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Melodía Azul por Zamazen

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Notas del fanfic:

Esto no es angustia, señor, no señor. En un momento se pone dramático pero les prometo que termina bien. Escribí la historia para san valentín, pero le cambié los nombres porque la persona que lo pidió quería que fuera MakoRin, y la verdad me gusta mucho esta pareja, así que disfruten~

A Makoto siempre le había encantado nadar cerca de la superficie, donde el agua era tibia y habían cosas más interesantes que ver, pero había otra razón por la que particularmente le encantaba subir. Casi todos los días, un humano llegaba a la playa; montaba las olas del océano como si fuesen de su propriedad, su cabello rojizo volaba con la brisa matutina.
Makoto observaba hipnotizado cada día, escondido tras las rocas, donde no sería visto fácilmente.
Una particular mañana, Makoto observó –desde una de las rocas más grandes– que el humano no llegaba, esperó hasta que comenzó a quedarse dormido, olvidando por completo que estaba expuesto al mundo fuera del agua.
Lo despertó un movimiento en su hombro.
–¿Estás bien?– Tan pronto el joven tritón abrió sus ojos, resbaló de vuelta en el agua, sorprendido, pues aquel par de ojos rubí devolviéndole la mirada le pertenecían al humano que tanto adoraba observar cada día. –¡Espera!– saltó hacia enfrente en un intento de atraparlo. –¿Estás bien?– preguntó una vez más.
Makoto sacó su cabeza del agua, nervioso. Entendía bien el lenguaje que los humanos usaban, lo había aprendido durante los años, y aun así parecía haber olvidado cada palabra que conocía. Sin embargo, viendo que los ojos preocupados del humano esperaban respuesta, Makoto consiguió asentir con la cabeza, solo entonces su brazo fue liberado.
–Lo siento, te vi inconsciente, pensé que te habías desmayado.– Pareció calmarse, regresando a la tabla que siempre llevaba con él, Makoto lo miraba incrédulo. –Mi nombre es Rin Matsuoka. –continuó, extendiendo su mano. Estiró su brazo, estrechando la mano que Rin le ofrecía, pero se mantuvo callado.–¿Necesitas ayuda regresando a la playa?–Rin preguntó.
Makoto comprendió inmediatamente, él aún pensaba que era humano, no había notado aquella escamosa cola verde que comenzaba en su cintura en lugar de piernas. Mako se limitó a negar con la cabeza, con ambas manos se sostuvo de la roca para impulsar su cola fuera del agua. Esta vez le tocó a Rin caer hacia atrás, resbalando de su tabla, el joven tritón logró atraparlo antes de que el mar lo hiciera.
Pasaron un par de segundos, que pudieron haber sido horas desde la perspectiva de Makoto, antes de que Rin hablara.
–¿Eres…?¿No me vas a hacer nada?
Makoto sonrió, enternecido, como si fuera la pregunta mas obvia que jamás escuchó; Sacudió la cabeza, pues nunca podría hacerle daño al ser humano que tanto lo tenía encantado. Rin se echó a reír, suave y dulcemente, tal y como Mako siempre se lo había imaginado.
–¡Maravilloso!– Exclamó el humano. –¡No creí que de verdad existieran criaturas como tu! Mi madre me contaba historias todo el tiempo, ¡pero eres real!– pareció decirse a si mismo más que a Makoto –¿Tienes nombre?
El tritón se mantuvo en silencio, pronunciar su propio nombre ahora le parecía una tarea tan difícil,
–Ma…Makoto – Dijo al fin, sonriendo sin darse cuenta, para su sorpresa, Rin se veía más que fascinado.
–Ya veo, Makoto, ¿crees que te pueda ver mañana?– --- asintió, emocionado, despidiendose de aquel humano que se alejaba en su tabla.
Así como lo prometió, al día siguiente, Makoto y Rin se encontraron en el mismo lugar, más allá de la playa. Rin hablaba la mayor parte del tiempo, y mientras que Mako se conformaba nada más con escuchar, Rin anhelaba el día en que se pudiese comunicar completamente con aquel tritón de brillante pelo castaño y curiosos ojos verdes.
---
Los meses pasaron, Rin platicaba sus historias favoritas con Makoto, le enseñó todo lo que podía acerca de su mundo y lo que es vivir en él. No importaba si eran unos minutos o unas cuantas horas, el tiempo parecía detenerse cuando estaban juntos, Rin se la pasaba estando ocupado, si había algo que —él decía— lo ayudaba a relajarse, era una larga platica con el joven tritón bajo la abrazadora luz del sol.
Sin aviso, el invierno se asentó sobre la playa, llevándose con él las visitas del humano, dejando a Makoto solo bajo un mar que ya no era tibio en ningun lado, pues se negaba a avanzar hacia aguas más cálidas, sabiendo que muchos de su clase no regresaban. No lo hizo, sin importar el numero de noches en que sus caderas terminaban doliendo después de aguitarlas en un intento de conseguir calor.
Su piel se enfriaba, sus huesos aún más, y sientiendo que la muerte lo encontraba, comenzó a cantar.
Aquella canción que los tritones cantan una sola vez, y que, según las historias de Rin, era tan hermosa que provocaba a los barcos hundirse, por esto la llamaban "Melodía Azul".
Makoto solo se preguntaba si en algun lado, donde sea que se encontrara, Rin podía escucharlo, entonando una canción tan solo para él y si acaso sentía el calor de aquel corazón que él con soltura le entregaba.
Y justamente fue esa melodía, cantada tan dulcemente con cálida pasión, que permitió al tritón vivir durante el invierno, y así reunirse con su amado humano.
–¡Rin! Rin, no me dejes, ¡esta vez no me dejes!– Makoto le imploraba abrazándolo –llévame contigo, quiero ir a tu mundo, enséñame cómo es vivir de la forma que lo haces.– Mako le pidió, y Rin no necesitó más explicaciones. Cargó al tritón en brazos, besando su frente y partiendo hacia la playa.
La gente aún pregunta qué encontró Rin de especial en aquel muchacho en silla de ruedas al que lleva a todas partes, él intenta explicar la historia de cierto tritón que se encontró más allá de la playa una mañana de verano, que lo cautivó completamente. Aún falta que la gente le crea… pero eso no es importante.

Notas finales:

Gracias por leer~ 

lo subo porque me tardé casi un mes en subir el segundo capitulo de mi libro y quería compensar, espero les haya gustado ^^

Ah, y una cosa mas, deberían escuchar Lullaby Blue, de Itou Kanako (dmmd soundtrack), de ahí saqué la inspiración para la historia, es preciosa.


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