Lo había visto cuando comenzaba a cruzar el puente, saltó de la rama de la cual estaba parado y cayó en frente de él, obligándolo a detenerlo.
— ¡Te estaba buscando, Sasuke!—Se irguió de su postura en cuclillas. Mentiría que era así, pues sabía que el moreno siempre pasaba a esa misma hora por el mismo lugar, el ojinegro arqueó una fina ceja y puso su mano izquierda en la cintura.
—Pues aquí estoy. ¿Qué quieres?
— ¡AH! ¡Sucedió algo muy importante y… quería decírtelo!— Su voz detonaba algo de nerviosismo. El azabache con un gesto de su mano hizo ademan a que siguiera con lo que venía a decir para poder seguir tranquilo a su casa, era una manera de decir porque tranquilo ya no estaba, Naruto junto sus dos manos y las refregó, luego dio un par de saltitos levantando una pierna por vez, infló sus mejillas, soltó el aire. Sasuke comenzaba a impacientarse, miró su reloj de muñeca, levantó la vista a su rubio amigo entrecerrando los ojos. Naruto lo soltó luego de aspirar y resoplar tres veces.
— ¡VO-VOY A CASARME CON HINATA-TTEBAYO!—El grito se escuchó bastante lejos pero el lugar en donde estaban no había ni un alma, el azabache se inclinó un tanto hacia atrás, sorprendiéndolo al inicio. Por un instante todo quedó en silencio como si el tiempo se congelara.
Las palabras calaron en un profundo eco dentro de su cabeza, torturándolo, destrozándolo, su corazón arremetió con fuerza en latidos frenéticos de dolor, pero aun así por fuera estaba perfectamente parado frente a la persona que amaba en el puente donde solían encontrarse para las misiones, el momento de impacto fue desechado al instante cuando parpadeó, exhibiendo su mejor cara de póker, todo su ser se estrujaba como papel, porque el tan maldito día llegó, entonces cambio su postura, apoyó la cintura en la baranda, ocultó sus manos en los bolsillos y cerró los ojos, dejó que la calma necesaria lo llenara, roto por el murmullo del agua agitándose debajo de sus pies en el viejo puente. Volvió a abrirlos y a encararlo clavándole su visible y oscuro ojo.
— ¿Estás seguro? — inmutable, tal era su autocontrol que casi se felicitó a si mismo.
— ¡Pues claro! —Lo dijo aleteando los brazos, — ¡Eres mi …mejor amigo! y quería que seas el primero en saberlo, ¡Ya sabes!, estábamos saliendo desde hace meses y…bu…bueno, yo...—Lo vio hacer la misma pose de los dos dedos juntos imitando a la ciega, bufó por dentro—Yo….y ella hoy dijo que quiere… ca-casarse,—terminó en susurro y luego levanto los brazos al cielo y comenzó a aletear otra vez — ¡¿No…No es genial?!
—Ajá, así que los rumores eran…ciertos.
— ¡¿Ah?! ¿Rumores?, ¿Qué rumores?
—Sabes que lo relacionado a ti no pasa desapercibido por la mayoría de la gente. Todos comentan la linda pareja que hacen, era de esperar que algo así sucediera…Pero no tan pronto… — Susurró esto último. Cruzó los brazos y se giró viendo a cualquier lado menos al rostro idiota que tenía enfrente de sí.
—En fin, felicidades.
— ¡Gracias-dattebayo! —….Uhmmm… La cara de piedra que trae, ni feliz u otra reacción, ¡mierda! pero al menos parece que se ha tomado bien la noticia, aunque eso…no me gust,... no, no negó silenciosamente el rubio y a continuación resopló y juntando otra vez coraje, añadió:
—Y…y bueno,… yo pensé…que…tu…quizás… tal…vez…podrías...ser…ehm…¿Qui…qui…—esto está tomando más tiempo de lo que creo, ¡que nervios-ttebayo! se decía mentalmente el rubio, su corazón latía más rápido y cerraba los puños con los brazos pegados a los lados del cuerpo—¿Qui-quie….qui-eres …ser…mi…mi…mi…?
—Naruto, suéltalo ya…
— ¡Eso intento! — Sasuke rodó los ojos, paciencia se repitió a sí mismo y apretó sus manos en puños escondidos en sus costillas, estaba casi seguro que lo próximo que escuchara no seria bueno.
—Vale, está bien, cuenta hasta tres, relájate y dilo— y lo siguió observando, mientras Naruto resoplaba nuevamente, el rubio ya no llevaba su típica ropa chillona, sino una chaqueta negra, pantalón naranja y las tipicas sandalias ninjas, su cabello lucia más corto pero aún tenía ese aire de libertad, y no olvidar la bandana que la tenía prácticamente pegada en la frente, tonto fanático pensó.
¿Quie…quieres ser… mi…mi…pa…pa…paaaa-drino?
—… —Oh, no…
Naruto vio como el Uchiha bajaba la cabeza ocultando su rostro, le miró lentamente de abajo a arriba, su vestimenta consistía en sandalias, pantalón azul oscuro y una camiseta de manga larga de igual color con un chaleco similar a los de un jounin de color negro aunque el no tuvo su ascenso o nombramiento, lucia más delgado y más pálido que cómo lo recordaba y su cabello un poco más largo, le caía en varios mechones que cubrían parte de su ojo izquierdo, aquel que poseía el eterno rinnegan y ya sin el extraño peinado de pato que llevaba hace tres años, se veía elegante en su postura, le vio descruzar y bajar los brazos lentamente y luego volver a levantarlos y cruzarlos sobre su pecho, parece que lo estaba meditando, era una simple pregunta que requería un sencillo “si” ¿no?, pues es SU mejor amigo, ¿no?, debería estar contento por mí, ¿no? ¿O no?... O quizás…escucho un pequeño pitar, y agitó la cabeza un par de veces.
Sasuke de nuevo sentía la tristeza llenarle, no sabía qué hacer, y por eso se movió involuntariamente, debía darle una respuesta, a pesar de todo quería que fuera feliz, felicidad que junto a él nunca lograría… si eso es lo que quieres de mí …aun así me haces mierda por dentro, Naruto… cerró sus ojos con fuerza y se mordió el labio inferior, esto último no se lo esperaba: ser su padrino ¡padrino! Por Kami ¿por qué?...Aspiró para llenarse de valentía. Es la última acción que haré por él.
— ¿Sasuke?
—Naruto,…—soltó un largo suspiro— por supuesto. — lo dijo sin cambiar su postura con su habitual voz monótona, se giró y le dio la espalda para observar la torre del Hokage “No debe tener sospechas hasta ese día”, se lo habían dicho y lo había cumplido, practicó tanto tener una conversación normal en el espejo de su residencia y supuso que el rubio algún día le anunciaría de su casorio pero esperaba que no sucediera sino hasta mucho tiempo después y quizás él ya no estuviera, hasta creyó que la respuesta le salió natural aunque evitó mirarle.
Naruto se había ganado el respeto de la mayoría de los aldeanos y recordó las sonrisas al verle pasear con la Hyuuga por el pueblo, la gente le felicitaban, si, hacían linda pareja y eso le daba nauseas. Era hora de aceptar su derrota de una buena vez a una pelea que jamás comenzó, era tiempo de dejarle ir. Pero si, dolía como mil espinas incrustadas en su pecho, y ya bastante tenía con el recuerdo del camino de aquellas lágrimas solitarias que dejó desde ese día.
Naruto ladeó la cabeza a un lado, luego al otro, aturdido por tan seca respuesta, abrió la boca y la cerró, se quedó sin habla, ¿por qué siento que eso no me alegra?, ¿Qué está mal Sasuke?
Luego de un tiempo y de regreso en Konoha después de su viaje y ante la mirada del escurridizo anbu del cual sentía a veces su presencia y que lo vigilaba vaya a saber en nombre de quien, bueno tenía sus sospechas, pues no creía que era para marcarle el buen comportamiento.
Naruto siempre con esa cara zorruna lograba sacarle de sus casillas, su presencia nunca pasaba desapercibida al azabache que cuando niños terminaba accediendo a acompañarlo luego de varios minutos de discusión sin sentido a lugares dentro de Konoha. También fue lo mismo cuando se recuperó de las heridas, aunque luego dejara de visitarle con la excusa de comenzar los estudios para su ascenso. Lo peor de todo es que sus sentimientos hacia el rubio crecieron hasta desbordarlo y en el tiempo en que pasó en soledad casi se creyó caer en la locura y pasó días encerrado en su mansión. Ese fue uno de los motivos por el que se marchó. Quería aclarar su mente y su corazón, pero también saber sobre “esa situacion” que lo agobiaba, aun no comprendía el por qué, lo raro es que solo el resultó afectado y tenía la certeza de cuándo lo adquirió aunque no dejó que nadie supiera de ello.
¿Cómo decirle a su tonto compañero de equipo que lo amaba sin dañar su ya dañado amor propio? ¿Lo entendería?, ¿Lo aceptaría? Sus pensamientos eran solo de frustración y decepción porque a pesar de creer que si lo decía se quitaría un peso de encima las cosas no terminarían bien entre ambos. Porque a Naruto le gustaba Hinata, es un hecho. Y desde que descubrió el noviazgo de ese dobe, simplemente decidió ocultarle lo que sentía como sabe hacerlo bien.
Pero que tonta ilusión llegó a tener en el pasado… para Naruto solo era amistad.
Sólo eran compañeros de equipo, amigos muy cercanos, nada más…
Sin girarse a verle porque sus ojos comenzaban a aguarse y con desgana dijo:
— ¿Y…ya tienen la fecha?
— ¿Eh? —El rubio sintió que su corazón volvió a palpitar más fuerte, ¿nervios otra vez?, no, eso es raro, se dijo, esa sensación de que algo no le cuadraba en absoluto, ¿O sí?
Tonto…se puso de costado para verle de reojo con la cabeza gacha, era bueno que los mechones negros fueran largos, le ocultaban la cara muy bien—Dije: ¿qué para cuando es… la fecha de la boda?
—Aaah, ehm…
—Así que… no lo discutieron ¿no?
Naruto afirmo con la cabeza varias veces, parecía que no tuviera lengua en ese instante.
—S-si creo aún no hablamos nada de eso..., ehm…¡PERO CREO QUE SERÁ PRONTO!—Luego de gritar, ambos se quedaron en silencio en el puente, hasta que Sasuke maquinando algo y cerrando sus ojos cansados dijo:
— ¿Qué talel mismo día en que te nombren Hokage?
— ¡¿Eh?!
—Así todos estarán presentes y les ahorras el viaje.
—E-es…¡¡¡ES CIERTO!!!—Gritó desafinado —¡Podrán estar presentes todos nuestros los amigos para celebrarlo! ¡Será genial!, ¡imagínate, todos los Kages festejando mi casamiento y mi nombramiento! ¡Se lo diré a Hinata-chan! ¡Eso es genial, Sasuke-dattebayo! — El idiota se echó a reír nervioso poniendo un brazo tras su nuca. Sasuke regresó la vista hacia la torre, el rubio comenzó a decir cómo sería la fiesta, quiénes iban a ser sus invitados, dónde se llevaría a cabo, la comida, por supuesto que comenzó a divagar describiendo los tazones del mejor ramen que se serviría.
El nombramiento del nuevo Hokage.
Se giró a verlo y de nuevo oyó su repetitivo monólogo sobre quiénes serán sus invitados, cuanto ramen habrá en la fiesta, como vestirán, el ojinegro suspiró y levanto la mano pasándosela por su cara limpiándose los ojos y simulando peinarse ya que la brisa del viento jugaba con su pelo.
—Naruto, tendrás que decírselo a Hyuuga y que su clan lo apruebe, además de que solo faltan tres semanas, y quizás a ellos no les guste que se los plantees tan apresurado, pero por otro lado habrá grandes personalidades—levantó la mano derecha y cerró los dedos dejando el dedo índice— Incluso estará el señor feudal…— Esto lo dijo sin cambiar su tono de voz.
— ¡Teme, tienes razón, creo que será espectacular con todos los grandes señores presentes! — La brisa suave agitó las hojas de los árboles, Sasuke corrió uno de sus mechones que le estropeaban la visión del rubio, quien luego de sorprenderse por la nueva idea hacía pequeños salto de felicidad exagerada. Le alegraba verle feliz, aunque no sea como lo imaginaba. Resopló dándose valor y puso su mejor actitud porque debía seguir con la farsa.
—Je, tengo excelentes ideas.
— ¡Ya quisieras! —El azabache negó suavemente con la cabeza.— ¡Ya me imagino la fiesta y los tazones de…!
—Naruto, disculpa ya es tarde, quiero llegar a casa y descansar. Luego hablaremos.—Naruto observó al azabache frotarse la sien con el dedo índice y el pulgar de su mano derecha.
— ¡Ah, cierto!, eh… ¡Bueeeno, hasta mañana!
—Uhm…– se giró haciendo un saludo con su mano y se dispuso a marcharse caminando a pasos lentos, Naruto estático con la mano alzada por la repentina marcha lo vio alejarse de su lado, sintió algo helado recorrer su espalda, su pecho se comprimió casi sin dejarle respirar, ese pitido se oía más alto, calma se dijo, cerró fuertemente los ojos, aspiró y lentamente exhaló, necesitaba tranquilizarse. Al abrirlos nuevamente miró a su alrededor con los ojos entrecerrados buscándolo, lo sintió a 30 metros, oculto tras un frondoso árbol, con unos leves y veloces movimientos hizo unos sellos y a lo lejos un kagebushin apareció al lado de un Sai vestido de anbu que cayó noqueado sin siquiera saber que lo golpeó. El bushin antes de desaparecer rompió una rama del mismo árbol dejándolo cerca del paliducho.
Sasuke estaba por dar vuelta en una esquina perdido en sus pensamientos cuando su antebrazo izquierdo fue sujetado haciendo que se detenga. Se giró molesto por la acción y se sorprendió al ver que era su rubio excompañero de equipo.
—Este… Sasuke, tu… ehm ¿No estás enojado? –Naruto lo retenía con la vista oculta por sus flecos dorados.
— ¿Eh? —las palabras lo tomó desprevenido pero supo de inmediato cambiar la cara de desconcierto inicial.—¿Enojarme? ¿Por qué?
—…
A medida que trascurría los segundos, el silencio y el apriete era cada vez mayor, Sasuke movió levemente el antebrazo en un intento de zafarse y sintió las uñas contrarias clavárseles en su piel, hizo una mueca de dolor y frunció las cejas, abrió la boca para reclamarle que lo soltara cuando el futuro Hokage le jaló acercándolo a él y le clavó serio la mirada azul cielo a solo una nariz de distancia.
— ¿Sabes? Tu cara es cada vez más bonita de cerca.