CAPITULO 2: Black el negro, Rabbit el empujado (?) y una extraña bienvenida. [Próxima Edición]
-Cuanto tiempo sin vernos, los extrañé- dijo aquel chico con una gran sonrisa <”no lo puedo creer”> pensé mientras veía con incredulidad como ese chico se acercaba hacía donde estábamos nosotros.
-¿Acaso no piensan venir a saludarnos?- dijo una chica morena de la cual apenas me estaba percatando de su presencia.
-¡Son muy crueles! Y yo que los extrañé tanto- dijo una chica bastante delgada fingiendo indignación y hasta con lagrimitas -obviamente falsas- en los ojos <”¡Tsk! Anoréxica exagerada... sinceramente, nunca cambias”>.
Yo ya había salido de mi estado de shock, y entonces... hice lo que tenía que hacer <”¡Oh si! Soné muy malote... okno”>.
-¡¡¡Zerooo!!!- me le abalance encima al chico que habló de primero, a lo que el tuvo que hacer un gran esfuerzo para que no calleramos al suelo <”somos amigos de la infancia, por lo tanto el ya sabe que si caemos al suelo y llego a quedar arriba... yo, siendo una persona totalmente seria y madura... voy a hacer mi típico acto de empezar a saltar encima de su estómago hasta sacarle el aire... ¡sip! Soy una persona completamente normal -y sensual-, ¡no hay duda alguna de ello! *guiña el ojo psicológicamente*”>.
-¡Okey! ¡Creo que si nos echaron de menos!- dijo la “chica delgada” mientras reía junto con la otra chica.
-¿Y tú que haces ahí con cara de retrasado mental?- le dije “muy cariñosamente” al que seria mi mejor amigo -Black, ¡ven a saludar!- le sonreí resplandeciente.
-¿Ah? ¡Ah, si ya voy! Es solo que estoy muy sorprendido. Ustedes dos están...- dijo mirando fijamente a las chicas que acompañaban a Zero -Están mucho mas feas que la última vez que las vi- he hizo acto de presencia su característica sonrisa de “soy muy malote”.
Por otro lado, las chicas dejaron de sonreír para así dirigirle a Black unas miradas de asesinas psicópatas, al mismo tiempo que un aura tétrica rodeaba a ambas.
-Oh... verdad que tu seguías aquí... cuanto tiempo... N-E-G-R-O~- dijo con burla la “chica morena”.
Mientras esos tres se mataban con las miradas, Zero y yo estábamos lo más lejos posible de ellos, con el propósito de proteger nuestros sensuales cuerpecitos de una -muy posible- Tercera Guerra Mundial <”¡Osea! ¡¡Soy demasiado joven y setsi para morir!!”>.
-¿Y ahora?, ¿Como los detenemos?- me preguntó Zero <”¿por que siempre quieres detenerlos?, es decir, ¿que tiene de malo que se maten entre ellos?, ¡¡velo a mi manera, unas bocas menos que alimentar!!... ¡Joder! Nunca me dejan ver sangre, muerte ni destrucción (TTwTT) ¡bueno, ni modo!”>.
-¿Detenerlos, dices? Eso es simple mi querido Rabbit*- en eso escuche un “¿como me llamaste?” de un Zero un tanto molesto, pero como siempre, lo ignore olimpicamente y seguí con mi explicación- vamos a detenerlos al estilo de Joshua Argent... osea yo-.
Logre ver como Zero asentía y entonces procedí a atacar <”admítanlo, ¡eso sonó muy cool!”>.
~12 horas después~
Ahora son las 10 de la noche, y lo que paso en este -gran- lapso de tiempo fue que: Zero y yo, procedimos a detener el “enfrentamiento” -por así decirle- de nuestros tres amigos... es solo que lo hicimos de una manera poco ortodoxa... en Español (?) significaría que los madreamos a golpes, y cuando los tres -mosqueteros (lol)- se dispusieron a replicar, los fulminamos con nuestras “dulces” miradas. A lo que a ellos les pareció mejor idea el quedarse bonitos y gorditos -y calladitos- en lo que sería todo el trayecto a nuestro nuevo apartamento.
Cuando llegamos al apartamento, no habíamos ni abierto la puerta por completo cuando el pobre cuerpo de Zero fue empujado lejos <”mi pobre, pobre Rabbit”>, y tanto Black como yo fuimos envueltos en un delicado abrazo, entre los brazos de una chica Árabe <”¡Nana!”> pensé el nombre de aquella linda chica que nos estaba abrazando.
La pobrecita de Nana, después de soltarnos, lloro, balbuceo unas palabras que nadie entendió, siguió llorando y nos volvió a abrazar. Y así como por unas cuatro veces más, hasta que el anteriormente empujado de Zero, se digno a detenerla <”sinceramente, hay veces en las que quisiera hacerle un altar a Rabbit... pero no se lo hago porque me da flojera XDDD”>.
Después de eso, Zero, Nana, Tanya (la chica morena), y Honey (la chica delgada), <”si, lose, ¡menudos nombres!”> los cuatro nos dieron una bienvenida algo extraña, pero típica de ellos. Es decir, que hicimos un desastre en la cocina, a lo que Nana solo negaba con la cabeza mientras decía “Ni piensen que yo limpiaré eso”. Después de eso nos pusimos al día sobre la vida de los demás, contamos historias graciosas, uno que otro chiste, nos hicimos bullying entre nosotros y claro que no faltaron las bromas pesadas; además de que acordamos que al día siguiente saldríamos a ver un nuevo centro comercial, y así Zero, Honey*, Black y yo, empezamos a conocer Corea.
Todo era perfecto... hasta que esos desgraciados tuvieron que arruinarlo al colocar una película de terror. A lo que yo, siendo un hombre hecho y derecho, me eché a correr cual niñita asustada, hasta la que sería mi nueva habitación y me encerré allí. <”¡malditos, me las pagarán!”> fue lo único que pude pensar mientras me ponía la pijama. Sin embargo, cuando me disponía a dormir, recordé que mañana saldríamos, y tuve un escalofrío al pensar en todo lo que podría pasar -me- en el dichoso centro comercial que no conocía todavía, y solo pude pensar en <”dios, porfavorcito, protege mi inmortal esqueleto super sensual (TTwTT)”> y después de un rato de estar resandole a los angelitos, me quede dormido.