Corazón de sombra y luz
Capitulo 5: Amor, por siempre, Amor.
La vida es una colección de recuerdos
Pero nada como tu recuerdo
También de la redondez que tienen
Tus labios
El olor de tu pelo
El color de tu piel
No pienses que te iras
No me voy a resignar
Eres lo mejor que me ha pasado
Entre lo mundano y lo sagrado
Y aun más.
(En tus pupilas, Shakira)
-¡Pronto volveremos a estar juntos, mi ángel, mi dragón y nada nos separara; yo también te amo y nada cambiara ese sentimiento, eres hermoso, perfecto y único para mí; solos tú y yo, para toda la eternidad, no temas al amor, también me haces falta, Draco!-dijo aquella dulce y cálida voz, brindándole una gran paz a la torturada alma del joven rubio.
Algún tiempo después...... (Con respecto a los capítulos anteriores)
-¿Estás listo, Draco? Es hora de irnos o perderemos el ferri-dijo Remus apurado mientras entraba en la habitación del rubio.
-¡Ya estoy, Remus pero que prisa tienes!-dijo Draco con divertida burla.
-¡Ah sí que te pones tu moños! ¡Bien, perfecto! Y yo que creí que en verdad deseabas hacer este viaje pero por lo visto me equivoque; será mejor que se lo informe a Severus, así se ahorrara muchas complicaciones-dijo Remus con seriedad.
-¡OH vamos, Remus no te pongas así!-dijo Draco divertido mientras se abrazaba al castaño, cariñosamente y depositando al mismo tiempo ligeros besos sobre las mejillas del hombre, así como por el cuello, hundiéndose en este para disfrutar del suave olor que el lupino desprendía y que tanto le agradaba puesto que era muy tranquilizador.
-¡Draco, deja de hacer eso, me haces cosquillas!-exclamo Remus tratando de aguantar la risa que el cabello del rubio le provocaba, a la vez que intentaba sacárselo de encima y mientras "forcejeaban" ninguno se daba cuenta de la presencia que desde el umbral les observaba, con una mirada feliz aunque algo seria al ver como el rubio rozaba sus labios contra los del mayor, lo cual le hizo sentirse algo incomodo.
-¿Van a permanecer todo el día, jugando o ya nos iremos?-cuestiono Severus desde la puerta, con los brazos cruzados sobre su pecho.
-¡OH, ya estamos listos, padrino! Tan solo jugábamos un ratito-dijo Draco mientras cerraba su baúl para de inmediato tomar una de las asas y Remus hacia lo mismo con la contraria.
-¡Son un par de chiquillos! Les gusta perder el tiempo y, de Draco....me lo esperaría, pero de ti Remus, ¡Jamás!-dijo Severus con fingida consternación.
-¡Deja de hacerte tonto, Severus! Que si soy un chiquillo, tú no te quedas atrás-dijo Remus con mal fingida calma mientras se mordía el labio inferior para contenerse y no sacarle la lengua al otro hombre, quien sonrió al darse cuenta de la reacción del lupino.
-Bueno creo que será mejor que nos vayamos, ya hemos perdido mucho tiempo, como has recalcado padrino-dijo Draco con calma, a la vez que jalaba de su baúl, obligando al lupino avanzar con él y así salir de la habitación.
-¡Es un celoso! A pesar de que Remus es mi pareja, Draco no termina por aceptarlo, menos aun por sus sentimientos hacia mi lobo; que si bien no está enamorado de él, si lo quiere y aprecia mucho, lo que según sus enseñanzas le dan completa posesión sobre el mismo por lo que soy algo así como el "rival" pero por ser su padrino, no es tan marcada su posesividad, aunque me alegro por eso, después de todo sino hubiese sido por los cuidados de Remus, mi Draco no habría salido de su depresión, quizás por eso entiendo que tenga esa clase de sentimientos; además no hacen mal a nadie y cuando Draco conozca a alguien se le olvidara este brevísimo "amor"-pensaba Severus tranquilo, mientras seguía a su ahijado y Remus al estudio en la planta baja en donde -por turnos- tomaron polvos floo para poder marcharse a su destino.
Apareciendo poco después en el recibidor de un hotel mágico, de gran prestigio y lujo, ubicado en el centro mismo de la ciudad de Madrid, España, lugar en el cual pasarían sus vacaciones antes de regresar al colegio de Hogwarts.
-¡Que hermoso hotel, padrino! Definitivamente tienes muy buen gusto-dijo Draco con gusto mientras apreciaba el fino y delicado decorado en azul y oro del lugar, era realmente un precioso sitio muy de su categoría, después de todo un Malfoy no podía estar en un lugar vulgar.
-¡Me alegra que te guste, Draco! Ahora vamos a la recepción, para poder ir a nuestras habitaciones-dijo Severus con calma, mientras caminaba hacia donde había mencionado y tras algunas palabras con la encargada..... No tardaron en estar en su habitación, la cual se dividía en dos niveles siendo el primero ocupado por un pequeñísimo recibidor, un congelador con refrigerios y una cama individual y un armario para la ropa, mientras que el segundo nivel se encontraba el baño, un jacuzzi y una cama matrimonial así como su respectivo armario.
-¿Imagino que dormiré abajo, verdad?-dijo Draco al ver las camas, con algo de molestia.
-¡Así es! ¿No te molesta, cierto?-dijo Severus con ironía.
-¡No, por supuesto que no, padrino!-respondió el rubio sarcástico bajando de nueva cuenta -pues al ver el lugar había subido- para deshacer su equipaje, dejándolos a ellos allí para que se encargaran de sus cosas.
-¡No deberías de tratarlo así, Severus! Es muy sensible y no creo que ser irónico le haga bien-dijo Remus con calma, colocando su baúl en la cama, para poder acomodar su ropa en el armario.
-¡OH, Draco lo soportara, así que no te preocupes! Además no deberías de prestarle tan atención, él está mejor y ya no necesita de tantos mimos, Remus-dijo con algo de sequedad Severus mientras colocaba del otro lado su propio baúl para sacar su ropa.
-¿Estas celoso?-susurro Remus con suavidad, acercándose hasta su compañero para de inmediato abrazarlo con ternura por la cintura desde atrás, recostado su castaña cabeza sobre la espalda de Severus, quien al sentir aquello no pudo evitar corresponder al imprevisto abrazo y colocar sus manos sobre las que rodeaban su cintura.
-¡Si dijera que no, mentiría y si dijo que si, también lo haría, Remus! No son celos precisamente, tal vez incomodidad de ver como Draco siente un cariño especial por ti, aunque no al grado de pareja, así como tú sientes algo por él, un cariño de padre lo cual a veces me hace sentir que me encuentro fuera, que no estoy con ambos-dijo Severus suavemente.
-¡Tontito! Tú perteneces a nuestro mundo y sé que Draco siente ese cariño especial que dices pero no es nada, yo pienso que es mas como mi propio cariño de padre a su hijo y viceversa; además él nunca se interpondría entre los dos y aun así, yo no podría dejarte, después de todo me enamore de ti desde el mismo momento en que me mire en tus pupilas, en tus profundos ojos negros y eso ocurrió teniendo once años y ya ha pasado mucho desde entonces ¿Crees de verdad que te dejaría por un jovencito, Severus?-dijo Remus con cariño, mientras besaba el cuello de su amor, tiernamente.
-¡Te amo, Remus, con todo el corazón y a pesar de todos los problemas que hemos tenido para estar juntos, te sigo amando!-dijo Severus volteándose con rapidez hacia su castaño para poder estampar un intenso beso sobre aquellos labios que le volvían loco.
-¡También te amo, Severus y jamás he dejado de hacerlo y siempre te amare! Pues tú me enseñaste un mundo maravilloso que ante no conocía, a pesar de que no eres el clásico romántico, sin flores, ni poemas, con muchos defectos y errores me enamoraste como nunca nadie lo consiguió, así que no dudes nunca de mi amor que siempre te amare pase lo que pase, siempre lo haré ¡Te lo prometo!-dijo Remus con emoción una vez que sus labios quedaron libres y se le permitió volver a respirar.
Y mientras ambos se confesaban su amor desde las escaleras un chico rubio sonreía sinceramente al verlos tan enamorados y tan correspondidos, aunque una leve sombra de tristeza se instalo por un momento en sus ojos grises, lo que le llevo a cerrarlos por un instante.
-¡Quisiera encontrar a alguien que me amara tanto como Remus ama a mi padrino! Alguien que me amara a pesar de todo, a pesar de los problemas, a pesar de “eso”, alguien a quien pudiera amar con la misma intensidad con la que Severus ama a Remus pero quizás eso nunca sea posible, depuse de todo ¿Quién podría amarme de verdad?-pensaba Draco con tristeza pero sacudiendo con fuerza su cabeza se deshizo de esos pensamientos pues no quería preocupar a sus “padres” y volviendo a colocar una sonrisa en su rostro.
-¿Se quedaran todo el día ahí o podemos ir algún sitio? No quiero quedarme en el hotel cuando todavía hay mucho día por delante, aunque por lo que veo han de preferir quedarse ¿verdad?-dijo Draco con calma y sin dejar de sonreír, ampliándose su sonrisa al ver como ambos hombres se separaban con rapidez y se volvían hacia donde se encontraba.
-¡Draco no vuelvas a sorprendernos de esa manera!-exclamo Severus con seriedad, viendo de reojo como Remus se sonrojaba ligeramente y de inmediato se volvía hacia su equipaje sin arreglar aun.
-¡Prometo no volver hacerlo, padrino! Y entonces ¿Qué, les doy cinco minutos más?-dijo Draco con rostro angelical aun cuando por detrás de la espalda cruzaba los dedos pues por nada cumpliría con su promesa, ya que resultaba divertido sorprenderlos de vez en cuando, no que tuviera por costumbre hacerlo a cada rato.
-¡Es lo mejor! Bajamos en un momento y podremos ir a pasear por los alrededores-dijo Severus con el ceño fruncido pues conocía esa carita de ángel y nada bueno presagiaba pues no sería la primera vez que su ahijado faltara a una promesa y más si podía incordiarles al hacerlo.
Y algunos minutos más tarde, todos abandonaban la habitación y el hotel para poder ir a recorrer la ciudad y así...
Continuara...