Ir a Seúl se estaba volviendo cada vez más agradable. Aún no superaba lo que había visto hacer a MinSoo pero los días que se habían visto intentaba actuar como si nada pasara. Últimamente se veían menos, pues después de la charla con Onew, JungSoo pensó y cayó en cuenta de que se estaba haciendo muy dependiente de CAP y que de alguna manera tenía que empezar a retomar su vida para poder dejarlo ir completamente una vez que rompieran.
Después de que Ryuji le recomendara la pastelería frente a la pirate cove y de conocer a Eric, el amable y guapo gerente y pastelero del lugar y a sus amigos, había comenzado a frecuentar el lugar cada miércoles y los fines de semana. Siempre salía con al menos dos pasteles completos de merengue de colores, y ese día no sería la excepción.
-Oh, llegaste –Eric estaba saliendo de la cocina con un par de pasteles en las manos- Ponte cómodo.
El “Ponte cómodo” significaba, literal, ponte cómodo. Cuando Leeteuk pasaba a ver a Eric –porque si, pasaba a ver a Eric- se sentaba sobre la mesa que estaba detrás de la caja registradora, dejando obviamente espacio para que Eric atendiera a los clientes mientras platica con él.
Recargó su espalda en la pared, desde ahí tenía una vista completa de todo el lugar, e incluso podía ver los comics de enfrente. Eric apareció en su campo visual justo cuando MinSoo y DamBi pasaban frente la tienda. Leeteuk no llegó a verlos.
-El lugar está vacío, ¿Seguro que haces bien tu trabajo? –Leeteuk separó sus rodillas para dejar que Eric se metiera entre sus piernas.
-Es una tarde de miércoles, casi nadie viene los miércoles –se encogió de hombros antes de pasarle el bowl de fresas que sostenía.
-Yo vine una tarde de miércoles –recibió las fresas y comenzó a comerlas con lentitud mientras lo miraba.
-Sí, pero tú eres especial –le sonrió, y mientras Leeteuk abría la boca para replicar y comer otra fresa, Eric le robó un beso. JungSoo cerró los ojos cuando el rostro de Eric acercó.
Se sintió extraño, pues los labios de Eric no eran como los de CAP, aún no estaba seguro de cómo se supone que se debería de sentir ante Eric. Era un buen chico, era tres años mayor que él pero ya era todo un empresario y cocinaba de maravilla. Esas semanas conociéndolo le habían demostrado que Eric quería conquistarlo. Sabía que sus mejillas estaban rojas y su corazón estaba latiendo muy rápido, se sintió un poco mareado y estaba seguro de que lo hubiera seguido besando si no fuera por un carraspeo que los interrumpió.
Eric fue el primero en separarse, aunque antes de girarse le dio un beso en la mejilla. Se volteó rápidamente y con una sonrisa radiante para atender a la muchacha y a su acompañante que acababan de entrar al local.
Leeteuk se sonrojó y abrió lentamente los ojos enfocando el piso cuando lo escuchó hablar, y no reprimió la sonrisa que hizo cuando Eric explicaba los sabores de los pasteles. Lentamente dirigió la mirada al frente para que, el corazón que le latía de nervios, se detuviera de miedo. Porque ahí, detrás de la chica, que supo identificar como DamBi, estaba CAP. Mirándolo cómo si lo viera por primera vez.
Leeteuk no supo cómo reaccionar.