil. Lo había logrado, por fin se le declaro a su mejor amigo, pero comenzó a impacientarse al no recibir respuesta.

—El peliblanco abrió sus verdes ojos con sorpresa, pero luego cerro con fuerza los puños —. Nos vemos luego Atsushi —, susurró con un toque de frialdad y se fue sin mirar atrás.

 

//«Se al menos mi enemigo», así habla el verdadero respeto que no se atreve a implorar amistad//

 

Dolió, dolió mucho el ser rechazado de esa manera, Atsushi lloro como nunca, porque a pesar de ser rechazado, aun así, seguía amando a su mejor amigo. Pasaron dos meses y se podría decir que las cosas mejoraron, Kinshiro había comenzado a hablar con Atsushi como antes, aunque ninguno de los dos se atrevió a hablar de aquella confesión sin respuesta, ambos querían dejar las cosas por la paz, o al menos de esa forma lo veía el peli azul, claro que le dolía no ser correspondido, pero al menos tenía la amistad de su amigo.

 

//Ofrecer amistad al que pide amor, es como ofrecer pan al que muere de sed//

 

Paso otro mes y la frialdad regreso, de un momento a otro su amigo volvió a cambiar. Por un momento creyó que las cosas habían vuelto a ser como antes, pero todo fue más que una ilusión por su parte.

 

~ღ~

 

Un mes más y ya ni se veían, pero una noche todo cambio en aquella rutina. El peliblanco llamo por teléfono a su amigo. Le dijo que lo esperaba en el restaurante "LOVE” y que tenía que aclararle muchas cosas importantes.

El peli azul sonrió con alegría, pensó que su amigo por fin le daría la respuesta que tanto esperaba. Sabía que aquel lugar era solo para gente rica y poderosa, no por nada su familia asistía a ese tipo de lugares para cerrar negocios y por ello se vistió elegante, pero si aparentar presunción, un pantalón blanco que se ajustaba a la forma de sus piernas, zapatos y chaqueta del mismo color y una camisa de color lila, todo su conjunto era sencillo, pero a su vez elegante, se peinó y perfumo con elegancia y se ajustó sus lentes para verse bien.

 

~ღ~

 

Llego al lugar acordado, pregunto por Kusatsu Kinshiro y amablemente lo dirigieron a una sala privada, al parecer su amigo quería que todo fuera privado y al pensar en aquello sus blancas mejillas se colorearon de un hermoso rojo vivo. Agradeció y entro a la sala, pero lo que vio no le gustó nada.

Su amigo estaba sentado junto a otro chico y ambos se besaban con un cariño y pasión que a él le hubiera gustado probar, se sintió un intruso, un mal tercio, quiso irse, pero la voz de su amigo lo detuvo.

 

—Espero que con esto entiendas Atsushi, tu amor hacia mí no puede ser, nuestras clases sociales no son iguales...el rico y el pobre no pueden ser nada más que amigos y para que sepas hace poco le propuse matrimonio a Gero Akoya y el acepto, no te preocupes que te hare llegar la invitación, después de todo, aun somos amigos —, despectivamente le hizo saber aquella dolorosa verdad.

—Sonrió con tristeza, su corazón se había roto en mil pedazos, pero no viro a ver hacia atrás en ningún momento —. Espero que le vaya bien en la vida...Kusatsu Kinshiro —, susurró con un nudo en la garganta, para después irse con el poco orgullo que le quedaba.

 

El peliblanco solo vio irse al que según el aún era su amigo, no hubo ni intensiones de ir tras él. Viro a ver a su prometido y sonrió para después seguir disfrutando de la cena, como si no hubiera pasado nada.

 

//La amistad no puede ir lejos cuando ni unos ni otros están dispuestos a perdonarse los pequeños defectos//

 

~ღ~

 

Un año, un largo año pasó y aquella boda de la que tanto presumía jamás se efectuó.

Después de haber roto el corazón de su amigo, este desapareció de la faz de la tierra, y eso lo angustiaba, no quería admitirlo, pero había perdido a la única persona que lo amaba y de eso se dio cuenta cuando descubrió a su prometido discutir con su padre sobre aquel injusto compromiso, recordó cuando vio a aquel fino doncel de cabello largo y ondulado de un hermoso color rosa pálido y aquellos ojos de un azul intenso como el cielo nocturno, cuanto le imploro a su padre por convencer a su "suegro" para que obligará a Akoya, porque según él, fue amor a primera vista.

Su padre accedió porque los Gero eran una familia multimillonaria, además de que, para él, aquel joven doncel era un hermoso diamante, no como aquel amigucho de su hijo. Pero Kinshiro tarde se dio cuenta de su error, Akoya no lo amaba, el doncel amaba al hijo de un adinerado inversionista, Arima Ibushi y con lo que escucho tenían planeado casarse hasta que él les arruinó los planes.

 Finalmente, el señor Gero accedió a romper el compromiso y Akoya término casándose con Ibushi hacia poco, dejándolo a él solo, pero de un momento a otro su amigo le vino a la cabeza. Grande fue su sorpresa cuando encontró su departamento vacío y polvoso, según la casera, Atsushi partió un año atrás, específicamente la noche que le rompió el corazón.

 

//La amistad son como diamantes, difícil de encontrar y de la misma manera difícil de conservar, así que hay que aprovecharla al máximo//

 

Un dolor le vino al pecho, su corazón comenzó a latir con fuerza y fue allí cuando se dio cuenta, cuanto amaba a su amigo, a aquel joven que sin pedir nada más que una respuesta positiva se adentró a su corazón. "Nadie sabe lo que tiene hasta que lo pierde" y el por ser un imbécil perdió no solo a su amigo, sino que también a su amor.

 

//Si plantas una semilla de amistad, recogerás un ramo de felicidad//

 

~ღ~

 

Cinco años, cinco largos años habían pasado y Kinshiro no encontró a Atsushi. Cada día que pasaba, buscaba con desesperación a su amor, por más que pagaba detectives o información, no lo pudo encontrar. Su padre había muerto dos años atrás, dejándolo a él como legítimo dueño de las empresas Caerula Adamas.

Justamente ese día tenía cita con el dueño de una gran y multimillonaria empresa, no sabía el nombre del dueño, pero la empresa se llamaba Epinard, y grande fue su sorpresa al ver que el jefe de aquella compañía era el padre de su mejor amigo, aunque nunca lo había visto más que en fotos lo reconocía con perfección, Kinugawa Ren, un hombre con porte galante e imponente, cabello igual de azul que el de su hijo y ojos curiosamente de un color rojo como el carmín.

Después de cerrar el contrato, el peliblanco siguió platicando con el mayor, el cual al enterarse que era el mejor amigo de su hijo, le dijo donde y cuando podía encontrarlo, después de todo eran amigos. Claro que el señor Kinugawa nunca se enteró del porque aquella hermosa amistad se perdió y si la hubiera sabido, jamás le habría dado aquella información al peliblanco.

 

— “At-chan, si tan solo me hubieras dicho que eras de una familia adinerada, tal vez ahora estaríamos juntos...mi padre te hubiera aceptado” —, pensó con molestia, se sentía frustrado por no conocer por completo a su amigo.

 

El señor Kinugawa se despidió y le deseo suerte al peliblanco, el cual sonrió y le agradeció, después de todo, quería ganarse a su futuro suegro.

 

//La amistad puede convertirse en amor, pero el amor en amistad nunca//

 

~ღ~

 

Kinshiro se pasó dos días preparando un discurso para disculparse, y ya listo se arregló como nunca. Se vio al espejo y sonrió satisfecho, su cabello blanco estaba tan liso y sin ningún cabello fuera de lugar, se acomodó la chaqueta gris como se debe, dejando al descubierto su camisa púrpura y el collar con dije de cruz, sacudió su pantalón gris y lustro sus zapatos negros. Tomo sus llaves y el ramo de rosas rojas, y sonrió con sorna. Recordó lo que le dijo su "suegro", según el amable señor, Atsushi iba al parque principal de la ciudad todos los días a las tres de la tarde.

Estaciono su carísimo auto y bajo con aquel ramo. Llego al parque, para ser más precisos al área de juegos y a lo lejos lo vio. En una banca estaba su amigo y muy pronto prometido y ciertamente los años lo dejaron más hermoso.

 

—Atsushi...esta bellísimo —, susurró con un sonrojo en las mejillas.

 

Antes de acercarse, lo vio detenidamente, su cabello azul había quedado más brilloso y sedoso, además de que ahora lo traía corto, aquellos feos lentes de pasta los reemplazo por unos más ligeros y modernos que dejaban ver y apreciar su bello y fino rostro, y su cuerpo;  sus piernas ahora estaban más formadas y moldeadas y con aquel pescador negro, no solo resaltaban sus piernas, sino que también su esbelta y bien formada cintura, y eso que ni quería imaginar cómo se vería su trasero, porque de solo pensarlo sentía que llegaría a un orgasmo. Lo vio detenidamente y quiso imaginar que habría bajo la camisa verde.

Trago grueso, sin duda se sacó el premio mayor, se acercó y le puso en frente el enorme ramo de rosas.

 

//Más fácil es encontrar un amor pasional que una amistad perfecta//

 

Cuanto se arrepentía por haber dejado ir a ese hermoso chico que tanto lo amaba por Gero Akoya, el cual no lo amaba ni lo soportaba, y siendo sincero, se dio cuenta de lo que quería del peli rosa, eran unas cuantas noches de pasión.

 

~ღ~

 

El peli azul al ver el enorme y hermoso ramo de rosas, se sorprendió, pero no lo agarro, viro a ver a la persona causante de su asombro y su castaña mirada se tornó fría y sin ningún tipo de sentimientos.

 

—Kusatsu Kinshiro, ¿qué se le ofrece? —, preguntó neutral mientras se levantaba de su asiento para encarar al peliblanco.

—Le dolió, en verdad le dolió la forma en la que su amigo le hablo, pero estaba decidido y ya no había vuelta atrás —. Estoy aquí porque me di cuenta de lo mucho que te amo...lamento todo el daño que te cause y quisiera una oportunidad para enmendar mi error y demostrarte que en verdad estoy arrepentido —, dijo sincero y con un nudo en la garganta.

—El peli azul sonrió de medio lado, cuanto espero por esas palabras, cuanto lloro por el rechazo y maltrato de su amigo, cuanto se odio a si mismo por no ser como aquel peli rosa, cuanto se odio por no decirle a su amigo que era de una familia adinerada, pero se dio cuenta de que eso no era amor y ahora era feliz, y si el peliblanco creía que se lanzaría a sus brazos y gritaría como colegiala enamorada estaba muy equivocado, ya era tarde para eso, pasaron seis años y hasta ahora que lo veía se dignó a hacer lo que no hizo aquella noche, era demasiado tarde y siendo sincero, no se arrepentía —. Oportunidades tuviste muchas, pero ahora vienes a interrumpir mi paz y felicidad para decirme lo que espere oír hace seis años, lo siento, pero ya es tarde. Me case hace cinco años con un hombre que primero se ganó mi amistad y luego mi amor, un hombre que me ama tal y como soy, un hombre que sin importarle si soy pobre o rico me propuso matrimonio, y yo amo a ese hombre como no tienes idea —, hablo con decisión y lleno de sentimientos —. Lo siento Kusatsu-san, pero yo soy feliz a lado de mi esposo —, sentenció con frialdad hacia el hombre frente a él.

—El peliblanco comenzó a llorar, lo había perdido y todo por sus propias estupideces —. Al menos... ¿podemos ser amigos? —, preguntó en un sollozo, al menos quería tenerlo como amigo.

 

//Amistad es una palabra muy amplia que abarca todo amigo, es algo que no se consigue muy a menudo, cuando la encontramos es muy difícil mantenerla//

 

—Yo encontré a una persona maravillosa que estará cerca de mi corazón para siempre y cumple todos los requisitos que hay que tener con la amistad y el amor —, recito con una sonrisa que decía adiós —. Lo siento, pero tú y yo no podemos ser amigos nunca más, aquel lazo se cortó hace ya seis años y con franqueza, dudo que se repare, te perdono porque gracias a esa ruptura conocí a mi esposo y créeme cuando digo que soy completamente feliz a su lado, adem...—, no pudo seguir con lo que decía, porque sintió un abrazo, sonrió al saber de quien se trataba y viro a ver hacia abajo.

 

Kinshiro miro con intriga a aquel pequeño que acababa de llegar, era un hermoso niño de facciones delicadas, piel ligeramente blanca, cabello corto y ondulado de un hermoso color amarillo, unos lindos y muy expresivos ojos de un color rojo como el carmín, curiosamente vestido con un shortcito negro y una camisa de mangas cortas de color blanco con el dibujo de un corazón rojo, unos zapatitos blancos y lo que le dio más ternura, era que el pequeño cargaba un peluche con la forma de un wómbat rosa.

 

— ¿Quién es ese niño? —, cuestionó con intriga, pero al ver la mirada que su ex-amigo le daba al pequeño, obtuvo su respuesta y se mordió el labio con fuerza.

—Es mi pequeño hijo...Yumoto —, respondió con una sonrisa mientras se ponía a la altura del pequeño para limpiarle la mejilla.

—Papi, Wómbat dice que es hora de comer —, hablo el pequeño mientras alzaba el peluche y hacia un adorable puchero.

—El peli azul sonrió —. Pues dile que ya nos vamos y que comeremos oniguiri —, hablo con cariño y amor —. Ahora ve con tu padre y dile que termino aquí y los alcanzo —, pidió suavemente.

—El pequeño sonrió con alegría y sus mejillas se sonrojaron — ¡¡SI, COMEREMOS ONIGUIRI, SI!! —, gritaba y brincaba con alegría, después de todo comería su platillo favorito.

 

Kinshiro vio irse al niño y a lo lejos vio a un hombre alto y con porte fuerte y dominante, de cabello largo hasta antes de los hombros de un color castaño claro, de unos serios ojos de un color azul cielo y una expresión de aburrimiento, vestido con una camisa azul claro y un pantalón blanco y por lo que veía, estaba saliendo de trabajar y eso lo dedujo al ver la chaqueta blanca que colgaba en su hombro.

 

—Su nombre es Yufuin En-chan y él es mi esposo y padre de mi hijo y como ves, ha venido a buscarme —, dijo al ver la mirada que su acompañante le daba a su esposo, el cual ya tenía en sus brazos al pequeño.

—Tu...no creí que fueras un doncel —, susurró sin creer lo que había perdido.

—Lo soy y también mi hijo, por eso a En-chan no le gusta que andemos solos en el parque, sobre todo porque Yumoto es muy popular entre los niños varones —, dijo con una divertida sonrisa —. Bueno todo está aclarado y perdonado, no podemos ser amigos, porque eso sería regresar al pasado y yo quiero seguir adelante, así que con su permiso me retiro.

 

Dicho esto, el peli azul pasó de largo a su ex-amigo y fue donde su esposo lo esperaba con su hijo en brazos, el cual se había quedado dormido. Kinshiro vio por última vez a aquel chico que no solo le brindó su amistad y al que no supo valorar, lo había perdido y todo por sus prejuicios y estupideces, cuanto se arrepentía, pero ya no había vuelta atrás, se fue de ese lugar, deseándole a su ex-amigo eterna felicidad, la felicidad que él nunca le dio.

 

~ღ~

 

— ¿De qué tanto hablaron? —, preguntó el ojo azul con intriga, mentiría si dijera que no estaba celoso.

—El peli azul sonrió y viro a ver a su esposo —, le dije que lo perdonaba, pero que nuestra amistad se quedó en el pasado —, dijo con una sonrisa —. Si no fuera por el gran amor que me das, hoy no estuviera aquí, si no fuera por tu amistad estaría hundido en un mundo oscuro, gracias por estar aquí, gracias por tanto amor, gracias por dejarme ser un pedazo de tu corazón —, hablo con sinceridad y gratitud, después de todo su esposo fue el que lo saco de la oscuridad y depresión en la que se quedó sumido, fue el que le brindo amistad y amor sin pedir nada a cambio y fue gracias a él que tuvo a su pequeño lindo e hiperactivo hijo —. ¡Te amo! —, dijo con un lindo sonrojo.

—Yo también—, dijo el ojo azul mientras acomodaba a su pequeño.

 

Ambos se abrazaron con cuidado de no despertar al pequeño y se dieron un beso para después seguir caminando para llegar a su hogar y hacer la cena para su pequeño hambriento y muy glotón hijo.

 

 

FIN…ž°~

Notas finales:

Espero que les haya gustado y si pueden pues me lo hacen saber con sus hermosos comentarios Y para los que les interesa pues tengo planeado seguir escribiendo historias de este hermoso anime 


Nos seguimos leyendo


Chau chau (*_-)/


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