— ¿No es esta una hermosa noche? —Inquirió con una sonrisa JiHoon en sus labios. El pequeño y acurrucado cuerpo en su regazo asintió con levedad.
Las estrellas brillaban hermosamente, cómo pequeños diamantes haciéndole compañía a la señora Luna que solitaria, iluminaba los rostros adormilados de ambos muchachos.
JiHoon tomó unos cuantos cabellos que reposaban en la frente de su pequeño novio, sólo para acomodarlos mejor. Los ojos cerrados y aquellos labios entre abiertos le daban una apariencia mucho más tierna de lo que ya era.
— Mira este lugar, mira tu cara… Ambos son asombrosamente preciosos... —Una risita leve sonó, y el rostro de TaeIl se volteó a verlo, abriendo sus ojos con lentitud.
El lugar era totalmente maravilloso. Estaban en una isla muy parecida a Jeju, justo al lado de un pequeño lago que reflejaba perfectamente el cielo nocturno en su cristalina agua; observando las estrellas y las constelaciones que les rodeaban, mientras la belleza del pequeño lago frente a ellos le daba un toque mágico.
— ¿Por qué alguien querría dejar este lugar alguna vez? —TaeIl preguntó, teniendo los orbes negros sobre su mirada, sintiendo aquellos escalofríos recorriendo su estómago.
— ¿Sabes? No cambiaría estar en un lugar cómo este contigo. —Las mejillas del más bajito parecieron colorearse de un leve y rosado tono.
— ¿Sabes? —Inquirió de pronto TaeIl, levantándose.
— ¿Qué cosa? — JiHoon preguntó, mirándolo dirigirse a su pequeña tienda de acampar. También se levantó al no verlo salir rápidamente, y caminó hasta la casita.
Pero TaeIl ya estaba saliendo con su ukelele en manos.
— ¿No es esta una hermosa noche? —El ukelele había comenzado a sonar en compañía de la suave voz del mayor. JiHoon amaba escucharlo cantar y ese momento no era la excepción; sus ojos brillaban tanto cómo las estrellas, embelesado en aquel guapo muchacho frente a él.
Incluso había comenzado a aplaudir al ritmo de la canción para animarle a seguir enamorándolo de esa cursi manera.
— Mira este lugar~, mira tu rostro woah~ Nunca te había visto lucir así antes~. —Las mejillas de JiHoon se tornaron levemente rosadas y es que en su relación, TaeIl siempre terminaba siendo el cursi romántico que le enamoraba con cada pequeño gesto que hacía.
Incluso esa canción era mágnifica, claramente, hablando de TaeIl.
— Mira este lugar~, mira tu rostro woah~ —Su voz se había suavizado aún más. JiHoon sin resistirlo más, le quitó el ukelele de las manos y tomó sus mejillas haciendo que sus labios chocasen por unos segundos.
Sus labios se movían con timidez notable, pero no se separaron en ningún momento.
Hasta que el aire faltó.
TaeIl se separó con delicadeza de los cálidos labios ajenos, susurrando bajito — Seamos quienes seamos ser~, esta noche simplemente, seamos diferentes siendo quienes queramos ser~.
— Sólo sé quién quieras ser~. —Y un pequeño beso más sobre sus labios.
TaeIl tomó las mejillas de JiHoon, acariciándolas cual porcelana extravagante y fina, sonriéndole de manera dulce mientras este le miraba con embelese.
Se amaban e iban a culminar su amor en una de las maneras más puras conocidas, demostrándole a la señora Luna cuán agradecidos estaban de dejar que las estrellas presenciaran tal acto junto a ella.
¿Así era el amor, no?