Corazón de sombra y Luz
Capitulo 11: De Licántropos, Ángeles y Malvados Planes.
Mientras tanto Amed y compañía habían aparecido en el piso del hotel que ocupaban para el asombro de los ingleses.
-¿Cómo fue que llegamos aquí? Pensé que no nos podíamos aparecer así como así en Diagon-dijo Draco sorprendido al percatarse de donde estaban, pero antes de que Amed pudiese explicarle....
-¡Príncipe Amed...joven Sei....señor Dark.....aprisa.....vengan por favor...el..... Joven señor Lux......él no está bien!-dijo apurada Masha al verlos aparecer.
Así que luego de esas palabras, Amed y demás corrieron hacia la habitación del guardián siendo seguidos por Severus, Remus y Draco los cuales tenían muchas preguntas sobre todo aquello y las cuales solo aumentarían al entrar en el cuarto de Lux pues al llegar ahí se encontraron con que....
Una intensa luz lo envolvía todo y la cual provenía del mismo castaño, el cual levitaba por encima de algunos metros del suelo, a la vez que su cuerpo se estremecía de manera un tanto violenta casi como si tratara de expulsar "algo" aunque ninguno de los presentes tenía la menor idea de ¿Qué exactamente?
-¡Cielos, esto está fuera de control! Mi hermano necesita ayuda, solo no va a lograrlo, tiene que dejarlo salir pero se está conteniendo demasiado para no hacer daño; así que voy por ayuda y mientras lo hago, tú y Amed tienen que colocar un escudo a su alrededor para que puedan contener su magia o de lo contrario es capaz de arrasar con este piso-dijo Sei con extraña firmeza aunque también con preocupación mientras daba media vuelta y salía de la habitación.
-Supongo que hay que hacer lo pedido por Sei ¿Verdad, Dark?-dijo Amed preocupado y confundido.
-¡Así es! Estoy seguro de que Sei sabe de qué está hablando, por lo que mejor conjuremos ese escudo, que por lo visto vamos a necesitar pues nunca antes había sentido un aura tan apunto de explotar, lo que no se es cuando exactamente podamos resistir, si Lux no se controla con rapidez-dijo Dark preocupado y junto con Amed conjuraban un escudo entre todos ellos y el castaño, encerrándolo en una especie de burbuja contra la cual se podían ver chocar la magia del chico, quien en ese momento gemía dolorosamente así como su cuerpo se convulsionaba hacia atrás en un arco por demás imposible ocasionando mayor intensidad en sus explosiones mas de repente.... Pareció que el dolor era tanto que Lux no lo resistiría pero eso no era lo único malo sino que tanto Dark como Amed estaba teniendo problemas para contenerlo y eso se notaba en la tensión de sus cuerpo, así como en el sudor que estaba perlando sus frentes que al estar cubiertas con aquellos turbantes y velos era más que notorio como el sudor los empapaba.
-¡Protego!-susurraron tres voces, mientras conjuraban escudos sobre Lux.
-¿Qué está pasando? ¿Por qué Lux se encuentra así?-pregunto Draco con preocupación pero antes de que alguien pudiera responderle, una nueva sacudida recorrió el cuerpo del castaño con su consiguiente explosión de magia solo que esta vez fue diferente pues al arquearse su cuerpo tanto de sus manos como de sus pies fueron mostrando la aparición de ¿Garras? Lo mismo que el resto de su cuerpo fue tornándose un poco más voluminoso así como peludo conforme se iba transformando en un....
-¿Lobo? ¿Es un licántropo?-susurro Remus sorprendido por lo que veía, volteando ligeramente hacia Severus, el cual se mantenía impasible y a la expectativa mientras trataba de averiguar ¿Qué era lo que estaba sucediendo con exactitud por ahí?
Pero antes de que siquiera pudiera formular aquella pregunta, entraron en la habitación nuevas personas entre ellas Sei, quien venía acompañado de cuatro nuevos personajes, los cuales de inmediato se colocaron alrededor del transformado Lux.
-¡Príncipe Amed, Dark y el resto quiten los escudos! Nosotros nos encargaremos de que Lux vuelva a la normalidad-dijo Sei con calma mientras sus acompañantes se movían lentamente por el lugar hasta trazar, técnicamente, un cruz alrededor del joven castaño es decir, al norte, oeste, sur, solo quedando un pequeño hueco que nadie ocupo.
-¿Estás seguro de eso, Sei? No creo que sea muy conveniente hacerlo-dijo Dark preocupado, sin retirar su escudo igual que los demás ahí presentes.
-¡Haz lo que te pido! De todas formas, ninguno de ustedes puede ayudar a Lux, excepto para contener su magia y eso tampoco podrán hacerlo por mucho más tiempo ¿Qué no se dan cuenta de que sus instintos cada vez están tomando más el control? Y si a eso le sumamos que "algo" lo descontrol en primer lugar, vamos a tener a un medio licántropo totalmente desquiciado ¿Y eso no querrán verlo, verdad?-dijo Sei con calma aunque también algo de exasperación.
-¡Espero que sepas lo que estás haciendo, Sei! No me gustaría que a mi guardián le sucediera algo malo-dijo Amed con tranquilidad mientras deshacía su escudo sobre el castaño, así como también lo hacia Dark y de forma gradual Severus, Remus y finalmente Draco.
-¿Estás seguro de que saber lo que haces? Lux puede resultar lastimado o algo peor, solo por tu insistencia, chico-dijo el rubio preocupado.
-¡Por supuesto que se lo que hago! Es mi hermano de quien hablamos, toda mi vida he estado a su lado y se perfectamente cuál es su condición, así como su naturaleza, por lo que alteza, usted no tiene ni la menor idea sobre todo esto o ¿Por qué cree que fui por ellos? ¿Para traer más gente al espectáculo? -sarcasmo total- ¡Obviamente que no! Así que háganse a un lado para poder ayudar a Lux-dijo Sei exasperado por completo.
-¿Qué demonios te propones hacer, Sei?-cuestiono Dark curioso al ver como el chico se despojaba en esos momentos de su túnica y turbante quedando totalmente descubierto del torso para arriba.
-¿Siri?-musito asombrado Remus al ver /por primera vez/ al descubierto chico, cuyo parecido con el "finado" Sirius Black era sorprendente, pues si ya antes había tenido dudas /y que había comentado a Severus, con anterioridad/ por sus movimientos y ciertos detalles, ahora que le veía despojado de sus ropas, no tenía ninguna duda, puesto que Sei era ¡Sirius Black! Bueno con la excepción de algunos detalles como su piel que era muchísimo más blanca que la de Padfoot así como su cabello no era completamente negro azulado sino más bien de un castaño tan oscuro que tiraba hacia el negro.
-¡OH, nada en especial, Dark! Pero si no me quito la túnica no podría hacer esto....-respondió Sei mientras lentamente un aura le iba envolviendo, concentrándose principalmente en su espalda en especial a la altura del los omoplatos, de donde no tardaron en surgir un par de blancas alas, que ocasionaron ahogados susurros de asombro por parte de los presentes /con la excepción de aquellos que venían acompañando al chico, anteriormente/
-¿Qué está sucediendo aquí? Primero Lux es un licántropo y ahora Sei es un ¿Ángel?-dijo Remus consternado.
-Algo me dice que este par de chicos ocultan más secretos de los que podemos imaginar, Remus-replico Severus con seriedad mientras veía atentamente como Sei desplegaba sus alas para así elevarse hasta la altura de Lux, quien desde hace un rato había estado luchando para poder librarse del aura de aquellos tres hombres que le mantenían cautivo y lo más sorprendente del caso es que ni siquiera los había visto realizar ningún movimiento por lo que su curiosidad con respecto a todo aquello seguía en aumento.
Más justo en el momento en que Sei extendía una mano hacia su hermano, este en su trastorno alzo una garra contra la misma, hiriéndola profundamente ocasionando que un gemido de dolor escapara de los labios de Sei, quien ni siquiera se inmuto -excepto por el gemido- e intento de nuevo acercase a su hermano mayor.
-¡Lux, tranquilo; soy yo Sei, tu hermano! Tan solo escucha mi voz, estamos aquí para ayudarte, tienes que calmarte, no te hace bien todo esto, Lux-dijo con voz suave Sei mientras intentaba acercársele, pero el olor de su sangre solo conseguía alterar aun mas al licántropo que cada vez mas intentaba lanzarse encontrar del chico.
-¡No está bien todo esto, no podremos contenerlo por mucho tiempo; nuestro señor Luxiel está por completo dominado por sus instintos, tendremos que hacer algo al respecto!-dijo uno de los tres hombres que -a duras penas- contenía al castaño, al mismo tiempo que su atención recaía sobre Remus, el cual se sintió intimidado ante la intensidad de aquellos ojos que le observaban y que de manera extraña parecieran refulgir cual estrellas o joyas, casi como sus propios ojos dorados.
-¿Tú perteneces al clan de la luna llena, no es así?-cuestiono el hombre a Remus, quien estaba confuso pues no comprendía de lo que estaba hablándole- Quizás no tengas ni idea de lo que te dijo, pero tu olor me lo dice, quien te convirtió es parte de ese clan y no un miembro más sino su líder, pero por lo que veo te dejo a tu suerte, cachorro; y desconoces por completo las tradiciones de tu clan así como de los otros tres clanes, lo mismo que del servicio a nuestras diosas lunares pero por ahora, hay que ayudar al señor Luxiel, ya después habrá tiempo para darte la adecuada educación licana que te fue negada y cuyo error habremos de corregir posteriormente; por ahora tu presencia será suficiente para recuperar al señor Luxiel, así que colócate a su derecha (Este) y cuando llegue tu turno pide ayuda a la señora diosa Serenity, clan de la luna llena-dijo aquel hombre con autoridad mientras señalaba el hueco libre alrededor de Lux.
Y sin saber exactamente lo que hacía, Remus hizo lo que le solicitaban, colocándose en posición y así....
-¡Cuando terminemos de recitar deberás abrazar al señor Luxiel, sin importar las garras, Cygnus!-dijo aquel hombre con calma mientras los otros dos /tres si contamos a Remus/ se preparaban para lo que venía.
-¡No te preocupes, se lo que tengo que hacer, así que adelante!-respondió Cygnus con tranquilidad mientras lentamente se iba moviendo /otra vez/ hacia Lux para poder abrazarlo cuando llegara el momento.
-¡Señora Hécate, escucha mi ruego y permite regresar a tu protegido y nuestro príncipe Luxiel de nuevo con nosotros, te lo solicito así Mattiel, señor del clan de la luna nueva!-dijo aquel hombre que antes había hablado.
-¡Señora Artemisa, guía de vuelta al guardián de tu sabiduría y enseñas, el príncipe Luxiel, te lo pido así Daniel, señor del clan de la luna del cuarto creciente!-dijo el segundo hombre, aunque su voz era mucho más joven que la del primero, por lo que cabria suponer que era mucho más joven en edad.
-¡Señora...... diosa..... Serenity..... Ayúdanos... a regresar...... a Lux de.... Su estado.... Te lo suplico así, Remus, del clan de la luna llena!-dijo titubeante Remus pues de verdad no tenía ni la menor idea de que estaba haciendo, pero al parecer no había estado tan mal pues ninguno de los otros comento nada al respecto.
-¡Señora Selene, trae calma a nuestro señor Luxiel y reconforta su alma lastimada así como su cuerpo, te lo ruego así, Ariel, señor del clan de la luna del cuarto menguante!-dijo el tercer de aquellos hombres, que al terminar de decir la última palabra hizo que su aura y las de su compañeros -incluso Remus- se elevaran y envolvieran a Lux, el cual fue justo entonces abrazado por Sei, a pesar de sus esfuerzos por deshacerse del mismo, hiriendo al chico e hiriéndose a sí mismo en su lucha pero de nada le valió aquella resistencia pues al instante su cuerpo convulsiono y lentamente volvió a su estado humano pero también por un momento un par de alas blancas salieron del desvanecido cuerpo de Lux, las cuales desaparecieron casi al instante.
-¿Y bien alguien va explicarnos, lo que está ocurriendo aquí?-cuestiono con voz severa, Severus mientras sostenía en sus brazos a un desvanecido Remus, pues al parecer todo aquello había agotado terriblemente al ojidorado, así como a los otros tres, quienes no se veían muy bien tampoco salvo la diferencia de que no estaban inconscientes como lo estaba su lobito, en esos momentos.
Mientras tanto en otra parte de Inglaterra, concretamente en la dirección del colegio Hogwarts de Magia y Hechicería....... Albus Dumbledore se encontraba leyendo una misiva enviada por Hermione Granger y conforme la iba leyendo su ceño se iba frunciendo más y más de manera preocupada a la vez que en sus ojos azules iba apareciendo una mirada cruel y manipuladora.......
-Así que Draco Malfoy, Severus Snape y Remus Lupin están con el príncipe Amed y el resto de su corte ¡Esto es inesperado! Y si lo que comenta la señorita Granger acerca del poder de ese joven y el resto de los guardianes de su alteza, debo de encontrar la forma de que se una a mi causa, con ellos de mi lado, Tom no podría hacernos frente es mas ni siquiera necesitaría que Potter volviera aparecer; es más si está muerto /como estipulan los rumores/ sería una gran ventaja para mis planes porque así podría conseguir mucho más pronto el control del mundo mágico y del mundo muggle, también. Lo que me recuerda que hay que encontrar la forma de que su alteza árabe y compañía se pongan del lado de la orden del fénix y una vez que los tenga, usarles como a los demás para conseguir mis propósitos pues no puedo seguir perdiendo el tiempo con Tom y sus mortifagos, ya es momento de que esto termine aunque no antes de que Tom se lleve algunos estorbos por delante como son el ministro y varios otros miembros del Wizardmont que deben ser eliminados lo antes posible especialmente antes de que alguno de ellos sospeche de mí y de que varios ataques no han sido por parte del lord oscuro, sino de mi entera disposición-pensaba Dumbledore con malicia mientras cerraba la carta de Hermione y tomando un pergamino, respondió......
Hermione:
¡Buen trabajo! Y gracias por tu información, veré que es lo que puedo averiguar sobre su alteza y compañía antes de que lleguen al colegio; así mismo te pido atentamente que te encargues de mantenerlos en vigilancia /tal vez por ahora eso te sea difícil pero una vez que tomen el expreso, deberás de hacerlo/ y averigües tanto como puedas, también deberás de encargarte de separarlos del joven Malfoy puesto que no conviene a los planes de la orden, esa clase de asociación. En cuanto a Remus Lupin y Severus Snape, ya me encargare yo personalmente una vez que vuelva al colegio.
Se despide atentamente de ti
Albus Dumbledore
Director de Hogwarts.
-¡Bueno Midnigth llévale esta carta a la señorita Granger!-ordeno Dumbledore a su lechuza de color café oscuro y de mirada tan malvada como la de su dueño (como bien dicen por ahí, todo se parece a su dueño y en este caso no era la excepción)
-Y ahora tengo que trazar un buen plan para que muy pronto ese príncipe Amed y sus acompañantes se una a mis planes para con el mundo mágico, aunque claro con la mayor de las discreciones; pues si me precipito podrían resultar las cosas mal-pensó Dumbledore mientras su mente trazar poco a poco las medidas y medios a seguir para poder poner de su lado al príncipe Amed y demás.
De regreso con Amed y compañía....
-¿Y bien? Piensan hablar en algún momento de este día-dijo sarcástico Severus mientras con mucho cuidado colocaba a Remus sobre una tumbona, así como el chico Sei colocaba a Lux sobre su cama para casi de inmediato derrumbarse a su lado, pues realmente estaba bastante maltratado con tantas heridas, lo mismo que su hermano mayor.
-¡Hablaremos, mago! Así que no seas tan desesperado, pero antes debemos atender al señor Luxiel y al joven Cygnus, lo mismo que al cachorro, pues por lo visto ha sido demasiado para él; lo cual es comprensible teniendo en cuenta que desconoce mucho de su herencia licana-dijo con tranquilidad Mattiel mientras se levantaba lentamente, lo mismo que Daniel y Ariel.
Y así....
Continuara...