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Tu amor por SebbyPhantomhive

[Reviews - 79]   LISTA DE CAPITULOS
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Notas del capitulo:

Gracias por mostrar interes en este fic,, muchas gracias por sus reviews 

 

El inesperado encuentro que se dio entre Sebastian y Ciel, era una mezcla de diferentes emociones y sentimientos, embelesados e intimidados los dos desviaban la mirada, pero el mayor no iba a permitir que la hermosa jovencita que había rescatado de las viles garras de ese degenerado, se alejara de su lado así nomas. Le escuchaba agradecerle con ese gesto tan tímido y adorable sintiendo como su corazón daba un vuelco que antes no había sentido.
-¿Estas bien?- Cuestionó Sebastian con algo de timidez, parecía como si se hubiera enamorado a primera vista, algo que había escuchado antes pero que creyó era una ridiculez, pero ahora sabía que si existía, normalmente las mujeres no le intimidaban, más bien era el efecto contrario.
-Si… estoy bien- Respondió Ciel haciendo fina su voz, agachaba la cabeza y con sus manos nerviosas se sacudía la tierra de su ropa levemente sucia. -De nuevo gracias… debo irme.- Dijo ansioso como queriendo escapar de las emociones que provocaban en su ser, ese hombre que era un poco mayor que él y no dejaba de sonreírle, era la primera vez que alguien lo provocaba de esa manera.
-No… no te dejaré ir…- Aclaró el joven que lo había rescatado tomando su mano lo detenía, acción que molestó un poco a Ciel pero a la vez le estremecía sentir ese contacto tan cálido, disimulando su bochorno se volteaba a reclamar su atrevimiento, además no sabía cuáles eran sus intenciones.
-¿Qué, pensarás cobrarme el favor?- Aclaró el jovencito con una mirada desafiante al otro, esos ojos azules intensos le atravesaron el alma, esa actitud tan firme lo cautivaron más.
-Claro que no… soy un caballero- murmuró ofendido soltando su mano, Ciel no pudo evitar sentirse algo mal por tratar así a quien le había ayudado, arriesgando aun su propia integridad física, pero era tan orgulloso que no le ofrecería una disculpa por su insinuación.
-Así parece… entonces me voy- Decía dispuesto a alejarse dejando tras de él al galante hombre que parecía triste de dejarlo ir, caminó unos pasos ya estando en un lugar donde estaba más iluminado y con algunos niños corriendo.
-Espera…- Fue el llamado que escuchó la supuesta damisela mientras alguien detrás de él corría siguiéndolo, volteando a ver, sus mejillas se tornaron de un hermoso rubor, al ver a ese hombre que lo había seguido también algo sonrojado y con esa hermosa sonrisa llena de ternura, de nuevo el silencio reinó entre los dos cuando se encontraron.
 -Para la próxima deberías tener más cuidado con tipos como ese.- Eran las palabras de Sebastian al más joven, en un tono protector, que Ciel no tomó para nada bien.
-¿Me estas regañando?- Preguntó molesto al sentirse regañado por ese extraño, mirándolo con odio.
-Eres…- Murmuraba el joven sintiendo como su corazón aceleraba su ritmo de tenerlo cerca aunque con ese ceño fruncido no le restaba realce a su belleza, tan embelesado estaba que hasta olvidó lo que diría.
-¿Soy qué?- Cuestionó el jovencito con molestia, pues pensó que le diría algo desagradable.
-Eres la mujer más hermosa que haya visto.- Fue la aclaración del joven empresario con una sonrisa y mirada tierna a la vez coqueta, pero Ciel no se dejaría intimidar por él, aunque era un halago que le hizo emocionar.
-Lo sé…- Murmuró jactancioso torciendo la mirada como evidencia de su arrogancia.
-Además de hermosa, presumida…- Halagaba Sebastian y sin duda se había enamorado a primera vista, ambos se quedaron viendo como discerniendo lo que sentían, cuando se escuchaba a alguien que gritaba Ciel a unos pasos de ellos, interrumpiendo su conversación silenciosa.
-Tu padre te estaba buscando.- Se le acercaba un joven rubio a la jovencita, algo receloso Sebastian miraba al que se le acercaba a su damisela.
-Veo que estas ocupada.- Dijo el rubio con una sonrisa traviesa al notar el sonrojo de su amigo y la mirada casi asesina que le lanzaba ese hombre bien parecido.
-No… él ya se iba.- Advirtió Ciel disimulando su vergüenza se alejaba de él, halando a su amigo.
-Soy Sebastian Michaelis mucho gusto.- Habló el mayor presentándose ante el rubio, para que no se llevara a Ciel.-Igualmente…Soy Alois…- Respondió con una sonrisa coqueta el rubio, la supuesta dama sentía algo de celos al notar la presentación de los dos, además ni siquiera el sabía su nombre, eso le molestó un poco, algo que notó Sebastian.
-No te enojes querida… soy Sebastian para ti.- Se presentaba el galante hombre con una sonrisa besando la mano de su hermosa dama.
-¿Quién se enojó?- Dijo malhumorado Ciel limpiándose con su falda el beso que ese hombre le había regalado con el saludo, Alois percibía que algo muy especial estaba sucediendo entre los dos, sus miradas los delataba y el no podía evitar sonreír.
-Eres adorable mi querida…- Fueron las palabras del empresario sin terminar su frase ya que quería escuchar formalmente su nombre.
-Ciel… se llama Ciel…- Respondió Alois ya que su amigo cruzado de brazos se negaba a dar su nombre.
-Ciel… bello nombre para mi futura esposa.- Dijo coqueto Sebastian entrando más en confianza con la dama que había rescatado esa noche.
-¿Te funcionan esas frases ridículas?- Fue la pregunta con algo de sarcasmo y burla por parte de Ciel a su nuevo admirador, el otro sonrió sin ofenderse pues la verdad si era algo ridícula esa insinuación.
-No lo sé…- Dijo con fingida inocencia sin dejar de verlo de forma coqueta. -¿Te casas conmigo?- Le preguntó para seguir en ese extraño coqueteo pues Ciel aunque no lo admitiera sonreía sutilmente de lo agradable que era hablar con él, pero al escuchar esa propuesta matrimonial, avergonzado y enojado se prestaba  a responder.
-¡NO…!- Gritó con mala cara, Sebastian sonreía más, y Alois callado era testigo de la conversación de ambos.
-No funcionó entonces.- Fue la aclaración del joven empresario con fingida tristeza, de nuevo los dos se miraron sintiendo como esa llama cálida los consumía por dentro, pero la voz del rubio los hizo volver a la realidad.
-Ciel… de verdad lamento interrumpir su coqueteo pero tu padre está llamándote, está enojado. Fue la seria advertencia de Alois, y el jovencito de azulina mirada ya suponía que ahora si tenía que despedirse de ese hombre que lo había cautivado y con solo unos minutos de conocerlo.
-Ve… yo te esperaré aquí.- Decía siendo comprensivo Sebastian, Ciel cediendo un poco su orgullo sin decirle nada se alejaba, eso significaba que regresaría a él, los dos jovencitos caminaban de prisa para llegar a donde era llamado.
-¿Quién es ese hombre?- Preguntó Alois al ver como su amigo sonrojado de reojo veía al joven que dejaba tras de él.
-Un idiota que me rescató de ser violado.- Fue la respuesta un poco fría de Ciel mirando mal a su amigo.
-¿Qué?...- Exclamaba alarmado el rubio al escuchar la respuesta del otro, deteniéndose lo revisaba. -Pero… ¿Estas bien?- preguntaba nervioso al no ver mayor daño.
-¿Dónde estabas? Se supone que tú me cuidas de estas situaciones.- Le reclamó molesto el de mirada azulina, su amigo avergonzado buscaba como justificar su descuido.
-Estaba ocupado, lo siento mucho.-  Le decía arrepentido Alois tomando sus manos para que lo perdonara, Ciel suspiró resignado. -¿Estabas con ese idiota?- Fue su pregunta al ver el verdadero arrepentimiento de su amigo, el rubio afirmó con su cabeza,  no podía culparlo tampoco, pues él también debía aprender a cuidarse solo, además de alguna manera fue así como conoció a Sebastian, fue un momento angustioso pero compensado con la alegría de conocer tan atractivo y galante hombre, sin notarlo llegaron donde su padre, que sentado fuera de una carpa fumaba molesto un cigarrillo.
-Ciel… ¿Qué haces?- Le decía el hombre de mal aspecto, con la mirada furiosa, los dos jóvenes le temían, Alois prefirió esperarlo unos pasos del otro jovencito quien nervioso se disponía a responderle.
-Estaba con un cliente…- Dijo nervioso el de mirada azulina, su padre era una persona violenta y prepotente era quien solo parecía ver un negocio en la belleza del jovencito, obligándolo a vestirse de mujer para hacer más dinero, pero solo estaba esperando para vender su cuerpo al mejor postor, por eso lo cuidaba.
-Hay uno que estaba muy interesado en compartir contigo, quiere pagarme más de lo habitual.- Aclaraba el hombre con mala cara mirando de reojo a un hombre que a unos metros de ellos parecía devorarse con la mirada a Ciel, quien lo vio y le dio asco esa mirada perversa, tal vez no abusaría de él pero si lo manosearía, y era repulsivo el pensarlo.
-Yo estoy con un cliente…- Refutaba con fingida amabilidad Ciel para no enfadarlo más, pensaba en Sebastian era quien podía ayudarlo, esa noche con lo que ya había pasado antes no quería sentirse presa de los sucios pensamientos de un hombre, el joven empresario era diferente y prefería estar con él, aunque no sabía si este tenía dinero para recibir su atención.
-Pues déjalo… ese tipo te está esperando.- Habló conteniendo el coraje su padre pues notó la duda del jovencito.
-No… tiene cara de pervertido.- Murmuraba Ciel temblando de miedo, pues aquello sería tomado como un desafío  a su padre que apretaba los puños al escuchar su negativa.
-Alois irá contigo- Trataba de convencerlo el hombre que perdía la paciencia, el rubio a lo lejos lo miraba con tristeza, impotente de ayudarle.
-Prefiero quedarme con el cliente que tengo ahora.- Aclaraba Ciel sabía que ese hombre no tenía buenas intenciones, y si había pagado un buen precio tal vez sería el que robaría su virginidad, por eso se negaba firmemente, cuando sintió un fuerte golpe en el estómago, tirándolo al suelo.
-Tu no decides aquí… ¿Entendido?- Fue la última palabra del prepotente hombre halándole el cabello lo miraba al rostro que mostraba dolor por el golpe.
-Iré a decirle…- Dijo Ciel conteniendo sus ganas de llorar, con tranquilidad se suponía que iria a suspender la cita de esa noche con Sebastian, pero se acercaría a él para pedir ayuda, levantándose del suelo sobándose el estómago se encaminaba donde el joven empresario lo esperaba, Alois detrás de él lo seguía.
-Tienes que ayudarme,¿ cuánto dinero tienes?- Fue lo primero que acertó a decir Ciel cuando se acercaba a Sebastian que preocupado  miraba a su pequeña dama en evidente desespero.
-En efectivo no mucho, solo en tarjetas…- Le respondió tratando de ayudarlo, pero eso solo lo hizo desanimarse más. -Lo siento- Se disculpaba el mayor tomando sus manos.
-Bueno… debo irme…- Murmuró con tristeza el de mirada azulina alejándose de él.
-Espera… pero tengo esto… es muy costoso-  Dijo Sebastian sacándose de su muñeca un costoso reloj, a simple vista se notaba lo valioso que era, eso animó a Ciel, abrazándolo casi inconscientemente por la emoción, los dos sonrojados al mismo instante se separaban.
-Ven conmigo…- Decía el jovencito tomándolo de la mano lo encaminaba hacia donde estaba su padre, si era dinero lo que quería, eso le daría, y el mejor postor sería Sebastian.
-Claro… mi Ciel…- Murmuró el hombre que con los minutos que pasaban sentía enamorarse más, apretando con fuerza la mano que le guiaba, y tenía la certeza que esa mano sería la que sostuviera para siempre en el hermoso camino de la vida y el amor.
 
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Notas finales: ******************+
¿que les pareció este capitulo? creo que está mejor que el primero... bueno ya se va mostrando más la trama,
agradezco mucho a los que han comenzado este trabajo que es con mucho cariño para quienes lo leen...
Gracias por leerlo y no olviden dejar su comentario  :*
besos

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