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El Rostro Del Amor ( Kaisoo ) por Mikhiel

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Notas del capitulo: volviii por fin lo siento pero hasta haora me prestaron la compu :(

SPOILER
Aparecera un nuevo personaje muajaja a ver a quien pongo como el mal tercio olvidense de taemin :c diganme otro anden.

«No me gusta», decidió con una firme inclinación de cabeza. «Es demasiado seguro de sí mismo, demasiado arrogante, demasiado...».Trató de buscar desesperadamente una palabra. Físico. Aunque de mala gana, admitió que Kim Jongin era un hombre muy sexual y que ese hecho lo ponía nervioso. No sentía deseo alguno de que él lo molestara. Había algo en el modo en el que lo miraba, algo en el modo en el que su cuerpo reaccionaba cuando estaba cerca de él.

Se encogió de hombros y empezó a mirar por la ventana. No quería pensar en él. Mejor dicho, pensaría en Kim Jongin sólo como la persona que lo había contratado, no como un hombre. Aún sentía en la mano el calor de la de él y, tras mirársela, suspiró. Era necesario para su tranquilidad mental realizar su trabajo evitando más contactos personales con él. La relación que tendría con él sería exclusivamente profesional. Eso era, exclusivamente profesional.

El niño se había transformado en un tenista muy a la moda. Un corto short blanco de tenis acentuaba las largas y esbeltas piernas de Kyungsoo y una playera que dejaba al descubierto los brazos. Mientras esperaba sobre la pista de tenis, se los cubrió con una ligera chaqueta, dado que aquella tarde de octubre resultaba agradable aunque algo fresca. Llevaba el cabello cubierto con un pañuelo azul, lo que dejaba sus delicados rasgos completamente al descubierto. Se había maquillado los ojos, acentuándolos con lápiz de ojos negro y los labios con un poco de bálsamo labial. Unas impecables zapatillas de tenis completaban su atuendo, junto con la ligera raqueta que tenía entre las manos. El blanco inmaculado del la ropa contrastaba muy bien con la piel blanquesina y el cabello negro de Kyungsoo y le daba un aspecto muy lindo y profesional al mismo tiempo.

Detrás de la red, comenzó a calentar un poco y a servir pelotas a un compañero inexistente mientras Yifan se ocupaba de encontrar los ángulos y las medidas correctas.

— Creo que sería mejor que alguien te devolviera la pelota.


Cuando Kyungsoo se dio la vuelta, vio que Jongin lo estaba observando con un brillo jocoso en los ojos. Él también iba vestido de blanco, con la chaqueta de su traje de calentamiento arremangada hasta los codos.

Acostumbrado a verlo con traje, el pelinegro se sorprendió al ver la atlética apariencia de su cuerpo, esbelto, de anchos hombros, con brazos firmes y musculosos... En aquel momento, su masculinidad resultaba demasiado dominante.

— ¿Es que no estoy bien? —preguntó con una sonrisa.

 Al escuchar aquellas palabras Kyungsoo se sonrojó al darse cuenta de que lo había estado mirando fijamente. 

— Me sorprende verlo vestido de ese modo.

— Es más adecuado para el tenis, ¿no te parece?

— ¿Acaso vamos a jugar? —preguntó el, atónito.

—Me gusta bastante la idea de fotografía de acción. Te prometo que no seré muy duro contigo. Mis golpes serán suaves y fáciles.

Kyungsoo necesito toda su fuerza de voluntad para no sacarle la lengua. Jugaba al tenis a menudo y lo hacía bien.

El señor Kim se iba a llevar una buena sorpresa.

—Trataré de devolverle la pelota —prometió, con el rostro tan ingenuo como el de un niño — para así poder darle realismo a las fotografías.

—Muy bien —repuso Jongin . Entonces, se dirigió al otro lado de la pista mientras Kyungsoo tomaba una pelota— ¿Sabes servir?

—Haré lo que pueda —respondió el.

Después de mirar a Yifan para ver si estaba listo, lanzó la pelota suavemente al aire. Al ver que el rostro de Yifan ya estaba oculto por la cámara, se colocó al otro lado de la línea y lanzó la pelota una vez más.      Aquella vez, la golpeó con la raqueta y lanzó un buen servicio. Jongin se lo devolvió con suavidad, pero el golpeó la pelota con fuerza y se la mandó a la esquina opuesta de la pista

—Creo que también me acuerdo cómo se puntúa —añadió, frunciendo el ceño—. Quince a nada, señor Kim.

—Buen golpe Kyungsoo, ¿Juegas a menudo?

-De vez en cuando -replicó el-. ¿Listo?

Jongin asintió. La pelota viajó con rapidez de un lado al otro del campo. Kyungsoo se dio cuenta de que él se estaba conteniendo para que a Yifan le fuera más fácil tomar las fotografías, pero el también lo estaba haciendo. Golpeaba la pelota con ligereza y sin ningún estilo. Permitió unos cuantos golpes más antes de lanzar la bola muy lejos de él ambario, casi al otro lado de la pista.

—Oh —susurró el . Se colocó un dedo sobre los labios, fingiendo inocencia-. Eso es treinta a nada, ¿verdad? 

Jongin entornó los ojos mientras se acercaba a la red.

— ¿Por qué me está dando la sensación de que me estás tomando el pelo?

-¿Tomarle el pelo? -repitió el, con los ojos muy abiertos—. Lo siento, señor Kim, no me he podido resistir —añadió. Entonces, se echó a reír— Se estaba usted comportando de un modo tan condescendiente...

-Muy bien -replicó él, también con una sonrisa para alivio de Kyungsoo—. Ya no hay condescendencia que valga. Ahora, quiero sangre.

—Empezaremos desde el principio —dijo el mientras regresaba a la línea—. No quiero que diga que yo tenía una ventaja injusta.

Jongin le devolvió el servicio con fuerza. Los dos se movían con rapidez por la pista. Batallaban con ahínco por los puntos, llegaron a deuce e intercambiaron ventaja en varias ocasiones. Kyungsoo se olvidó por completo de la cámara, dado que el clic de la misma quedaba completamente enmascarado por los golpes de las pelotas y los susurros de las raquetas contra el aire.

Kyungsoo se maldijo cuando no pudo devolver una pelota limpiamente. Rápidamente tomó otra y se preparó para servir.

—Eso ha estado muy bien —dijo Yifan, rompiendo así la concentración del joven—.Tengo unas fotos fantásticas. Pareces un verdadero profesional, Soo. Ya podemos dejarlo por hoy.

— ¿Dejarlo? —replicó el mirándolo con incredulidad—. ¿Has perdido la cabeza? Estamos en deuce.

Tras mirarlo durante unos instantes como si estuviera loco, retomó el juego rápidamente. Durante los siguientes minutos, los dos jugaron para recobrar la ventaja hasta que Jongin la consiguió y lanzó la última pelota demasiado lejos para que el pudiera devolverla.

Kyungsoo se colocó las manos en las caderas y respiró profundamente.

—Bueno, ésa es la agonía de la derrota -dijo con una sonrisa. Entonces, se aproximó a la red—. Enhorabuena —añadió mientras extendía la mano—. Juega de un modo muy competitivo.

Jongin aceptó la mano que el modelo le ofrecía, pero, en vez de estrechársela, se limitó a agarrarla.

—Te aseguro que me has obligado a ganarme la victoria, Kyungsoo. Creo que me gustaría probar suerte en dobles, pero contigo a mi lado -dijo. Lo miró durante un instante antes de hacerlo con la mano que aún tenía cautiva entre las suyas—. ¡Qué mano tan pequeña! —añadió mientras las levantaba para examinarla cuidadosamente-. Me sorprende que pueda manejar una raqueta de ese modo... 


Entonces, le dio la vuelta y, tras colocar la palma hacia arriba, se la llevó a los labios. Al sentir aquel beso, Kyungsoo experimentó unas sensaciones extrañas por la espalda. Se miró la mano como hipnotizado, incapaz de hablar o de retirarla.

—Vamos —dijo Jongin , consciente de la reacción que el había tenido-. Te invito a comer. Y a ti también, Yifan.

—Gracias, Jongin —repuso Yifan mientras recogía su equipo—, pero quiero irme a mi estudio a revelar esta película. Me tomaré un bocadillo.

—Bien, Kyungsoo —murmuró Jongin tras volverse de nuevo a el —. Solos tú y yo...

—Se lo agradezco mucho, señor Kim — replicó el. Se sentía al borde del pánico ante la perspectiva de almorzar con él moreno — pero no es necesario que me invite a comer.

—Kyungsoo, Soo... ¿Te cuesta siempre tanto aceptar una invitación o sólo es cuando la realizo yo?

—No sea ridículo —contestó el. Trató de mantener un tono casual, pero cada vez lo turbaba más notar la calidez de la mano de él sobre la suya. Miró fijamente las manos unidas y se sintió completamente indefenso — Señor Kim ¿me podría devolver la mano, por favor?

—Jongin, Kyungsoo—le pidió él sin prestar atención alguna a la petición que ella le había hecho—. Es muy fácil. Tan sólo es una palabra. Adelante.

—Está bien —dijo el. Sabía que, cuanto antes accediera, antes se vería libre—. Jongin , ¿me podrías devolver la mano, por favor?

—Ya está. Hemos superado el primer obstáculo. No ha resultado tan difícil, ¿verdad? —repuso él, con una ligera sonrisa en los labios.

En cuanto lo soltó, Kyungsoo se sintió inmediatamente más seguro.

—No demasiado.

—Ahora, a almorzar —afirmó. Al ver que  Kyungsoo abría la boca para protestar, levantó una mano para impedírselo—. Comes, ¿verdad?

—Claro, pero...

—No hay peros. Casi nunca presto atención alguna a peros o a no.

En poco tiempo, Kyungsoo se encontró sentado frente a Jongin en una pequeña mesa del club. Las cosas no iban tal y como el había planeado. Resultaba muy difícil mantener una relación profesional e impersonal cuando estaba tan a menudo en su compañía. Era inútil negar que lo encontraba muy interesante, que su vitalidad lo estimulaba y que Jongin era un hombre tremendamente atractivo. Sin embargo, se recordó que él no era su tipo. Además, no tenía tiempo para relaciones sentimentales en aquel momento de su vida. No obstante, las señales de alerta que recibía su cerebro le decían que tuviera cuidado, que aquel hombre era capaz de trastocar sus cuidadosos planes.

— ¿Te ha dicho alguien alguna vez lo buen conversador que eres? 

Kyungsoo levantó los ojos para encontrarse con la mirada burlona de Jongin . 

—Lo siento. Estaba pensando en otras cosas —se disculpó. Una vez más, el rubor le había teñido las mejillas.

—Ya me he dado cuenta. ¿Qué vas a tomar para beber?

-Té.

-¿Sólo?

—Sí —afirmó. Entonces, se dijo que debía relajarse—. No bebo mucho. Me temo que no me sienta muy bien. Con más de dos copas me transformo en Mr. Hyde. Debe de ser el metabolismo...

—Me encantaría ser testigo de esa transformación —comentó él, tras soltar una carcajada—.Tendremos que organizarlo pronto.

Para sorpresa de Kyungsoo, el almuerzo resultó ser una experiencia muy agradable, a pesar de que Jongin reaccionó con cierto disgusto y puro desdén masculino por el hecho de que el se inclinara por una ensalada.

El pelinegro le aseguró que era una comida más que adecuada y realizó un comentario sobre la brevedad de la carrera de las modelos con sobrepeso.

Cuando se relajó por completo, el joven se divirtió mucho y se olvidó de mantener las distancias entre Jongin y el. Mientras comían, él le habló de los planes que tenía para la sesión del día siguiente. Había escogido Central Park para más fotografías en el exterior en la que se resaltara una imagen atlética.

—Mañana tengo reuniones durante todo el día y no podré hacerme cargo de la supervisión. ¿Cómo puedes sobrevivir con eso? —le preguntó cambiando abruptamente de conversación. Estaba señalando la ensalada de Kyungsoo—. ¿No quieres un poco de comida de verdad? Te vas a diluir.

El pelinegro negó con la cabeza y sonrió mientras tomaba un sorbo de té. Jongin , por su parte, musitó algo sobre las modelos medio muertas de hambre antes de retomar el hilo de la conversación.

-Si todo va según lo previsto, comenzaremos el próximo segmento el lunes. Yifan quiere empezar temprano mañana.

—Como siempre —afirmó el, con un suspiro—. Si el tiempo lo permite.

—Va a brillar el sol -comentó Jongin , con absoluta seguridad en sí mismo—. Ya me he ocupado yo de ello.

Kyungsoo se recostó en el asiento y contempló a Jongin con una desinhibida curiosidad.

—Sí —afirmó—. Creo que podrías hacerlo. No se atrevería a llover.

Se sonrieron y mientras se miraban a los ojos, Kyungsoo experimentó una extraña sensación corriéndole por las venas, algo rápido, vital y anónimo.

— ¿Te apetece algo de postre?

—Estás decidido a hacerme engordar, ¿verdad? —comentó el, con una sonrisa—. Eres una mala influencia para mí, pero mostraré una determinación de hierro.

— ¿Pastel de queso, tarta de manzana, mousse de chocolate? —preguntó, con una picara sonrisa. Sin embargo, Kyungsoo negó con la cabeza y levantó la barbilla.

—No te va a servir de nada. No voy a rendirme.

—Seguro que tienes una debilidad. Con un poco más de tiempo, la encontraré.

— Nini, cariño, ¡qué sorpresa verte aquí!

Notas finales:

tengo muchas ideas para fics pero no se como seguirlos :(


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