Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

El que quiera entender que entienda... por roxiyaoi

[Reviews - 7]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del fanfic:

La verdad no sé de dónde rayos salió la idea para este fic.

Estaba escuchando “El que quiera entender que entienda” de Mago de Oz y me entraron ganas de escribir y pues esto fue lo que salió.

Termine odiando al Fugaku de este fic la verdad y eso que yo lo hice así ¬¬U.

Pero siendo sinceros el fic tiene varios puntos de la realidad. Pues muchos homosexuales se quedan en el closet por miedo al qué dirán. Pocos son los que se atreven a desafiar a sus familias (en especial si son de dinero) y la sociedad. Los cuales no ven que son solo humanos que se enamoran de otros humanos, al menos yo no le veo problemas y eso que soy heterosexual.

Yo puedo decir que incluso tengo varios amigos y familiares homosexuales (tanto chicas como chicos) y son excelentes personas.

Canción: https://www.youtube.com/watch?v=tX0zqRiHryc

Los personajes son de Kishimoto yo solo los usó para escribir mis desvaríos mentales.

Espero les guste ¡¡A leer!!

Cuánto he de esperar
para al fin poder hallar
la otra mitad de mí
que me acompañe a vivir.


Soy Uchiha Sasuke, un chico de 15 años piel blanca, ojos y cabellos negros, además de un cuerpo que muchos envidian. Con una reputación de chico malo y muchas/os fanáticos que son capaces de besar el suelo por donde camino.

¿Qué no soy nada modesto? Eso es obvio.

Yo soy alguien perfecto, como todo Uchiha.

Llevo años buscando a quien amar, pues aunque siempre estoy rodeado de personas que desean ser mi pareja ninguna persona ha logrado hacerme experimentar ese sentimiento llamado “amor”.

-          Sasuke ya es tarde, debes irte a la escuela –me aviso mi madre Uchiha Mikoto.

-          Ya voy mamá.

Camine con tranquilidad hacia la secundaria Hokage, donde estoy estudiando el último año ya.

No sabía porque pero tenía el presentimiento de que mi vida cambiaria a partir de ese día.

Ignore ese presentimiento.

Ya estábamos en la clase de historia, impartida por Hatake Kakashi, alguien que estoy seguro no llegaría a tiempo ni a su propio funeral.

-          Yo –saludo entrando al salón.

-          ¡¡¡Llega tarde!!! –gritaron muchos de mis compañeros “Son tan molestos” pensé.

-          Es que me perdí en el sendero de la vida –respondió el muy cínico, pero antes de que pudieran replicar el siguió hablando- Por cierto tenemos un alumno de intercambio. Pasa –dijo.

Y en ese momento ingreso un chico rubio, de ojos azules y piel bronceada, al que no pude quitarle los ojos de encima, mi corazón empezó a latir desbocado.  “¿Qué es esto?” me pregunte pues era algo que jamás había experimentado.

-           Preséntate

-          ¡¡Hola!! –saludo el chico muy sonriente, haciendo que yo me sonrojara por lo hermosa que era esa sonrisa, aunque nadie lo noto porque se encontraban embobados observándolo, cosa que me molesto- Mi nombre es Namikaze Naruto y vengo de la secundaria Akatsuki, me he transferido por motivos personales. Espero que nos llevemos bien.

-          ¡¡¡Si!!! –fue la respuesta de todos, incluso yo lo dije aunque claro que sin tanta emoción como el resto.

-          Bien Naruto –lo llamo por su nombre sorprendiendo a todos, pues el normalmente solo usaba el nombre de pila de sus más allegados, lo que nos hizo ver que se conocían desde antes- siéntate en el asiento que está al lado de Uchiha-kun –dijo Kakashi e internamente le agradecí, pues estaba de verdad interesado en ese chico.

-          ¡¡¡Soy Namikaze Naruto!!! Espero nos llevemos bien –dijo al llegar al que sería su asiento de ahora en adelante.

-          Ya habías dicho tu nombre dobe, no tenías que repetirlo –ni siquiera sé que me impulso a contestarle de esa forma, solo sé que no pude evitarlo.

-          ¡¡¡Teme!!! –respondió a mi insulto con un puchero que se me antojo adorable.

-          Naruto ¿recuerdas la promesa que le hiciste a tu padre? –hablo Kakashi y Naruto se quedó congelado en su lugar con una cara pálida- sería una pena que Kushina-san se enterara de que nada más entrar insultaste a un compañero ¿no crees? –ese profesor parecía disfrutar molestándolo. Todos estaban atentos a ese par, pues esto confirmaba las sospechas de que se conocían.

-          N-no se preocupe Kakashi-sensei no volverá a pasar –dijo y se quedó como estatua en su asiento sin dirigirme ni una mirada cosa que me molesto.

Desde ese día había pasado ya un mes.

Naruto se volvió algo así como mi ami-enemigo, discutíamos por todo, competíamos en todo, pero de alguna manera era reconfortante y nos entendíamos.

Además de que se volvió extremadamente popular, tanto entre las mujeres como entre los hombres (siendo estos últimos la mayoría), mas desde lo ocurrido a los dos días que llego…

-          Namikaze-san–se acercó una chica a él en la cafetería mientras comía ramen, esa cosa que lo tenía obsesionado.

-          ¿Qué ocurre Yamanaka-san?

-          ¿podría hacerte una pregunta? –pidió, todos estaban atentos a su conversación.

-          Claro –respondió sonriente.

-          ¿Tú crees que este mal que haya parejas del mismo sexo? –esa chica lucia genuinamente interesada, y como no, el resto paro oreja para escuchar la respuesta del rubio.

-          ¿eh? –se vio que esa pregunta lo tomo totalmente por sorpresa- pues…la verdad no, porque al final seriamos humanos enamorados de otros humanos, siquiera no se enamorarían de algún animal. Aunque no se a que vino esa pregunta…

-          Otra más ¿usted saldría con un chico? –todos veían de manera interesada hacia Naruto, sin disimular siquiera.

-          Mmm, si me llego a enamorar si ¿Por qué?

-          Ah solo curiosidad, gracias Namikaze-san. Hasta luego –se despidió y fue corriendo con su grupo de amigos, de los cuales los hombres se veían bastante emocionados con la respuesta.

-          ¿Qué fue eso? –Naruto se veía bastante confundido, pero luego simplemente se encogió de hombros y lo dejo pasar para seguir comiendo su ramen.

Y la verdad yo también me emocione con esa respuesta, y me di cuenta de que…me había enamorado de ese rubio.

Desde ese día le llegaron muchas declaraciones de amor, en especial del sexo masculino cosa que me hacía hervir de celos, aunque para mi alivio él las rechazaba todas.


Nadé tiempo en un mar
de apariencia, y ahogué el amor.
No sé puede ocultar
el perfume de una flor.

Cuánto me cuesta sobrevivir,
cuánto sonreír
sin poder quitarme el antifaz
que me disfraza de normal.

 

Dos meses después de haberlo conocido había decidido declararme, pero…paso algo inesperado…

-          Uchiha Itachi ¿Qué estás diciendo? –fue lo primero que escuche al entrar a mi casa ese día.

-          ¡¡ya te lo dije padre!! –contesto mi hermano a gritos, y sentí que las cosas acabarían muy mal pues él nunca gritaba- ¡¡Lo amo y me casare con él te guste o no!! –eso me sorprendió, al parecer a mi hermano también le gustaban los hombres.

-          ¡¡Hazlo!! ¡¡Pero desde ya te digo que en cuanto cruces esa puerta y te vayas con esa puta dejaras de ser mi hijo!! –eso me dejo paralizado en las escaleras que llevaban al estudio, lugar del cual provenían los gritos.

-          ¡No llames así a Deidara!

-          ¡¡Sabes que es la verdad y tú eres un marica!!

Mi hermano no contesto, solo salió del estudio encontrándome allí, parado sin saber qué hacer.

-          Ciento que hayas tenido que escuchar esto –se disculpó, luego fue hacia su habitación.

Media hora después se iba, llevándose solo su ropa, ahorros y el coche que se había comprado cuando gano un ascenso en su trabajo.

Mi madre lloraba desconsolada, yo no sabía qué hacer y mi padre…mi padre renegaba de su hijo que había resultado ser una marica.

-          Sasuke –dijo- desde ahora eres nuestro único hijo, esa marica no será más tu hermano –dictamino para luego subir a su estudio y encerrarse ahí.

De eso paso un mes, en el cual yo por fin acepte a una chica como mi novia

No la amaba, ni de cerca, pero no quería terminar como mi hermano, estaba seguro de que el amor por Naruto se me pasaría, aunque se estaba tardando en desaparecer cosa que me preocupaba mucho.

Mi padre se había alegrado mucho al enterarse de mi relación.

-          Al menos este hijo me salió normal –luego miro a la chica- además los Haruno son una compañía aliada, una muy buena elección hijo.

La verdad no me agradaba para nada esa chica, solo la acepte porque sabía que mi padre la aceptaría. Me di cuenta de que amaba a Naruto y quizá nunca dejaría de amarlo, pero no podía quitarme la careta que me había puesto, porque si lo hacía toda mi vida se derrumbaría.

Mi madre estuvo por dejar a mi padre, aunque al final perdono al gran Uchiha Fugaku, pues lo amaba demasiado.


Y volveré a buscarte
allí hasta donde estés,
tan sólo quiero amarte
y poder tener
alguien en que apoyarme
alguien en quien volcar
todo el amor que cercenó el qué dirán...

No más miedo a entregar
mis labios sin antes mirar
no más miedo a acariciar
nuestros cuerpos y soñar
A la mierda con
el armario y el diván
y si hay que luchar
luchar es educar

 

Pasaron 9 años, a Naruto no lo había visto desde hacía mucho, desde que salimos de la secundaria para ser más precisos.

De Itachi solo supimos que se había ido a estados unidos y se había casado, había empezado su propia compañía en electrónica y le iba muy bien, al parecer era feliz al lado de su esposo Deidara, además de que tenían un par de niños que habían tenido mediante un vientre de alquiler.

Ahora estaba casado con Sakura, en cuanto informamos que nos casaríamos nuestras familias lo organizaron todo inmediatamente.

Teniendo 24 años mi vida podía ser clasificada como perfecta, claro hasta que después de tanto tiempo volví a ver a Naruto en una fiesta que fue organizada por su familia.

Ahora el dirigía las empresas Namikaze por herencia paterna y también las Uzumaki que le pertenecían por herencia materna, estaba casado con Hyuuga Hinata, se sabía que era un matrimonio arreglado, pero aun así se veían muy felices.

Él estaba radiante y en cuanto me reconoció se acercó a saludarme.

-          Hola cuanto tiempo sin verte Sasuke –me saludo, ya no dijo su tradicional “teme” algo que de verdad me hizo sentir mal.- a ti también Sakura, supe que se casaron felicidades.

-          Gracias Naruto –dijo mi flamante esposa- igualmente los felicitamos, son una hermosa pareja.

-          Gracias, ella es Hyuuga Hinata mi esposa.

-          Felicidades Naruto –me costó infiernos decirlo y es que ¿Quién se sentiría feliz al ver a la persona que ama al lado de otra persona? Nadie eso es seguro, aunque yo también estaba casado…

-          Amor –lo llamo Hinata- vámonos estoy algo mareada.

-          Claro, es normal en tu estado –dijo muy feliz.

-          ¿estado? –claro que Sakura no se quedaría con la duda.

-          Ah, claro. Es que ella está embarazada de nuestro primogénito –respondió feliz, eso termino de destrozarme.

-          Oh, que coincidencia yo también estoy embarazada –dijo y yo voltee a verla confundido, pues no me había informado nada.- ah, si no te lo había dicho porque me acabo de enterar hoy ¿no estas feliz amor? –me pregunto.

-          Claro –fue lo único que pude decir, aun no procesaba la noticia.

-          Pues felicidades –dijo Hinata.

-          Si felicidades, ahora si nos disculpan llevare a mi esposa a descansar.

Y así se fueron dejándome a mí en un remolino de emociones.


Que en asuntos del corazón
no hay reglas de dos
Que somos distintos, somos iguales
no más guetos, alza la voz

Y volveré a buscarte
allí hasta donde estés
tan sólo quiero amarte
y poder tener
alguien en que apoyarme
alguien en quien volcar
todo el amor que cercenó el qué dirán...

 

Pasaron otros 4 años.

Yo tenía a mi hija, Uchiha Sarada. Una niña muy parecida a mí, solo que usaba lentes.

Naruto había tenido un hijo varón y según me había enterado estaba próximo a tener una niña.

Al parecer las cosas eran mejor dejarlas como estaban. Pues ahora ambos habían vuelto a ser amigos, lo que al parecer seria lo máximo a lo que podría aspirar ser.

Lo raro era que a mis 28 años, seguía enamorado de la misma persona de la que me enamore a los 15 aun estando ambos casados, no conocía a nadie que estuviera en mi misma posición.

-          Amor es terrible –entro Sakura a mi despacho agitada

-          ¿Qué ocurre? –cuestione sin mucho interés.

-          Hinata murió después de dar a luz a su bebe –fue lo que dijo

-          ¿y la bebe? –pregunte preocupado pues Naruto esperaba con mucha ilusión a esa niña.

-          La bebe sobrevivió –después de que dijo eso inmediatamente partimos con rumbo a la mansión Namikaze, pues yo sabía que Naruto debía estar destrozado.

Cuando llegamos nos encontramos con toda la familia Hyuuga, la Namikaze y la Uzumaki, los cuales estaban allí para darle apoyo a Naruto.

Sarada fue a buscar a Namikaze Bolt, el hijo mayor de Naruto de quien era muy amiga aunque yo sabía que ella amaba al niño, solo alcance a ver cuando el niño se había puesto a llorar a rienda suelta nada más abrazo a mi hija.

Sakura…ni idea a donde se fue, pero yo busque a Naruto hasta que di con él. Estaba en su habitación, tenía los ojos hinchados y sostenía un pequeño bulto entre sus brazos.

-          Su nombre es Himawari, Namikaze Himawari –dijo en cuanto me vio- ese fue el nombre que le puso ella antes de…

-          Llora –fue todo lo que  dije abrazándolo, la bebita estaba en medio de los dos, pero no se quejó ni nada. Su padre lloro y lloro, sacando todo el dolor que sentía en ese momento y yo llore junto con él, pues nada me dolía tanto como verlo sufrir.

-          Gracias teme –dijo en cuanto termino de llorar, regalándome una pequeña sonrisa.

-          De nada dobe.

Después fue el funeral de Hinata, y yo no me aparte del lado de Naruto, así como mi hija no se apartó del lado del Bolt. Ambos le dábamos apoyo a la persona que amábamos.

Y así paso un año.

Un año en el cual mi hija y yo nos la pasábamos en compañía de los Namikaze, ayudándolos a cuidar de la pequeña Himawari, quien era la adoración de todos, era una niña muy linda, aunque debes en cuando demostraba un carácter muy parecido al de su abuela Kushina.

Sakura se la pasaba con sus amigas, ni siquiera tenía interés en cuidar de Sarada, aunque a ella tampoco le importaba estar sin su madre, prefería la compañía de Bolt, Himawari y Naruto.

Y llego ese día en que Sarada y yo llegamos a casa solo para que encontrara a la que todavía era mi esposa, en la cama con otro hombre.

Ella quiso excusarse echándome la culpa a mí por no estar siempre con ella, quiso poner a Sarada de su parte, intento muchas cosas para que siguiera a su lado pero nada le funciono.

Al final acabamos firmando el divorcio y yo me quede con la custodia de Sarada…

-          Oye papá –me llamo Sarada, unos días después de que acabase el juicio por su custodia.

-          ¿Qué ocurre Sarada? –pregunte comenzando a beber un poco de agua.

-          ¿Cuándo empezaras a conquistar a Naru-san? –ante esta pregunta casi me ahogo, pues… ¿Cómo mi hija se había percatado de mis sentimientos por Naruto?

-          Era obvio –dijo como leyéndome la mente- soy una Uchiha y nada se me escapa, así que espero lo conquistes rápido, después de todo él ha parecido mi madre más que Sakura siempre –Sarada nunca le había dicho madre a Sakura, la llamaba por su nombre normalmente.

-          Eh, pues empezare pronto

-          Mas te vale

Y al final tenía el permiso de mi hija para intentar conquistar a Naruto, después de 14 años, por fin trataría de tenerlo para mí.

“Namikaze Naruto prepárate por que serás mío” pensé determinado.


Y cuando llegue el final
el otoño de nuestro amor
yo te esperaré, mientras, vive
y lucha por tener
derecho a elegir
con qué cabeza tu almohada compartir
orgulloso de ser quien eres
y no como deberías ser
Cuánto me cuesta sobrevivir
cuánto sonreír
sin poder quitarme el antifaz
que me disfraza de normal

 

Otro año había pasado y por fin a mis 30 años ese rubio atolondrado era mío.

Conquistar a Naruto no fue tan complicado como espere, lo complicado fue ganarme a su familia.

Pues los Namikaze, los Uzumaki y hasta los Hyuuga que lo querían mucho desde siempre le habían puesto mil trabas distintas, lo raro es que nadie dijo nada porque fuera hombre, lo único malo que veían era que según ellos alejaría a Naruto de su lado.

Aun así no me rendí y el rubio termino por ser mío.

Aún recuerdo cuando por fin me declare, aprovechando que solo estábamos nosotros dos y los niños.

-          Naruto –lo llame mientras estábamos en el jardín de la casa Namikaze, los niños estaban jugando con la pequeña Himawari.

-          ¿Qué pasa teme? –pregunto y aunque estaba nervioso no podía seguir callando todo lo que he sentido desde que lo vi por primera vez.

-          Te amo –le solté de golpe, el abrió los ojos en demasía, se veía que eso lo había tomado por sorpresa y cuando proceso lo que dije se puso tan rojo como los tomates que me encantan.

-          ¿q-que? ¿desde cuándo? –sorprendentemente (al menos para mí) no mostro repulsión, asco, pena, lastima y demás cosas negativas, solo nerviosismo y curiosidad.

-          Desde el momento en que te vi por primera vez –le dije sincero mientras tomaba sus manos entre las mías, lagrimas empezaron a caer por sus mejillas y yo me preocupe.

-          Y-yo también te he amado desde que te conocí –me confeso y en ese instante miles de dudas surgieron en mí.

-          ¿Por qué…?

-          ¿Por qué nunca te dije? –pregunto leyéndome los pensamientos- no me atrevía y cuando por fin había hallado el valor para hacerlo empezaste a salir con Sakura y me entere de lo ocurrido con tu hermano y pues…ya no me atreví.

-          Al parecer hemos pasado por mucho ¿no dobe?

-          Si, después de salir de secundaria estaba muy triste y mis padres sabían porque, me comprometieron con Hinata y llegue a quererla mucho –dijo y yo sentí que el aire me faltaba-…pero no pude amarla, al menos no como…te amo a ti.

-          Ambos fuimos idiotas ¿no crees?

-          Bastante –dijo riendo con suavidad- ¿y ahora qué?

-          Pues es algo obvio, desde hoy y para siempre eres mío dobe –le dije pegándolo a mí.

-          Y tu mío teme.

Y nos besamos, demostrando todos los sentimientos que habían estado contenidos dentro de nosotros todo este tiempo. Y solo nos separamos cuando el oxígeno nos faltó a ambos.

-          Por fin –oímos un par de voces que nos hicieron salir de nuestra burbuja.

-          Ya se habían tardado –dijo Sarada quien cargaba a Himawari que nos miraba curiosa.

-          Creía que tendríamos que intervenir-ttebasa –dijo Bolt.

-          ¿D-desde cuando están ahí? –Naruto estaba súper sonrojado, y yo también estaba algo avergonzado.

-          Desde el principio –dijo Bolt restándole importancia- espero que no le hagas nada malo a mi papi porque si lo haces yo me encargare de que desaparezcas de nuestras vidas-ttebasa –ese niño sí que quería a Naruto.

-          No te preocupes –dije poniéndome a su altura- mientras yo este con el hare lo posible porque siempre este sonriendo.

-          Eso espero-ttebasa –dijo mirándome serio, pero luego volteó a ver a Sarada y toda la seriedad se perdió- vamos a seguir jugando –dijo y se fueron llevándose a Himawari.

-          Qué manera de que nuestros hijos se enteraran –murmuro Naruto.

-          Pero al menos ya saben, solo nos faltan nuestras familias.

-          Esperemos que se lo tomen bien.

Lo malo vino al momento de informárselo a mi padre…

No deseo recordar todo lo que dijo, pero solo sé que las cosas se hubieran puesto peores si mi madre no hubiese intervenido.

Pues ella no estaba dispuesta a perder a su otro hijo por la estupidez de su padre.

La cosa termino más o menos bien e incluso su hermano volvió a ponerse en contacto con ellos después de que su padre se disculpara con él.

Al parecer la acalorada discusión con su madre más las bofetadas le habían acomodado las ideas a su padre.

De Sakura no hemos sabido nada, y no es como si me interese la verdad.

Las cosas con Naruto no podían ir mejor, nuestra primera vez juntos había sido muy especial, pues por fin pude estar con la persona que de verdad amaba.

Nuestros hijos eran muy unidos, se cuidaban unos a otros. Aunque todos habíamos notado que entre Sarada y Bolt había mucho más de lo que dejaban ver, pero a nadie le parecía mal. Además de que ambos cuidaban mucho a la pequeña Himawari, a la cual quería como si fuera mi hija, y Bolt…pues no importaba mucho, pues si las cosas seguían así él sería mi hijo político de todas formas.

-          Oye teme ¿en qué tanto piensas? –llegaste a interrumpir mis pensamientos.

-          En cómo llegamos hasta aquí dobe.

-          Sí que han sido muchas cosas no crees. Además de que por mi culpa peleaste con tu padre –mi dobe se culpaba de que las cosas siguieran tensas entre mi padre y yo.

-          No te preocupes por eso además –lo jale para que se sentara en mi regazo-¿recuerdas que fue lo que me dijiste después de la pelea que tuve con mi padre?

-          Sí. Porque al fin y al cabo solo somos humanos que nos enamoramos de otros humanos así que “El que quiera entender que entienda”

-          Me parece perfecto –dije para besarle con mucho amor y pasión, con los sentimientos que estuvieron en mi por estos 15 años.

Y ahora por fin éramos una familia, con muchos miembros muy distintos entre sí, como cualquier otra.

Aunque no faltan los malos comentarios al ser nosotros dos hombres juntos y además que dos de nuestros hijos sean demasiado cercanos.

Ignoramos los comentarios que están destinados a herirnos por ser como somos, pues la verdad no nos interesa mucho la opinión de la gente, ya que tenemos un dicho en nuestra familia “El que quiera entender que entienda”

Y volveré a buscarte
allí hasta donde estés
tan sólo quiero amarte
y poder tener
alguien en que apoyarme
alguien en quien volcar
todo el amor que cercenó el qué dirán... (3)

Notas finales:

Espero que les hayan gustado mis locuras y si no…pues ya que, tome el riesgo en subirlo por un capricho mío.

Ya subí los caps de mis otros fics por si quieren leerlos.

Bye, bye.


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).