El olor a fresco pescado, agua sala impregnada en la muerta carne del cargamento diario de la madrugada, se adentro en mis fosas nasales con descaro tras ser transportado por un frió viento que en su trayecto fugaz levanto levemente mi larga chaqueta y despeino mi cabello ya desordenado e incontrolable.
'Tarde o temprano el pequeño joven se debe convertir en hombre' No había vuelta atrás ni un atrás al cual volver. Contemplando con los ojos somnolientos, por la falta de horas de sueño, se encontraba frente a mi aquel enorme, desconocido y majestuoso océano. Temido por generaciones pasadas, de quizás cuantos siglos, a la vez que es amado por contener ente sus aguas los secretos más hermosos descubiertos hace menos de medio siglo desviando los ojos soñadores del hombre, que antes contemplaban las estrellas, a contemplar lo que tenían a sus pies.
El Oceano desconocido por el mismísimo dios, por el hombre y por el que les habla.
El destino de un joven de pobre familia agricultura, sin educación y dinero suficiente para las dos raciones de pan al día solo se divide en dos opciones, las dos verdades absolutas que han perdurado en mi crianza: Puedes morir (Dije ¿Puedes? quiero decir 'Vas'), en la penumbra absoluta, vivir para poder sobrevivir en un orden primario basado en el 'Naces, creces, te reproduces y mueres', o puedes entrar en un grupo de exploradores marinos, para descubrir nuevas tierras, nuevos animales, otros seres que me importan una mierda. De hecho, en ambas opciones, mi muerte a temprana edad es asegurada, pero supongo que el 'honor' de tener un hijo 'explorador' aumentaría en algo el orgullo de la familia Choi.
Pero mentiría si dijera que estoy emocionado. Tengo miedo de aquella gran extensión de agua azul salada.
- ¡Bueno Minho! Sabíamos que este día llegaría.
Jonghyun se ve sonriente, supongo que se merece aquella alegría. Esta emocionado como un niño que acaba de ganar algo gratis, sin importar si es lo peor que hay. Pero yo soy todo lo contrario a él, solo me limito a cargar mi bolso hecho de estropajos como si fuera ahí donde guardara mi pesado futuro.
- Guarda esa maldita sonrisa y sube de una maldita vez al barco... No quiero tener la peor cama.
¿Debería estar feliz? ¡Voy hacia mi muerte! Moriré de la peor manera conocida, ahogado en un punto ciego desconocido por mis cercanos, sin un funeral ni rosas blancas al caer el atardecer, sin un lugar donde mi futura esposa valla a verme a recordar los bellos momentos que pasamos juntos.
- Lo siento - Jonghyun guardo silencio de inmediato tras un fuerte sobre salto en su cuerpo. Él no se quejaba de mi comportamiento de mierda porque él sabia todo de mi, mis inseguridades, mis sueños, mis verdadero concepto de 'Vivir' que era precisamente lejos del mar. Sabia que era una vergüenza para todos, que era inútil en la mayoría de los oficios, que prefiria cantar pequeñas canciones a flores marchitas que cortarlas para llevarlas a vender al mercado.
'Soy el hombre que nadie quiso'
Subí la rampla de madera rápidamente sin levantar el rostro, observando solo mis pies los cales arrastraba con pesar en a cada paso sincronizado que daba. No tengo una buena forma de caminar. De pronto choco con un cuerpo que ha aparecido repentinamente ante mí, el pequeño roce me da escalofrió como si pudiese sentir, con solo la presencia ajena, que se trata de alguien importante.
- D-Disculpe - trato de erguirme rápidamente para no demostrar descortesía, le miro a los ojos pero en vez de hacerme sentir intimidado, como seria normalmente, puedo sentir un sentimiento de comodidad con su presencia. Me sonríe de lado y veo en su atuendo que él es un capitán. Bueno, nuestro capitán.
- Buenos días marinero. Debes tener cuidado por dónde vas, observar el camino no te hace más cuidadoso. – su pelo rubio me sorprende al igual que su gentileza y su enorme sonrisa. Digo sorpresa porque los capitanes no tienen ese rostro, por lo general son más viejos (Porque se veía en su rostro la obvia juventud), tienen parches en el rostro y visten de manera exagerada, y no sonríen ¡Claro que no sonríen!
- Disculpe. S-Soy Choi Minho y este chico a mi lado es Kim Jonghyun, nos integramos hace poco...digo, hoy – Jonghyun me observa extrañado, no por el hecho de que lo haya presentado sin su permiso si no que por el mismísimo hecho de haberlo presentado. No tengo la virtud de la personalidad y hablarme a una persona de alto rango me es más que imposible, tal vez su joven edad y melodiosa voz me permite tomar un poco de personalidad.
- Es agradable saber que hay jóvenes interesados en explorar este majestuoso mar. Lee Jinki, desde hoy seré su nuevo capitán. Y créanme… - nos hace una seña para que nos acerquemos a él en silencio – Tener como marineros a unos viejos no es nada divertido
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Ordeno mis cosas en el mueble junto a Jonghyun quien solo a traído sus libros de vocabulario y cuentos para poder aprender completamente a leer, por algún motivo (que aun no ha querido contar) sus padres nunca quisieron que se integrara en una escuela de bajos recursos.
Aun no zarpábamos y aquello solo aumentaba más mi nerviosismo y mi tiempo para pensar en lo que estaba a punto de hacer.
El piso en mis pies se meneaba lentamente, todo se meneaba al ritmo de las tranquilas olas. El olor a coral llenaba la habitación, el crujir de las tablas que sonaban en largos intervalos de tiempo me despertaban de mis pesados y grandes pensamientos, y el camarote de nuestra pequeña habitación (Que por suerte se encontraba en la planta alta) nos llamaba para descansar en sus largas y tibias sabanas.
Nos encontrábamos allí, en un barco de proporciones normales, en el punto de partida pero no el de retorno, viéndonos a las caras ya que en aquel lugar lo máximo que podías recorrer o explorar eran treinta metros. ¿Para esto nacimos? Viví gran parte de mi niñez aprendiendo a trabajar, sin crear grandes amigos a excepción de Jonghyun quien era el hijo de una cabaña vecina. Gran parte de mi adolescencia la viví en la obscuridad por la discriminación de los hijos de trabajadores de empresas. Y ahora ¡Ahora que por fin puedo ser autónomo! Decido perderme en la inmensidad del mar solo porque es la mejor forma de morir ¿Desde cuándo perdí el deseo de vivir?
- ¡Mira Minho! Que sexy – de pronto frente de mi vi un libro cuya portada no podía divisar por culpa de la cercanía que tenia este hacia mi rostro.
- Lo vería bien si lo alejaras un poco – lo tome en mis manos y para mi decepción solo había un extraño dibujo de una chica con ¿Cola de pez? – Sabes, si quieres decirme que eres zoofílico dímelo directamente no a través de dibujitos.
- ¡No seas idiota! Eso es inmoral y horrendo. Ese dibujo es de una sirena. S I R E N A – Lo último lo dice restregándome de manera más persistente aquella endeble hoja. ¿Cuanto tiempo se habrá demorado en memorizar el nombre?
Jonghyun se levanta de su cama la cual se encuentra sobre la mía. Observo aquel dibujo y no le encuentro la gran cosa, pero para este tipo todo lo que se encuentre en un cuento es algo nuevo para él y por ende, un largo tema de conversación del cual no estoy interesado en oír ni la mitad.
- Son seres mitad humanos y mitad pez, el cuento dice que son muy hermosas y te dominan con su canto. – me mira sonriente y yo le observo irónico.
- Y según tu ¿Por qué exactamente ESTO debe ser sexy?
- No lo sé, se le veían las tetas y pensé que eso es un poco sexy. Digo, en estos tiempos es raro ver esto en un cuento.
- Pero de que sirven las tetas si no hay un agujero donde ponerla.
- ¡Aguafiestas! – Jonghyun siempre se enoja cada vez que le arruino los textos que con mucho esfuerzo le costó leer y comprender, pero sabe que es broma y por eso siempre me perdona. Solo reímos de nuestros estúpidos comentarios ¿Sirenas? Que mierda es esa, de seguro ya no saben que más inventar y comenzaran a unir animales con humanos como los Griegos ¿Cual es el siguiente paso? Venerarlos.
- Yo no me reiría si fuera tu –
Escuchamos una voz proveniente de la entrada a nuestra pequeña habitación. En la puerta un joven de nuestra misma edad se nos a quedado mirando de manera muy seria, viste la mismas ropas que nosotros por lo que deduzco que también ha venido a morir en el mar (Triste la vida del pobre). Es rubio y sus ojos rasgados han colgado profundamente a Jonghyun de tal manera que le he movido el brazo más de tres veces y simplemente no se gira a verme. Acepto que es lindo, pero es hombre… aunque tiene un buen trasero (Frente a los superiores soy un sumiso total, pero en privado muestro todo mi vocabulario y comportamiento coloquial)
- Esos demonios realmente existen – susurra y me mira como si lo que hubiese dicho sobre esas cosas fuera lo más estúpido e incoherente que se haya oído ¡Que molestia!
- ¿Has visto uno? – pregunta Jonghyun ilusionado. El rubio solo niega con la cabeza y yo me rió en mi interior al ver a Jonghyun decepcionado.
- Entonces no digas que existen, debes verlos con tus propios ojos para poder decir que aquel “demonio” es real.
- Puede que no lo haya visto, pero si se han creado tantas historias respecto a su existencia puede que existan. – cuando aquel muchacho pronuncio aquello un gran nivel de curiosidad me domino ¿Por qué alguien inventaría aquellas abominaciones? Suficientes fueron las historias de extraños seres mitológicos en Grecia ¿Minotauro? ¡Puf! ahora estas creaciones mentales zoomorfas también están dominando el extremo oriente.
- Para de decir estupideces.
- ¡Cuéntanos más! – Jonghyun me había interrumpido (Odio cuando lo hace) a veces su mentalidad de un niño de cinco años altera mi mente, me perturba. Este idiota es el único imbécil que se puede tragar lo de esas tales “sirenas”, claro, después de este rubio que tiene menos del doble de masa muscular que nosotros dos.
- ¡No me hables así! Perro roñoso.
Aquel insulto quedo en el eco de las crujientes tablas, llegando rápidamente a los oídos de Jonghyun desilusionándolo por completo. Aquel rubio solo se dio la vuelta y se dirigió hacia el fondo del pasillo sin dignarse a voltear su humanidad.
¡Genial! Ahora yo tenía que soportar la obvia curiosidad de Jonghyun que de seguro comenzara en tres, dos, uno…
- ¡Debemos averiguar más de esas cosas! – apunto al dibujo.
- Jonghyun por amor de dios, esas cosas no existen. Y si existieran hace tiempo que se hubieran mostrado a nosotros. – resople, odiaba su curiosidad (un día de estos terminara muerto por culpa ella).
Solo abrí las sabanas de mi cama, me desvestí y fingí que las rabietas que Jonghyun estaba teniendo en ese momento no me llamaban la atención en lo mas mínimo.
- Solo es averiguar ¡Vamos Minho! Solo cinco libros
- ¡No! – negocie.
- Tres y prometo no molestar más – contra ataco
- Está bien. Pero si luego de averiguar te vuelves zoofílico ni creas que seguiré a tu lado ¡fenómeno! – lo mire de reojos y pude ver sus ojos brillar con aquel resplandor característico del humano curioso, investigador, amante de lo misterioso.
Sonreí y me acomode en aquella almohada que me sorprende por su suavidad al igual que las sabanas (Realmente todo de este barco es perfecto… extraño) Tal vez tener curiosidad sobre algo inexistente no sea mala idea, así puedo aumentar mi capacidad cultural que cada día, desde que Jonghyun ha estado a mi lado, ha crecido considerablemente.
………
- ¡No es justo! En todos los libros de este puto barco solo veo mapas, “Como trazar mapas”, “Islas del Atl- Atla-Atla….” ¿Qué dice ahí Minho?
- “Islas del Atlántico” idiota. – le dije mientras ordenaba los libros que él estúpidamente botaba.
- No me molestes… -
- ¡ustedes, idiotas! ¿Cuándo piensan comenzar a hacer algo? Ustedes están aquí para trabajar no para husmear las cosas del capitán.
El grito de aquel rubio nos alerto. Me parecía molestoso en todos sus sentidos, no me agradaba su serena voz y mucho menos me gustaba que mi mejor amigo estuviese detrás de su maldita persona solo porque le “encuentra lindo”. Sé que posee más aspecto femenino que masculino pero eso no quiere decir que uno pueda desear a alguien de su mismo sexo ¿O si?
- ¡Iremos de inmediato Key! – maldita sonrisa, malditos corazones invisibles que se sitúan entre el voluminoso cuerpo Jonghyun y de ese fastidioso Kibum, maldito cupido enemigo del amigo solitario.
- ¡No me llames así!
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Pasaron los días y, extrañamente, seguía vomitando debido a los mareos y nauseas que eran constantes durante todo el transcurso del día, según el capitán yo soy alguien que no está muy acostumbrado a viajar o moverse constantemente y por eso me mareo con facilidad. Mitad del dia trabajando, encerando, vigilando, limpiando, lavando, pescando, la otra mitad del día se divide en vómitos, desmayos, dormir, comer, y nuevamente el vomito.
- Viejo… ¿Estás bien? – ya era la novena vez que vomitaba en el día. Había adelgazado debido a que la comida no duraba por mucho tiempo en mi estomago y mi musculatura había aumentado por el trabajo y la sobre exigencia que ejercían en mi los otros marineros.
- No es normal que alguien vomite tanto… -
Gire mi rostro y junto a Jonghyun apareció el capitán Jinki, con su rostro preocupado y su agua de hiervas que ya no me ha funcionado hace meses. Me niego a su ayuda, me he hartado de beber cada pastilla, antídotos y pomadas para evitar mi vomito para que luego fallen inevitablemente, terminando mi estomago más resentido y adolorido tras cada vomito.
- Llevas un mes en el barco. Todos mis hombres superar las nauseas en menos de dos semanas, en el extremo caso son cuatro, pero… ¿Un mes?
Miro la espuma que deja el barco al avanzar, cortando como cuchilla el cristalino y tranquilo mar ¿Cuántas veces he amanecido con fiebre, nauseas, dolores de cabeza, calambres, contracciones en mi pecho? Creo que el mar realmente no me desea en sus aguas. 'No puedo creer que realmente exista peor muerte que el ser comido por los peces: Morir patéticamente en la seguridad del barco por fiebre'
- Una vez leí, bueno la verdad era de esos cuentos que mi abuelo siempre improvisaba cuando pequeño…- resplandeciente sonrisa de Onew. – Decía que cuando un hombre enfermaba en un barco era porque el mar deseaba que muriera y se hundiera en sus aguas…
¿Hundirme? ¿Morir?
- Mi abuelo decía que existían unas criaturas mitad humano y mitad pez.
- ¡Oh! ¡Oh! ¡Una sirena! – Jonghyun rápidamente alzo la mano como si estuviese en la escuela y con la eufórica emoción de que tenia la respuesta que el profesor había pedido.
- Exacto – sonrió nuestro capitán – Decía que cuando las sirenas deseaban a un hombre pues simplemente cantaban y lo cautivaban con su voz para poder arrastrarlo hasta las profundidades del mar. Pero el Destino no estaba de acuerdo con cautivar a un hombre mediante el engaño y la manipulación para cambiar en transcurso de su vida, por lo que el océano hizo una promesa ' Si se enamoran de un hombre cantaran para mi, el oceano, la más triste de sus canciones. Lo buscare y le robare la vida por hacer sufrir de amor a las princesas de mi reino. Así la muerte dará paso a la vida de un nuevo ser: Un ser que se hundirá en mis aguas uniéndose conmigo y con ustedes' En términos simples este verso explica que el mar enfermara al hombre que posee el amor de alguna de sus sirenas para que este muera y así la maldición del 'Destino' no caiga sobre ellas por querer conseguir a su 'amado'
¿Conseguir a su amado? Eso realmente me pareció chistoso, una broma de mal gusto, en la última persona que alguien pensaría para amar seria justamente yo. Nadie me ha querido una gran cantidad como para llamarla ‘amor’, mi madre solo sentía cariño por mi por haber nacido hombre y no convertirme en la sexta niña de la familia.
Me quede pensativo, tal vez hundirme en el mar sea una buena opción, así podría estar con aquello que realmente me desea y no permanecer vivo en tierra donde solo soy una vergüenza. Podría desaparecer en el mar, esconderme en lo más profundo, desaparecer del recuerdo de algunos y unir mi cuerpo con aquella fría agua… Pero como mencione antes le tengo miedo a morir ahogado, en el abismo de lo desconocido. Mejor espero que esta 'enfermedad' se lleve la poca vida que he tenido y a la cual, sinceramente, no la llamaría 'vivir'.
- Minho dice que esas cosa son existe – susurro Jonghyun mientras una nueva contracción aparecía en mi vientre repentinamente para que devolviese lo poco y nada que había comido durante el día.
- Señor Choi, le digo por experiencia propia: Ningún hombre inventaría algo que sus ojos no hayan podido ver, y menos algo con tantos ‘detalles’ e historias
- ¿D-Detalles? ¡Hug! – vomito amargo, horrible, asqueroso, ahogante, uno que otro trozo de pan aun no digerido sale junto al espeso liquido disperso en espuma.
- Asqueroso – se quejo Kibum mientras trapeaba el piso nuevamente, de seguro gracias a mi desarrollara músculos en sus flácidos brazos de princesa.
- Claro. Basta con leer algunos libros, analizar, y sabrás absolutamente todo de ellos. Incluso puedes averiguar de los tritones cuyas historias y relatos han disminuido en el ultimo tiempo.
- ¿tritones? – pregunto Jonghyun por mí al verme desvanecerme en el piso cargando todo mi peso en mis rodillas las cuales de seguro, más tarde, se teñirán de un leve purpura tras la brusca agresión en la zona.
- Bueno en el caso de las Sirenas estas serian hembras y en el caso de los tritones estos serian una especie de Sirena ‘Macho’.
- ¿Un sireno?
- No, la verdad sirenos y tritones son distintos. Los sirenos son como ‘cuidadores’ de los arrecifes, mantienen el orden en el ecosistema marino, mientras que los tritones cumplen la misma función en el mar pero estos si tocan la tierra su aleta se convierte en un par de piernas humanas que les permite divagar en la tierra, causando muertes, batallas y violaciones en nombre de la venganza. "La venganza por aquellos que osaron cambiar el océano por la tierra: Los humanos" eso solía decir mi padre.
Que mierda están hablando. Dejen de hablar que mi cerebro retumba en los límites craneales, no puedo escuchar nada de lo que dicen.
Trato de caminar hacia atrás para volver a mi posición, quiero trabajar, pero mis piernas se debilitan y caigo fuertemente al suelo de madera tanto que siento mis mejillas y cuerpo arder de repente. Me giro para poder tomar aire. Solo unos pocos me ayudan a levantarme mientras yo no quito los ojos del azul cielo que se me presenta como un hermoso segundo mar ¿O el mar es un segundo cielo?
Me mareo tanto que, no sé cómo explicar, no siento angustia ni dolor alguno que me haga sufrir, solo es un simple mareo producto de que he perdido las fuerza tras haber vomitado lo consumido en el día debido una enfermedad ¿Verdad?
…..
Abro los ojos.
Un dolor punzante se sitúa en mi corazón seguido por una peligrosa falta de aire.
Me ahogo, respiro pero me ahogo. Y no puedo gritar.
- ¡Jonghyun, Minho se está ahogando! –
Este ‘ahogar’ es extraño. Respiro por mi boca pero siento que no inhalo nada, como si el aire se fuera a mi estomago y no a mi pulmón, permaneciendo ahí, acumulándose, generando un fuerte dolor en mis músculos internos. No puedo exhalar, es desesperante y duele ¿Que es esta sensación tan horrible?
' Es hora de morir '
Jonghyun llega a mi lado completamente empapado, lo sé porque su polera esta incrustada a su pecho notándose así su tostada piel. Me fijo en detalles sabiendo que me falta el aire aprovechando que el tiempo pasa lento, borroso, en imágenes cortadas por el panorama negro que aparece de vez en cuando en mis ojos.
- ¿Cómo que se está ahogando? – grita y me ve con preocupación. El marinero a cargo de mi cuidado no se lo explica (Ni yo tampoco) solo me ve con lastima mientras siento mi cabeza calmarse, mi corazón palpitar lentamente y mi vista volviéndose más obscura como si la luz desapareciera de a poco. - ¡Vamos Minho! Por la mierda no te mueras.
Siento como me mueve de un lado a otro mientras mi desesperación desaparece. Quiero dormir y no despertar, estoy cansado (Quizás de vivir).
"Prometo que cuidare de ti"
- ¡Por la mierda! – en la entrada a nuestra habitación esta Key, observándome algo entristecido o tal vez mira a Jonghyun con eso ojos de bobo enamorado que trata de ocultar, preocupado más por el que por mi. Vamos Jonghyun, no llores.
Tal vez la gente antes de morir lo último que ve son los sentimientos a flor de piel y las explicaciones de la vida…
Pero aún así...
Mi vida sigue sin tener una explicación.
Es triste.
(END MINHO)
De pronto el cuerpo se había detenido abruptamente. Ya no habían temblores, respiraciones agitadas, vomito, dolor, asfixia, solo existía la absoluta calma demostrada en aquel estático rostro que aun poseía los ojos semi abiertos. Los intentos de mantener una buena respiración por parte del joven alto habían cesado, su corazón se había detenido al igual que su mente. Todo había desaparecido en la estrechez de la chillante habitación.
Su mejor amigo de toda la vida solo pudo observar como la vida de aquel sujeto se le había escapado de las manos en el mismísimo momento en el que subieron al barco. La vida nunca había sido compasiva con su amigo.
Silencio interrumpido por el fuerte estremecimiento de las tablas y los repentinos truenos que surgían amenazantes en el obscuro cielo teñido de nubes mortuorias que anunciaban la muerte de un joven marinero.
- Jonghyun… tenemos que seguir luchando contra la tormenta, necesitamos velar por los otros.
Aquello sonaba como un consejo, algún tipo de palabra de aliento por parte de aquel rubio que se mordía constantemente el labio debido a un gran nerviosismo ¿Qué decirle a alguien que hace unos segundos había perdido a su mejor amigo?,o mejor dicho, un 'segundo hermano'
- Lo sé… - susurro y simplemente, con su mano aun temblorosa que antes masajeaba con delicadeza el estático torso del alto, decidió bajar aquellos ojos que yacían abiertos observando un punto inexistente que , tal vez, solo los muertos lo ven.
~*~
Era una tormenta inexplicable de esas que ni con el análisis del viento se podían predecir. El barco hacia una hora se había adentrado en aguas profundas y desconocidas debido a las decisiones del capitán de “Si tomamos la otra ruta la misma corriente nos llevara a casa, debemos tomar la corriente opuesta”.
El barco soportaría la tempestad, su estructura de madera estaba hecha para eso, pero por otro lado los marineros no eran hombres de acero sino carne viva. De manera impresionante, casi inmediata, de a poco los marineros comenzaron a caer por la borda debido a la lluvia que provocaba que el piso se encontrase resbaloso. Jonghyun era uno de los afortunados que aun no caían permaneciendo en pie sostenido a las cuerdas colgantes de la vela.
- ¡Esto es una locura! – gritaba el rubio mientras trataba de amarrar correctamente la vela del barco, siendo abrazado repentinamente por el moreno para que este, con su poco peso, no se cayera y terminara en el fondo del mar. La lluvia humedecía su rostro constantemente, el agua de mar los empapaba de líquido salado con cada embestida y el viento helado provocaba que sus torpes pies se volvieran cada vez más torpes.
- ¡Capitán! – a lo lejos, olvidando el fuerte crujir del viento de la tormenta, los marineros oyeron a un marinero llamar al joven Lee - ¡Sirenas!
Jonghyun y Key soltaron la soga repentinamente, observando con asombro el rostro del otro en unos segundos que fueron eternos. Aquellas criaturas venían, venían por Minho. No sabían absolutamente nada de aquellas criaturas, pero con lo dicho por Jinki era más que suficiente que creer que el fallecido seria arrebatado.
- ¿Qué? – se pregunto a si mismo el joven capitán que observaba detenidamente al marinero que respiraba dificultosamente debido al agua que chocaba en su cara. Miro a los jóvenes que lo miraron extrañados, pero que al momento de observar los ojos del capitán entendieron un mensaje telepático: “Cuiden de Minho”
Ambos jóvenes corrieron en zigzag debido al movimiento brusco del barco tratando de entrar al barco y bajar hacia las habitaciones de los marineros. De pronto un fuerte chillido les provoco un zumbido en el oído, mareándolos, entorpeciéndolos, volviéndose más fuerte con cada paso que daban hacia el joven Choi hasta el punto de doler la cabeza como si fuese la peor de las torturas.
Llegaron a la habitación pero el cuerpo no se encontraba, el piso se encontraba húmedo, resbaladizo y pegajoso dejando un rastro que seguía como un camino por todo el pasillo hacia el tercer subterráneo donde se guardaban los víveres, equipaje, armas, entre otras cosas.
- Se lo han llevado ¡Esas hijas de puta se lo han llevado! ¡Key busca un arma! - De manera inmediata el rubio acato la orden algo temeroso por aquel Jonghyun furioso y decidido que se le presentaba ante él.
Corrió, corrió como nunca antes guiándose por aquel pitido en su oído que le rompía la cabeza. Entre más fuerte el sonido más cerca se encontraba, era la única indicación que tenia y no le importaba perder la audición en su búsqueda. Pero bajo de manera tardía las escaleras, frente a él e, imparable, una aleta larga y grande se desvanecía por una de las ventanillas abiertas en donde ingresaba gran cantidad de agua.
- ¡Por la mierda! ¡Maldita criaturas! ¡Púdranse! ¡Les maldigo, a ustedes y a su maldito mar! - Pero aquellas palabras solo empeoraron las cosas. De manera repentina un sonido mucho más agudo que los anteriores le hizo perder el equilibrio mareando su cabeza hasta el punto de provocarle nauseas
- E-Esto… esto le hiciste a Minho – sujetaba sus oídos intentando suprimir el sonido que seguía volviéndolo loco. Su corazón latía fuerte, su respiración se agito, y un fuerte dolor de cabeza provoco que su estomago se contrajera creando un revoltijo hasta que por fin vomito.
Su tortura siguió, como si aquel insulto le hubiera llegado de manera muy personal a aquella criatura que ahora le resultaba despreciable. Pero de pronto, y tal como llego, el sonido seso. Otra vez el silencio. Una extraña sombra se asomo desde fuera del barco donde las velas no eran capaces de alumbrar con su débil llama ante el frió.
Jonghyun pudo distinguir aquella sombra como una figura esbelta pero voluminosa, no era femenina eso era seguro. Solo podía ver aquella silueta observarle, aquel cuerpo obscurecido debido al contraste de la luz del exterior con la escasa del interior le daba algo de temor. Aquella figura entro de a poco, con cuidado y cautela como si fuese la primera vez que tocaba la húmeda madera y viera la luz tenue de las velas.
Lo primero que vio fue un rostro empapado observarle con curiosidad, sin producir habla ni ningún sonido al deslizarse por el piso, encontrando temor en aquellos ojos inocentes. Su rostro era blanco como la fría nieve cuyos brillantes y rosados labios destacaban por sobre la pálida piel. Sus ojos color miel le miraba curioso deslizándose cada vez más hacia un rincón obscuro para ocultarse de la débil luz de las velas, como si fuese un niño jugando a las escondidas y su principal objetivo era esconderse en la obscuridad del barco.
De pronto un fuerte eco se escucho en el piso como si un saco de gran peso se hubiera caído de manera planeada, sin gran estruendo. Jonghyun sostuvo entre sus húmedas manos una pequeña lámpara la cual alumbraba de manera tenue debido a la pequeña llama en su interior, la acerco hacia aquel ser tropezando primero con una larga y húmeda aleta de color celeste perlado… pero no era la misma aleta que vio hace unos momentos, esta era distinta, era más…¿Masculina?
Entre la única y larga aleta se encontraba el joven alto cubierto por esta, como una protección improvisada que impidiera el acceso a cualquier intruso. Jonghyun se quedo en silencio cuando noto que su amigo respiraba, inconsciente pero respiraba, las palabras simplemente no le surgían y menos cuando noto que aquella sirena era un macho. Un macho de largo cabello castaño hasta los hombros, débil, delicado, pero a la vez sublime.
- ¿M-me permites tocarlo? – Le pregunto el joven de piel tostada aun con la lámpara temblorosa en las manos, y, como si aquel pedido fuera comprendido por aquel hermoso ser, el hombre mitad pez levanto lentamente aquella gloriosa aleta hasta la mitad, lo suficiente como para descubrir el torso y la ropa húmeda de Minho.
Y efectivamente… estaba respirando.
- ¡Jonghyun al suelo! – grito un marinero que apareció de la nada junto a una gran cantidad de jóvenes que en sus manos sostenían armas con cuchillas en las puntas – ¡aléjate de ese monstruo!
- ¡Awrg! – un leve gruñido salió de los labios de aquel ser que inmediatamente, frente a la obvia amenaza de agreción, dirigió su aleta al cuerpo durmiente del joven Choi pero esta vez enrollo su cola en el cuerpo para no dejarlo escapar.
- ¡Kai no seas imbécil baja el arma! – grito Jonghyun – Tiene a Minho y está vivo, si lo sigues amenazando de esa forma de seguro lo estrangula de lo nervioso que esta – era verdad, aquellos brazos temblorosos y sus ojos temerosos no mentían, la criatura estaba nerviosa… y mucho, pero en su erguido e inflado pecho se podía notar que no estaba en sus planes rendirse y dejar que ellos se acercaran – Dime… ¿Qué hiciste? - Casi susurrando Jonghyun le pregunto a aquella criatura, tratando de comprender, de divisar en aquellos castaños ojos alguna respuesta que le explicara como revivió a un muerto.
- Kim Jonghyun aléjate de aquella criatura ¡Ahora! – la voz melodiosa del capitán se hizo presente, sorprendiendo a todos por su tranquila forma de llamar la atención manteniendo la calma incluso en el peor de los escenarios.
- ¡Pero el revivió a Minho! Hace una hora su corazón dejo de latir y ahora se encuentra respirando, alguien que salva a un joven de la muerte no es malo. Él----
- ¡Silencio! No pienso arriesgar a toda una tripulación solo porque lo porque de un día para otro todos tus cuentos infantiles se volvieron realidad. Es una criatura desconocida ¿Qué tal si trae enfermedades? Llegare sin hombres a casa y mucho de ellos tienen familia ¡Devuelvan al señor Choi a su habitación y quiten a este monstruo de mi vista! – Era la primera vez que Onew daba una orden de manera tan agitada, con temor en sus ojos y furia en sus palabras como si existiera algún resentimiento oculto en su corazón, sueños ocultos quizás o secretos que nunca saldrán a la luz, (Pero es normal, el humano le teme a lo desconocido o quizás a lo que conoce bien) - ¡Procuren encontrar un acuario lo suficientemente grande para meter esa cosa ahí! Estará cautivo hasta tocar tierra.
..........-.....-...-...
(MINHO)
El aire que inhalaba era cálido, la cama se encontraba extrañamente más confortable y el dolor de cabeza había cesado junto con los mareos en el momento en que comencé a ser consciente de mi entorno. Tal vez desmayarme no fue una mala idea, unas horas de sueño no le hacen mal a nadie.
Abrí los ojos aun perezoso con el objetivo de ir a trabajar, de seguro Jonghyun debe estar furioso ya que como es buena persona hasta el punto de ser estúpido abusaran de él y le pedirán hacer mi parte del trabajo, aceptando de inmediato. De Key no estoy seguro si se encuentre furioso, me tiene tan poco valorado que me extrañaría que sintiera algún sentimiento por mi, quizás sienta lastima o indiferencia, la verdad es que todo depende como Jong se sienta respecto a mi. Pero mis pensamientos se detuvieron abruptamente cuando frente a mi me miraba un Key algo sorprendido. Le mire extrañado, confundido que él estuviera en nuestra habitación sin Jonghyun. Digo ¿Qué otro motivo tendría para estar aquí dentro? ¿Acaso esto sera un extraño triangulo amorso? Escalofríos.
- ¿Te encuentras bien? – me pregunto preocupado mientras que de mi frente quitaba un trapo húmedo que ya se encontraba con un mínimo de agua, de seguro estuvo mucho tiempo en mi cabeza hasta el punto en que el tiempo hizo que la mayoría del agua se evaporara.
- Deja de preocuparte por mi, me da escalofríos – trate de sentarme, sintiendo un repentino dolor en mi columna vertebral. Siento como si hubiera dormido una semana entera, mis músculos gritan por un poco de ejercicio, cualquiera esta bien.
- No te levantes hasta que Jinki diga que lo hagas. - sentenció con frialdad quizás herido por mi comentario anterior pero, de verdad, me da escalofríos que él se preocupe por mi.
- ¡Oye! Fue solo un desmayo, no puedo dejar de trabajar solo porque me siento débil – me miro extrañado sonriendo en burla, ladeando su sonrisa mostrando solo sus blancos dientes al lado izquierdo para luego cambiar completamente su rostro a uno totalmente frustrado hasta el punto de generar una ira irracional.
- ¿Desmayo? ¡Minho estuviste inconsciente una semana y media! ¿Desmayo? Si, claro.
- ¡¿Una semana y media?! – oh dios Jonghyun me matara – ¿Por qué no me despertaste?
- ¿Crees que no lo intente? ¡Imbécil! Que mal que esa sirena no te llevo, eres tan molestoso. Maldito Jinki y sus favores de mierda 'Cuida del joven Choi' Pero si es un idiota. - Habló consigo mismo burlándose de su propio actuar.
Que mal, ahora como un cobarde culpo a Key por algo que obviamente… ¿Sirena?
- ¿Qué? – le mire algo confundido, viéndolo pasear de un lugar a otro tratando de dejar en algún lado la fuente llena de agua con la cual humedecía el paño, ansioso de mandar todo el cuidado a la mierda y salir de mi habitación con prisa, al parecer no era el único incomodo con el extraño cuidado.
- ¿Desmayo? Estuviste prácticamente muerto por una hora completa Minho.
- Yo… - ¿Muerto? Pero no recuerdo absolutamente nada ¿No debería recordar la luz al final del túnel? No entiendo nada y no quiero entenderlo tampoco. Siento como mi mente se abre lentamente hacia recuerdos que no quiero recordar, como una puerta se abre para dar camino al peor lugar del mundo. ¿Muerto?
- Jinki tenía razón con su maldita historia. Te habías muerto porque te estabas ahogando de una manera extraña, no podías respirar y de pronto ¡Sas! Estabas estático en la cama con los ojos abiertos y sin pulso. Un grupo de sirenas llego de pronto en medio de una tormenta ¡Que no se de donde mierda vino! unos minutos después que falleciste, y abordaron la nave sin darnos cuenta por donde entraron y murieron el 20% de los tripulantes. Una sirena te rapto, te saco de la cama y te llevo al tercer subterráneo y Jonghyun fue tras ella pero no la alcanzo porque un maldito sonido nos estaba jodiendo la cabeza, nos mareaba y logro escapar por eso, pero…
- ¿Pero? – con suerte me salían las palabras, todas las cosas dichas por Key sonaba como si estuviera leyendo una historia fantástica o un relato que no importaba el orden que le dieras o que tan bien explicaras seguía sonando ilógico.
- Un sireno llego con tu cuerpo cargado con su aleta y entro al barco. Jinki no quería que aquella cosa dañara a la tripulación por lo que mando a encarcelarlo en una pecera enorme que el tenia para peces exóticos… Lo extraño fue que realmente no quería soltarte, no importo cuantas veces le hayan disparado en la aleta simplemente no quería soltarte. Jonghyun tuvo que rogarle a Jinki para que el pudiera pedirle al sireno que te entregara… y al final lo hizo sin más, completamente rendido ante el llanto de Jonghyun.
De manera casi instantánea, después de que Key mostrara que había terminado con su historia, me levante y me dirigí hacia el tercer subterráneo, obviamente con Key en un costado rogándome que no debía levantarme ya que de seguro el capitán Lee le castigaría y Jonghyun se enojaría con él ¿De verdad? Si aunque este tipo matara gente Jonghyun seguiría totalmente embobado con su persona.
Baje las escaleras tan rápido como pude ¿Una sirena, un sireno? Que mierda estaba pasando en este maldito barco. Sentía en mi brazo los débiles intentos de Key por detener mi andar, apretando la tela de mi blusa y empujándome en la otra dirección. Teníamos prácticamente la misma edad pero era demasiado debilucho comparado con mi fuerza brutal ¿Cómo había sobrevivido tanto tiempo en este barco?
Gire en una esquina hasta el final, corrí barriles, maletas, salte mesas, y tuve que adentrarme en lo más profundo del tercer subterráneo para por fin encontrar una enorme pecera que no media menos de tres metros en todos sus lados. Un cuadrado perfecto.
Pude ver su silueta en aquella turbia agua turbia, algo verdosa debido al contraste con el cristal transparente de esa tonalidad. Dormía, creo que eso hacía ya que su delgado cuerpo se encontraba totalmente extendido, flotando tiernamente en el agua con sus brazos cruzados en su pecho, encadenado tristemente a su propio cuerpo como si fuese un lunático. Su cabello, aquellos castaños cabellos se movían armoniosamente alrededor de su rostro como una danza interminable de finos látigos incontrolables que procuraban no cubrir mucho su rostro el cual se exhibía con gran elegancia. Pude ver en su aleta sus heridas de balas aun frescas cuya sangre se desvanecía tras salir de la herida en la fría agua, abordándome un sentimiento de dolor como si a mí mismo se me hubiera disparado aquellos proyectiles en mis piernas.
Me le acerque mientras que Key me miraba expectante, él solo mantenía la distancia. Toque aquel frio vidrio, realmente el agua debía estar casi congelada como para que el cristal adquiriera esa temperatura. Sentí como las yemas de mis dedos se humedecían por el agua salada que cubría el cristal, seguramente, los movimientos en aquella estrecha pecera provocaba que el agua se rebalsara. El vidrio se empañaba más y más a medida que mi rostro se acercaba a él.
- H-Hey… – susurre e inmediatamente sus ojos se abrieron abruptamente y me miraron sin la necesidad de mover el rostro… desnudándome, penetrando en mi mente fácilmente, otorgándose en derecho de husmear en mi ser descubriendo cada parte de mi hasta aquella que nadie debería conocer. No se si lo consiguió pero eso sentí al ver sus brillosos ojos color miel
Podía sentir la lenta respiración de sus branquias que se ubicaban en su largo cuello a cada costado de este. Oía su corazón latir, el sonido de su aleta moverse dolorosamente en el agua para poder mantenerse a frote. Sentía su curiosidad y su miedo, su deseo y su ansiedad, su cariño y odio.
Me sentía sumergido en sus ojos, en su boca rojiza, en sus cabellos delgados, en su torso débilmente formado, en su lechosa piel, en su celestina aleta, en sus bellos parpados, en la extraña forma de mirarme...
- No puede moverse…- la voz de Jonghyun me despertó de pronto, logrando que instintivamente, como si me hubieran encontrado en algo pecaminoso, mi mano se quitara de aquel frió vidrio empuñándose de manera nerviosa tras mi espalda. – Su aleta está muy lastimada, sus manos atadas… lo único que puede hacer es mantenerse a flote con la poca fuerza que le queda.
Volví a ver a aquella hermosa criatura, inclinando mi cuello para así vernos los rostros correctamente… él solo sonrió y rápidamente mis mejillas ardieron ante aquel extraño gesto ¿Cómo puede sonreír? Esta lastimado, quizás al borde de una infección que tarde o temprano le puede causar la muerte.
- Él me salvo y aun así tuvo una suerte horrible – Yo, Choi Minho, defendiendo a esta criatura que hace unos días había desmentido hasta la muerte ¡me siento estúpido!
- Jinki tenía miedo… era la primera vez que veía la angustia en su rostro. Teme que esa cosa sea un tritón y no un sireno, también por eso lo tiene vivo… Jinki no mata a quien no haya hecho nada malo.
- Entonces si él descubre que realmente es un tritón ¿Lo matara? – la triste voz de Key se hizo presente, suplicante, cariñosa, sobre protectora. – Pero es tan linda… - La preocupación se notaba en su rostro, aunque debía admitir que cualquiera a simple vista protegería a aquel sireno, su rostro genera demasiada confianza y apego.
- ¿Linda? ¿Me estas cambiando por un sireno? – Jonghyun comenzó a hacer berrinche (Como me causan risa sus berrinches) Realmente se veía rebajado ante algo que solo conocieron en menos de dos semanas.
- ¿Cambiarte? Ni que fueras de mi propiedad ¡nunca tendría algo tan feo!
Suspire para mis adentros al ver como poco a poco un mundo se formaba entre las rabietas de esos dos, dejándonos de lado a mí y a la criatura que seguía observándome curioso y expectante.
- Perdónalos, son peor que una pareja de casados – Nuevamente toque aquel helado vidrio que extrañamente, de un segundo a otro, se volvió cálido, algo imperceptible pero cálido al fin.
“Eres hermoso”
Una especie de voz me nublo los sentidos, escuchándose como un eco estruendoso o pensamiento propio en lo más profundo de mi mente. Esa no era mi voz, no era de Key ni de Jonghyun e incluso ni siquiera fue pronunciada, susurrada o hablada directamente de los labios de alguien si no que fue algo mas como… telepático. Mire sus ojos que parpadeaban rápidamente al igual que los míos, lentamente su cuerpo se acerco al cristal mediante pequeños movimientos de su aleta y gestos de dolor. Levanto su mano encadenada lo suficiente como para que sus dedos tocaran el vidrio en el mismo lugar en donde los míos se encontraban.
“Eres hermoso”
Otra vez esa dulce voz resonó en mi mente. Pero yo sabía que era él que me lo decía, lo veía en sus ojos y en el cómo pronunciaba aquellas telepáticas palabras. Puede que suene estúpido pero sentía en lo más profundo de mi pecho que esos ojos me hablaban.
- Tu igual… - y unos dientes perfectamente rectos se mostraron en una resplandeciente sonrisa que hizo que mi corazón sintiera un calor abrazador que nunca, en mis años de vida, había sentido.
¿Amor?