Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Mi pequeño cachorro por Reiga

[Reviews - 246]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del fanfic:

Hola niñas!

Aquí viene de nuevo con un seriado y esta ves de mi adorado aokaga, me comían las manitos por escribir esto, he leído varias adaptaciones  por lo que la idea me andaba rondando hace un rato, espero les guste y disfruten la lectura.

Yo lo definiría como un varios ya que mientras planeaba la historia fui creandola con cada pareja así que ninguna quedara de lado. Y todos tiene relación(?)

Sin más esperando que les guste y las deja leer  *w*   

 


El aullido nocturno se dejaba escuchar en aquella oscura habitación, su manada se divertía en una improvisada fogata que habían armado a las afuera de su casa, si es que podía llamarle así. Más bien era una inmensa mansión en medio de un bosque alejado de las manos del señor.


Aomine daiki alfa de la manada Teiko, los miraba con cariño a cada uno de sus miembros.


Al cumplir los cien años su lobo no era del tipo que se dejaba dominar. Se reusaba  a las ordenes bajo el mandato de un alfa por lo que tomo la decisión irse y ser un lobo solitario, esa fue su decisión, pues se negaba a luchar por el cargo ya que el mismo era su propio hermano.


Lo que nunca espero cuando se iba era que sus cuatro mejores amigos lo seguían, habían dejado la manada con tal de seguirlo, ellos y sus creaturas lo reconocían como a un verdadero líder, como su único alfa, sorprendido quedo cuando vio a uno de ellos que el mismo reconocía con un verdadero potencial. No dijo nada y siguió caminando.


Con el tiempo formaron su propia manada, aomine daiki como el alfa, su comandante (o beta) Akashi seijuro y sus mejores tres centinelas Kise ryouta, midorima shintarou y murasakibara  atsushi, cada uno tenía una habilidad especial, no había mejor que ellos en toda la región, de apoco se les fueron uniendo más, aquellos que huían o les echaban de la manada eran bien recibidos por el alfa, quien de inmediato se ganaba el respeto con tan solo mirarlo.


Pero nada era tan feliz como parecía  ya tenía trescientos cincuenta años y no encontraba a su pareja destinada, los cambia formas no eran inmortales, pero si eran muy fuertes y Vivian bastantes  con la única meta de algún dia encontrar a su pareja enlazada, esa persona dueña de su todo, habían algunos que ni siquiera la encontraban y formaban familia con quien tuvieran cariño, pero él no quería eso para el y para nadie de su manada. 


Pensando  en la inexistente otra mitad de su corazón se quedó dormido.


Yacía sentado  en su estudio, pensando en lo relajado del ambiente, cuando un torbellino rubio entra a su despacho sin siquiera anunciarse.


–Kise tienes que golpear antes –le dijo de manera seria shintaro ingresando también a la oficina.


–Lo siento alfa – se disculpó, para nada arrepentido.


–¿Paso algo? 


–Nada,  solo veníamos a decirte que akashi, ya está cerca y no viene solo – Aomine sonrió nada podía compararse con el olfato de kise –ya debería estar aquí… – dijo y en cosa de segundos apareció por la puerta Akashi con la respiración agitada.


Cuando ingreso las tres personas se quedaron heladas al ver el pequeño cuerpo en su espalda.


–¿Quién es él? – pregunto  calmadamente desde el escritorio, pero su tono exigía la respuesta luego, y por primera vez vio  un poco de susto en su comandante.


–Es mi pareja – contesto, los tres se sorprendieron a algo que prácticamente era obvio, Kise quería saltar sobre su amigo y felicitarlo, pero el ambiente no estaba para eso, algo no andaba bien.


–¿Qué edad tiene y de donde viene? – silencio… Akashi desvió la mirada y el niño a su espalda se aferraba a ella con miedo ante el tono sepulcral del alfa – ¿qué edad tiene y de dónde viene?  , no volveré a repetirlo


–17 de la manada seirin


–¿¡Con un demonio te volviste loco!? , Te mande para restablecer tratados de paz y Tú vas y te traes aun niño! – contestaba histérico, se levantó de su asiento caminado de un lado a otro.


–¡¿Es mi pareja que querías que hiciera?!, además esta por cumplir los 18 


–…


–Aun no lo he reclamado no soy tan tonto, pero sabes cómo es el asunto, no podía dejarlo.


Claro que lo sabía, una vez encontrando a tu pareja, solo la muerte los podía separar, seria inevitable que se extrañaran, aun tuvieran que separarse, sentirían la necesidad de volver a juntarse, de estar con el otro. Aún más si la pareja era reclamada.


Lo que lo complicaba era que por ley una pareja no podía reclamarse si era menor de edad. Volvió a mirar a su amigo y mano derecha y se dirigió al chico.


–¿cómo te llamas?


–kuroko  – el chico se notaba tímido pero la convicción no desaparecía de sus ojos, uno bellos ojos celestes por cierto al igual que su cabello y  piel hermosamente clara


–¿Tu manada sabe que estas aquí? 


–No, pero yo no quiero volver, quiero estar con Akashi – le dijo decidido, Akashi lo miro y desordeno su cabello  en aprobación.


Aomine suspiro y volvió a mirar a su amigo


–Que se le va ser, felicidades – le sonrió y Akashi le agradeció – bienvenido a la manada kuroko, estarás protegido aquí – el menor sonrió aferrándose al cuello de Akashi.


Kise salto encima del pequeño, pero en seguida se a parto ante el gruñido del comándate “mierda” dijo antes de alejarse lentamente, se le había olvidado lo protectores y territoriales que  eran en cuanto a sus parejas.


–Si quieres vivir kise, más te vale no volver acercarte de esa manera – rio el peliverde – bienvenido kuroko, cuenta con nosotros para cualquier cosa– le dijo con una pequeña reverencia y bien de lejitos.


Las parejas eran especiales, las manadas daban la vida por ellas con tal de protegerlas velaban por su completa felicidad, en especial la del alfa. Aun si no eran las de ellos por leyes y propias creencias lo hacían.


Aomine los miraba desde lejos realmente estaba feliz por su amigo, su mirada cambio al sentir una aglomeración de lobos acercándose a la zona, los aullidos de sus centinelas se dejaron escuchar, y sentía como estos había dejado sus puestos para rodear la casona en pose defensiva siente de ellos ya se encontraban en su forma de lobo.


–Supongo que fue más pronto que tarde, Akashi quédate con tu pareja aquí y no salgas a menos que yo te llame. ¿Murasakibara aún no llega?


–No –contesto totalmente serio el rubio – será mejor que salgamos estarán aquí en menos de un minuto.


Aomine había salido mirando a todos, con su sola presencia les hiso entender a todos que no atacaran y no hicieran nada si el no daba la orden.


Shintaro llego a su lado en su forma de lobo un gran lobo  gris, de metro cincuenta y cinco y a su otro lado llego  kise,  un lobo majestuoso en todos los sentidos, su pelaje era  tan blanco como la nieve.


Alrededor de unos veinte lobos llegaron, parándose en frente, gruñían, estaban enojados y aomine entendía el porqué.


Una lobo que el reconoció inmediatamente como el alfa se acercó


“Devuélvanme a mi hijo”  exigió. Un lobo de la manada de omine gruño ante el tono como le hablaba a su alfa, omine lo miro y este retrocedió


–Su hijo está aqui por voluntad propia.


–Es menor de edad, no puede reclamarlo aun


–Lo se y créame que en mi manada respetamos las reglas de apareamiento eso no sucederá –le dijo, aomine se daba cuenta de que el alfa entendía, pero aun así el viejo lobo no quería dejar ir a su hijo, sonrió ante ese pensamiento aun habían lobos que se apegaban a sus crías.


–Quiero verlo – pidió, estaba consciente de que no podía exigir no estaba en su territorio.


Enseguida Akashi había salido con kuroko detrás, en cuanto la manada seirin diviso a kuroko algunos aullaron y gruñeron mientras los de teuki se pusieron a la defensiva rodeando a la pareja.


El alfa de Teiko camino solemnemente por el lado de aomine hasta llegar a su hijo.


“Seguro te quieres quedar aquí” kuroko se aparto del lado de Akashi y se acercó al lobo acariciando su pelaje.


–Es mi pareja papa quiero quedarme con él, eso no quiere decir que corte lazos con mi manada.


Al alfa no le quedo nada más que suspirar nada se podía hacer.


“Está bien, pero si me lo permites quisiera dejar un centinela”


–No es necesario yo soy lo único que necesita – dijo enojado Akashi , aomine lo miro y este guardo silencio


–Si eso lo deja tranquilo está bien


De pronto todo se quedó en silencio al sentir que un lobo  se acercaba a toda velocidad, cuando pudieron divisarlo cinco lobos de la manada de seirin lo rodearon impidiéndole que siguiera avanzando.


“Mierda” bufo uno “¿kagami que estás haciendo aquí?” le ladro un lobo negro con las patas blancas  de un metro cuarenta de alto de nombre himuro.


“Vine a buscar al idiota de kuroko” trato de avanzar pero se lo impidieron.


“Papá ya lo dejo no podemos hacer nada, además él tampoco quiere volver”


“¿Qué?”  Su mirada rojiza cruzo con los azulinos  de kuroko, al peli azul, se le oprimió el corazón al ver tristeza en sus ojos.


–¿Quién es él? –intervino Akashi


–Son mis hermanos


Aomine fijo la vista en el lobo rojo más hermoso que sus ojos hayan visto, sus ojos cambiaron a uno carmesí y sus caninos se alargaron, su ropa se hiso añicos mientras ocurría la transformación, dejando ver al lobo negro más grande, hermoso he intimidante que cualquiera haya visto.


Camino lentamente y al asecho, el alfa de seirin se interpuso en su camino con todo su porte, ambos se gruñían mostrando los dientes lo lobos se pusieron todos en posición de ataque.


“Mio”  gruño aomine, la confusión los embargos todos, muchos entendían lo que pasaba, pero nadie sabía lo que iba a pasar.


El alfa se seirin, ni siquiera se recuperaba de la perdida de uno de sus cachorros y ya estaban por quitarle otro, no, eso no pasaría, kagami era el más fuerte entre su hijos a pesar de que aún era muy pequeño para tomar el cargo el seria el siguiente alfa de la manada, todos lo sabían y lo reconocían como tal.


Quería maldecir a todos los dioses, sus cachorros eran muy pequeños para emparejarse, pero sabía que no podría entrometerse, su posición estaba en juego, como debería afrontar la situación, ¿cómo padre? ¿Alfa? ¿Ambos?, se apartó y aomine paso por su lado con la mirada fija en el lobo rojo quien parecía no entender por que el ambiente se había tornado tan tenso.


Al ver que su alfa se apartaba, pero sin sumisión los demás que rodeaban a kagami se pusieron detrás de él, sin embargo himuro no se apartó, poniéndose en frente gruñendo y mostrándoles los dientes.


Aomine le ladro en advertencia, pero himuro no dejaría que se acercara a su hermano, le ladro poniéndose a su altura, cuando aomine siguió avanzando, himuro se lanzó contra él, pero fue detenido por kagami, el lobo rojo no era idiota y sabía que si se enfrentaba al alfa de Teiko no saldría bien.


Aomine ignoraría aquel acto por el lobo, se levantó con todo su porte acechando al lobo rojo, este sentía la vibra, sentirse acechado no era nada agradable todo su ser le decía que se doblegara, el alfa se lo estaba pidiendo, quería su sumisión, mas kagami jamás haría algo así, su lobo estaba desesperado por correr, pero no lo hacía miraba desafiante a su asechador.


“Piénsalo mejor cachorro” le dijo, la voz resonó en todo el cuerpo de kagami, no entendía que estaba sucediendo, gimió sacudiendo su cabeza, omine se acercó aún más y kagami sintió la necesidad  de retroceder, volvió a mirarlo, y en cuanto iba a inclinarse, himura se interpuso nuevamente.


“Déjalo el no entiende”


Aomine iba acercarse nuevamente pero intervinieron kise y shintarou. Y por primera vez se dio cuenta de la situación. Sintió la conexión con su pareja estaba confundido y asustado, no era así como quería conocerlo, pero la felicidad de tenerlo en frente lo había cegado y la necesidad de reclamarlo no le habían dejado ver la incomodidad de el.


Himuro con la pata golpeo a kagami para correr en dirección contraria, mientras los otros lobos de la manada interferían con cualquiera con la intención de seguirlos.


El  alfa de seirin se acercó nuevamente.


“Mandare un centinela  en dos días para vigilar la situación de kuroko… sobre lo otro…”


“Lo quiero  mañana, si no  iré por él”, dijo omine refiriéndose al lobo rojo, el alfa asintió antes de salir del territorio.


Aomine caminaba de un lado hacia otro con desesperación, todo su lobo quería salir en busca del que había reconocido como su pareja.                  


Kagami corría con himuro detrás de él, el aullido desgarrador  que escucho a lo lejos le dolió en lo más profundo de su corazón, miraba de un lado hacia otro desorientado  “¿qué había pasado?”, cerró los ojos ante un nuevo aullido, corrió a un más rápido ante el impulso y el deseo de devolverse con aquel lobo negro que lo enfrento.


 


~*~


 


Aomine entro a su despacho caminado de una lado hacia otro, “por dios su pareja”, la sensación de encontrarla no se comparaba con nada, trato de tranquilizarse cuando su beta  y los centinelas golpearon para poder ingresar.


–¿Que harás ahora? – pregunto midorima


–Voy a esperar, estoy confundido, el también debería haberlo entendido pero estába asustado de mi –decía con el ceño fruncido algo no encajaba, “¿algo andaba mal con su pareja?” de solo pensarlo se le oprimía el corazón.


–En eso yo puedo ayudar – dijo Akashi. Quien había ido a dejar a kuroko a   su cuarto, pidiéndole que por favor lo esperara. Amine lo miro y espero algún informe, después de todo había estado dos semanas en la manada  seirin.


–Por el comportamiento  de la manada estoy seguro de que era Kagami taiga, no lo había visto en su forma de lobo por lo  que de primera no lo pude reconocer pero estoy seguro de que era él, es muy querido y respetado por todos, para su corta edad ya es reconocido como el siguiente alfa, kuroko sería su beta, pero ya ves lo que paso, no dejarán ir a kagami tan fácil.


Aomine aun ni lo conocía y ya se sentía orgulloso de el. Sonrió ante el pensamiento.


–Otra cosa que de seguro te será de utilidad –sonrió con maldad –kuroko cuando lo conocí a pesar de que me reconoció por la inevitable atracción, no tenía idea de lo que es ser la pareja de alguien muchos menos del ritual del reclamo.


Aomine, midorima y Kise abrieron lo ojos con asombro,¿ en que era estábamos?, a los diecisiete años como no se les explicaban algo fundamental  para ellos.


–Ya, pero y eso que tiene ver con migo – pregunto alzando una ceja y frunció el ceño cuando vio a Akashi reírse con suficiencia.    


–No te dejes llevar por la imagen del gran lobo que vimos, kagami también tiene  dieciséis 


 El silencio se hizo presente, ninguno lo podía creer. La mayoría de los lobos tenía su primer cambio cumpliendo la mayoría de edad y por lo que habían notado, el lobo rojo tenía un completo control de su bestia.


¡Maldición! Había esperado, tres siglos por encontrarlo podía esperar dos años para hacer el reclamo. Se decía mentalmente.        


Cuan equivocado estaba.


 


 Continuara…

Notas finales:

Hasta aquí llegamos :3  ¿que tal?

Nota: Disculpen los errores ortográficos XP

Nos vemos en el siguiente capítulo!! Lindo fin de semana! *w*  


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).