POV Lithuania
-Tú te ves inteligente, te llevaré conmigo, has perdido así que no tienes elección de todos modos – dijo mientras agarraba el cuello de mi abrigo y me levantaba, arrastrándome con una sola mano.
-¡No! ¡Suéltame! ¡Polonia ayúdame! - grité retorciéndome asustado.
-Lituania tienes una cara realmente graciosa ahora mismo~ – respondió tranquilamente él, sonriendo como si todo fuera una broma...
Suspiré agotado, tras recordar el día en que el señor Rusia me llevó en contra de mi voluntad a trabajar a su casa, y cuán grata había sido mi sorpresa al llegar y encontrarme a mis dos “hermanos”, Latvia y Estonia, probablemente el único alivio que he sentido desde que estoy aquí.
Trabajar para el señor Rusia es duro, todo el día de acá para allá, satisfaciendo todos sus caprichos como esclavos, generalmente Raivis es el encargado de limpiar la casa junto con Eduard, mientras que yo hago todo el papeleo y otras tareas que implicaban pasar más tiempo con el señor Iván, lo cuál no me gusta nada, pero lo agradezco porque sería peor que le hubiera tocado al pequeño de Raivis, no quiero ni pensarlo.
Durante este tiempo eventualmente he pillado a Rusia mirándome de reojo, con cara de estar pensando algo diabólico que hacerme, no se por qué, pero creo que el que me haya llamado a su habitación a estas horas de la noche tiene algo que ver en eso, pensé justo antes de abrir la puerta de su despacho, asustado y tembloroso.
POV Rusia
La casa estaba mucho más animada con la llegada de los países Bálticos, pero uno de ellos en concreto me atraía exageradamente, Lituania~, su cuerpo me llamaba, como rogándome por que lo maltratara, su cabellera castaña gritaba que lo agarrara y tirara de él hasta levantarlo del suelo, para después mirar dentro de sus grandes ojos verdes contraídos de miedo, su piel blanca me hacía querer corromperlo y el aura de paz que emanaba solo me provocaba más y más... Desgraciadamente todavía no había logrado ponerle mis manos encima, es responsable, tiene buena ortografía, se queda hasta tarde revisando documentos, parecía imposible que pudiera cometer algún error, con el que pudiera dar comienzo a la diversión.
Afortunadamente después de observarle por una semana me di cuenta de que era torpe, cuando rondaba los pasillos cargado de papeles siempre terminaba tropezando consigo mismo y tirándolo todo por los aires, pero debido a mi mala suerte conseguía recogerlos antes de que me acercara.
Eso se acaba esta noche... Pensé cuando la puerta se entreabrió ligeramente, para dejar paso a una dulce vocecilla temblorosa.
POV Narrador
-¿Me llamó señor Rusia? - casi susurró Lituania, sin atreverse a pasar.
-Claro, pasa pasa, tengo algo importante de lo que hablarte... - el castaño entró, cerrando cuidadosamente la puerta tras de sí – he decidido que a partir de ahora Estonia se encargará de los trabajos relacionados con el papeleo, Latvia del cuidado de los jardines, y tú – hizo una pausa, sonriente – limpiarás la casa, tu nuevo uniforme está en tu cuarto – finalizó alegre.
-Pe-pero Latvia es demasiado pequeño para ocuparse de todas las plantas que tiene – dijo Lituania preocupado por el joven rubio, Iván sonrió ampliamente, aunque en realidad le molestaba esa preocupación hacia los demás, deberías estar más pendiente de lo que se te va a caer encima pensó el peliblanco.
-No me importa – respondió Rusia tranquilamente.
-Pe-pero... - tartamudeó nervioso.
-Deberías ir a descansar, mañana va a ser un día duro para tí – le cortó el alto, cuyas palabras recorrieron la columna vertebral de Toris en forma de escalofrío ¿qué pretende? Pensó asustado.
-S-sí... - susurró escabulléndose hacia fuera de la habitación, nervioso.
Rusia se mordió el labio inferior, controlando sus ganas de salir tras él y violarlo esa misma noche, estaba tan impaciente de que amaneciera que no podría dormir, la cara de miedo que le había regalado Lituania era solo un pequeño anticipo de todo lo que le esperaba.