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Happy Bite! por Zeny

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Notas del fanfic:

 FELIZ CUMPLEA—OS a Sasuke! (Debí publicar hace hooras pero me quedé dormida xD)Este fic fue inspirado por: un minicomic de FlordeDesierto; la propia FlordeDesierto, que es tan maravillosa como siempre, y todas las pelis y libros que he visto/leído sobre la temática xD

 

¡Disfruten!

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Vampiros y hombres lobos.

Enemigos.

Ambas especies han persistido a través de los siglos, rivalizando en cada aspecto de su existencia.

Se odiaban a muerte.

Aunque eso estaba a punto de cambiar.

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(Faltan Cuatro Días)

Su capa flotaba detrás de él mientras se deslizaba con pasos insonoros por entre la penumbra del bosque.

Se quitaría la capa si no fuera porque su padre exigía que todos en la familia la vistieran. ¿Qué vampiro decente se ponía esa cosa en pleno siglo XXI? Solo porque eran de la realeza.

Sasuke quería matar algo. Necesitaba matar algo. ¡Se moría por matar algo! - Y eso que supuestamente él ya estaba muerto. - Pero le era imposible llevar a cabo algo que otro de su especie podría realizar con mucha simpleza.

¿Y por qué no podía, preguntarán?

Pues porque había un condenado perro siguiéndolo a todos lados desde hacía semanas- ¡Semanas! - y como no lo dejaba en paz, le había sido imposible alimentarse.

Sasuke tenía un pequeño problema con alimentarse en frente de los de su especie.

Era incluso más molesto e inaguantable hacerlo frente al chucho que, en el presente, lo estaba siguiendo en su forma animal tratando de no hacer ruido.

¿Se estaba burlando acaso? Sasuke sería capaz de escuchar hasta el batir de una pequeña polilla si realmente quisiera.

_ Sé que estás ahí, bestia estúpida. - espetó cuando sus nervios no lo soportaron más. No era como si se le fuera a reventar una vena por enfadarse demasiado, pero tenía la sensación de que la cabeza le iba a explotar en cualquier momento si no se alimentaba pronto y ese sonido de la tierra crujiendo bajo las patas de aquel animal no desaparecía ni por un segundo.

_ ¡¿A quién llamas bestia estúpida, vampiro!?

Fue entonces que se vieron cara a cara. La mirada desafiante del hombre lobo era de un azul vibrante: Uzumaki Naruto, rubio y bronceado, con una apariencia feral gracias a las tres cicatrices que portaba en cada mejilla; y actualmente, completamente desnudo.

¿Cómo conocía su nombre? Pues dicho hombre lobo se había "presentado" pidiéndole luchar antes -¿Qué criatura sobrenatural pedía luchar? Se atacaba y ya.-...Y Sasuke lo había ignorado completamente.

Se había hecho imposible, pues el maldito canino parecía saber siempre dónde estaba cuando Sasuke salía de su castillo en las noches.

Sasuke arrugó la boca en un refinado gesto de disgusto.

_ ¡Ponte algo de ropa, especie inferior!

_  ¡¿A quién llamas especie inferior, chupasangre avejentado!!?!

_ Por lo menos soy más persona que tú, animal. – Sasuke hubiera querido matarlo con la mirada, hacer algo para que ese idiota dejara de seguirlo, pero lastimosamente sus poderes no funcionaban en él.

Ya lo había intentado una vez, y el resultado había sido desastroso.

_ Pero si te gusta. –entonó con voz cantarina al tiempo que movía sus cejas de forma sugerente.

_ Tsk. – Sin dignarse a responder semejante burrada, se transformó en murciélago y se fue  volando.

Porque para su pesar, le gustaba.

_ ¡Hey, vuelve aquí!!... – Naruto trató de perseguir al murciélago, pero él solo tenía la habilidad de transformarse en lobo. Volar estaba fuera de la cuestión. - ¿Ahora quién es el animal, eh!? ¡HAHAHA!... –gritó y río burlonamente, tratando de llamar la atención de ese bastardo vampiro que tenía tan mal carácter. La pequeña cosa de alas negras se perdió se fue lejos, donde un intimidante castillo se alzaba.

_ Diablos, se me escapó otra vez. – dijo el rubio con un puchero inconforme. La luz de la luna bañó su atlética figura, y él solo suspiró. Bueno, tendría que atraparlo la próxima vez.

Desde hacía muchos días había estado detrás de ese chupasangre en particular, porque su curiosidad era demasiada, y como muchas veces le había dicho su madre, un peligro para su propia existencia.

¡Pero Naruto no le temía a los vampiros! Él – si quisiera- podía acabar a cualquiera y partirlos en pedacitos y dejarlos a la luz del sol para que se convirtiera en cenizas.

Aunque eso no era lo que quería. Le habían estado diciendo toooda su vida que debía permanecer lejos de los vampiros: porque eran crueles, mata-hombres, malas personas, fríos y despiadados, unos bastardos muertos y sin compasión.

Y ahora estaba en su adolescencia y llevarle la contraria a todas las costumbres era uno de sus pasatiempos. Fue en uno de sus paseos nocturnos – aunque eran más bien carreras a cuatro patas – que se había encontrado a ese chico de piel muy pálida, que a simple vista no parecía pesar más que una sombra.

El olor le había dicho a Naruto que era un vampiro. Se había emocionado tanto que lo primero que había hecho era saltar delante de él, pronunciar en voz alta su nombre, y retarle a un duelo.

Es obvio lo que sucedió. Desde entonces no había dejado de perseguirlo, y cada noche parecía ser una repetición de la anterior.

El vampiro – llamado Uchiha Sasuke, del largo linaje de arrogantes Uchiha – le ofendía, y Naruto al no poder contenerse, se convertía en humano y le devolvía el insulto. Una discusión persistía por un rato, y luego el chupasangre procedía a “huir”, dejando a Naruto casi siempre con la palabra en la boca.

Y sieeeeempre le echaba en cara al rubio que era una “bestia incivilizada” por no llevar ropa puesta.

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El hermano del antes mencionado vampiro, Uchiha Itachi, tenía un grave problema.

Este era que se acercaba el cumpleaños 200 de su querido hermano pequeño, y él, el primogénito de la familia, aun no tenía preparado el regalo.

Eso era simplemente inaceptable.

Se acercó sigilosamente entre las sombras hacia su presa. Llevaba en sus manos  un saco de uso sospechoso, pero que le sería muy práctico para lo que quería llevar a cabo.

Su presa se giró de golpe, como si hubiera sentido la proximidad del depredador nocturno y miró a su alrededor, sus ojos azules buscando en la ilegible oscuridad.

_Creo que escuché algo...

El vampiro se escondió...silenciosamente.

_Humm... – el rubio puso cara de sospechar algo y frunció las cejas, pero terminó por encogerse de hombros y continuó mirando hacia la brillante luna llena, como el lobito que era en su interior. - Me pregunto cuando veré a ese bastardo ojeroso otra vez-tebayo...

Una pequeña sonrisa curvó los labios de Itachi.

“Será muy pronto.”

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Él era muy viejo.

Sí, Uchiha Fugaku contaba con 1000 años de existencia. Para él la vida humana no era más que un suspiro y un siglo podría muy bien sentirse como un solo mes. Mas estaba obligado a seguir el paso del tiempo de los humanos un por pequeño detalle.

Los cumpleaños.

Los vampiros, más aun los de la nobleza, disfrutaban de celebrar ese tipo de cosas y llevaban la cuenta de todas las fechas importantes que existían en el calendario.

Por lo que, según su almanaque de bolsillo, dentro de cuatro días sería el cumpleaños de su hijo menor y él aún no había encontrado el regalo perfecto.

Tal vez una capa nueva…

Estaba dando vueltas de un lado para otro en el gran salón del castillo cuando sintió el rechinar de la puerta abrirse. ¿Quién estaría usando esa puerta tan vieja? ¡Un vampiro decente no usaba puertas, entraba por las ventanas volando, y más si se trataba de su propia morada!

_ Buenas noches. – El mayor de sus hijos le saludó con un gesto de la cabeza, e inmediatamente se dirigió a las escaleras.

Fugaku lo observó desconcierto.

_ Itachi, ¿qué llevas ahí? – le dijo al ver que su hijo arrastraba un sospechoso saco. Era un bulto grande, y Fugaku podía imaginarse lo que había dentro.

_ Es la comida de hoy, Oto-san, no te preocupes. – con una sonrisa tranquila, pero inquietante.

_  ... – el vampiro mayor estrechó los ojos. No entendía las modas de este siglo. Él era chapado a la antigua. Lo suyo era asaltar a la gente en callejones oscuros, no traerse las víctimas a casa.

 Itachi siguió su camino hacia las escaleras. Fugaku dejó salir un suspiro.

 _Jóvenes.

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Itachi cerró la puerta detrás de sí. El silencio era algo bastante perpetuo en el castillo. Cuando estuvo seguro de que nadie sospechoso estaba en su habitación – a veces alguna rata chismosa se colaba dentro – abrió el saco.

Su víctima parecía estar aún inconsciente por el golpe que le había propinado en la cabeza. El secuestro había sido todo un éxito. Ahora solo tenía que mantenerlo encerrado durante dos días hasta el cumpleaños de su hermano.

El regalo perfecto: Sangre de hombre lobo.

Su hermanito, además de ser incapaz de alimentarse con alguien mirándolo, odiaba alimentarse de los humanos.

¿Cómo era siquiera eso posible? Era un trastorno al cual no habían sido capaces de encontrar solución, y la principal razón de que su hermano fuera más emo de lo que un vampiro estaba autorizado para ser. Sasuke era algo así como El Rey Emo entre los vampiros Emo.

Por esta razón el menor de los Uchiha solía alimentarse de animales, cosa que le era algo difícil, pues cazar después del atardecer, cuando la mayoría de la fauna estaba dormida, era algo complicado. Pero Sasuke lo había hecho funcionar.

Hasta ahora.

Al parecer su hermano pequeño había estado teniendo problemas. Un hombrelobo lo seguía a todas partes por una razón que Itachi desconocía. Pero sabía que ese hombrelobo debía ser muy idiota al estar detrás de alguien que podría querer succionar hasta la última gota de su sangre.

Había hecho los cálculos en su mente y había llegado a la solución de todos sus problemas.

Lo que lo conducía al presente. ¿Cómo mantener al rubio escondido esas 48 horas?

Naruto despertó con un dolor en su sien izquierda. Soltó un quejido. Poco a poco la sensación fue disminuyendo, pero sabía que iba a tardar un tiempo en no sentir como si le hubieran aplastado  la cabeza con un martillo.

_… ¿Eh? …¿Dónde estoy?

Su cuerpo estaba en una posición jodidamente incómoda, y le dolía la espalda como si hubiera estado encorvado durante horas. Fue entonces que se dio cuenta de que estaba entre cuatro paredes, siendo que lo último que recordaba era el bosque y el cielo nocturno.

Estaba en una habitación iluminaba por varios candelabros dispuestos aquí y allá.

¿Candelabros? ¿Quién usaba esas cosas?

_Veo que has despertado, Naruto-kun.

El rubio giró la cabeza hacia la dirección de la que había venido la voz. De una sombría esquina emergió una figura tenebrosa, de piel blanca y ojos rojos… Que le resultaba algo familiar, pero no sabía de dónde.

Joder, le dolía mucho el cuello.

_Hola. – saludó Naruto al tiempo que se sobaba la nuca y el cuello, moviéndolo de lado a lado. Una parte de su mente sabía que debía estar metido en un lío, porque estar encerrado con un vampiro no era nada, nada bueno. Podría darle pelea, seguro, pero no podía evitar sentirse un poquito nervioso.

El movimiento de dicho cuello distrajo a Itachi de su papel de secuestrador.

Dio un paso hacia atrás, queriendo controlarse. ¡No, no podía hacerlo!

" ¡No, no! ¡Es para Sasuke, es para Sasuke! No puedo comerme su regalo!"

Él no era de los que experimentaban conflictos internos, pero ahora mismo estaba teniendo uno. Dos molestas voces parecían estar discutiendo dentro de su cabeza.

Una de las vocecillas decía: Hmm...Desde ese ángulo puedo drenarlo en 10 minutos...

Y otra, que se parecía más a su  conciencia: "No! ¡Si hago eso no tendré tiempo para conseguir otro regalo!".

“Hazlo.”

“!No!”

“Hazlo, mira ese cuello y ese pulso expuesto, ¿no es apetecible?”

Naruto era completamente ignorante de lo que las flexiones de los músculos de su cuello y la exposición de su acanelada piel en esa adolorida parte de su cuerpo estaban causando el vampiro.

“Oh, un ataúd! De seguro que ahí es donde duerme…"

Le echó un corto y curioso vistazo al tipo de ojos carmesí.

"Hum, parece distraído.”

Viendo esto, Naruto agarró la tapa del ataúd en menos de un segundo y se la estampó a Itachi en la cabeza.

La tapa se rompió un poco e Itachi cayó como saco de papas.

Asintió para sí mismo con una sonrisa satisfecha y se dirigió corriendo hacia la ventana acristalada.

La explosión de cristales rotos invadió sus oídos.

_ ¡¡WUUUO!! – ¿Por qué los árboles se veían tan pequeñitos? ¡Qué alto-tebayo!!

Fue una caída algo dolorosa, pero nada que no pudiera sobrevivir. Al llegar al suelo asumió su forma de lobo y corrió a toda velocidad.

¡Un vampiro lo había tratado de secuestrar!

Qué le podía haber hecho si no le hubiera ocurrido que esa tapa de madera se veía pesada? Se horrorizaba de solo imaginárselo.

Corrió y corrió a todo lo que sus patas dieron, velozmente atravesando la noche hasta llegar a su casa. Era un lugar con un bonito jardín, y rodeado de árboles. No era que quisieran ocultarse de los demás, sino que vivir en el bosque era mucho más conveniente para su familia y para los demás de la manada.

“Voy a tener que tener cuidado la próxima vez…”

¿Cómo había sabido su nombre? Eso era peligroso…

Espera… ¿Ese vampiro no se parecía a alguien conocido? … ¡Se parecía a Sasuke! Y ahora que sus neuronas trabajaban, ese castillo debía ser donde vivía el chupasangre ese que no se dignaba a pelear con él.

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(Faltan Tres Días)

A la noche siguiente, volvieron a encontrarse, como era usual.

Solo que esta vez el hombrelobo, en vez de seguirlo a todos lados, se le lanzó encima.

_ ¿Qué demonios!?

De una patada mandó a volar al chucho, quién emitió un gruñido cuando su cuerpo impactó con un árbol. Al instante tomó su forma humana y sin perder tiempo se abalanzó hacia el vampiro y lo estampó contra un árbol usando un brazo.

Se hubiera sentido menos el golpe si tuviera algo de sangre en su sistema.

_ ¿Eso dolió, sabes? – Reprochó Naruto con un puchero, refiriéndose a la patada anterior.

Sasuke le mandó una mirada asesina.

_ ¿Y a mí que me importa? – Se estaba quedando sin paciencia. Necesitaba alimentarse de algo – Escucha, hombrelobo-

_ Me llamo Naruto.

_ La yerba es verde y no me importa.

_ ¿Eh? ¿Qué tiene que ver la yerba? – preguntó el otro desconcertado, que al parecer no entendía el doble sentido.

Sasuke rechinó los dientes y se quitó el brazo del otro de encima. Tenía que forzarse a mantener la mirada en la cara de ese idiota, pues como siempre, Naruto vestía la misma ropa con la que había venido al mundo. El vampiro no estaba acostumbrado a ese tipo de exhibicionismo.

Supuso que era una cosa normal entre los hombres lobo.

_ Oye, tengo curiosidad. – el rubio pareció tomarse su silencio como algo positivo, porque lo que hizo fue acercarse de nuevo y tomar un extremo de la capa, examinándola – ¿Por qué usas esto? El vampiro de ayer también usaba una. ¿Acaso es mágica?

_ No. – se la quitó de las manos y se cruzó de brazos. ¿El vampiro de ayer? ¿Por qué me estás siguiendo?

El hombre lobo sonrió de oreja a oreja, como si le hubieran hecho la pregunta que estaba esperando desde hacía mucho tiempo.

_ ¡Lucha conmigo!

Sasuke lo miró aburrido y le dio la espalda, retomando su caminar.

_ No.

_ ¿Por qué no? ¡Tú eres un vampiro, yo un hombrelobo! – Sasuke rodó los ojos mientras el rubio se empataba y empezaba a caminar junto a él - ¡Deberíamos estar hostigándonos hasta cansarnos!

Sasuke tenía mejores cosas que hacer. Como buscar a algún pobre animalito para que fuera su comida del día.

_ Tengo mejores cosas que hacer. - le dijo lo que pensaba.

_ ¿Cómo qué?

_ Alimentarme.

_ Aah… - Naruto se sintió incómodo. Bueno, era de esperarse, ¿no? Vampiro al fin, pensó Naruto. Bebían sangre. Sangre humana. – Pero ¿por qué no vas a un lugar donde haya más gente? Aquí afuera solo estamos tú y yo.

Sasuke presionó sus labios en una línea. La sola idea de beber sangre del cuello de criaturas tan asquerosas como los humanos le revolvía el estómago.

_ Yo no bebo sangre humana. - masculló.

_ ¡HAHAHAHAHAHAHA!

Y Naruto pensando que Sasuke no tenía sentido del humor.

_ …

_ …

_ …

_ ¿En serio? – Preguntó el rubio al tiempo que lo miraba como si le hubiera salido otra cabeza. Sasuke chasqueó la lengua y continuó revisando los alrededores con la mirada, como si confesar eso no hubiera sido un golpe a su orgullo.

Naruto lo miró con curiosidad.

_ ¿Y qué comes entonces?

_…Animales. – Sasuke no sabía qué era lo que lo impulsaba a responder las preguntas del rubio. Debía ser que ya empezaba a sentirse cansado de verdad y no estaba pensando demasiado en hablar.

_ ¡¿De verdad?! ¡Qué genial! – Exclamó asombrado y alegre. ¡Guau, realmente existía un vampiro que no se alimentaba de personas!

El pelinegro percibió una madriguera a un par de metros y se deslizó a gran velocidad hacia allá. Naruto parpadeó y lo buscó con la mirada.

Y se quedó pasmado.

_ ¡¿QUÉ ESTÁS HACIENDO?! – gritó histérico.

Sasuke sujetaba dos conejos, uno en cada mano, los cuales parecían estar muy pero que muy asustados.

_ Es mi comida. – respondió el vampiro con cara inexpresiva. Ahora necesitaba que ese rubio se fuera para poder alimentarse en paz.

_ ¡¿TE LOS VAS A COMER!? – Su cara era de puro horror.

_ Sí.

El rostro del rubio mutó a un semblante decidido.

_… ¡No si yo puedo evitarlo!

_ ¿Y cómo vas a hacer eso? – preguntó con una pequeña sonrisa ladina el pelinegro, dándose vuelta para irse de ahí.

No contó con que Naruto lo sujetara del brazo.

Sasuke lo miró por encima del hombro.

 _¿Qué?

 _ ¿No te da lástima!?  ¡Pobres conejos! – Dichos conejitos miraban con sus pequeños ojitos a Sasuke, como si en silencio le rogaran para que los dejara vivir…Pobres.

_ No.

Naruto estaba más allá del asombro.

_  ¡Qué malo eres! Por qué no intentas comerte otra cosa? Algo que no se vea tan tierno y vulnerable!

_ ¿Cómo tú? – preguntó con un bufido el vampiro.

A pesar del sarcasmo que había empleado, sus ojos oscuros se perdieron en la curva de aquel bronceado cuello, y lo contemplaron fijamente sin poder evitarlo.

_ Sí, como yooo… ¿Eh? – el rubio lo miró con los ojos muy abiertos.

Podía escuchar los latidos del corazón de Naruto, el pulso que retumbaba en sus muñecas...Tanta vitalidad  hacía que le ardiera la garganta. Ni se reconoció a sí mismo cuando dijo lo siguiente.

_ Hazle un bien a los conejos y déjame hacerlo.

_ ¿Hacer qué? – preguntó el rubio repentinamente nervioso. Sasuke se le había quedado mirando de una manera algo rara.

_ Beber tu sangre. – le contestó Sasuke inflexivo, aun sin soltar a los conejitos.

_ ¿QUÉ!? – Exclamó el rubio -  ¡P...Pero eso es asqueroso!

El vampiro no supo por qué aquella respuesta le hizo sentir un dolor extraño en su pecho muerto. Sus finos labios se curvaron hacia abajo al tiempo que trataba de ocultar su gesto gesto de disgusto. Bien, no era como si realmente  quisiera. Ese chucho idiota podía quedarse con su cuello y con su patética existencia. No le importaba.

_ ... Hn - se dio la vuelta nuevamente para irse y encontrar un lugar solitario donde devorar a las pequeñas criaturitas.

Pero Naruto lo detuvo. Otra vez.

Ya se estaba cansando de ese juego.

_ ¡Espera, no te vayas!

 _ ¡Déjame en paz, pulgoso! – contestó con enfado y sacudió el brazo para soltarse del agarre. El rechazo no era un sentimiento nada lindo y era la primera vez que Sasuke lo experimentaba con alguien.

Naruto se puso delante de él cortándole el paso, una mirada decidida en sus ojos azules.

_ ¡No! ¡No quiero que mates más conejos!... ¡Pobrecitos! – Naruto se irguió y habló con voz solemne -  Como especie hermana que soy de ellos voy a tomar su lugar. – pronunció haciéndose el héroe.

Sasuke estrechó los ojos.

_ Ya no quiero. – espetó tratando de zafarse otra vez cuando el rubio volvió a sujetarle el brazo. Si no fuera porque su actual debilidad le impedía transformarse y volar ya se hubiera marchado de ahí.

_ ¡No! 

_ ¡Déjame en paz, o te muerdo! – le gritó amenazante.

El rubio, escondiendo lo mejor que pudo los nervios que saltaban en su estómago al hacer algo tan estúpido y arriesgado como eso,  sonrió y le expuso su acanelada y fuerte garganta mientras ladeaba el cuello ligeramente.

_Hazlo. No te tengo miedo.

 Sí tenía un poquiiito de miedo, pero no lo iba a mostrar.

Los ojos del pelinegro se quedaron fijos en ese tentador cuello. Sus irises se volvieron de un color rojo intenso y brillante, mas no se movió ni un centímetro. Era como si se hubiera quedado hipnotizado.

Aun con la cabeza de lado, Naruto lo miró preocupado, goticas de sudor en la frente, puesto que Sasuke  llevaba mirándolo así casi un minuto entero.

_  ... ¿Sasuke? – Era la primera vez que decía su nombre en voz alta, y se sintió algo extraño al hacerlo. El pelinegro no respondió. Ni siquiera parpadeaba; ¿se habría roto?

El hombre lobo alargó una mano para sacudir a Sasuke fuera de su trance. El par de conejitos cayeron al suelo cuando el vampiro aflojó su agarre. Entonces una mano pálida se disparó con rapidez y agarró la muñeca del rubio.

En menos de un segundo Naruto sintió un dolor punzante en  su muñeca.

_ ¡AYYY!

Sasuke le había mordido, y ahora succionaba la  sangre del hombre lobo como si no hubiera bebido en años… Lo que era parcialmente cierto pues cada vez que había salido a cazar ese idiota lo interceptaba y se pasaba la noche persiguiéndolo.

Los pálidos labios estaban cernidos a su piel como si fueran pinzas. Eran suaves y firmes a la vez mientras absorbían el líquido carmesí de la vena de Naruto. No dolía tanto, aunque el joven hombre lobo sentía como si le estuvieran chupando la vida.

 Tragó saliva. "Ok, Naruto...no digas nada. Aguanta como hombre...Como lobo. ¡Como las dos cosas!" Sudor frío corrió por su sien.

La intensa mirada rojiza se cruzó con la azul del rubio, y los ojos de ambos se quedaron conectados, miradas fijas, hasta que finalmente Sasuke se separó. Lamió el hilillo rojo que se había escapado por la comisura de su boca, y cuando pareció volver en sí, dijo calmadamente:

 _ Sabes a perro mojado.

_  ...

A Naruto le había recorrido un nosequéperoohquébiensesintió y le estaba costando un poco volver al planeta tierra por lo lelo que se había quedado.

_.... ¿QUÉ!? – gritó sorprendido y ofendido cuando su cerebro entendió al fin lo que el otro le había dicho. – Serás- ¡Te dejo chuparme y así es como agradeces!? ¡A la próxima te resecas de sed!! – le reprochó enojado y sonrojado sin razón aparente.

_ Hn. – Sasuke se giró sobre sí mismo, haciendo lo posible por ocultar la pequeña sonrisa que se había prendido de su rostro. Se sentía bien, como nuevo. Las fuerzas volvieron a su cuerpo, la cabeza dejó de darle vueltas y supo que ya podía transformarse con normalidad.

Se sentía como si hubiera probado la cosa más deliciosa en todo el mundo. Y eso que según sus estándares no había nada mejor que el jugo de tomate.

 Estaba satisfecho.  Muy satisfecho.

_ No tengo que agradecerte, ¿recuerdas? Lo estás haciendo por los conejos.

Sasuke comenzó a caminar lejos del rubio. Los conejitos habían salido corriendo en cuando el pelinegro los había soltado.                                                                                                                                 

Naruto se quedó sin habla. Bueno, era cierto.

_...Ah, sí. Claro... ¡Oye, vuelve aquí, tú-! ¡Ahhgg!! – se tiró de los cabellos al ver que el vampiro en cuestión se iba volando como tantas veces a la luz de la luna en forma de murciélago. Era tan frustrante.

_ ¿Por qué siempre dejo que se me escape-tebayo!?

Pateó el suelo y se quedó mirando hasta que el murciélago se perdió de su vista. Resopló y bajó la vista hasta su muñeca.

Luego se fue a su casa sin poder dejar de mirar la marca en su muñeca...Se sentía como si le hubieran dado su primer beso.

 

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Contra todo pronóstico, Uzumaki Naruto regresó anémico a su casa.

_... Hola, mamá.... – y se desmayó.

_ ¡Hola, hijo!- Kushina salió de la cocina con delantal puesto - ...¿Hijo? – lo buscó con la mirada hasta que lo vio. Y se le cayó el sartén. – ¡¿NARUTO!?

 

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Diez minutos después Naruto abrió los ojos. Estaba acostado en su cama.

_ ¡Naruto! – exclamó aliviada Kushina.

No es como si hubiera que preocuparse mucho. Al ser un hombrelobo podía curarse más rápidamente que una persona normal, y tenía mucha mayor resistencia.

Debía ser que había sido la primera vez…

Eso no sonaba muy bien.

_ Hola, mamá. – dijo con una sonrisa adormilada.

La pelirroja no parecía estar de muy buen humor.

_ ¿Ahora me vas a explicar qué significa esto? – preguntó ella al mismo tiempo que alzaba la muñeca del rubio. Las dos marcas circulares aún eran visibles. Hum, debía ser porque era una mordida de vampiro. Una mordida normal ya hubiera curado.

_ Eh… – Naruto no sabía cómo explicárselo a su madre sin terminar recibiendo una paliza.

_  ¡¡Naruto, no puedes darle de tu sangre a un vampiro!! ¡Te puede matar!

_ Pero mamá...

_ No. – negó terminantemente – ¡No vas a volver a salir después de las 12 de la noche!

_ ¡Pero mamá–!

_ ¡Está decidido, y si no obedeces te voy a castigar!!

_ Pero mamá, a…  ¡a mí me gustó! – afirmó soltando la sopa sin darse cuenta.

¿Qué rayos había dicho?

En ese momento Minato apareció de la nada

_ ...¿Te gustó? – preguntó su padre seriamente.

_ … - Kushina estaba en shock.

_ … -Naruto tragó saliva. “En que lío me he metido.”

 

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(Faltan Dos Días)

Al día siguiente, Kushina llevó a un reluctante Naruto con el chamán de la manada. El sabio hombre de seguro sería capaz de solucionar “el problema”.

Jiraiya, hombrelobo muy reconocido entre los suyos y con una exitosa carrera de novelista porno, cabeceó un par de veces mientras meditaba la situación que le acaban de plantear.

_ Hmm. ¿Podrían dejarme a solas con el muchacho?

La pelirroja dirigió una mirada de advertencia a su hijo al tiempo que apretaba el puño amenazadoramente.

_ Compórtate-ttebane.

Tragó saliva.

_ S-sí mamá.

La portentosa mujerlobo salió y se instauró un incómodo silencio. Después de unos segundos de profundas cavilaciones, el chamán dijo:

_ ¿Al menos tenía tetas?

Naruto parpadeó una vez.

_ Eh…No, era chico…Creo. – contestó con algo de duda. Es que Sasuke tenía una cara muy elegante y bonita para ser un chico.

_ Hmm. – Jiraiya volvió a asentir, y prosiguió a hablar, enarbolando la sabiduría que había adquirido en sus 369 años de vida –  Yo tuve el mismo problema una vez...quién sabe dónde andará ese vampiro cara de serpiente. – Entonces su mirada se perdió en la lejanía.

_ …

_ … - Jiraiya aun miraba a la lejana lejanía.

_ ¿Ya me puedo ir? – preguntó el rubio con cara de palo.

_ ¡No! – Naruto se asustó - ¡Tengo que hacerte una limpieza! – el hombre sacó unas ristras de ajo de no sé dónde y empezó a bailar alrededor de él, arrojándoles los ajos - ¡AJOu AJOu AJou!

_ O-Oiga, pare ya-tebayo!

_ ¡Ajou! ¡Ajou! – y le seguía tirando ajos. – ¡Fuera vampiro, fuera!

_ Pero qué – Un ajo golpeó su cabeza – ¡Ya deténgase, viejo loco!

A Naruto le empezó a salir humo por las orejas. Y Jiraiya seguía en lo suyo.

_ ¡AAaajou! ¡Shu, shu! ¡Vampiro fuera! ¡Ajou! ¡Ajou! ¡AJOU!

Ni que fuera un exorcismo.

Después de la limpieza el rubio hombrelobo corrió a su casa con la cara mosqueada. Le daban ganas de tirar a ese viejo pervertido de un barranco. ¡Apestaba! Y lo que era peor, si olía de esa forma no iba a poder ver a Sasuke porque con el olor que se cargaba encima lo repelería aun si el vampiro estuviera a dos kilómetros.

_ Qué raro… – musitó Minato al contemplar algo dentro de su nevera, sosteniendo a su vez su barbilla con dos dedos - Juraría que ayer compre dos cajas… ¿Kushina, amor?

_ ¿Sí?

_ ¿Puedes venir un momento?…

Mientras tanto, Naruto suspiraba dentro del baño. Terminó de secarse el cabello y giró la cabeza hacia la derecha. Una gotica resbaló por su sien.

_ Si mamá se da cuenta de que gasté todo el jugo de tomate me va a matar.

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Se había recontrabañado. Se sentía más limpio que nunca en toda su vida. Se había puesto algo de perfume para enmascarar el olor a tomate, pero sabía que eso no iba a engañar a sus padres – por mucho que el olor pudiera distraerlos. Así que simplemente se escapó por la habitación de su cuarto en la noche, con el fin de que su aroma se mezclara y cambiara un poco al estar en contacto con la naturaleza…

¿A quién iba a engañar? Quería ver a ese vampiro bastardo otra vez.

Las cosas en el sombrío y transilvanesco castillo Uchiha tampoco habían sido muy alegres. Fugaku continuaba encerrado en su cabeza dando vueltas de un lado a otro del castillo tratando de pensar en el regalo perfecto. Itachi estaba sentado en la parte más alta del techo del castillo pensando en cómo volver a secuestrar a cierto hombrelobo; y Sasuke se había pasado el día sin poder dormir, revolcándose en su ataúd.

Había sido tan deliciosa esa sangre…

Quería volver a probarla. Y cuando Sasuke quería una cosa –y más aún algo que le había hecho sentir como si nunca en su vida se hubiera alimentado de verdad- no paraba hasta conseguirlo.

¿Pero cómo lo haría? Ese tonto hombrelobo – por más delicioso que fuera- no lo dejaría morderlo de nuevo así como así. Y no es como si Sasuke tuviera ganas de pedirlo de por favor. No había demasiadas opciones si tenía la intención de permanecer con su orgullo intacto…

¿Secuestraría otro par de conejos?

 

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Justo cuando estaba pensando en ponerse a rastrear el paradero de Sasuke, una sombra chocó contra su cuerpo y lo hizo volar…literalmente, contra un árbol.

_ Pero qué mierda!? – se quejó el hombrelobo después de volver a su forma humana, por lo que estaba, como era usual, desnudo.

La oscuridad pareció sacudirse frente a sus ojos, y la figura del vampiro emergió de las sombras. Sus ojos rubí refulgían con una intensidad que Naruto nunca antes había visto.

_ ¿No querías luchar? – el desafío estaba implícito, y más aún cuando una sonrisa arrogante apareció en la pálida faz.

_ ¡Ya verás!

El rubio olvidó completamente todo de su cabeza. Y se lanzó a gran velocidad hacia la casi espectral figura. La capa se agitó en un movimiento cuando Sasuke se la quitó y la arrojó a un lado, esquivando en el proceso con sutileza. Gruñendo, el hombrelobo corrió de nuevo hacia él. Sus uñas se volvieron garras, sus ojos se rasgaron y las cicatrices de su rostro se hicieron más profundas.

La expresión feral con la que ahora se enfrentaba a la inmortal criatura hizo que en el cuerpo del vampiro palpitara algo parecido a un latido. Sus uñas se afilaron, y al extender todos los dedos de sus manos juntos podían llegar a ser tan cortantes y mortales como navajas. El vampiro se movió como si se estuviera bailando, como si su cuerpo fuera un boomerang que el hombrelobo era imposible de atrapar. Tenía que admitir que la… “apariencia” del rubio lo distraía un poco, pero ni iba a permitir que eso le ganara.

La piel canela y fuerte de Naruto sufrió unos cuantos de esos extraños navajazos hechos por las uñas del vampiro. Él, en su lugar, el regaló un par de arañazos a los brazos de Sasuke, lo que hizo que se le rasgaran las mangas de la camisa. Sin embargo, las heridas de ambos se recuperaban con rapidez. Fue una batalla salvaje y violenta, equivalentes al intercambio entre perros y gatos.

3 horas después

Naruto apoyó las manos en las rodillas. Trataba de recuperar la respiración. Al mismo tiempo, Sasuke se sacudía el polvo de sus hombros con la mayor tranquilidad del mundo.

El rubio jadeó y levantó un brazo hacia el vampiro, apuntándolo con un dedo.

_ ¡Te he ganado-tebayo!

El pelinegro alzó una ceja.

_ Ni en tus sueños, chucho.

_ ¡Que sí!

_ No.

_ ¡Sí!

_ No.

_ ¡Que sí gané-datebayo!

_ No.

Naruto puso cara de querer empezar una rabieta, mas se limitó a gruñir por lo bajo. Por más herida que estuviera su dignidad, no quería que el vampiro se fuera.

La luna estaba alta en el cielo y no había más ruidos que los de los insectos del bosque. Naruto se sentó sobre el césped y, extrañamente, Sasuke se acercó a él después de recuperar su capa de donde la había dejado. Pero en vez de ponérsela, se la arrojó en la cara.

_ ¡Hey!

_ Cúbrete, animal.

_ ¡Hum! Maldito chupa-sangre mandón. – de muy mal humor, el rubio colocó la capa sobre sus muslos, haciendo así que Sasuke pudiera exhalar un suspiro de alivio.

Permaneció indeciso un par de segundos, atormentado por una sensación de inquietud – ¡no eran nervios! – hasta que tomó asiento también en la yerba. Su postura era mucho más refinada que la del hombrelobo, con la espalda recta y las piernas cruzadas en la típica posición de meditar.

Fue entonces que se dio cuenta de que hoy el rubio olía…Particularmente bien.

Naruto, por otro lado, percibió que el vampiro lo miraba de forma rara…Como si se lo quisiera comer.

_ …

_...

Sasuke se inclinó casi imperceptiblemente, atraído por el aroma.

_… ¿Es eso tomate?

_ Eh… ¿Sí? – Naruto estaba desconcertado. – Me tuve que bañar con jugo de tomate porque el viejo loco de mi manada me hizo una limpieza con ajos.

La nariz del vampiro se arrugó con disgusto. Ugh, ajo. La peor cosa alguna vez inventada.

Bien, Naruto era un idiota despistado, pero solía tener sus momentos de brillante ingenio. Uno de esos momentos parecía ser este: ¿Por qué el ojeroso ese lo estaba mirando de esa manera? Le recordaba al día anterior, cuando los blancos colmillos habían punzado en su piel y Sasuke había sorbido su sangre.

Una bombillita se prendió sobre su cabeza.

¡Ooooooooooooooooooooooooooh! Ya entiendo.

Sonrió como maniaco, y ladeó la cabeza con total descaro.

_ Tienes hambre, Sasuke? – preguntó con una expresión maliciosa.

_ … - El pelinegro se sonrojó (mágicamente) y lo miró con su ceño fruncido. – No.

Orgullo ante todo, eh.

_ ¿En serio? Ya mataste a las pobre criaturitas que les tocaba morir hoy?

_ … - Le lanzó una mirada asesina, porque mientras hablaba el rubio se sobaba el cuello y rotaba los hombros, como si buscara sacarse la tensión que le había dejado la pelea. Esos músculos estirándose, la sangre palpitando bajo esa bronceada piel…

 Era como si le estuviera gritando MUÉRDEME ¡Y el condenado lo estaba haciendo a propósito!... ¿Por qué lo estaba haciendo a propósito?

_ ¿Quieres que te muerda o qué? – Espetó incrédulo. Di que sí, di que sí. Al menos de esa manera podía decir que lo hacía porque Naruto quería.

El rubio se encogió de hombros sonriendo despreocupadamente.

_ Admite que te gané y te dejo hacerme una mordidita.

Sabía que era una trampa.

_ No ganaste.

_ ¡Claro que lo hice-tebayo!

El vampiro, enfadado, hizo ademán de levantarse. Sus movimientos fueron detenidos por el brazo del hombrelobo, quien luego le agarró de la nuca…Y prácticamente estampó la cara de Sasuke contra la curva de su cuello.

Oh por Drácula…

El pelinegro se quedó más tenso que una cuerda de guitarra. El atrayente aroma comenzaba a enviar chispas de éxtasis a su cerebro ante la simple anticipación de lo que sería morder ese provocador cuello.

Paralelamente, Naruto se daba cuenta de algo.

“Soy un espíritu salvaje y me gusta que me muerda-tebayo. A mamá esto no le hará muy feliz.”

Ojos carmesí entrecerrados, labios temblorosos que guardaban tras sí un par de ansiosos colmillos. Sasuke aspiró quietamente antes de enterrar sus dientes en la suave y firme carne.

Y vio las estrellas.

_ Auch… – Naruto se quejó, pero no dijo nada más. Suspiró y cerró los ojos, sobrecogido por la extraña y aun así excitante situación. Una mano subió para colocarse sobre la espalda del vampiro, quien no protestó al estar muy ensimismado en su sanguinario delirio. Sentía como si le estuviera extrayendo la energía que le daba vida. Se le aceleró la respiración y pudo escuchar como el ritmo de su corazón se volvía ligeramente más errático.

Una parte de su mente le gritaba cosas como Huye, Escapa, y otras como ¡Qué demonios estás haciendo, mocoso!? Esa última voz sonaba como la de su madre.

Pero él no quería escapar. Nunca había experimentado algo como esto, y el estar alimentando a un vampiro que era incapaz de beber sangre humana le hacía sentir que estaba haciendo algo bien. Aunque nunca se habría imaginado que a esos chupasangre les gustaría tanto la sangre de hombrelobo.

Empuñó los cabellos negros con una mano y tiró de ellos.

_ Oi… – Sasuke parecía estar en otro mundo. Se sentía algo débil y mareado. – Ah… Sanguijuela bastarda, ya es suficiente… ¡Que ya es suficiente-tebayo!

Aquel rostro lo sorprendió: Los ojos rojos ardían, llenos de vida, como si la sangre de Naruto hubiera hecho que brillaran. En un parpadeó, el hipnótico color desapareció.

_ Hn. – Sasuke relamió sus labios, acción que llamó mucho la atención del rubio. – Sigues sabiendo a perro mojado.

Un bufido brotó de la boca del rubio. La cabeza aun le daba vueltas.

_ Bueno, pues te debe encantar el sabor a perro mojado, ojeroso. – le mostró una sonrisa divertida.

A Sasuke no le gustaba perder el control de sí mismo de esa manera, mas le era imposible no dejarse llevar cuando se trataba de este idiota en particular. Su piel había dejado de verse tan traslucida y había adquirido algo de vivacidad – tratándose de un no-muerto – además de que había dejado de sentir esa molesta sensación de cansancio que lo había estado estresando desde hacía semanas.

_ ¿De verdad no puedes alimentarte de personas normales?  - preguntó el rubio en voz baja.

Sasuke asintió.

_Hn. – No era algo que lo hiciera muy feliz. Si hubiera algo que deseara, sería no tener ese problema. ¿Un vampiro que no se puede alimentar de humanos? Pff, patético.

_ ¿Y por qué conejos? – preguntó curioso el rubio. – ¿No sería mejor algo más grande…Como un ciervo?

_ Los animales también me asquean. – Respondió con el ceño fruncido. Incluso siendo una criatura sobrenatural, se sentía como un fenómeno. – Con un conejo o dos puedo resistir bien.

No sabía por qué, pero después de lo que había pasado entre los dos, sentía que podía confiar en este extraño hombrelobo. Extraño, porque no había hombrelobo cuerdo que se dejaría morder por un vampiro.

_ Hmm… – Naruto permaneció en silencio por un largo rato, con la cabeza inclinada hacia abajo, y Sasuke creyó que la conversación había terminado ahí. Le agradaba el que no se burlaba de él, era como si no viera su problema como una debilidad.

El rubio se dejó caer en el suelo y giró la cabeza hacia él con una sonrisa de oreja a oreja.

_ Bueno, a partir de ahora te puedes alimentar de mí. – dijo con decisión, aunque después pareció pensárselo mejor – Pero que sea dos o tres veces a la semana, y no tanto-tebayo, si no mis padres me van a querer matar y me mandarán a ver otra vez a ese chamán loco.

_ …

 ¿Fue eso un latido lo que sintió? Su corazón no latía, estaba frío como una roca. No había razón para sentirse de esa manera.

Decir que estaba sorprendido era poco.

_ Estás loco.

Se transformó en murciélago.

_ ¡Hey, espera! – Naruto se puso de pie de un salto. ¡No estoy loco!...Bueno, tal vez, ¡pero hablaba en serio! – No tenía caso, Sasuke ya se había ido volando lejos, hacia su castillo. Naruto resopló y formó un puchero inconforme con la boca. – ¡¿Por qué los vampiros siempre huyen!? Bastardos…

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-- ¿¡Continuará!?—

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Notas finales:

 Esto iba a ser un one-shot y se me salió de las manos. No conté con que se me ocurrieran otras cosas. Bueno, FELIZ CUMPLEAÑOS A SASUKE! X3

 

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¿¿REVIEW??


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