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Tu amor por SebbyPhantomhive

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Notas del capitulo:

Gracias por seguir este fic

en especial a quienes han dejado sus reviews

***Raizel, Laliss, Delia22***

Muchas gracias y animense a dejar su review, aunque tal vez no los responda los leo y me alegra tanto que me permite seguir con esta historia 

:*

Ciel sonrojado apretaba la mano de ese hombre que iba ayudarle en el apuro de esa noche,  pero más podía su temor y angustia al imaginarse siendo abusado por un pervertido, que la vergüenza que sentía al correr junto a Sebastian, quien embelesado se dejaba guiar de la supuesta damisela,  mientras a su alrededor murmuraban de esta romántica  y extraña escena.
-Este es el hombre… que quiere estar conmigo…- Dijo decidido el jovencito mirando a Sebastian que con una pequeña sonrisa fingía amabilidad de frente a ese hombre de mal aspecto, dudaba que el fuera el padre de su Ciel.
-Es atractivo, pero sabes bien que aquí no cuenta la belleza física… querida…- Murmuró con sarcasmo el hombre que mal encarado debía admitir el buen gusto de su “hija”, pero ciertamente ser atractivo no bastaba, además notó algo extraño en la mirada que el jovencito le regalaba al empresario.
-Él tiene este costoso reloj, porque solo trae consigo tarjetas de crédito…- Aclaraba la supuesta jovencita,  tomando la mano de Sebastian le mostraba el reloj para convencer a su padre que receloso pensaba la situación.
-No me convence, ¿Cómo sé que ese reloj es genuino?- Refutaba el hombre con algo de desprecio, a lo que el joven empresario miró de reojo a Ciel quien trataba de disimular su ansiedad, parecía muy nervioso y podía sospechar el motivo, pues cuando estuvo sentado solo hace unos minutos, observaba como jovencitas eran grata compañía de varios hombres,  y eso no era gratis.
-Lo es mi señor… puede verificarlo.- Dijo Sebastian tragándose un poco su orgullo, pues no soportaba que nadie lo menospreciara y menos un hombre tan grotesco como el que tenía en frente, pero por Ciel haría lo que fuera, le entregó el costoso reloj en sus manos para que lo revisara, el padre de la jovencita lo tomó y comenzó a analizar si era genuino o no.
-¡Oiga yo ya pagué por adelantado…!- Se escuchaba el reclamo de un hombre que se les acercaba, y era precisamente ese hombre  al que Ciel no quería tener cerca, molesto reclamaba al notar que su oferta primera podía ser rechazada por una mucho mejor. El jovencito con expectativa miraba a su padre para que dijera de una vez si aceptaba el trato.
-Pues no…- Dijo su padre con una sonrisa maliciosa devolviendo el reloj a su dueño, que confuso no entendía el rechazo de su oferta, que sin duda era mucho mejor a la de ese pervertido pues se notaba su condición humilde.
-¿Por qué?- Refutó Sebastian con molestia pues no comprendía esa decisión además notaba la decepción en la mirada azulina de su inesperado amor, que apretaba los puños en claro signo de frustración.
-No cumpliré tus caprichos.- Dijo el hombre apretando de forma tosca las mejillas de Ciel, era la respuesta indirecta a Sebastian, quien  pensaba como refutar eso.
-No seas injusto… sabes que esto es más valioso que el dinero que pudo darte ese hombre…- Se escuchaba decir al jovencito molesto mirando con odio a su padre,
-¿Te atreves a contradecirme?- Cuestionó su padre conteniendo el enojo y sus ganas de bofetearlo por hablarle de esa manera, pero se contenía por las personas que lo veían.
-Pensé que era hombre de negocios, pero me equivoqué, perder dinero por un capricho que más que el de ella parece suyo.- Eran las serias palabras de Sebastian pues como empresario era muy bueno en cerrar buenos negocios y este no sería la excepción, y tal vez por así decirlo en el mejor negocio de su vida, Ciel disimulaba su emoción pues esa decisiva y firme actitud por él, aumentaba ese sentimiento que esa noche había nacido en su ser al conocer a este hombre.
-¿Cómo se atreve a hablarme así?- Dijo el hombre al notar la frialdad en la mirada del cliente que parecía no aceptar un no por respuesta, además a simple vista se notaba que era un joven adinerado por su porte, ropa y manera de hablar, sintiéndose intimidado parecía ponerse nervioso.
-No pierdo tiempo en negocios con gente necia, usted no sabe con quién trata.- Fue lo último que diría Sebastian al notar la titubeante actitud del padre de Ciel, entregándole una tarjeta en la mano para que leyera de quien se trataba.
-tch…- era chasquido de lengua del hombre al darse cuenta que como lo había intuido ese hombre era alguien importante, con una gran empresa en su dominio, y el dinero era lo que le importaba así que resignado tenía que aceptar el trato, pues tal vez ese empresario sería el que lo sacaría definitivamente de su miseria, ya que notaba como miraba a Ciel, estaba deslumbrado por su belleza y eso debía aprovecharlo.
-Lo siento amigo, puedo mostrarle a una chica que es más dócil que esta.- Dijo el hombre con una fingida sonrisa al pervertido que enojado veía como se robaban en esa noche a la chica con quien quería estar, discutiendo los dos hombres llegaban a un acuerdo.
-Gracias…- Era lo que decía Ciel en un murmullo estando junto a su salvador, sonriendo con sincera alegría lo miraba, a lo que Sebastian sentía derretirse, no había duda estaba enamorado, nunca en su vida había pagado por estar con una mujer y ahora lo hizo, hasta pagando más de lo que debía, pero por ella haría lo que fuera, ambos sonrojados esquivaban la mirada, Alois que callado a unos pasos de ellos los miraba con complicidad.
-Tenga claro que esto no cubre perversiones con ella- Decía seriamente el padre cuando terminó de discutir con ese hombre que se marchaba maldiciéndolo, acercándose a la pareja y notando la extraña actitud de los dos, y esto solo confirmaba sus sospechas, ese hombre estaba cautivado por su “bella hija”.
-No se preocupe soy todo un caballero- Fue la respuesta de Sebastian haciendo una reverencia a su dama que más sonrojada, desviaba la mirada, además no quería que su padre sospechara que también estaba sintiendo algo por ese citadino.
-Ella debe ser su mayor tesoro… debe cuidarla porque… - Dijo el joven empresario pero fui interrumpido por un pisotón de Ciel para que ya no hablara, no quería que le contara que casi fue abusado por un extraño, sería un castigo para él pero más para Alois por no cuidarlo bien, el mensaje de callarse fue captado de inmediato por el galante joven, que sonriente cambiaría de tema.
-Bueno mi señor, iré a comer algo con su hermosa hija.- Aclaró Sebastian dejando un poco confundido al hombre, de inmediato la pareja se alejaba de él.
-¿Por qué no querías que le dijera?- Le preguntaba el joven con algo de curiosidad, aunque bien podía sospechar el porqué de esa interrupción, a simple vista se notaba la agresividad y maldad de ese hombre.
-Porque él se hubiera enojado con Alois, y  él le tiene mucho miedo.- Fue la respuesta seria de Ciel quien disimulaba lo nervioso que estaba, después de todo tenía ahora una cita con ese encantador joven, quien dos veces lo había rescatado esa noche. Sus pensamientos fueron interrumpidos por una leve voz.
-¿Hablando de mí?- Era su amigo rubio quien más calmado se acercaba a ellos, Sebastian le sonrió ya que si ese joven era amigo de su Ciel no podía portarse antipático, además percibía que entre los dos había un lazo fraternal muy fuerte, así que dejó sus celos a un lado.
-Ciel, debes arreglarte para tu cita…- Aclaraba Alois con un guiño de ojo y sonrisa coqueta tomaba a su amigo sonrojado de la mano.
-Te la devolveré enseguida… y más hermosa- Habló con complicidad el rubio mirando a Sebastian que galante no dejaba de ver a su hermosa y ruborizada damisela.
-No creo que pueda verse más hermosa, así es perfecta- Le halagaba dulcemente el joven empresario con una mirada enamorada, el jovencito al percibir esa mirada de amor, más se ruborizaba, tomando la mano de su amigo se alejaba de él con prisa, preso de ese sentimiento que crecía cada vez más en su ser pretendía callarlo pero sospechaba que sería difícil hacerlo.
-Ya regreso- Se oía decir a Ciel cuando se alejaba, su enamorado con una sonrisa se despedía momentáneamente y aprovecharía también para buscar algo de agua y refrescarse. Los dos jóvenes llegaron a su pequeña carpa donde se tomarían un descanso leve de esa extraña noche.
-¿él te gusta?- Murmuraba Alois mientras arreglaba el cabello de su amigo, aunque era una peluca de largas extensiones, debía parecer lo más natural posible.
-Claro que no…- Respondió el jovencito de ahora cálida mirada azulina, aunque lo negara con su boca no podía mentirle a su corazón, tontamente se había enamorado de un extraño en solo minutos de conocerlo.
-Por favor Ciel… nunca había visto esos gestos en tu cara, esa mirada en tus lindos ojos color zafiro, ni que te sonrojaras tanto, él te gusta y mucho.- Le refutaba con una sonrisa traviesa su amigo haciéndolo avergonzar mucho más, pues no solo le gustaba, era más que una atracción, no podía acertar a confirmarlo pero era amor, amor tal vez efímero pero amor en si, quedándose callado no acertaba como refutar esos evidentes hechos, pues hasta para si mismo le era algo inesperado.
-No te culpo, él es perfecto… atractivo, adinerado, caballeroso… simplemente perfecto- Dijo Alois con un suspiro, ese suspiro que hizo que su amigo frunciera el ceño y el otro se le burlara porque ahora hasta los celos eran evidentes.
-El es tuyo… el es tuyo…- Se le burlaba el rubio haciendo que se apenara más, pero su evidente timidez al primer amor cambió a una actitud un poco sombría de repente, porque todo ese sentir era en vano, por donde se viera aquello no tenia futuro.
-Pero si el supiera quien soy,  me odiaría... le daría asco- Se escuchaba susurrar a Ciel con una sonrisa de ironía mirándose al espejo, su reflejo era de una joven hermosa, algo que en realidad no era, detrás de ese leve maquillaje adornos, peluca y vestido, era solo un chico fingiendo ser quien no era por complacer los egoístas deseos de su padre.
-¿Cómo sabes?-  Le trataba de animar su amigo acariciándole el rostro, Ciel desviaba la mirada y no podía evitar sentirse mal por Sebastian quien estaba muy ilusionado con alguien que no existía, tal vez lo mejor hubiera sido no pedirle ayuda, dejar que su patético destino siguiera su rumbo.
-Bueno podrías esforzarte en crear una bonita noche para que la recuerden por siempre, porque hombres como ese no aparecen por aquí…- Seguía tratando de animarlo pues se notaba el pesar de su amigo que cabizbajo se callaba, su mirada antes cálida se congeló como un tempano de hielo, después de esa ensoñación en la que estaba ahora había aterrizado a la realidad, a la triste realidad.
-Haré de esta noche inolvidable para los dos- Con esa fría mirada la supuesta jovencita susurraba sin ser escuchado por su amigo que en ese momento buscaba una pulsera para él, pintándose los labios y mirándose por última vez al espejo salía de su carpa con una intrigante sonrisa, a lo lejos miraba a su enamorado que embelesado igualmente le seguía con la mirada, dando inicio a una mágica velada.
 
 
Notas finales: *************************************************************************** Muchas gracias por seguir este fic, me alegra tanto que sea de su agrado y haya llamado su atención... Espero les guste este capitulo en especial y haya llenado sus expectativas... Quiero retarme con este fic a escribir más capítulos que los que haya escrito en alguno anterior, creo que mi destino es amarte tenia 35 capítulos, este quiero que sea de más.... como es un AU creo que puedo darle más trama y otras parejas también... haciéndolo más largo, pero claro todo depende de como vaya la historia después, y que no les aburra. así que es un reto que dependerá de ustedes también, pondré de mi parte... pero ya veremos que dice el destino :D besos :*

 


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