Mantuvo la confianza en sí mismo durante el breve trayecto en taxi y hasta llegar a lo alto del edificio en el que Kim Jongin tenía sus oficinas. Cuando estaba en el ascensor miró el reloj y se alegró de ver que iba a llegar con puntualidad a su cita.
Tras el enorme mostrador de recepción encontró a una morena muy guapa a la que le dio su nombre. Después de una breve conversación telefónica, la mujer acompañó a Kyungsoo por un largo pasillo hasta llegar a unas pesadas puertas de roble.
Entró en una sala grande y bien decorada en la que fue recibida por otra mujer muy atractiva que se presentó como Hyuna la secretaria del señor Kim.
- Por favor, entre sin esperar joven D.O el señor Kim lo está esperando - le dijo a Kyungsoo con una sonrisa.
- Tras atravesar una puerta doble, Kyungsoo casi no tuvo tiempo de examinar el despacho ni su fabulosa decoración. Su mirada se centró inmediatamente en el hombre que estaba sentado tras un enorme escritorio de roble, con una vista panorámica de la ciudad a sus espaldas.
- Buenos días, Kyungsoo —dijo el ambario levantándose para acercarse a el - ¿Vas a entrar o te vas a quedar ahí todo el día?
Kyungsoo se irguió y contestó muy fríamente.
- Buenos días, señor Kim es un placer volver a verlo.
- No seas hipócrita - afirmó Jongin suavemente, mientras lo conducía a un asiento que había cerca del escritorio - Te habría gustado mucho más no volver a verme.
Kyungsoo no pudo encontrar réplica alguna a aquella observación tan certera, por lo que se contentó con sonreír vagamente.
- Sin embargo - prosiguió él, como si el pelinegro le hubiera dado la razón - conviene muy bien a mis propósitos que estés hoy aquí a pesar de tu renuencia.
- ¿Y cuáles son sus propósitos, señor Kim? - preguntó Kyungsoo
La ira que sentía por la arrogancia de Kim acero sobremanera el tono de su voz. Jongin tomó asiento y miró a Kyungsoo de la cabeza a los pies. Lo hizo de un modo lento, con el que esperaba desconcertarlo.A pesar de todo, el permaneció completamente sereno.
A causa de su profesión, lo habían estudiado de aquel modo antes, por lo que estaba decidido a no permitir que aquel hombre supiera que su mirada estaba acelerándole el pulso
- Mis propósitos, Kyungsoo - dijo, mirándolo a los ojos - son por el momento, estrictamente profesionales, aunque eso puede cambiar en cualquier momento.
Aquella afirmación resquebrajó en mil pedazos la fría coraza de Kyungsoo y le provocó un ligero rubor en las mejillas. Se maldijo por ello mientras trataba de mantener la mirada firme.
- Dios Santo - comentó Jongin levantando las cejas con un cierto tono jocoso - Te estás sonrojando. Yo creía que las personas ya no se sonrojaban - añadió sonriendo más ampliamente, como si estuviera disfrutando con el hecho de que sus palabras provocaran un rubor aún más profundo en las mejillas del joven - Probablemente eres el último de una especie en peligro de extinción.
- ¿Podríamos hablar del asunto por el que estoy aquí, señor Kim? - preguntó el- Estoy seguro de que es usted un hombre muy ocupado y, aunque no lo crea, yo también tengo muchos asuntos que atender.
- Por supuesto. Recuerdo perfectamente lo de «pongámonos manos a la obra». Tengo un nuevo proyecto para Mode, un proyecto muy especial - dijo mientras encendía un cigarrillo.
Inmediatamente ofreció uno a Kyungsoo, que el declinó con un leve movimiento de cabeza
- Llevo pensando en la idea bastante tiempo, pero necesitaba al fotógrafo adecuado y a el chico adecuado, creo que ahora los he encontrado a ambos.
- Supongo que me dará más detalles, señor Kim, estoy seguro de que no suele entrevistar a los modelos personalmente. Esto debe de ser algo especial.
- Sí, eso creo - afirmó él moreno - la idea de este reportaje es la de una historia fotográfica sobre las diversas caras de un hombre - añadió.
Entonces, se puso de pie y se apoyó sobre el pico del escritorio inmediatamente, Kyungsoo se vio afectado por su potente masculinidad, el poder y la fuerza que emanaban de su esbelto cuerpo.
- Quiero retratar todas las facetas del hombre: el hombre profesional, el padre, el atleta, el sofisticado, el inocente, el tentador... Es decir, un retrato completo de Adán , el Hombre Eterno.
- Parece fascinante - admitió Kyungsoo - ¿Cree usted que yo resultaría adecuado para algunas de las fotos?
-Sé que eres adecuado.. para todas las fotografías.
- ¿Va a utilizar un único modelo para todo el proyecto? - preguntó el pelinegro muy sorprendido.
—Voy a utilizarte a ti para todo el proyecto.
- Sería un idiota si no estuviera interesado en un proyecto como éste - dijo Kyungsoo con sinceridad - y no creo que lo sea. ¿Por qué yo?
- Vamos, Kyungsoo - comentó Jongin, con cierta impaciencia.
Entonces, se inclinó sobre el y le capturó la barbilla con la mano - Estoy seguro de que tienes espejo y de que eres lo suficientemente inteligente como para saber que eres muy hermoso y extremadamente fotogénico.
- Hay montones de modelos hermosos y fotogénicos en Nueva York, señor Kim - insistió Kyungsoo - Eso lo sabe usted mejor que nadie, me gustaría saber por qué me está considerando a mí para su proyecto.
- No te estoy considerando - repuso Jongin.
A continuación, se puso de pie y se metió las manos en los bolsillos.
Kyungsoo notó que se estaba empezando a irritarse bastante y aquel detalle le resultó bastante reconfortante.
- De hecho, no creo que haya pensado en ninguna otra persona. Tienes una extraña habilidad para llegar al corazón de una fotografía y mostrar exactamente la imagen que se busca. Yo necesito versatilidad y belleza. Necesito honestidad en una docena de imágenes diferentes.
- Y, en su opinión, yo puedo hacerlo.
- No estarías aquí si no estuviera seguro. Yo nunca tomo decisiones precipitadas.
Kyungsoo lo miró atentamente. De hecho, estaba seguro de que Kim Jongin calculaba hasta el más mínimo detalle.
En voz alta, le preguntó.
- ¿Sería Yifan el fotógrafo?
- Sí, evidentemente, hay una gran afinidad entre los dos que se transmite en las fotografías en las que los dos trabajan. Por separado son muy buenos profesionales, pero juntos podrían hacer un trabajo asombroso.
Aquel cumplido hizo que el joven esbozara una cálida sonrisa.
- No se trata de una alabanza, Kyungsoo es tan sólo un hecho le he dado a Yifan todos los detalles, los contratos están ya preparados esperando que los firmes.
- ¿Los contratos? - repitió el pelinegro, con cierta cautela.
- Eso es -respondió él, sin dar importancia alguna a la duda que Kyungsoo había expresado- este proyecto va a llevar cierto tiempo, no tengo intención alguna de andar con prisas quiero los derechos exclusivos de tu hermoso rostro hasta que el proyecto se haya terminado y el resultado esté en la calle.