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Nuestra loca historia de amor por roxiyaoi

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Notas del fanfic:

Esta fumada historia se me ocurrio por ahí de media noche y comence a escribirla.

Espero que les guste.

Notas del capitulo:

Espero que les guste este nuevo fic, no se si lo publicare semanalmente o no, ya ver

Nuestra historia se desarrolla en Konoha, una ciudad plagada de Yakuza.

Lo que manda aquí es el poder tanto monetario como militar, y solo unas cuantas familias tienen lo que se necesita para gobernar este lugar.

La policía no se metía en los asuntos de estas mafias, es más muchos de sus miembros eran entrenados por estas mismas. Por ello eran respetadas y podían hacer lo que deseasen, claro, siempre y cuando esto no rompiese los límites puestos por los yakuza más poderosos….

Las dos principales familias habían sido unidas por un matrimonio entre los herederos, de modo que ahora está ciudad tenía un indiscutible monarca.

Era una familia muy poderosa que obtuvo la bendición de dos herederos de gran belleza, pero está guarda un gran secreto, el cual estaba intrínsecamente conectado al menor de los pequeños…

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Estaban dos lindos niños, mellizos rubios de ojos azules, piel bronceada, con 3 marquitas en cada mejilla que les daba apariencia de un lindo zorrito, ambos de alrededor de cuatro años hablando con su padre.

-          Naru-chan recuerda que siempre debes vestir como tu hermano Menma, ¿entendido pequeño? –le decía el padre a su hijo menor, aprovechando que su esposa no estaba, trataría con ellos un tema de suma importancia, todo para que a su pequeño no lo molestaran, al menos hasta que este fuese más grande.

-          Claro padre –contesto Naru.

-          Papi, ¿Por qué Naru-chan debe vestir igual que yo? –cuestiono el otro rubio.

-          Pues sabes que por si saben su condición lo pedirían en matrimonio desde ahora y no dejarían de llegar propuestas, pues pertenecen a dos de las familias más ricas del mundo y serán vistos como premios, pero mientras mantengamos en secreto eso, Naru tendrá más libertad, pues los varones escogen a su pareja cuando quieren… -termino de explicar Minato a su hijo mayor, el menor solo los miraba sonriente.

-          No te preocupes yo me encargare de que nadie descubra el secreto de mi Naru-chan, padre, yo lo protegeré. –dijo Menma con una mano sobre su corazón- es una promesa.

-          Eso espero Menma-chan, ahora váyanse a dormir –ordenó y los niños corrieron a su habitación pues ya era tarde y si su madre los veía despiertos los castigaría.- Deseo que mi niño sea feliz, no me importa si tengo que engañar a todo el mundo, pero no obligaran a mi Naru a comprometerse, el escogerá a su pareja. No importa lo que tenga que hacer para lograrlo –se dijo, ese era un juramento que se hizo a sí mismo.

-          No te preocupes Minato –dijo su esposa quien venía entrando y escucho lo último que había dicho el adulto- ya verás que todo saldrá bien y nuestros pequeños protegerán ese secreto hasta que Naru crezca más y pueda escoger, tranquilo –le consoló mientras lo abrazaba-

-          Ah, tratare pero me preocupa Kushina, ya sabes que los Namikaze y los Uzumaki son familias yakuza muy poderosas y cuando se sepa todo muchos irán detrás suyo, solo para ganar el dinero y poder que representa el casarse con él, no lo buscaran por su persona –se quejaba, no es que se arrepintiera de haber nacido de una familia poderosa o el haberse casado con alguien de su misma situación, si no que le frustraba que buscarían a sus pequeños solo por dinero.

-          Ya, ya tranquilo lo solucionaremos, ya lo verás –le dijo su esposa sonriente- ven vamos a dormir, si no mañana estarás demasiado cansado y tenemos que llevar a los niños a su primer día de preescolar –y se llevó a su esposo a dormir, sus niños eran fuertes y sabía que nada los derrotaría tan fácilmente, solo que Minato se preocupaba de más, era un padre muy sobreprotector. Compadecería a aquellos que fijaran su vista en sus niños, en especial el más pequeño, pues era demasiado sobreprotegido por su padre, abuelos, hermano, amigos, ella misma. Todo aquel que lo conocía lo sobreprotegía, estaba segura que su futuro sería muy feliz…

Al otro día se levantaron emocionadísimos para llevar a Naru y Menma a su escuela, sería su primer día.

En las escuelas solo poseían dos uniformes: uno que usaban los varones y donceles y otro que usaban las mujeres.

-          Pórtense bien, niños ¿de acuerdo? –les dijo su amorosa madre al abrazarlos.

-          Claro mami –respondió el adorable rubito menor.

-          Cuídense mucho, Menma asegúrate de que ningún idiota se acerque de más a Naru ¿entendido? –hablo el sobreprotector Namikaze Minato a su hijo mayor.

-          Claro padre –respondió este en pose militar- ningún idiota se acercara a mi hermanito.

-          Bien cuídense, vendremos por ustedes para llevarlos a sus clases de karate, judo y taekuondo, así que no se desesperen ¿ok? -les dijo Kushina sonriendo mientras entraban a su escuela lo que ambos niños le gritaron “SI”.- y deja de llorar Minato, ellos están creciendo, algún día debían venir a la escuela. –le decía a su marido, quien lloraba pues no le gustaba alejarse de sus pequeños. Nadie creería que ese era el gran y temido jefe yakuza, parecía más un niño haciendo una rabieta.

-          P-pero podían haber estudiado en casa –decía el otro.

-          No nuestros niños deben conocer a más gente, ya no te quejes. Vámonos.-y se lo llevo arrastrando.

Los niños llamaron la atención de inmediato al llegar pues eran hermosos. Obtuvieron atención entre mujeres, donceles y varones, aunque cuando se presentaron estuvieron aún más atentos, pues ambos estaban forrados (por si no saben qué es eso, quiero decir que tenían mucho dinero).

Aunque muchos se extrañaron, pues sabían que ambos eran varones, pero tenían una apariencia muy femenina. Aunque el menor era el de apariencia más delicada, parecían donceles, pero se sabía que eran varones.

Desde ese día fueron inmensamente populares entre las chicas y donceles, aunque había muchos varones que caían ante la belleza del menor de los Namikaze-Uzumaki, pero ellos nunca aceptaban a nadie.

Esto tenía mucho que ver con el secreto de Naru, pero todos sabemos que las cosas siempre se saben. Así que esto solo es el inicio de la historia… 

Notas finales:

Espero les haya gustado

Bye, bye


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