"Los polos opuestos se atraen" o eso había escuchado el.
- Ja - pensó. La verdad es que el no creía en ese tipo de frases para el eran estúpidas, pero para su hermano esas frases eran tan puras como el agua.
- Algún día te enamoraras hermanito y ese día comprenderás todas esas frases - amenazo.
En una pequeña sala se encontraban un rubio y un pelirrojo sentados uno frente al otro. El rubio era evidentemente el menor de los dos, poseía una hermosa piel canela junto a sus dos sus grandes ojos azules que en este momento denotaban aburrimiento mientas que todo su cuerpo se encontraba encobrado en la silla.
- Vamos Gaara esos son cuentos - insistía el rubio.
- Bueno Naruto si tu quieres creer eso - levanto los hombros en señal de fastidio.
Por su parte el pelirrojo tenía rasgos mucho más maduros, su piel era nívea la cual combinaba perfectamente con sus rojos cabellos que hacían par con esos ojos aquamarina.
- No puedo confiar en las palabras de alguien que se tatuó la cabeza - replico molesto apuntando al rostro tatuado de su hermano. Era verdad que amaba a su hermano pero era verdaderamente fastidioso tener que escuchar consejos que nunca en su vida pondría en practica, porque el en definitiva no se iba a enamorar.
- Estas son decisiones Naru - ¿Cuanto llevaba peleando con su hermano?, no tenía la más remota idea pero era seguro que llevaban semanas retomando el tema sin algún avance. Además de que el rubio siempre sacaba el tema de su tatuaje lo cual era frustrante.
- ¡Pues no las comprendo! - grito levantándose de golpe. Camino hasta su habitación cerrando la puerta de golpe.
El pelirrojo suspiro abatido, era demasiado por un día pero tenía que hacer algo es decir no era como que de repente su hermanito dejara de oponerse a que el se marchara para vivir con alguien más.
- ¿Que voy a hacer? - susurró. Desde que sus padres habían fallecido hace más de tres años, Naru se había vuelto frío y solitario cosa que no le gustaba al pelirrojo.
Como le gustaría tener a sus padres ahí para que así se quedaran al lado de Naruto, es decir, ahora el rubio tenía 16 años mientras que el tenía 25 años, se había enamorado y ahora estaba comprometido con su novio de hacia cinco años.
Ya había previsto esta situación antes pero nunca imagino la reacción de su querido hermano al enterarse de su compromiso. Era simplemente inaceptable a la vista del menor.
- "¿Que más puedo hacer?" - esa pregunta rondaba constantemente en la mente del mayor. Su boda estaba cada vez más cerca, ya no podía alargar más el plazo, ya había enviado las invitaciones incluso.
Pero aun así Naruto seguía negando la idea de vivir con el y su futuro esposo. Gaara se desesperaba cada día más era simplemente molesto tener que lidiar con su propio hermano, aveces odiaba la personalidad de su hermano. Era caprichoso y solitario.
Si ese accidente no hubiera sucedido ahora seguramente estarían todos felices, si tan solo no hubieran ido discutiendo ahora estarían compartiendo momentos felices. Pero para su mala suerte el destino estaba en su contra.
- Ah... - suspiro con cansancio levantándose de la mesa para subir las escaleras hasta su habitación cerrando lentamente la puerta. Ya no había nada más que hacer tal vez mañana algo sería diferente.
*
*
/POV Naruto/
- Naruto despierta el desayuno esta listo - mi hermano si que se esfuerza por hacerme la vida imposible. Abro lentamente mis ojos sentándome en la cama.
Fijo mi vista al reloj el cual marca las 6 en punto de la mañana.
- "Verdadero fastidio" - pienso. Estoy arto de tener que levantarme a una hora tan patética, ¿De que demonios me sirve estudiar? No es como que tenga altas expectativas para mi vida.
- ¡Naruto! ¡Levántate ya! - volví a escuchar.
- ¡Ya voy! - grite en señal de fastidio.
Me levanto para estirar mi cuerpo alzando los brazos al aire, hoy es otro día como todos los demás lleno de sermones por parte de mi hermano acerca de la importancia de mis estudios, tan monótono...
Camino hacia mi guarda ropa el cual no esta muy lejos de la cama, mi habitación no es tan grande solo tengo lo necesario, una cama, un escritorio y el guarda ropa. Al llegar abro las puertas buscando ropa para ponerme eligiendo unos jeans oscuros junto a una camisa naranja a cuadros.
- ¡Naruto se te va a hacer tarde! -
¿No se puede callar un momento?, estoy seguro de que mi hermano esta decidido a hacerme la vida imposible. Tomo mi mochila poniendo dentro de ella unos libros para mis clases.
- ¡Naru! - juro que si vuelvo a escuchar un grito de mi hermano lo mato.
Salgo del cuarto azotando la puerta con mi salida, ahora estoy de mal humor. ¡Gaara logro ponerme de tan mal humor en segundos!, si tan solo pudiera irme lejos.
- ¡Deja de gritar de una puta vez! - grito enfurecido.
- Buenos días para ti también - contestas enojado igual.
Resto importancia para tomar una manzana del frutero que esta en la mesa de la cocina acercándome a la salida.
- ¿No vas a desayunar? - escucho a mis espaldas dándome vuelta.
- ¿No vez la manzana? - contesto con sarcasmo.
- Bueno - sonríes con tristeza - Que te vaya bien - intentas poner tu mejor cara.
Hago un simple gesto de despedida para darle la cara a la puerta de salida, por alguna extraña razón siento una opresión en el pecho que me dice "No te vayas" pero debe de ser un simple impulso sin importancia.
Sacudo cualquier preocupación de mi mente saliendo del departamento dejando atrás a mi querido hermano.
- Vamos Naruto nada malo pasara - repito en mi mente alentándome a seguir mi camino.
Subí al autobús que me dejaba en el colegio, pase todo el camino con ese estaño sentimiento de "Regresa con tu hermano".
- Estupideces - pienso viendo a la ventana del autobús.
A los pocos minutos llegue a mi colegio, un gran edificio color azul y blanco, al frente esta un gran espacio verde lleno de arboles y flores bastante hermosas, entre subiendo las escaleras hasta mi salón el día transcurrió tranquilo nada fuera de lo normal, la verdad no tengo muchos amigos solo unos cuantos porque soy bastante serio por lo que casi no hablo con ellos. Al finalizar mi penúltima clase salgo del salón caminando por los pasillos.
- ¡Naruto! - volteo para encontrarme con Kiba un chico alto moreno, de cabellos castaños con unos extraños triángulos bajo sus ojos.
- ¿Que ocurre Kiba? - pregunto aburrido.
- Hoy vamos a saltarnos la clase de Kakashi - este plan me esta interesando - ¿Te parece?.
Ni siquiera pienso estoy muy seguro de mi respuesta, es decir ¡Perderme la clase de literatura! Uno debe ser muy estúpido como para rechazar la oferta de perderse esa clase.
- ¿A donde planean ir? - sonrió complacientemente.
- Me alegra que siempre estés dispuesto - pasas tu brazo por mis hombros pegándome a tu cuerpo - Vamos al centro por algo de diversión.
- ¿Nos vamos? - escuchamos a lo lejos.
En la entrada del edificio están dos chicos más uno de ellos se llama Lee el cual es bastante raro, sus cejas son bastante pobladas mientas que el chico que esta a su lado se llama Shino a el no lo conozco bien pero es muy buen amigo de Kiba por lo que siempre esta con nosotros.
- ¡Hoy va a ser un día muy divertido! - Kiba es muy escandaloso espero nadie aya notado nuestra ausencia en clase.
El día en el centro no fue nada fuera de lo normal, fuimos a comer y después jugamos bolos lo que más odiaba era que ese sentimiento de preocupación no me abandonaba y me estaba preocupando cada vez más.
- ¿Que te ocurre Naruto? - era Lee el que preguntaba.
- Nada en especial - miento. No puedo decir "Estoy preocupado porque mi hermano no me ah mandado ningún mensaje", y es que la verdad la ausencia de aquel mensaje por parte de Gaara me estaba carcomiendo interiormente.
- ¡Vamos Naruto! Es tu turno - Kiba como de costumbre esta muy animado. Se acerca a mi con una sonrisa en su rostro.
- Lo siento Kiba, me tengo que ir - ignoro cualquier reclamo por parte de mis amigos, ya no puedo seguir con este sentimiento tan extraño. Odio decir esto pero muero por ver a Gaara.
Hago un gesto de despedida a mis amigos corriendo por todos los pasillos y escaleras del centro comercial hasta que al final llego a la salida. Para mi suerte el autobús que pasa por mi departamento esta afuera por lo que lo tomo sentándome hasta el final.
- "Maldita sea Gaara, ¿Porque no mandas un mensaje?" - conforme pasa el tiempo puedo sentir como mis ansias van creciendo más. Tengo miedo, ¿Y si algo le paso?.
Cierro los ojos intentando conciliar un poco el sueño, al fin aun queda mucho como para llegar a casa. Por más que intento no puedo cerrar los ojos sin ver esa triste sonrisa de Gaara, el nunca había sonreído así, el siempre me respondía algo peor, entonces ¿Porque ahora no?.
Me sumí tanto en mis pensamientos que en menos de lo que imaginaba ya estaba enfrente del departamento.
- "Extraño" - pienso. Todas las luces están apagadas instantáneamente mis pensamientos se tornan retorcidos. Me armo de valor abriendo la puerta encontrándome con la oscuridad absoluta de la noche.
*
*
En definitiva no estaba preparado para lo que vi, pero por suerte ya han pasado 2 años desde la muerte de Gaara aun no lo supero pero se que con los años lograre sanar las heridas.
- ¡Naruto! ¿Estas poniendo atención? - maldita sea no escuche nada de lo que Kakashi me dijo. En verdad estoy frito.
- N...No maestro Kakashi - respondo apenado en verdad que debo concentrarme más.
Estos últimos 2 años cambie para mejor, estoy seguro que Gaara estaría orgulloso de mi pero lamentablemente ahora el ya no esta a mi lado, ahora el esta con mamá y papá en un lugar mejor.
- Ah - nunca había escuchado suspirar a Kakashi así - Bueno lo que decía - aclaro su garganta - Mañana llega un nuevo compañero y dada la distracción por parte del joven Uzumaki el se encargara de darle la bienvenida - me mira con enojo.
Estoy seguro que Kakashi lo hizo para molestarme, pero voy a estar bien es decir ¿Que tan difícil puede ser conocer a un nuevo compañero?.
~Continuara~