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Heridas por 5kn_akatsuki

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Notas del fanfic:

Las personas con trastorno de la personalidad histrionica, son aquellas que tienden a ser el centro de atención, como las que siguen la moda. Las esquizoides son aquellas que difrutan als actividades en solitario, disfrutan la soledad en sí. Las límites son las que siempre están en situaciones de riesgos, salir con gente mucho mayor o menor, las que salen con gente toxica, las vigorexicas son las adictas al deporte. 

Y la que tiene trastorno de ansiedad generlizada son ansiedad o preocupacipon exceiva, en las que al indivudo le es dificl contralora la preocupacion. Se asocia a inquietud o la sensacion de estar atrapados o con los nervios de punta, facilmente fatigado, dificultad para concentrarse o quedarse con la mente en blanco, irritabilidad, tension musculaar, problemas de sueño entre otras psicopatias que no pondré. 

Notas del capitulo:

Lo hago porque mi complejo de "Madre Teresa de Calcuta". Supe que una persona que quiero mucho tenía o pd´ria tener este trastorno. 

Cuando estaba en 4° y 5° de U, estudie todos los trastornos que hay en la vida, el DSM- IV TR. Pero cuando estabaen 7° dijeron que ya iba a salir el V, pero no lo coneguí porque dije "qué tnato pueden cambiar en una edicion?" hace unas semanas descubrí que el trastorno del contrl de los impulsos, Juego patologico, ya no era juego patoligico, sino ludopatia. 

En ese momento opté por conseguir la quinta version, lo leí, y cundo leí que alguien tenía problemas o supuestos problemas de ansiedad, quise ayudar. 

Pero ir y decirle mi diagnostico no serivria, porque no soy psicologo. 

Así que esta es mi "forma" de "intentar" "ayudar" a esa persona o a cualquier persna que pueda tener este trastorno. 

A leer!

Iba silbando por la calle, Jonghyun miba hacia las nubes que el viento seguía moviendo.

Llevaba puestos los audífonos así que iba escuchando algo de música, recién había salido de su clase de crossfit, así que iba con la ropa sudada. No le gustaba usar las duchas del gym porque prefería bañarse en su casa. Así podría tardar lo que quisiera, tomar un relajante baño de quince minutos y salir a preparar la cena para cuando llegara Jinki.

Servir la cena, comer juntos, mirar Romance Adolecente VI y luego irse a dormir. Eso sin descartar la posibilidad de cepillarle el cabello a Jinki.

Sonrió girando una de las calles, cada paso lo ponía más cerca de su casa.

Pasó a una de las tiendas para comprar un par de cuernitos de pan, porque sabía que a Jinki le gustaba sopearlos en el café. Con la bolsita de pan, retomó el camino a casa.

Subió los escalones para llegar al tercer piso del edificio en donde rentaban, silbó una parte de la canción mientras metía la llave a la perilla, se aferró a la bolsita de pan mientras giraba la perilla, empujó con su hombro derecho para terminar de abrir.

-¡Ya llegué!- gritó lazando las llaves a la mesa del comedor, cerró la puerta y caminó hacia la cocina, dejó la bolsita con panes en la barra. Su bolsa con las cosas que usaba en el gym la dejó en el perchero, caminó hacia la cocina de nuevo para tomar los fósforos y salir hacia el balcón, en donde estaba el boiler, prendiéndolo con una ligera llama.

Apagó el fosforó y regresó a la cocina.

Alzó una ceja al ver que había un vaso derramando agua sobre el suelo, de inmediato buscó ese frasquito naranja que Jinki solía cargar a todos lados, con sus calmantes dentro.

Sintió que su corazón comenzó a latir más fuerte, sus manos sudaban y sus pupilas no paraban de buscar ese frasco o a Jinki.

Pasó saliva asustado saliendo de la cocina, corriendo hacia la habitación que compartían, abrió la puerta golpeando su hombro con ella, miró la cama que estaba perfectamente acomodada, no había rastros de que Jinki estuviera ahí.

Giró sobre sus talones para ir hacia la otra habitación, la abrió y revisó, pero no encontró a nadie. Relamió su labio superior nervioso, ¿y si Jinki…?

¡No!

Negó efusivamente caminado hacia su mochila para sacar su celular y llamarle a alguien, pero se detuvo al pasar por la puerta del baño, tragó saliva asustado. Detuvo el temblor de sus piernas para pegar el oído a la puerta, escuchaba los gemidos o jadeos de Jinki que abrió la puerta de golpe.

Jonghyun suspiró negando, acercándose a Jinki que estaba sobre el suelo, parecía que había caído, el temido frasco naranja estaba tirado a su lado, las pastillas marcaban la dirección en la que cayeron.

Pero eso no fue sólo lo que asustó a Jonghyun, sino que las gotas rojizas, casi tintas en el suelo, la navaja de afeitar estaba cerca de la mano de Jinki, ésta estaba cerrada en un puño pero claramente escurrió sangre de ella, sólo que ya estaba seca.

-Jinki.- susurró Jonghyun acercándose, el nombrado sólo contrajo las piernas asustado. –No estoy molesto.-

-Estoy cansado.- escuchó un ligero susurró como respuesta.

-Vamos.- Jonghyun se acercó a Jinki, tomó la navaja manchada de sangre para tirarla dentro del bote de basura. –Compré cuernitos.- susurró  tomando el brazo de Jinki para ayudar a levantarlo.

-Lo siento.- susurró Jinki levantándose, poniendo por inercia su mano en el azulejo de las paredes, dejando la mancha de sangre con la figura de su mano. –Me… me sentía…-

-No te preocupes.- susurró Jonghyun abriendo el botiquín de primeros auxilios.

-Las pastillas.-

-Jinki.- susurró Jonghyun suspirando. –Las pastillas sólo calmarán el síntoma, pero no curarán la enfermedad.- roció un poco de agua sobre la herida para limpiarla. –Tienes que ir con un psicólogo.-

Porque ahora sólo eran cortadas no muy largas ni profundas, pero quién sabe, en un futuro no serían en el muslo, o en el brazo, podrían ser en un lugar más letal y quizá, podría hasta ser graves.

-No.- susurró Jinki presionando sus ojos por el ardor del alcohol en su herida. –Sólo tendré que tomarlas y estaré bien.-

-Jinki, mírame.- Jonghyun dejó de mirar la herida ya con una venda para ver directamente hacia los ojos del nombrado. –Ya lo sé.- ¡claro que sabía por qué Jinki se portaba así! –Y no fue tu culpa.-

“Eso” que le había pasado años atrás, no había sido su culpa.

Ni haber caminado por esas calles a altas horas de la noche.

-Prométeme que iremos al psicólogo.-

Pero Jinki bajó la mirada.

-Por favor.- susurró Jonghyun tomando la mano de Jinki para llevarla a su pecho. –Hazlo por mí.- porque sabía que por él mismo no lo haría. –Por una larga vida juntos.-

Jinki mordió su labio inferior mientras sentía de nuevo cansancio, y su pierna temblar ligeramente. 

Notas finales:

Yo creo que, las pastillas sólo alivian un sintoma, no la enfermedad. 

Gracias por leer. 


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