"Puede que no sea el momento correcto,
Puede que YO no sea el correcto;
Pero hay algo acerca de nosotros
que quiero decir.
Porque hay algo entre nosotros
de todas maneras.
Puede que YO no sea el correcto,
Puede que no sea el momento correcto
Pero hay algo acerca de nosotros
que debo hacer,
Algo así como un secreto
que compartiré contigo.
Te necesito más que a cualquier cosa
en mi vida.
Te quiero más que a cualquier cosa
en mi vida.
Te extraño más que a cualquier cosa
en mi vida".
—Something About Us— Daft Punk
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Era incómodo estar en esa situación, Trafalgar había salido sin decir nada y Luffy simplemente se había sentado en el sofá. Sabía que los demonios eran peligrosos, más nunca había sido tan curioso sobre ellos, ahora quería saber de qué eran capaces aquellos seres.
"Robin" llamó a la bruja y esta alzó la mirada, ella estaba enfrascada en la lectura, pero el instinto de Zoro le decía que ahí nada encontraría. "¿Qué tan malo es un demonio?"
Escuchó que muchos en la sala se removían incómodamente, Luffy solo parpadeó más no se removió como el resto. Sabía que era incomodo hablar de ese tema, pero tenía que saber en lo que se estaban metiendo. No era como el resto de las misiones que hacían, lo sabía muy bien, a lo largo de los años en que todos, poco a poco, se iban uniendo a la camarilla de Luffy, se habían enfrentado a diversos seres: desde fantasmas hasta Banshees, sin contar, claro, con Señores Vampiros y Brujos de magia negra. Pero siempre habían estado juntos, así que en ese punto era inusual no contar con otro miembro, que pese a que sospechaba mucho de él, era importante para todos.
"¿Qué tan malos son?" la morena repitió la pregunta, sus ojos azules se entrecerraron y seguidamente dejó el inmenso libro en la mesita de café que estaba frente de ella. "No es que tan malos sean, si no quién le haya tocado a Sanji. Los demonios son conocidos por odiar ser invocados, les es denigrante, pero hay demonios que se encargan de usar trucos para secuestrar o convencer a humanos y demás especies a que vayan con ellos a 'Nunca Jamás'. Ellos entrenan a los que se llevaron para ser buenos familiares, recuerda Zoro, que los demonios se especializan en hechizos terrenales y magia de lineas luminosas. Más su tipo de magia mancha sus auras, así que necesitan a un familiar para poder obligarles a recibir esas manchas. Nuestro cocinero ha estado mucho tiempo con aquel demonio, y no sabemos si sigue con él o si fue subastado entre los demonios".
"¿Subastado?" preguntó, aquello hizo que se le erizaran los vellos de la nuca.
"No puedo darte información precisa de esos seres" la morena fijó la mirada en él "Pero se sabe que antes de que los brujos y hombres lobos huyeran de ese lugar, los elfos y demonios se habían quedado peleando entre ellos para quedarse con 'Nunca Jamás', los elfos fueron exterminados, y los demonios gobiernan ahí. Sus leyes son muy diferentes, pero se permite la esclavitud. Por eso algunos demonios dejan que les invoquen, así puede llevarse a alguien lo suficientemente tonto como para dejarse atrapar y ser entrenados por años y seguidamente ser vendidos. Así que Zoro, no es el demonio que me preocupa, es, si Sanji aún está en el poder de él".
Zoro suspiró, suficiente preocupación había tenido al solo pensar que el demonio se había llevado a Sanji, ahora se incrementaba al unirsele otra razón, en su mente rogó para que el rubio siguiera con aquel demonio y no en manos de otro, porque entonces si que sería muy difícil —para no decir imposible— localizarlo. Aún seguía con la duda, pero Robin no se veía con ganas de seguir hablando, ya había tomado de nuevo el libro en el que momentos antes estaba enfrascada.
Volteó a ver a Luffy, pero este seguía sentado en el sofá. Nami, en cambio, a pesar de que sus ojos estaban rojizos de tanto llorar, estaba en búsqueda de un hechizo que pudiera abrir una brecha para ir a 'Siempre Jamás', los papeles que estaban en el suelo de aquella sala, se encontraban regados y maltratados por la fuerza que la bruja aplicaba al agarrarlos. Usopp le ayudaba junto con Chopper y Brook, Franky había salido a buscar a Law. Se sentía inútil porque aunque Luffy se mantuviera quieto, su mente quizás estaba buscando la manera en como ayudar al cocinero. Suspiró, aunque quisiera ayudar, estaba muy limitado en cuestión de magia, se prometió que sería uno de los primeros en ir a buscar a Sanji cuando se presentara la oportunidad.
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Habían pasado más de dos semanas en las que Trafalgar se había marchado de repente, dos meses desde que a Sanji se lo hubiera llevado un demonio y el ambiente en la casa de Luffy se sentía pesado, el vampiro vivo estaba molesto y aunque había salido un sinnúmero de veces —Zoro sospechaba que vagaba por las calles de Edimburgo, debajo de los castillos e iglesias del lugar, para conseguir información— este no parecía querer calmarse.
El mismo Ace se estaba contagiando por el insólito mal humor de Luffy, el pecoso ya había agarrado la costumbre de solo entrar a la casa para buscar una muda de ropa y se escabullirse rápidamente, Chopper había explicado que los Vampiros eran casi tan cercanos a las Banshees, siendo capaces de sentir las emociones y solo olerlas —contrario a las Banshees, ya que estas se alimentaban de las emociones, llegando a matar a la presa en turno—, Ace actuaba en pos de su supervivencia, se alejaba de su hermano menor para no despertar su instinto vampirico.
Ese mismo día se cumplían los dos meses de la desaparición de Sanji, y Zoro podía jurar que la casa estaba tambaleándose, Robin le aseguró que era solo una ilusión que el aura de Luffy estaba creando y que si no lo provocaban no haría nada que los dañara. Eso no convenció al hombre lobo.
Un rechinar de puertas hizo que todos se sobresaltasen, ya de por si Luffy los tenía en un estado de alerta máxima, era obvio que se sobresaltasen por cualquier sonido. Era Ace el que emergió de la puerta de la entrada, este tenía el ceño fruncido y parecía igual de molesto que su hermano menor.
"No ayudas en nada al hacer rabietas de ese tipo" el pecoso dijo en voz alta mientras se plantaba en frente del menor y se cruzaba de brazos. "Todos en esta sala han estado buscando la manera en abrir una brecha para rescatar a Sanji, y tú solo has estado sentado enfurruñado en el sillón".
"También he salido a buscar información" las sospechas de Zoro habían sido acertadas, el crujido de la madera del suelo lo puso en alerta. "He ido a Craigentinny, a Blackford, a Danderhall y a Musselburgh, en busca de los mejores brujos expertos en demonología, he dado la vuelta en los túneles del palacio de Holyroodhouse donde se rumoreaba que era el mejor lugar para invocar demonios, donde una línea madre cruza y me he dado cuenta que esa línea agoniza y ya no sirve". Zoro no quiso creerlo, pero sabía que sus oídos no le fallaban, el tono de la voz de Luffy era como de lamentación, de desespero... de un niño que no sabe qué hacer ante una situación difícil. "No digo que mi camarilla no sea buena" aclaró el menor "pero estoy desesperado, cada día que pasa es aterrador, cuando el sol se oculta tengo la esperanza de que alguien invoque a un demonio y sea el que secuestró a Sanji".
"Luffy, recuerda que Sanji no es tú sombra" Ace miró al menor con tristeza y por alguna razón Zoro vio como el resto se acercaba a Luffy lentamente. Robin le tomó de la mano y lo haló hacía el menor. "Aún no se lo has pedido".
Zoro sabía la importancia de que un vampiro tuviera una sombra, era como asegurarse de que sus emociones nunca se acabasen, de que nunca perdería la cordura siempre y cuando alguien estuviera a su lado. Ser nacido como vampiro no era tan grandioso como se creía, ellos vivían con el temor a la muerte, había pocos que no les importaba —como Ace y Luffy— pero sus instintos le dominaban, vivían con el secreto temor de no ser a como eran cuando vivos. Los vampiros muertos no tenían conciencia, jugaban a seguir las reglas cuando verdaderamente ellos podían romperlas en cualquier momento si se aburrían, eran letales y solo seguían sus propias normas. Por ejemplo, si Luffy muriera, tendrían que llevarlo a una morgue o acondicionar la casa en donde vivía para que la Luz del sol no entrara por ninguna grieta, lo dejarían por un día para que sus células vampiricas lo regeneraran por completo y despertaría al día siguiente con suficiente hambre como para matar a una persona, cuando estuviera saciado se mostraría sin la menor seña de sentirse culpable, él habría perdido el alma y la conciencia a cambio de su inmortalidad.
"El rizado tendrá que venir" le dijo a Luffy "De mi cuenta traerlo cueste lo que cueste, te lo prometo".
Al terminar esas palabras el timbre de la entrada sonó, Usopp salió corriendo a abrir, no pasó ni un minuto cuando Usopp volvió a la sala y detrás de él se encontraba Trafalgar, un hombre pelirrojo y otro rubio.
"Los he traído" Law anunció, "X Drake, brujo terrenal experto en demonología y Basil Hawkins, vampiro muerto, lector de cartas y señor vampiro de Gales".
Ace y Luffy se tensaron.
Todo sería un desastre si alguien no intervenía de inmediato.