Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Promesas de alcoba por Haruka Eastwood

[Reviews - 83]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del fanfic:

Los personajes de Naruto y NS son propiedad de Masashi Kishimoto y las pendejadas aquí escritas cien por ciento mias, cualquier parecido con la realidad es solo coincidencia xD

 

♥ Fic creado para mi entretenimiento y el suyo, lamentablemente no tendra fecha de actualización, así mismo demoraré en subir los capítulos ♥

 

Haruka 

Notas del capitulo:

La pareja ya esta definida y advierto que sera un Itachi x Gaara porque los amo y ya me canse de buscar fic de ellos xD si no te gusta te pido no leer ^^ todo con el fin de evitar insultos y si estas aquí por curiosidad o porque amas a estos dos espero y te guste :3 

Sabaku No Gaara Pov

Me gustaría decir que siempre he sabido que las promesas que haces en el éxtasis no siempre son ciertas. Porque cuando estas embriagado de placer eres capaz de decir cualquier cosa, prometer lo que no, fingir amor eterno y cientos de ridiculeces más. Que aquellas promesas de amor eterno que se hacen en el lecho antes de un orgasmo no son más que una alucinación efímera que se desvanece delante de tus ojos en cuanto el placer disminuye…

El cómo lo averigüe no fue ciertamente la mejor manera. Los humanos mienten, sin excepción, todos y cada uno de ellos, tienen algo que les incita a mentir, ya sea por placer por conveniencia o simplemente porque quieren joderle la vida a alguien, eso me incluye, después de todo soy un humano como cualquier otro, uno que creyó en absurdas promesas de alcoba.

Justamente hoy se cumplen cuatro meses, una idiotez contar el tiempo, sinceramente no tengo otra cosa mejor que hacer. Suspiro y me recargo en el sofá de la sala, mirando el blanco techo… cuatro meses ya. Ciertamente el tiempo pasa más rápido de lo que quisiera.

Cuatro meses, justamente cuatro meses atrás, hice varias promesas sintiéndome embriagado de placer, a punto de llegar al éxtasis y tener el primer orgasmo de mi vida. Tras un año de relación quise creer en sus palabras de amor, era un chiquillo tonto de diecisiete años que se enamoró del primer hombre que le hablo dulcemente al oído.

Ciertamente Sai Shimura era todo lo que un doncel puede desear: atractivo, inteligente y de una buena familia, si bien no nació en cuna de oro, al menos tenía más recursos que el promedio. Y mi desgracia comenzó cuando me lo tope en los pasillos del instituto al final de las clases, y es que como el becado que era, debía mantener un promedio, por lo mismo me pasaba horas enteras en la biblioteca.

Era mi sitio de confort, un lugar donde me sentía plenamente seguro, tranquilo y con la paz y silencio que tanto me agrada, lo admito era y soy un ratón de biblioteca, un cerebrito o como quiera que se le diga. Pero qué más da eso, cuando verle a esas horas afuera de la biblioteca era más que extraño, aun así no lo conocía en lo más mínimo como para ir y preguntarle, por lo que decidí pasar de largo, intentando evadir su penetrante mirada, aquella que parecía fría y sin emociones, aunada a esa sonrisa que ahora sé que era completamente falsa.

—Sabaku ¿cierto? —sonrió deteniéndome del brazo.

—Sí —espete sin ganas de seguirle el juego, no era ni soy mucho de hablar—. ¿Se te ofrece algo?

—Ahora que lo mencionas, se me ofrece tener una cita contigo.

Directo, tal vez demasiado. Le mire incrédulo entrecerrando mis ojos, al momento de soltarme bruscamente de su agarre. Solo lo había visto un par de veces y esta era la primera que me dirigía la palabra, siendo sinceros no creía nada de lo que me estaba diciendo por lo que voltee a todos lados, buscando a alguien, creyendo que todo era una retorcida broma y en el momento en que yo diera el sí como colegiala enamorada, varios saldrían de sus escondites comenzando a decirme que todo había sido una broma para su entretenimiento y mi desgracia.

—Deja de jugar conmigo —brame, cuando no vi a nadie alrededor.

—¿Se puede saber a quién buscas? —canturreó divertido, esbozando una amplia sonrisa sin emociones.

—Sé que esto es una broma, así que déjame tranquilo, y si lo haces por una apuesta lo siento pero creo que has perdido.

Su expresión se tornó seria en cuestión de segundos. Tanto que me dio un poco de miedo, él era atractivo, alguien popular y hasta donde sabía el chico con el que la mayoría de donceles y mujeres sueña, podría tener a quien quisiera, así que ¿por qué elegirme a mí?, el doncel becado, con apariencia poco agraciada, que usa ropa más grande de su talla y con grandes anteojos.

¿Por qué yo? Cuando bien podría tener a Ino, la capitana del equipo de porristas, la chica más popular y con tremendas curvas que hacen babear por ella a cualquier varón, sin mencionar que es alguien alegre y divertida, en comparación con ella me quedo muy abajo, así que nuevamente mi mente inquiere ¿Por qué yo?

—No es ninguna broma —asegura acercándose a mí, posando su mano en mi cintura para atraerme a su cuerpo al momento que me quita los anteojos mirándome directamente a los ojos—. No sería capaz de hacer algo así, y si te he pedido una cita es porque me gustas.

—Mientes —asegure apartándolo de mi cuerpo—. Yo no puedo gustarte.

—¿Por qué no? Eres hermoso.

—¡No lo soy! Así que déjame tranquilo.

Me solté de su agarre y me fui, no quería hablar, no quería que jugaran con mis sentimientos, después de todo mi padre siempre me dijo que yo era un monstruo al que nadie podría amar por ser un doncel, un ser antinatural, ya que era en contra de las leyes divinas que un hombre se pudiera embarazar.

Al salir de la escuela corrí directo a casa ya que empezaba a llover, igual termine empapado, así que me encerré en el baño, desnudándome poco a poco, observando mi silueta frente al espejo. Ciertamente era como un hombre, un hombre extraño, con un cuerpo más delgado y frágil, débil, sin musculatura a pesar de que hago ejercicio constantemente, de facciones finas y a mi parecer afeminadas, de piel blanca y estatura baja. No soy ni una mujer, pero tampoco un hombre… frustrado me metí bajo el chorro de agua, intentando no pensar en nada.

Entonces lo recordé, Sai se quedó con mis lentes, afortunadamente tenía unos de repuesto en el cajón, por lo cual lo dejaría pasar.  Al día siguiente no creí volverlo a ver, pero me equivoque, me estaba esperando parado en la puerta del salón con varias chicas y donceles a su lado, que intentaban hacerle la plática, por lo que le ignore olímpicamente intentando llegar a mi lugar, pero me detuvo del brazo acercándome a su cuerpo. Recibiendo varias protestas del porque tenía a alguien como yo entre sus brazos, pero ahora él era quien les ignoraba, manteniendo su mirada fija en mi, me colocó los lentes, acto seguido depositó un beso en la comisura de mis labios, mirándome con esa expresión divertida antes de salir nuevamente y dejarme ahí con cara de no creérmelo.

—No sabía que tuvieras ese tipo de relación con Sai —comentó una de mis compañeras y amiga.

Sakura Haruno era una chica alegre y bastante inteligente, una becada al igual que yo, creo que ese es el motivo por el que nos llevábamos mínimamente bien, sin mencionar que era la mejor pareja que pudiera conseguir para hacer un trabajo escolar, ya que era bastante seria en todo lo relacionado a las asignaturas. Vivía completamente sola, ya que su padre la abandono a ella y a su madre incluso antes de que naciera y su madre… bueno, ella falleció cuando Sakura cumplió los dieciséis.

La paso bastante mal, al final creo que podría decir que nos hemos hecho amigos.

—No la tengo.

—Me alegra —comentó con una sonrisa, para después hacer un puchero gracioso—. No me cae bien desde que me llamo zorra fea.

—¿Te afecto que te dijera fea? —comente con mofa y ella entrecerró sus ojos mirándome mal, para soltar una risilla.

Al final no creí que Sai siguiera insistiéndome con esa absurda propuesta de tener una cita conmigo ya que le gustaba. Todo lo que decía lo consideraba una mentira, pero después de verle seguirme por el siguiente mes finalmente acepte salir con él, en su supuesta cita. Cuando se lo he contado a Sakura se molestó, y yo hice lo mismo creyendo que estaba celosa, que idiota fui. Termine distanciándome de ella y comenzando a salir con Sai, a conocernos y a ser algo más que amigos.

Era una relación extraña, ya que todo el tiempo estaba sobre mí, besándome y tocándome, muchas veces me molestaba y terminaba apartándolo, pero como todo, al final deje de poner resistencia, total, ya llevábamos casi un año juntos.

—Todo estará bien —ronroneó sensualmente sobre mi oído mientras me despojaba de la ropa con lentitud.

Mantenía los ojos cerrados, aferrándome a las sabanas de su cama cuando comenzaba a besarme el pecho, mordiendo y succionando, llenando de mimos mis pezones hasta dejarlos erectos. Deslizando sus labios hasta llegar al borde de mi pantalón que no tardo en quitar, comenzando una deliciosa felación. Me desasía entre sus brazos, sintiéndome amado y correspondido.

Murmurándole cuanto le amaba y pidiéndole que siempre estuviera conmigo, que me quisiera, porque él era la única persona a la que yo iba a amar. Sus manos recorrían mi cuerpo hábilmente, acariciándome con parsimonia, haciéndome sentir especial bajo su cuerpo. Cuando finalmente me hizo suyo… llore, llore mucho, sí, dolía y bastante, pero mi llanto no era por eso, sino por la opresión en mi pecho, como cuando presagias que algo no está bien.

Le abrace con fuerza, no quería separarme, quería mantenerlo entre mis brazos, sentir su calor y su suave aroma que me relajaba y me hacía olvidarme por unos momentos de todo lo malo.

—¿Me amas? —cuestione cuando sentí que me llenó por completo.

—Solo a ti.

—Prométeme que siempre estarás conmigo.

—Sin importar que —sentía como entraba y salía de mi interior, llevándome a un abismo de placer, un abismo interminable, en donde caía en picada sumergiéndome en la más profunda obscuridad.

—¡Dilo!

Pedí con los ojos inundados de lágrimas, pero sus labios reclamaron los míos de forma salvaje y brutal, mientras su mano me masturbaba, llegando al éxtasis, sintiendo el primer orgasmo de mi vida, tan fuerte que me dejo aturdido, desorientado y perdido a su merced. Me sonrió antes de salir de mi interior de forma brusca, y fue ahí que note que se había corrido dentro de mí.

—Sai —llame con miedo.

—Todo estará bien, lo prometo —volvió a besarme, solo que ya no sentía ternura en sus labios—. Sera mejor que te vistas, es un poco tarde. 

Obedecí con la mirada gacha, al salir de su casa no sabía qué hacer, me sentía perdido y triste, pero quería confiar en él, en que todo estaría bien, en que me amaba y en que siempre estaría conmigo. Al llegar a casa me duche y acosté. Me encontraba demasiado cansado, y por alguna razón llore abrazado a la almohada asta dormirme.

Fue un fin de semana demasiado largo en donde tontamente espere su llamado o un mensaje, mensaje que nunca llego. Toda esa semana no lo vi, incluso creí que me evitaba, pero al llegar el viernes me arme de valor y fui a su casa, estuve tocando por aproximadamente media hora hasta que a lo lejos un señor, claramente doncel, de piel blanca y cabello negro apareció regalándome una preciosa sonrisa. Enseguida supe que se trataba de la madre de Sai, ya que eran tan similares.  

—¿Te puedo ayudar en algo? —pregunto amablemente, remarcando la S, lo cual me recordó, y no sé por qué, a una serpiente.

—B-Busco a Sai.

Él me miró interrogante, ladeando un poco la cabeza, como si no acabara de creer lo que le he dicho, aun así volvió a sonreírme de una manera cálida que me hacía sentir un poco incómodo, Pero había algo más, algo que hacía que mi estómago doliera de los nervios y mi corazón se oprimiera.

—¿Eres su amigo?

—Algo así —respondí evadiendo la mirada.

—Ese niño —resoplo antes de verme con aquellos bonitos ojos miel, bastante expresivos—. Creí que les había avisado a todos sus amigos. Bueno, pues… Sai no está pequeño, Había estado haciendo exámenes para irse de intercambio a estudiar al extranjero —sonrió con una extraña mezcla de orgullo y emoción—. Finalmente lo aceptaron en una universidad de Estados Unidos, por lo que se fue el miércoles. Ah~ mi pequeño hijo, me alegro por él a pesar de que no le veré en los próximos seis años que dure su educación.

Sai se había ido, me dejo sin decirme nada… simplemente me queda el recuerdo de sus promesas en aquella obscura habitación donde nos amamos y prometió que siempre estaría a mi lado, o al menos eso es lo que estúpidamente creí, porque tan solo eran promesas de alcoba.

 

Continuará…

Notas finales:

Si has llegado hasta aquí, muchas gracias por leer, aclaro que no sera un fic largo, y estará narrado desde la perspectiva de Gaara. Como ya mencione no prometo actualizar rápido ^^ aún así no me pude resistir a la idea xD esto solo es una prueba, si no les gusta lo borrare y solo lo escribire para mi entretenimiento personal cuando tenga tiempo xD 

Haruka Eastwood ♥


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).