En un bosque los arboles cantaban, sus hojas de diversos colores bailaban. El sol se asomaba entre los surcos de aquella espesura. Los pequeños y grandes seres que vivían en aquel lugar empezaban a hacer aparición. Poco a poco se levantaban, mientras que otros se dirigían a sus moradas a descansar.
Y en lo bajo de un colosal árbol se encontraba una colonia de hongos rodeando su periferia. Un círculo perfecto de piedras blancas rodeaba las setas. Cualquiera creería que era una visión normal. Un árbol antiquísimo rodeado de gran vegetación.
Lo que muy pocos sabían era el secreto que guardaba este frondoso bosque. Las criaturas que poco a poco empezaban a salir empezaron a rodear al inmenso árbol. Sentándose a su alrededor. Esperando la llegada del líder que daría por comenzado el día para que todos hicieran lo que deberían hacer.
Ya todos reunidos y viendo como llegaba su líder se inclinaron en señal de respeto. Y no solo ellos. La estirpe del líder también mostraba el mismo respeto que el resto.
— Buenos Días — saludo un pequeño ser del tamaño de tu dedo meñique — El sol ha salido. Gracias al dios sol podremos vivir un día más. Y comenzaremos un nuevo día. Pueden retirarse.
Y dada la orden se esparcieron desapareciendo del lugar. Acercándonos un poco más a estos diminutos seres. El líder del lugar empezaba a dar órdenes a su pueblo. Hasta que preguntó
— ¿Dónde está? — pregunto una diminuto ser parecido a un ser humano. Cabellos rubios y ojos castaños
— Estaba con Sasuke y Sakura, ayer por la noche pero nadie lo ha visto después de eso
— Trae a esos dos — se dirigía a una chica de cabellos negros
— Si Tsunade-sama — Y salió corriendo entre los honguitos que de cerca parecían pequeñas casas. Caminaba presurosamente donde se encontraba un hongo del tamaño de una toronja, encima había otro más pequeño y encima de este, otro más pequeño. Se metió por la diminuta puerta y camino hasta donde se encontraba su despacho. Había que hacer muchas cosas y ese mocoso andaba en quién sabe dónde, haciendo quien sabe qué.
Se escuchó el toc-toc
— Pase — respondió. Entraron una peli-rosa y un azabache escoltados por la pelinegra de cabellos cortos — puedes retirarte Shizune
— Con su permiso — y desapareció del lugar
— Sakura, Sasuke — miró a ambos — me han dicho que Naruto estuvo con ustedes a noche ¿Qué hacían tan tarde?
— Nosotros… — la peli-rosa miró al azabache — Antes de que se ocultara el sol estábamos en mi casa, cuando nos dimos cuenta había anochecido.
— Íbamos a regresar a nuestras casas, pero… — continuó el azabache que no estaba muy feliz, pero tenía que dar explicaciones a su líder
— ¿Pero?
— Es que… — la peli-rosa dudo de decir lo siguiente y termino por decir otra cosa — les sugerí que lo mejor era quedarse en mi casa hasta que amaneciera
— ¿Entonces cómo desapareció Naruto? — los examinó con los ojos entrecerrados
— No sabemos, cuando despertamos ya no estaba — termino de decir la peli-rosa
— Creímos que el dobe se levantó más temprano de lo normal
— Lo buscamos en la ceremonia, pero no lo encontramos. Él siempre se pone enfrente. Nadie lo ha visto. Ya buscamos cerca del lago pero tampoco está. — La chica se sentía terrible, su amigo desapareció sin dejar rastro
La mujer miraba a ambos, buscaba falsedad en sus palabras. La chica tenía la mirada en el suelo, apenas y le veía los ojos, notaba culpa. El azabache miraba a otro lado con el ceño fruncido. Siempre lo encontraba con cara serena, pero esta vez mostraba ira e impotencia, algo raro en él.
— De acuerdo, se unirán al grupo de búsqueda. Tendrán que pasar la noche fuera — Miedo mostraban sus ojos “Fuera” esa palabra no los dejaba tranquilos haya “Fuera” había peligros, solo los más capaces salían de la villa. Los veteranos, después de un arduo entrenamiento. Ellos todavía no alcanzaban ese nivel. Apenas eran magos — No se preocupen un Gran Mago los acompañara
— ¿Quién? — Preguntaron ambos
— Kakashi — respondió como si nada
— ¡¿Ese pervertido?! — gritaron los dos
— Sin quejas, ahora vayan a prepararse saldrán en 15 — después de afirmar salieron del lugar
Mientras que ella organizaba el grupo de búsqueda. Puesto que tenían que ir en grupos de cinco. En el grupo siempre había un Gran mago como líder y cuatro magos.
Los magos tenían que tener una especialidad en una de las artes. Curación, Metamorfosis, Invocación, Combate y Elemental. Entre otras.
Terminaron por reunirse en una de las cuatro entradas. Donde las piedras blancas se podían separar para dejarles pasar. Se encontraban una chica de cabellos negros y ojos blancos, Hinata, Invocación. Un chico de aspecto cansino, Shikamaru, Metamorfosis. La peli-rosa, Sakura, Curación. El azabache, Sasuke, Combate. Todos ellos magos y un peli-plateado con su libro favorito en mano, Kakashi, Gran Mago. Domina los elementos, la invocación y el Combate.
Otro grupo se estaba agrupando. Un chico de cabellos castaños con unos caninos filosos, Kiba, Invocación. Una rubia de coleta larga, Ino, Curación. Un gordito con una bolsita de arándanos, Chouji, Metamorfosis. Un tipo de traje verde, Lee, Combate. Una mujer de cabellos negros y ojos rojos, Kurenai, Gran Mago. Domina los elementos, la curación y combate.
Un grupo más estaba esperando a su líder de grupo. Ya se encontraban, un chico de cabellos largos y ojos blancos, Neji, Combate. Un chico que parecía llevar gafas de sol, Shino, Invocación. Una chica con dos chonguitos, Tenten, Elemental. Un pelirrojo con unas ojeras enormes, Gaara, Metamorfosis. Solo faltaba su líder. Que llegaba fumando una varita de hierbabuena, Asuma, Gran Mago. Domina los cuatro elementos, la metamorfosis y el combate.
Tsunade estaba esperando a que llegara el último de los magos, sentada de rodillas cerca de las piedras. Viendo que ya todos estaban ahí indico que se acercaran, se levantó y le indico que extendieran las manos. Cosa que hicieron
— Estos dijes — se dirigía a los magos — los protegerán de lo que haya allá fuera — a todos los presentes les entregó un colgante con una pequeña piedra blanca como las que estaban alrededor — Colóquenselo cerca del pecho. Será la primera vez que salgan. Los Grandes magos saben qué hacer en caso de emergencia — Miró a estos — Ya saben que hacer
Las piedras formaban un tipo de muro, lo suficientemente alto para cubrir su altura. Las toco y abrieron paso a los pequeños seres.
— Ahora pueden irse, si encuentran alguna pista avísenme — y los vio partir.
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En otra parte un pequeño rubio despertaba. Sus pequeños ojos vislumbraban demasiada luz, los cerró y abrió lentamente acostumbrándose a la luz. ¿Qué era ese lugar? Estaba sentado en algo calientito pero rasposito. Era de un color crema tocando a naranja. Lo olió, madera. Vio alrededor, había rejas a su alrededor. Se acercó, rozó con sus manos esas hendiduras que formaban pequeños cuadros.
Una corriente eléctrica lo asustó. Toques muy fuertes sentía por sus dedos. Lo habían repelido con una extraña fuerza que lo hizo caer.
¿Qué es esto? ¿Dónde estoy? Yo… yo estaba con Sasuke y Sakura, luego… luego… no recuerdo, mi cabeza me duele
Había tomado con sus manos su cabeza, haciéndose bolita entre la viruta del lugar. Un sonido fuerte lo hizo levantar la vista y buscar de dónde provenía. Un hombre alto, traía una capa que cubría su cuerpo, una capucha cubría su rostro, no podía verlo bien, a pesar del exceso de luz.
— Veo que despertaste — una voz grave
— ¿Quién… quién eres? — estaba asustado, un hombre, un humano. Sintió sus penetrantes ojos encima de él. Los humanos eran seres despiadados. Los libros que les decían que no debían nunca acercase a uno de ellos, hablaban de todas las cosas que les habían hecho. Lo que podrían hacer. Como eran, que debían hacer en caso de encontrarse con uno. Pero eso no servía en ese momento, estaba encerrado. Atrapado, una jaula de acero lo privaba de su poder.
— Jajá, estás asustado — se acercó a la jaula, recargando su cabeza en la mesa que sostenía la prisión de su preso — escucha, no te haré nada — lo miraba con unos ojos rojos, unos ojos que le daban miedo — por ahora
Lo vio levantarse y salir del lugar. Tenía mucho miedo, ese hombre parecía un demonio, como los de la noche.
¿Qué hago? Tsunade ba-chan, ayúdame Pedía, se abrazaba, no tenía idea de que hacía en ese lugar ni como llego. Solo quería volver a casa, junto a sus amigos. Seguir aprendiendo hasta llegar a archimago como su padre. Y así poder convertirse en líder de la aldea y del bosque.
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— Naruto… — susurro al viento, sentía que lo llamaba. ¿Dónde estaba? Ya lo había buscado con la bola de cristal pero nada. A través del flujo del agua y nada. Las raíces del árbol, nada. Nada, no había un rastro del chico.