En el silencio de mi habitación
aún siento el murmullo de tu voz,
lastimándome,
como un dulce adiós,
dejándome vacío el corazón.
Te has ido… el idiota ese lo ha obligado casarse… y yo tan patéticamente no pude hacer nada para impedirlo, sólo me dejaste una nota despidiéndote sin ni siquiera darme razones, sólo un “Adiós”.
Casi no duermo, ya he vuelto a fumar.
No te gustaba que fumara… solías decirme que mientras más fumaba menos tiempo estaríamos juntos, al principio se me hizo algo cursi pero insististe tanto que lo deje. Pero ahora que no estás ¿Qué importa?
Cada recuerdo es una lágrima.
No sé cómo hacer, para estar de pie.
Siempre me digo que es la última vez
Me siento tan idiota, estoy llorando, mis lágrimas recorren mis mejillas… me hace daño pensar que ahora mismo estas con ese imbécil, todavía recuerdo todo los momentos que vivimos juntos, todavía recuerdo tu sonrisa, tus muecas, tus gustos, tus disgusto, tus hermoso ojos, tu cabello suave, recuerdo todo…
y vuelvo a caer, cuando pienso en ti.
No soy nada sin ti
Ya han pasado 3 meses desde que te fuiste de mi lado, dentro de un semana será su boda, hace dos semanas me había llegado una invitación de su boda, yo sé que tu sabes nada y que fue ese idiota quien la mandó.
Y no puedo olvidarte si te veo en todas partes,
sin el último beso, me robaste el aliento.
Y no puedo olvidarte si te llevo en la sangre,
sin el último abrazo, aún me pierdo despacio.
Y no puedo olvidarte…
Y no puedo olvidarte…
Y no puedo olvidarte…
Y no puedo olvidarte.
Te necesito… necesito tus besos, tus abrazos, tu calor, todo de ti necesito…. Quise ir a buscarte pero apenas llegue a tu edificio unos matones llegaron y comenzaron a golpearme, nunca fui débil siempre estaba metido en peleas, (era algo que te enojaba) así que pude defenderme un poco pero debía admitir que ellos eran fuerte y muchos.
Y no encuentro aún algún antídoto,
para entender que todo terminó.
Intento salir de la soledad,
darle al destino una oportunidad.
Hoy me arregle un poco, tenia pensando salir así que sólo invite a una chica de por ahí, yo no la conocía pero parece que ella a mi sí, lucía feliz… como tú en nuestra primera cita.
Mas vuelvo a caer, cuando pienso en ti.
No soy nada sin ti.
Prometí que ya no lloraría, pero ni una promesa puedo cumplir, estoy llorando frente a esta mujer. Por un momento pensé que se reiría y se largaría pero no fue así, sólo me dijo.
—Si de verdad lo amas… lucha por él.
Y no puedo olvidarte si te veo en todas partes,
sin el último beso, me robaste el aliento.
Y no puedo olvidarte si te llevo en la sangre,
sin el último abrazo, aún me pierdo despacio.
Y no puedo olvidarte…
Y no puedo olvidarte…
Y no puedo olvidarte…
Y no puedo olvidarte.
Es increíble como una semana puede pasar tan rápido, hoy te casarás, en 20 minutos, salgo corriendo hacia la iglesia.
No sé cómo,
no sé cuándo,
olvidarte,
me hace daño.
Ese idiota ese llega, no parece él, se ve más maduro… sólo lo miro con odio, y entonces entraste, te ves… hermoso, definitivamente el traje blanco te queda hermoso
No sé cómo,
no sé cuándo,
olvidarte,
me hace daño.
La boda empieza, te sorprendes de verme y comienzas a temblar. ¡Yo lo sabía! Tú no sabías nada acerca de esa invitación.
Y no puedo olvidarte
Ambos nos miramos a los ojos, nunca necesitamos palabras con una simple mirada ya sabíamos todos del otro.
Y no puedo olvidarte
Él se da cuenta de nuestra conexión y te llama, su mirada te produce miedo y puedo notarlo, sólo me sonríe arrogante y yo frunzo el ceño.
Y no puedo olvidarte
La boda comienza, aunque yo no le prestó demasiada atención, sólo te miro a ti y sé que lo notas.
Y no puedo olvidarte
Entonces escucho la voz del cura
—Si alguien tiene alguna razón para oponerse a esta unión que hable ahora o calle para siempre.
Y no puedo olvidarte…
¡Ya basta! No lo soporto
— Yo — Dije y los murmullos se escucharon y las miradas se centraron en mí, te volteaste a mirarme y él también… bueno todo me miraron…
Sólo me acerco a ti, toco tu mejilla, cierras tus ojos aceptando mi caricia siempre te gusto que hiciera eso.
— No te cases, tu me amas y yo a ti, no me importa lo que él te haya dicho yo estaré contigo… Ryota — Te susurré.
Abriste tus ojos y al mismo tiempo lágrimas viajaban por sus mejillas chocando con mi mano que aun estaba en tu rostro
— Haizakicchi— dijiste y sólo te lanzaste a mis brazos. ¡Al carajo esta boda! No perdí tiempo y atrape tus labios con los míos, rodeaste tus brazos en mi cuello y yo mis brazos por tu cintura y te elevé un poco. Los murmullos se hicieron aún más fuertes pero poco nos importaba, sólo estábamos tú y yo.
Entonces siento como te separas de mí pero no lo haces por quieres, te están empujando y es él quien te separa de mi. ¡Me cansé de esto! De un manotazo te alejo de él y lo golpeo de un puñetazo, no quiero que nadie que no sea yo te toque, él se quiero tirar contra mí pero alguien se lo impide.
— Salgan de aquí ¡Ahora! — Esa voz la conocía… claro mi buen amigo Hanamiya Makoto
Sólo agarro tu mano y comienzo a correr; tú me sigues sin preguntar ni nada, como traje mi auto nos vamos en este a gran velocidad, tus amigos, tus padres nos quieren seguir para impedir nuestro escape pero yo soy más rápido y logro alcanzar mi auto, nos subimos y comienzo a manejar a gran velocidad, tu estas en el copiloto un poco agitado, algo que me extraño ya que siempre has tenido buena resistencia física… bueno los dos ya que ambos jugamos básquet en nuestra secundaria.
Luego de tener un “carrera” y haber escapado nos encontramos en nuestro departamento, el portero se había extrañado de vernos en nuestras fachas, tú con traje blanco y agitado y yo un poco formal; pero aun así no nos dijo nada. Una vez ya dentro del apartamento no pierdo tiempo y devoro tus labios
— Nght…— Te escucho gemir, muerdo tu labio y abres tu boca para darle bienvenida a mi lengua, que recorre toda tu cavidad; encuentro tu lengua con la mía y quieres comenzar una guerra que después de haber batallo gane yo; entrelazas sus brazos alrededor de mi cuello, yo agarro sus glúteos y los elevo; entiendes mi mensaje y enredas tus piernas alrededor de mi cintura, te aprisiono contra la pared de la entrada.
No puedo esperar y con mis manos recorro tu cuerpo, desde tu glúteos hasta tus piernas, desde tu pecho hasta un ombligo, comienzo a sacarte ese traje estorboso que tienes, primero el saco y lo lanzo por ahí, (no me interesa donde vaya a parar) segundo desenredo el moño que tienes, y voy por los botones de la camisa, como bien se sabes yo no tengo NADA de paciencia así que opto por lo más fácil: romper la camisa.
—¡H—Haizakicchi!— Reclamas ante mi “movimiento” solo te sonrió y te doy un beso castro para empezar a besar tu cuello, haciendo un camino de marcas, siento como te retuerces, escucho tus gemidos, con mi mano recorro tu torso y me detengo en tus pechos para atrapar tu pezones y empezar a jugar con ellos — Ca…ma…— Logro entender lo que tratas de decirme con una sola palabra, aunque en algo obvio ya que la posición se nos hace algo incomodo a los dos.
Con pasos apresurados logro llegar a la habitación principal, dentro de esta se encuentra una cama matrimonial con cubrecamas de color blanco; la habitación esta tal como la última vez que estuviste aquí.
Te dejo encima de la cama y yo arriba tuyo, aun tienes tus piernas y brazos aferrados a mí, como si tuvieras miedo…
—¿Ryota?— Te llamo por tu nombre y abres tus ojos que los tenias cerrados con fuerzas, puedo ver tus ojos dorados lagrimosos a punto de llorar
—Haizakicchi…—Me llamas y te aferras aún más a mi — Esta mal… No quiero que nada te pase —Tu voz tiembla igual o peor que tu cuerpo… Te amenazaron, te dijeron que si no aceptabas casarte con ese tipo me harían daño, tus propios padres te amenazaron de muerte, todo por dinero… te acaricio la cabeza tratando de calmar tus sollozos, toda la pasión de hace unos momentos se fue al demonio, estamos abrazados, llorar en mi pecho y yo trato de calmarte… luego de un rato tu llanto cesa y me doy cuenta que caíste en los brazos de Morfeo
Escucho el sonido de mi celular, me separo un poco de ti, despacio para no despertarte, agarro mi celular y veo el nombre de la llama entrante
Enano Psicópata
Dudo en atender pero después de lo que había hecho en ese casamiento, el enano de seguro estaría enojado.
Sólo suspiro y me preparo para un oleada de regaño — Esta durmiendo, ya sé todo…—
—Yo también ya lo sé todo… Tienen 30 minutos para venir a mi casa.
— Está durmiendo...
— 30 Minutos.
Luego de esa “conversación” el enano me colgó
Mire a Ryota dormir plácidamente sus ojos estaban hinchados y un tanto rojos, solo suspire, no me ha gustado verlo llorar y mucho menos si yo soy la causa.
— Ryota… Ryota…—Trate de llamarlo despacio pero el cansancio de nuestra carrera y el haber llorado lo había agotado, volví a suspirar y lo deje dormir… o por lo menos por ahora.
Me dirigí hacia el enorme closet que teníamos, aunque era mas de Ryota que mío ya que hay mas ropa de él, pero él decía que era de ambos; saque dos maletas, una la llene de ropa mía y la otra de Ryota; también saque toda nuestra documentación, pasaporte, teníamos que largarnos de Japón por un buen tiempo… sé que no le gustara pero no pienso dejar que otra vez me alejen de el por un tercera vez… porque no era la primera vez que pasaba. Pero no iba a decir que mi mente se llene de recuerdos, no tengo tiempo que perder.
Miro hacia la cama y aun sigue durmiendo; ya una vez de haber tenido todo nuestro equipaje, bajo hacia el estacionamiento del edificio y subí nuestras maletas al auto, volví a correr hacia nuestro departamento por las escalera para que sea más rápido, me dirijo a la habitación con el miedo de que no se encuentre pero ahí está, sigue durmiendo.
Con sólo mirarlo sé que no se despertara así que sólo opto por lo más fácil: llevarlo en mis brazos, así que sin perder más tiempo lo tomo en mis brazos (al estilo princesa) voy hasta el ascensor y puedo notar que subió de peso, en cierta forma me alegra ya que los últimos días que estuvimos juntos no comía casi nada y lo poco que comía lo vomitaba, cuando llegamos al estacionamiento siento que mi rubio se remueve en mis brazos, creo que se asustara…
— ¡Ahh! —Si se asusto…
— Ryota tranquilo, soy yo —Le sigo inmediatamente para que no siga gritando y me mira
— ¡Haizakicchi! —Le grita… ¿Por qué grita si estoy en frente suyo?
— No, la pantera rosa —Le respondo sarcásticamente, se va a enojar…
— ¡Haizakicchi! —Me vuelve a gritar pero esta vez con un tono molesto… ven lo conozco lo suficiente para saber sus malditos cambios de humores.
— Deja de gritar Ryota, estoy en frente tuyo —Le dije y me di cuenta que ya estábamos frente al auto así que sólo lo deje en el asiento del copiloto.
— Haizakicchi… ¿Donde vamos? —Mira las maletas que estaban en el asiento de atrás y luego a mi
— El enano quiere hablar con nosotros — Le respondí
— ¿Enano?
—Akashi.
—Ah.
—…
—…
—…
—¿Para qué?—No sé si es inocente o idiota; o una combinación de ambos.
—¡No sé si lo recuerdas pero hace menos de dos horas acabamos de escapar de TU boda!—Trato de hablarle lo mas pacíficamente pero no me sale, nunca fui una persona pacifica.
—Snif… ¡Haizakicchi idiota!—Veo como hace un puchero mientras sus ojos comienzan a cristalizarse amenazando que va a llorar… como un niño… ¡¿Qué le pasa?! ¡¿Porque esos cambios de humores?! ¡Maldita rubia!
—…—No digo nada y me acerco a él para agarrar sus mejillas y jalarlas
—¡Duele! ¡Duele Haizakicchi!—Se queja y lloriquea aunque no estoy poniendo fuerza alguna cuando lo pellizco
—¡¡¡Ryota!!!—Escuchamos una voz muy reconocida para nosotros… “mi suegrito”
—¡Carajo!—Exclame y corrí hacia el otro lado del auto para subirme en este, sin más encendí el motor y arranque con toda la velocidad que podía, tenía que desviarme y perderlo pero para mi suerte les llevo ventaja.
No sé como lo hice pero los perdí.... y ahora me dirigía hacia la casa del enano, sé que si no voy me va a castrar y yo quiero hacer un par de cosas con Ryota antes que eso pase.
—Haizakicchi… ¿Por qué estamos en la casa de Akashicchi?—Me pregunto mi rubia… quiero golpearlo… de verdad que si quiero, pero no algo me lo impedía y no sabía que era así que sólo suspire… intentando tener un poco de paciencia.
—Sólo cállate y sígueme—Le dije intentando con todas mis fuerzas de no gritarle y ante lo que dije sólo me hizo un puchero digno de él; y me siguió.
Entramos por el enorme jardín… No lo entiendo ¿Para que el enano quiere un jardín tan grande?..¡Para fastidiar! Sólo para eso… Pero bueno… Nada se podía hacer, una vez que llegamos cerca de la puerta bajamos, íbamos a tocar la puerta pero antes de que pudiera intentar golpear la puerta, esta se abrió de porta brusca.
—¡¡¡Haizaki!!!— Y sale el neg… digo sale Aomine para gritarme, para burlarme de él solo hago un ademan — ¡¿Cómo se te ocurre llevarte a Kise de esa forma?! —Y me sigue gritando… ¿Acaso no puede hablar como una persona normal?
— ¡Aominecchi! —Ante que la rubia haga un movimiento lo agarro de su muñeca y atraerlo a mí.
—Quieren dejar de gritar…—Escuchamos una voz y el idiota de Daiki se dio la vuelta, y mi curiosidad y la de Ryota despertó y miramos hacia donde el moreno miraba y nos sorprendimos ante lo que vimos… ¿Ese era… Akashi Seijuuro?.. ¿Y estaba con una enorme barriga? ¡¡¡¿Qué le paso?!!!
—Sei sabes que no puedes hacer esfuerzos… quédate en la cama y yo golpeo al idiota este—Esperen… ¿Qué?... ¿De qué me perdí?... Le dijo… le dijo ¡¡¡¿Sei?!!!
—Daiki estoy embarazado no discapacitado…— ¡¡Y Akashi le respondió!!
—Felicidades Akashicchi, Aominecchi—Ryota los felicita como si nada… ósea… no me sorprende de que Akashi sea un doncel… ¡Lo que me sorprende es que esté esperando un hijo de un idiota como Daiki! — ¿De cuánto tiempo estás Akashicchi? —Ahí dios no… ya comenzara con sus preguntas
—De 31 semanas (7 meses)—Le respondió con tranquilidad Akashi
—Todo muy bonito pero… ¿Para qué nos mandaste a llamar Akashi?—No soy muy fan de romper momentos “importantes” pero estoy un poco apurado… mi querido “suegrito” vendrá por Ryota y si no nos encuentras… pues mucho mejor, me ahorrare muchos problemas… tenía muchas ganas de decir aquello… pero si lo hago estoy seguro que una tijera volara hacia a mi... y no quiero dejar viudo a Ryota antes de que nos casemos…
— No sé si lo recuerdas… ¡¡Pero hace menos de 2 horas que sacaste a Ryota de su propia boda!!— Al principio hablo despacio pero luego me termino gritando… ahora entiendo porque es pareja de Daiki… se deben llevar bien…
Solo hago un ademan con mi mano, como si no le diera importancia al asunto, aunque era todo lo contrario; claro que le doy importa… pero que ellos lo vean o se los demuestre ya es otra cosa totalmente diferente.
—Tomen— Dijo Akashi y me lanzo un sobre; yo por mera curiosidad lo abrí y vi una suma de dinero y dos boletos de avión—No soy idiota como para no adivinar que podría ocurrir algo así; tienen una hora para abordar ese avión, una vez que lleguen a su destino alguien de mi confianza los guiara— Hace menos de 5 minutos me estaba gritando y ahora me habla pacíficamente… ¡¡¡Malditos donceles!!!... no tengo nada en contra de ellos, solo en contra de sus cambios de humores.
—¡¡Gracias Akashicchi!!— Grita mi rubia… debería dejar de decirle así… se enojara y me pateara…
—Supongo… que gracias…— Nunca fui bueno expresándome con palabras pero creo que eso les fue suficiente… ¿No?
—Por ahora será mejor que se vayan yendo hacia el aeropuerto, tu padre podría venir Ryota— Ante la mención de mi suegrito, Kise bajo su mirada triste, no me gusta verlo así…
—Ryota— Lo llame
—¿Qué pasa Haizakicchi?— Me pregunto con una sonrisa falsa
—¿Estás seguro de esto?— No me gusto estar con rodeos y esta no es la excepción
—¿Qué…?—
—Entiendes que si te vas conmigo, tu familia te odiara, tu propio padre tratara de hacerte la vida imposible— Le dije… y no sé porque se lo dije… tengo miedo… es la segunda vez que tengo miedo en mi vida— ¿Estás dispuesto a dejar a tu familia por mí?— Tal vez suene cruel mi pregunta… él tiene su familia, su madre, su padre, sus hermanas… no tiene al mejor padre pero lo tiene… pero yo no tengo nada, mi madre murió cuando era pequeño y sólo tengo escasos recuerdos de ella, mi padre se deprimió al morir mi mamá y se suicido a los 2 años de su muerte, mi hermano me abandonó a mi suerte… pero aun así fui fuerte y pude sobrevivir, tal vez no de la mejor forma pero pude hacerlo… era alguien solitario, ya a mis 15 años me drogaba y tomaba, allí fue donde conocí a mi único y mejor amigo: Hanamiya Makoto, el fue mi sostén por mucho tiempo, hasta que conocí a Kise Ryota, ese rubio imperativo que lograba sacarme de quicio cada 5 minutos pero hizo ver que no todo era negro y blanco… que podía haber colores… suena estúpido pero es así.
—…— Su silencio me atormenta, baja su mirada haciendo que si flequillo oculte sus ojos, creo que ya no hay más nada que decir.
Suspire –Anda, tu familia te está esperando— Revolví sus cabellos y me aleje lentamente… tenía ganas de llorar no voy a mentir, pero lo hare en el departamento con una botella de whisky, tal vez llame a Makoto para que por lo menos me vea… el no puede tomar, está alimentando a sus hijos, aun no puedo creer que haya terminado casado con Kagami Taiga y encima hayan tenido mellizos, por lo menos soy padrino de uno de ellos…
—No pongas palabras en mi boca que yo no dije…— Escucho la indescriptible voz de Ryota y lo miro.
—¿Eh?— No entendía que me quería decir con eso… pero vi como se acercaba a mi y me abrazo poniendo su cabeza en mi pecho
—Yo ya tengo mi propia familia y es con ustedes— Me respondió mientras alzaba su mirada
—Ryota… ¡¡Espera!!... ¿Qué?— Tal vez sea algo lento que creo… creo que entendí ese “ustedes”
—Tengo 10 semanas de embarazo, vas a ser papa Haizakicchi…— Me dijo mientras lagrimas recorrían su rostro… ¡Oh dios! ¡Oh dios! No sé cómo reaccionar… voy a ser papa… y yo como siempre sigo mis instintos, así que sólo me balancee para abrazar fuertemente a Ryota y repartirle besos por todo su rostro, estoy tan feliz que me da igual que estén Daiki y Akashi acá.
—Puedes ir olvidándote que algún día te voy a dejar ir— Le dije antes de besarlo y recorrer mi brazo por su cintura, él me responde el beso sin dudar y enreda sus brazos alrededor de mi cuello.
—Y tu puedes ir olvidándote de que alguna día voy a separarme de ti— Utilizo casi mas mismas palabras que yo le dije.
Quería seguir besándolo pero una molesta voz nos interrumpió nuestro gran momento.
—Todo muy bonito pero ya lárguense, el padre de Kise no tardara en venir para acá— La molesta voz de Daiki tenía razón, mi agradable suegro no tardaría en llegar a la mansión Aomine-Akashi; yo podía ser muy cruel pero Akashi nos estaba ayudando a escapar y sin mencionar que estaba embarazado, no iba a exponerlo ni a él ni mucho menos a su bebe… y bueno Daiki se puede ir al diablo por mi… (Soy tan bueno…)
Agarre la mano de Ryota y lo mire, el ante mi mirada solo sonrió y apretó suavemente el agarre.
—Muchas gracias chicos… los voy a extrañar— Dijo mirándolos a ambos— Akashicchi, Aominecchi puede ser algo idiota y bruto pero te ama— Exclamo y ante el insulto Akashi y yo solo nos reímos pero Daiki hizo un mohín al sentirse ofendido— Aominecchi cuida bien de Akashicchi y del bebécchi no dejen que nada malo les pase porque yo mismo vengo y te castro— Eso hasta a mi me dio miedo, la sonrisa no se borro del rostro de Akashi pero Daiki tenía una cara de terror que no pude negar sonreír también
—Cuídate Ryota y también cuida Shogo— Yo sé que querías insultarme Akashi, lo veo en su mirada puedo sentirlo, maldito enano Psicópata.
—Cuídate Kise y cuida de tu bebé…— Gracias por lo que me toca
Ante la despedida que termino en un mar de lagrimas por parte de Ryota debido a que gracias a su embarazo sus hormonas estaban descontroladas, haciendo que llorara, riera y se enojara; mire los boletos que teníamos y vi el destino era Australia; quiero creer que allí no nos encontraran o por lo menos en un muy buen tiempo, hasta que el o la bebé naciera y Ryota estaría mejor para poder volver a viajar; sé que no todo será alegría y amor pero ambos vamos a poder superarlo juntos, entre los 3 juntos vamos a formar una familia.
Sé que soy egoísta al separar a Ryota de su familia pero no me importa si sé que se quedaré conmigo para siempre, nunca antes había creído en los finales felices, nunca pensé tan siquiera que pudiera tener un final feliz, pero sé que con Ryota a mi lado puedo tenerlo tranquilamente y en paz.