Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Una hermosa y dolorosa ilusión por roxiyaoi

[Reviews - 7]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del fanfic:

Bueno espero que les guste, lo escribí mientras escuchaba canciones de desamor y despecho Xb, ni idea de porqué pero me surgió la idea y tuve necesidad de escribirla.

Naruto no me pertenece a mí, es de Kishimoto, si fuera mío el Sasunaru sería un hecho desde el beso que se dieron y hubiera habido mucho lemon.

Por cierto antes había dicho que publicaría los viernes mis dos fics en emisión “Amanecer Demoniaco” y “Nuestra Loca Historia de Amor”, pero no he tenido tiempo de nada, así que publicare hasta la próxima semana, así que solo les dejare este one-shot que tenía desde hace un buen rato y no lo había subido.

La historia le pertenece a mi fumada imaginación.

Espero les guste ¡¡A leer!!

En este día estoy sentado en esta enorme iglesia, rodeado de todos nuestros amigos, todos se encontraban totalmente atentos a lo que ocurría en ese instante frente a nosotros.

Sasuke está con el ceño fruncido y más serio de lo normal, tal vez demasiado para ser la boda de su hermano mayor y Naruto, quien está sentado a su lado, también esta serio, algo muy raro de verdad, pues es mi pequeño hermanito y sabe que me duele lo que está pasando.

Y yo…yo tengo ganas de morir en ese preciso instante.

Tenía mis manos aferradas a la banca en la cual estaba sentado. Sentía que el aire me faltaba, sentía que me asfixiaba mirándote allí de pie al lado de él, quien estaba ataviado de un hermoso kimono blanco.

Te veías tan guapo y varonil con ese esmoquin negro que hacía notar tu cuerpo tan bien formado.

En este momento recordé lo que había ocurrido en las últimas semanas, todo lo que nos llevó a esta situación tan dolorosa para mí…

Me desperté dispuesto a ir a la universidad y decirte por fin lo que tenía oculto desde hace meses y no te había dicho por todo lo que había ocurrido en este tiempo...que te amo. Y es que deseaba que tú hubieras superado lo ocurrido con esa persona.

Eso era lo que me había impulsado a levantarme de una rápidamente, algo completamente raro en mí, ducharme, vestirme con mi mejor ropa e incluso me puse un poco de labial transparente.

Solo tome un jugo y un pan tostado por desayuno y ni corto ni perezoso prácticamente volé hacia la universidad, todo esto frente a un sonriente Naru, que sabía perfectamente lo que yo planeaba hacer.

En el camino, no dejaba de pensar en la que sería tu reacción ¿Me rechazarías? ¿Me corresponderías? No lo sabía y eso me frustraba, estuve tentado a dejar mi plan, pero luego me di valor, debía decirte lo que sentía.

Estaba muy nervioso e inquieto, sentía que algo importante pasaría y que tú estarías involucrado.

Aun así seguí mi camino con paso firme y la frente en alto.

Cuando llegue a la universidad me sorprendí al ver a muchísimas personas en la entrada a la universidad, todos estaban reunidos en círculo, parecían rodear algo.

Me sorprendí al ver sus caras de sorpresa y felicidad, por algún motivo mi presentimiento aumento en ese momento.

Con el corazón en la mano me acerque más y vi que tú estabas bastante serio mirando al centro de ese borlote, y note las lágrimas que surcaban por tus mejillas. Eso me sorprendió de sobremanera ¿te habían lastimado?

Estaba acercándome a ti, muy preocupado, pero tu corriste abriéndote paso bruscamente entre toda la multitud. Te abalanzaste sobre alguien, entonces note que Temari estaba llorando abrazada de Kankuro y Gaara. Los tres lloraban, entonces te separaste de quien estabas abrazando y el alma se me vino a los pies. Un doncel pelirrojo que yo conocía perfectamente estaba ahí sonriendo y llorando al mismo tiempo en una silla de ruedas. Dios ese es…

-Sasori –murmuraste, tomaste su blanco rostro y le besaste.

Ese beso demostraba todos los sentimientos que guardabas dentro tuyo y que volvían a fluir en la misma dirección nuevamente…en dirección a Sabaku no Sasori.

Sentí como si mil agujas se clavaran en mi pecho. De pronto todas las fuerzas y la seguridad cayeron de mi cuerpo como toneladas de metal. Sentí como si el corazón se me desgarrara, me lleve una mano al pecho tratando de que así se fuera este dolor pero no… no lo hizo.

Me fui de la universidad temprano, Kisame me había insistido en que me quedara para festejar el hecho de que Sasori había despertado por fin del coma en que había quedado por causa de un accidente automovilístico hacia un año y medio, pero no lo hice; no quería.

 Yo sabía que no lo iba a soportar, el dolor en mi pecho no se iba, seguía ahí más que presente recordándome la imagen donde tu besabas con tanto amor y devoción a Sasori, por un momento desee fervientemente que eso fuera un sueño…una pesadilla o que mis ojos me estuvieran engañando. Pero no, no lo era. Era tan real como este dolor que me desgarraba.

A veces el amor nos hace vanas ilusiones o nos hace sufrir de una manera cruel y despiadada.

Lo había comprobado hoy en ese mínimo momento en que lo besaste, que el amor es cruel y maravilloso al mismo tiempo. La verdadera cuestión era ¿Qué iba a hacer ahora? No pensé en ninguna respuesta por ahora, pero si deje que las lágrimas salieran de mis ojos y de mi deshecho corazón.

Cuando llegue a mí casa, subí y me encerré en mi cuarto, no deseaba que Naru me viera sufrir si por casualidad llegaba temprano.

Me sentía tan triste y a la vez tan horriblemente culpable y decepcionado de mí mismo.

Triste porque ya sabía que tu jamás serias mío y también culpable y decepcionado por haber deseado que él jamás hubiera despertado.

Me sentía como una basura por haber pensado eso…

Estaba tan triste que no salí de mi cuarto en todo el día y solo comí lo que Naru me subió.

Cuando desperté al día siguiente vi que tenía los ojos algo irritados, aunque no en demasía. Suspire y me arregle lo mejor que pude y baje finalmente a prepararme el desayuno.

Sabía que no había nadie pues era tarde y Naru estaría en la escuela y mis padres estarían en el trabajo

Te encontré en la pequeña sala, estabas sentado en el sofá pensativo. No me moleste porque entraras sin permiso a mi hogar, al fin y al cabo siempre lo haces desde que éramos pequeños pues somos vecinos, te vi tan guapo y deslumbrante, lo cual hizo que mi corazón doliera. Pero aun así sonreí de la manera más falsa que lo había hecho en mi vida pidiendo a quien sea internamente que no notaras mis ojos irritados, cosa que tú no notaste, ni siquiera te diste cuenta de cuan falsamente te sonreí.

-Buenas Dei-chan –me saludaste como siempre con una sonrisa de lado, se veía tu buen humor saliendo por cada uno de tus poros.

-H-hola Itachi –te salude sonriendo con más ganas, reprendiéndome internamente por ser tan hipócrita. Te acercaste y me abrazaste un escalofrío me recorrió el pecho y la columna.

-¿Sucede algo? Estás frío –me preguntaste poniendo tu mano cálida en mi frente, negué con la cabeza para espabilar un poco.

-¿Quieres desayunar? –te pregunte caminando hacia la cocina, diciéndome internamente que no estaba huyendo.

-No gracias –me seguiste hacia la cocina y te sentaste en una de las sillas de la barra que había.- ¿Por qué te fuiste tan temprano de la uni?- me preguntaste jugando con las servilletas. Detuve mi búsqueda en el refrigerador y temblé inconscientemente, me temía que me lo preguntaras.

-No me sentía bien –dije a modo de respuesta y seguí buscando sin decidir que comería. Hasta tomar finalmente el cartón de leche y dirigirme a la alacena para sacar mi cereal favorito.

-¿Ahora sí te sientes bien?- me preguntaste de nuevo preocupado “deja de darme falsas esperanzas” roge internamente, no quería que te preocuparas por mi pues eso me ilusionaba, aun sabiendo que no me querías como yo a ti.

-Sí, solo tenía un ligero malestar de cabeza, es todo –serví el cereal y empecé a comer sin mucho ánimo.

-¿Por qué no vas con un médico?

Tú siempre preocupándote por mí, el pecho de nuevo me dolió y tuve que hacer de todo mi orgullo y fuerza de voluntad para no romper en llanto.

-Estoy bien, de verdad. Mejor dime que es lo que hicieron ayer –te pedí para cambiar de tema, aunque me arrepentí al ver tu rostro.

-Celebramos el regreso de Sasori –dijiste con los ojos llenos de un brillo muy raro en ti. Ya me esperaba lo peor.

-Itachi/Dei-chan, hay algo que tengo que decirte. –dijimos los dos al mismo tiempo, sonreímos como bobos. Y yo te concedí la palabra, ya te diría lo que tengo que decirte.

Te diría que te amo desde hace mucho tiempo y pasaría lo que tenga que pasar…

-Me casare con Sasori.

Como si me fueras a amar a mí…

-¿No es grandioso? –me dijiste sonriente. Por un momento el corazón dejo de latirme, y cuando volvió a hacerlo sentí como si una espada lo partiera por la mitad.- ¿Por qué no te alegras, Dei-chan?- me preguntaste mirándome preocupado, negué energéticamente con la cabeza y esboce la más falsa y dolorosa sonrisa que jamás pude considerar hacer en mi vida, al menos dirigida a ti.

-¡Me alegro mucho por ti, Itachi!–eres un vil mentiroso Namikase Deidara. Me voltee y me seque los ojos disimuladamente, mientras me abrazabas con fuerza. No cabías de la alegría. Pero…

-Ahora ¿Qué tenías que decirme? –me preguntaste sin dejarme de sonreír. Ya no importa, vamos Deidara acaba contigo mismo, acaba con todo esto de una vez.

-Eh… Pues…–No, no arruinaría tu felicidad por un capricho mío, no, jamás haría eso, no podría hacerlo.-  Qué… te deseo seas feliz junto a él –dije, me sorprendí de la felicidad que expresaba mi voz, una que yo sabía que no sentía. Eso mismo… acaba con todo.

Tú seguiste sonriendo y de nuevo me abrazaste murmurándome un "gracias" en mi oído, haciéndome sentir un escalofrío. No lo notaste pero yo ya había empezado a llorar.

Y aquí estamos, en este instante.

Tu junto a él, ambos hermosos.

Todos reunidos para presenciar como harían una promesa sagrada ante dios y todos los presentes.

Cuando el padre pronuncia la dichosa frase de "Que hable ahora o calle para siempre" tuve unas ganas enormes de ponerme de pie y decir que claro que sí, yo me oponía. Diciendo ante todos que te amo con todo lo que  toda mujer y doncel puede amar.

Pero sé que no puedo, pues como te amo debo dejar que seas feliz, aunque yo me muera de tristeza.

Nadie dice nada y su promesa queda sellada con un beso.

Todos (o casi todos) se levantan y aplauden con euforia deseándoles mucha salud y felicidad.

 Yo en cambio quiero morir, me levante de mi asiento y salgo de la iglesia a trompicones como si estuviera borracho, ante la preocupada mirada de mi hermanito, pero con la mirada le digo que deseo estar solo.

El dolor en mi pecho me está matando, volteo y por última vez te miro ante la puerta de la iglesia sonriente y de la mano de tu nuevo esposo. Ni siquiera has visto que me he marchado, estás demasiado feliz como para notar mi ausencia. Le dejo un susurro al viento "te amo, Itachi" esperando y rogando que te llegara a tus oídos, pero no, el viento solo es el viento nada más. 

Como de verdad  él te amara, como si fuera cierto que él te correspondería. No. Todo es una ilusión. Una hermosa y dolorosa ilusión.

Fin

Notas finales:

Espero que les haya gustado.

Y les recuerdo que no podre publicar, mañana así que será el viernes de la próxima semana, espero me entiendan la escuela no me deja tiempo para anda, aparte de que tengo que presentar un servivio…bueno ya no los entretengo

Bye, bye.


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).