-¿Te gustan las uvas?- preguntó Jinki mirando como la hada incluso sonreía al comer ese fruto, sus pequeñas manitos estaba tomando la uva y sus mejillas estaban llenas del jugo de la misma.
El hada sólo pudo asentir efusivamente.
-No sé si sólo comas frutos, pero traje un poco de carne.- susurró Jinki levantándose de la silla con rueditas para ir hacia la mesa de noche, en donde estaba el pequeño trozo de carne blanca que había dejado de su comida.
Tomó ese trozo con cuidado y lo dejó a los pies del hada.
Taemin terminó con la uva y suspiró satisfecha, pero no pudo terminar de disfrutar ese buen bocado porque el aroma a carne llegó a su nariz.
-Me tenté bastante y fui a una juguetería.- Jinki salió de la habitación para ir por lo que había comprado para el hada, pero ésta, curiosa por el aroma de la carne se acercó a ella, estiró su mano y la tocó.
Tomó un poco con su mano y lo llevó a su boca, pero justo cuando llegó el sabor a sus papilas gustativas frunció el entrecejo en una muestra de asco. Se alejó por completo de la carne y buscó otra uva para sacarse el mal sabor.
La encontró en el plato del que las estaba tomando ese humano, relamió sus labios e incluso los mordió, ¿debería de robarle una uva?
-No quiero que te molestes ni nada por el estilo.- Jinki regresó a la habitación con una caja grande, con la leyenda “Casa para muñecas”. –Pero creí que era lo correcto, algo te tu tamaño para que te sientas cómoda.-
Taemin agitó sus alitas para volar hacia esa caja que Jinki estaba abriendo, pero éste al verla se detuvo e intentó sostener a Taemin.
No le gustaba cuando esa hada volaba, sus alas quemadas le hacían pensar que se lastimaba. Y eso, de alguna manera le alarmaba.
-Espera aquí.- Jinki la dejó de pie en su cama mientras regresaba a abrir la caja. –Incuso compré ropa para muñeca, el problema serán tus alitas.- finalmente abrió la caja y la casa para muñecas se dejó ver.
Taemin alzó las cejas sorprendido, voló de nuevo hacia esa casa.
Jinki retrocedió para dejar que el hada la mirara y evaluara.
-Puedes vivir ahí en lo que te recuperas.- dijo Jinki regresando a la silla con rueditas para sentarse y observar como esa ha abría la “puerta principal” y entraba.
Taemin no paraba de observar las paredes plásticas con calcas de lo que normalmente hay en una casa. Incluso caminó directo hacia la “habitación” en donde había una cama casi de su tamaño, se sentó esperanzado de sentir la suavidad pero se encontró con que era igual de dura que el resto de la casa.
-Parece que te gusta.- susurró Jinki. –Cuando tenga el taller haré tu cama, reemplazaré las cosas de plástico por algo mejor.- pues estudiaba Efectos Especiales.
Taemin sonrió, estaría a salvo en lo que continuaba buscando a Minho.