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Awake and Alive por Mizuki Nozomi

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Notas del fanfic:

Aclaración: Naruto Shippuden y sus personajes no me pertenecen, son propiedad del gran Masashi Kishimoto :v

No hago esto con fines de lucro si no por mero entretenimiento y amor al Yaoi ~(*w*)~

Notas del capitulo:

Hola hola!~

Primero que nada déjenme decir que este es mi primer fanfic ItaDei (y por tanto también mi primer fanfic de Naruto xDD) una de mis amadas OTP. Hace mucho tiempo que quería escribir de ellos! *fangirleo time* Me disculpo de ante mano si hay algo de Occ, como ya dije nunca eh escrito de esta pareja antes ñ.n (Lo mio es Kuroshitsuji; mil disculpas u_u)

La idea para esta historia nació mientras escuchaba "Awake and alive" de Skillet xD, por ello le puse ese titulo (^w^) (En español: Despierto y Vivo)

En fin, si les soy sincera no se de cuantos capítulos sera este fanfic(? La idea la tengo pero no se que tanto alargarla :/

Como sea, por ahora les dejo el capítulo 1. Espero les guste ^^

(mas notas al final)

AWAKE AND ALIVE

CAPITULO 1

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Acomodándome de costado en la cama, fije mi atención en la puerta frente a mí, teniendo el pequeño impulso de salir de la habitación en la que no hacía más que torturarme pensando.

Quizá se debía a la gravedad de mis actos o a mi gran habilidad de recordarme constantemente la razón de mi presente, que con mucha frecuencia estos días mi cabeza se inundaba de recuerdos que me echaban en cara mis altas faltas: Había matado a todo mi clan, le había arruinado la vida a mi único hermano, me había convertido en un criminal rango S, me había unido a Akatsuki, y desde hace ya tiempo la sangre de muchos inocentes manchaba mis manos. Bien, supongo que era de esperarse que mi conciencia no estuviera nada limpia; y sin embargo había noches en las que aun sin merecerlo deseaba con gran anhelo poder dormir tranquilo, solo por una noche estar libre de pesadillas en las que mis actos se repetían constantemente amenazando con derrumbar las barreras de control que me mantenían de pie.

Con calma me fije en el reloj sobre la cómoda. Ya casi era media noche y aunque me encontraba cansado física y mentalmente debido a la misión de dos semanas de la que apenas hoy había regresado, era incapaz de dormir, temiendo lo que lo que me esperaba apenas mis ojos se cerraran.

Hoy era aniversario de la masacre de mi clan, y para ser sincero esa fecha había estado en mi cabeza desde la mañana y a lo largo de todo mi día, dejándome en claro que a la noche teníamos una "cita" en mis ya perturbados sueños.

Ya podía imaginarme la cara que tendría mañana, aunque afortunadamente y debido a mí resiente misión, Pain me había avisado que tendría unos días libres, y para mejorar todo: Kakuzo, Hidan, Kisame, y "Tobi" estaban de misión, otorgando considerable paz al lugar, así que nadie me molestaría mañana en el desayuno por mí posible mal humor y rostro de muerto.

Rodando los ojos le di una miraba a toda mi habitación.

Ahora que lo pensaba…era curioso como esto que llamábamos base o punto de reunión ahora era algo así como un "hogar" para todos. No sé si había sido intencional o simple casualidad que con el tiempo lo que antes era nada más ni nada menos que una gran cueva con paredes y pisos sucios de mal aspecto, ahora estaba adaptada a pasillos con piso firme y habitaciones con materiales de primera necesidad. Las paredes conservaban colores oscuros, y los muebles no eran de muy buena calidad, pero para un montón de criminales esto era genial. Incluso contábamos con una sala de estar y una cocina adornada con plantas.

Pisadas en el pasillo alertaron mis sentidos unos segundos, sacándome de mis cavilaciones, más apenas la persona que las provocaba pasó de largo volví a sumirme en un estado de estupor.

En la cueva solo estaba yo, Pain y Konan. Deidara y Sasori estaban de misión desde hace ya unos días, pero tenía entendido que hoy en la mañana regresaban esos dos "artistas".

No es que no apreciara a mis compañeros, pues ciertamente todos tenían virtudes y habilidades únicas dignas de admirarse, pero me daban igual, pues no les hablaba a ninguno a menos que fuera completamente necesario, y eso era porque entre nosotros -aunque fuéramos integrantes de la misma organización- no había confianza en lo absoluto. Todos desconfiábamos de todos, y por eso mismo había algo que llamaba bastante mi atención desde hace ya bastante tiempo:

De todos los equipos que había, era extraño que solo uno tuviera una relación tan estrecha -al grado de parecer tener una verdadera amistad- y este equipo era justamente el de los artistas. Si, a veces peleaban bastante por defender sus ideales, pero aun así jamás los había visto tratar de matarse entre ellos como todos los demás, incluyéndome.

¿Por qué?

Sasori era una "persona" irritable a mi parecer, impaciente, violento, extraño, no toleraba las bromas y mucho menos las burlas, prefería mil veces estar solo que acompañado y pasársela encerrado en su pieza creando venenos y mejorando sus marionetas; pero a pesar de que él rubio con el que formaba equipo desde hace poco más medio año se la pasaba aprovechando cualquier ocasión para estar con él y hacerlo enfadar la marioneta jamás le había hecho daño alguno más que cuando entrenaban juntos, y eso, solo para enseñarle a defenderse.

Ciertamente, el pelirrojo se había convertido en el "danna" del chico de ojos azules y temperamento literalmente explosivo, pero eso no era todo, Sasori era…diferente cuando estaba con aquel adolescente, era más paciente y agradable.

¿Por qué?

Desde que habíamos reclutado al rubio yo jamás volví a hablar con él, pues aparte de que este término odiándome y declarándomelo de cara, rara vez nos veíamos, y cuando esto pasaba él prefería ignorarme y seguirse de largo, como yo con todos, ¡pero eso él solo lo hacía conmigo!, a los demás los saludaba con su muy característica sonrisa, y extrañamente todos se habían acostumbrado a responderle, incluso Konan y Pain.

¿Por qué?

Quizá la "amabilidad" que todos le mostraban se debía a que como era el más joven le tenían lastima…No, no era eso, pues había demostrado estar al mismo nivel que los demás a su corta edad de 17 años. ¿Entonces que era?

Una palabra pareció formarse frente a mis ojos: Inocencia.

Deidara era una persona algo inocente para su edad. Varias veces había visto una expresión de duda o confusión en su rostro cuando alguien -casi siempre Hidan- hacia algún comentario con doble sentido. Todos reían al menos un poco, menos Deidara, quien mirando el suelo prefería permanecer callado, visiblemente incómodo.

Pero aun así, ¿eso que tenía que ver? ¿Lo trataban bien porque era el más joven e inocente? No.

Igual y era por su apariencia. De todo akatsuki, Deidara era el más pequeño físicamente, midiendo poco más de 1.65. Menudo, de extremidades delgadas y cintura pequeña, rasgos finos, rostro algo redondo y aniñado, ojos azul cielo que brillaban llenos de anhelos, labios delgados color rosa pálido, y cabello largo y rubio visiblemente cuidado (la envidia secreta de Konan). Confieso que la primera vez que lo vi dude de su género. Deidara era alguien a quien era fácil pasar por mujer, cosa que a cualquiera podía costarle la vida.

Si, quizá era eso…aunque…de alguna forma pensar en ello me molestaba…

¿Por qué?

Enojado y confundió fruncí el ceño mientras buscaba respuestas mirando a la nada, hasta que un bostezo me hizo perder el hilo y poco a poco cerrar los ojos con cansancio. Ya no aguantaba más, necesitaba dormir.

Con apenas una pisca de lucidez en mí, no pide evitar preguntarme de quien habrían sido las pasos de hace un momento, ni tampoco evitar pensar en el artista de cabellos de sol y ojos cual cielo despejado.

O-o-o-o- POV Deidara -o-o-o-O

Mi humor era peor que el de Pain cuando una misión fallaba. Apenas y podía caminar, sangre escurría por mi frente proveniente de quien sabe dónde, una cortada en uno de mis brazos me escocia, y tenía el cabello sucio al igual que la ropa.

Era apropiado pensar que Sasori tampoco estaba del mejor humor, pues Hiruko le estaba dando problemas debido a que durante la batalla que habíamos tenido con algunos anbu durante la misión, este resulto gravemente dañado.

Afortunadamente frente a nosotros podíamos ver con toda claridad la base.

-¡Al fin! –exclame en un suspiro mirando con una sonrisa a mi maestro.

- ¿Cansado? –pregunto observándome desde los ojos de su fea marioneta.

-Y que lo diga. Estoy agotado. Me reportare al jefe, tomare un baño, cenare, y me iré a dormir por 3 días –respondí con una sonrisilla, sobándome el cuello.

-Eso suena bien –Murmuro en un suspiro.

Ya frente a la entrada de la base, mi maestro decidió salí de Hiruko, para lo cual tuve que ayudarlo quitando la capa y forzando un poco la rendija de salida, pues esta estaba algo atascada.

Una vez fuera, Sasori miro con seriedad su destrozada creación. El pelirrojo vestía casi igual que yo, con pantalón y playera de rejilla sobre otra de algodón con licra negra (esta era más larga que la mía, que solo me cubría la mitad del torso). Sacando de entre sus ropas un pergamino, hizo algunos sellos, para que al terminarlos Hiruko desapareciera en una nube de polvo succionada por el pergamino que posteriormente fue guardado de nueva cuenta.

Sin nada más que hacer afuera, mi maestro y yo nos adentramos a la base.

Apenas llegamos a la "sala" me dispuse a ir al encuentro de Pain y Konan para informarles de nuestro regreso, más una mano en mi brazo me detuvo. No pude evitar hacer una mueca de dolor pues en ese brazo es donde me habían herido. Apenas Sasori se dio cuenta de ese hecho se apresuró a soltarme.

-¿Pasa algo maestro? –pregunte mirándolo con notable confusión.

-Yo les avisare de nuestro regreso y daré los detalles de la misión, tu ve a tu habitación, báñate, cura eso, cena al algo, y duerme por tres días –murmuro dedicándome una diminuta sonrisa y una mirada cálida.

-Gracias –exhale devolviéndole el gesto.

Dándose la vuelta, el pelirrojo se perdió en uno de los pasillos con dirección a donde Pain siempre nos esperaba.

Apenas perdí de vista a mi compañero camine sin prisa hacia mi habitación, pasando por un largo pasillo con varias puertas, correspondientes a las habitaciones de algunos de mis compañeros o a simples habitaciones en des-uso. En este mismo pasillo había dos baños.

Mi habitación quedaba al final, a dos puertas de la de mi maestro (una de esas puertas pertenecía a un baño), y para mi mala suerte, al lado de la del Uchiha-bastardo.

Como siempre, la puerta del poseedor del asqueroso sharingan estaba cerrada. Hasta donde sabía, Pain lo había mandado a una misión hace unos días…

¿Ya estará de regreso?

-Como si me importara –dije en un susurro siguiendo con mi camino.

Una vez llegue a mi habitación me adentre en esta y no dude en quitarme la capa, botándola en el suelo al igual que las sandalias. Tome una toalla de la cómoda al lado de la cama junto con mis cosas de aseo personal y una muda de ropa.

-Creo que es todo…-murmure saliendo del cuarto y yendo directamente hacia el baño, que para mí buena suerte estaba desocupado.

Cerrando la puerta con seguro acomode mis cosas en la pequeña repisa en una de las paredes y comence a quitarme toda la ropa hasta quedar desnudo. Tomando aire para infundirme valor abrí la llave de la regadera, sabiendo de ante mano que esta saldría a lo mucho tibia, pues el calentador con el que contábamos era más que ineficiente.

Soltando una maldición me metí dentro del chorro de agua, sintiendo esa horrible sensación de querer salir corriendo.

Con un suspiro estire una mano para tomar el champú y vaciar en mi otra mano un poco de dicha sustancia, antes de llevármela a la cabeza, donde con delicadeza masaje el cuero cabelludo asegurándome de esparcir la sustancia por todo el cabello, notando con alivio que la sangre que hace rato escurría por mi frente no era mía.

Terminando con el cabello, tome la esponja y la frote con el jabón, antes de pasármela por el cuerpo, limpiando más de 3 veces cada extremidad y teniendo especial cuidado con la herida en mi brazo, la cual -afortunadamente- no estaba tan mal, aunque aún sangraba.

Ya completamente limpio cerré la llave del agua y seque mi cuerpo con la toalla antes de ponerme una playera larga que me llegaba a los muslos y seguido de eso envolver la toalla en mi cabeza para que esta absorbiera la humedad de mi cabello.

Parándome frente al lavamanos saque lo necesario para curar mi brazo. Soltando un suspiro al desinfectar la herida, agregar el alcohol y poner una venda.

Apenas termine con mi brazo, me puse ropa interior y una short que me llegaba la rodilla, tome mis cosas y salí del baño con destino a mi habitación en la que apenas llegue no dude en cerrar con seguro, para después acomodar mis cosas en su lugar, colgar mi toalla en el perchero y cepillar mi cabello que no tardó mucho en estar casi seco.

A pesar de tener hambre no me sentía con ganas de ir a la cocina, así que eso lo deje para más tarde, ahora solo quería dormir un poco.

Con las pocas fuerzas que me quedaban me dirigí cual muerto viviente a la cama, metiéndome entre las cobijas y haciéndome un ovillo, antes de cerrar los ojos y sentir como la inconciencia comenzaba a llegar a mí.

Era tarde, el sol se encontraba a poco de tocar el horizonte, y la luz que emitía era bastante agradable.

Mirando a mi alrededor comprobé que me encontraba en un bosque, frondoso y enorme. Todo estaba en silencio y eso me inquietaba un poco, sensación nada extraña siendo un ninja. Algo vacilante me decidí a caminar por el lugar, para tratar de averiguar en donde me encontraba, apretando los puños al ver que no traía conmigo ninguna bolsa de arcilla o algún tipo de arma.

Caminado por varios minutos empecé a desesperarme, me sentía como un ratón siendo acechado por una serpiente. Ya no quería seguir. El sol estaba por desaparecer por completo, y el bosque se hacía cada vez más oscuro y atemorizante.

-Vamos Deidara, tienes 17, no te comportes como un chiquillo –me dije en un suspiro.

Sintiendo una presencia cerca de mí me puse en guardia, tratando de identificar su localización.

Estático como una roca, ante mis ojos se hizo claro el cuerpo de una persona parada a unos metros de mí, dándome la espalda mientras observaba el atardecer. Al parecer se trataba de un hombre, era alto, vestía ropa holgada oscura, tenía el cabello largo y color negro-grisáceo sujeto por lo bajo con una liga roja…

Sin pensarlo mucho rodee la figura de aquel hombre con lentitud hasta que pude verlo de perfil. Me fue imposible no reconocerlo.

-... ¿Itachi? –Pregunte estupefacto al notar un atisbo de nostalgia en sus facciones.

Ignorándome por completo, el pelinegro empezó a caminar en línea recta hacia el sol, que estaba a solo segundos de dejar el paso libre a la noche.

El bosque comenzó a tornarse más y más oscuro conforme el poseedor del sharingan avanzaba.

-¡Oye! ¡Espera! –lo llame corriendo para alcanzarlo. No quería quedarme solo.

Aun cuando mis piernas daban todo por correr con más rapidez, no lograba alcanzar la figura del ninja de la hoja, aumentando así mi desesperación; sentía que si no lograba alcanzarlo jamás lo volvería a ver.

-¡ITACHI! –Grite con lágrimas en los ojos -¡DETENTE!

La luz siguió disminuyendo y todo empezó a ser consumido por la negrura. Frente a mí la figura desgarbada del Uchiha se fue perdiendo entre la oscuridad.

-¡No! ¡Por favor! –solloce inútilmente.

En el horizonte el sol desapareció por completo, y me vi rodeado totalmente de oscuridad.

---------

Con el corazón a mil mis ojos se abrieron mirando desorbitados mí alrededor, tratando de ubicar donde me encontraba y reconociendo con increíble alivio mi habitación.

-Fue un sueño –me dije embozando una sonrisa intentando calmar mi agitada respiración y controlar un poco mis emociones, que pugnaban en querer hacerme llorar.

¿Llorar por qué?

Quitándome las cobijas de encima me senté en la cama pasándome una mano por el cabello. Mi frente sudaba, y mi cuerpo soltaba débiles temblores que no eran de frio…

-¿Qué rayos fue eso…? –susurre levantándome de la cama con dirección al baño, en el que me encerré para lavarme la cara con abundante agua, buscando calmarme.

Mirando mi rostro en el reflejo del espejo, me sentí bastante descolocado al ver la expresión de preocupación y miedo que tenía. Parecía un animalillo asustado…

Apretando los puños salí del cuarto y me dirigí con sigilo a la cocina para comer, pues por preferir dormir primero ahora me moría de hambre.

Todo estaba en total oscuridad, por lo que tuve especial cuidado al caminar, pues no me había puesto las sandalias y no quería llevarme un doloroso golpe en mis dedos.

Llegando al final del pasillo me asome a la sala de estar, asegurándome de que estuviera vacía antes de entrar; justo ahora tampoco quería que nadie me viera, aun me sentía nervioso por el sueño que había tenido…

Negando varias veces con la cabeza pase por la sala, llegando finalmente a la cocina en la que adentre en silencio.

Sin prender la luz busque algo de comida, sin saber en si lo que quería.

Encontrando cereal en la alacena me decidí a comer eso; algo muy pesado probablemente me traería más pesadillas y un dolor de estómago, puesto que apenas terminara tenía planeado seguir durmiendo, aun me sentía cansado…

Echando algo de leche y cereal en un cuenco me senté a la mesa, devorando mi cena un tanto distraído, sin parar de mover un pie de forma impaciente.

Ya con el estómago apaciguado y el plato de cereal vacío lo lleve al fregadero, en donde lo lave tomándome mi tiempo.

Me sentía inquieto. No podía sacarme de la mente al Uchiha desapareciendo de mi vista…¿Qué significaba? ¿Por qué me hacía sentir tan preocupado?

-Solo fue un sueño… -me dije recargándome contra el lavabo, bajando la cabeza haciendo que una cortina de cabello me ocultara el rostro.

Permaneciendo quieto por varios segundos, finalmente recupere la compostura, decidido a olvidarme de todo por ahora e irme a seguir durmiendo.

Dándome la vuelta me dirigí a la salida, llevándome un susto de muerte al ver a alguien parado ahí, completamente inmóvil entre las sombras. Con una mano sobre la boca me contuve para no soltar un gritillo por la sorpresa.

Estirando un brazo el individuo apretó el interruptor de la luz.

-¿Uchiha? –pregunte apenas mis ojos se acostumbraron a la repentina luminiscencia del lugar.

Sin decir nada el poseedor del sharingan entro completamente a la cocina, quitando su vista de mí y yendo hacia la alacena, de donde saco un sobre de té.

El pelinegro vestía un pantalón negro holgado y una playera azul marino sin estampado; el cabello lo traía amarado en una coleta baja, y la expresión en su rostro era indescifrable, como siempre…pero hoy había algo diferente, se veía cansado, sus ojeras parecían acentuarse más que de costumbre y sus ojos eran dos carbones carentes de brillo…

-Oye –llame frunciendo el ceño.

No sabía por qué pero a pesar de que no toleraba a este sujeto y mi odio hacia el no había disminuido en lo más mínimo, quería saber que le pasaba, no por preocupación, sino por simple curiosidad…

Parado frente a la estufa en espera de que el agua de la tetera que acababa de colocar ahí comenzara a hervir, el pelinegro giro el rostro fijando su vista en mí.

-¿Qué quieres? –pregunto secamente, sonando casi enojado.

Un escalofrió recorrió mi columna de arriba abajo dejándome sin habla. No sabía que decir. Normalmente mandaría e cualquiera que me hable mal al mismísimo infierno con una bomba y una maldición nacida de mis labios…pero ahora no contaba con arcilla, y mi boca se negaba a dejar salir cualquier impropio.

- …olvídalo… -masculle tras varios segundos.

Queriéndome evitar un dolor de cabeza o terminar matando –o más bien "intentando matar"- a ese sujeto tan irritable y estoico me decidí a retirarme, teniendo muy en claro que tenía las de perder muy a mi pesar.

Evitando mirar nuevamente al poseedor del sharingan me dirigí hacia la puerta a pasos rápidos, apretando con una mano una parte de mi playera, quizá por nerviosismo, quizá por miedo…

-Deidara –llamo el Uchiha cuando mi mano tomo el pomo de la puerta. Su voz era más calmada que hace unos momentos pero seguía careciendo de emoción alguna.

-¿Qué? –dije de mal modo sin voltearme a verlo.

-Ven –pidió, o más bien ordeno.

-¿Eh? –me di la vuelta, sintiendo desconfianza del pelinegro que se servía su té en una taza y tomaba asiento en la mesa con su atención puesta en mí.

-Ven –repitió mirándome a los ojos.

No pude evitar sumergirme en aquellos carbones suyos que lograban dejarme sin respiración y me confundían.

Por unos segundos considere la opción de ignorar su llamado y marcharme de la estancia, pues seguro eso lo aria enfadar, pero eso mismo me dejaría sin saber qué es lo que el Uchiha quera, y lamentablemente para mi orgullo mi curiosidad era más fuerte.

 

Con pasos lánguidos me acerque a la mesa, sin apartar la vista del ninja ahí sentado tomando su té con cara de roca. Una vez a menos de metro y medio, el mayor me indico con un gesto que tomara asiento, acción que me pareció bastante molesta de su parte.

 

-Se más amable, idiota –masculle sentándome en el lugar indicado, a su lado, teniendo especial cuidado de mantener una distancia prudente.

Ignorando mis palabras el sujeto continúo degustando su té, con los ojos cerrados.

Aprovechando su aparente distracción y falta de palabras, me atreví a observar con algo de descaro su cara, sintiéndome más intrigado por lo que se veía en el más de cerca.

-Te vez fatal… -farfulle sin miramientos. El rostro del Uchiha estaba aún más demacrado de lo que había visto hace unos minutos, sus ojeras eran increíblemente prominentes, como si llevara bastante tiempo sin dormir, sus labios estaban pálidos al igual que su piel, que aunque ya de por sí lo era ahora de verdad parecía una sábana nueva.

Sin recibir respuesta a mi comentario me fui impacientando cada vez más, creyendo que todo esto era una broma de su parte, que solo quería hacerme perder mi tiempo.

Dejando la taza sobre la mesa el pelinegro mantuvo la vista fija en ella, sin ver nada en realidad. Me estaba empezando a preocupar.

-Hace frió –dijo de la nada, haciéndome dar un respingo.

-Eh…si, algo –murmure, notando como sus ojos se opacaban aún más, antes de volver a cerrarlos.

En la cocina no se escuchaba nada más que mi respiración y la suya.

-¿Uchiha? –Pregunte tras unos segundos al ver que no se movía – ¡Uchiha!

Nada.

Algo vacilante levante una mano, dirigiéndola hacia una de las suyas con intención de captar su atención, pues al parecer no lo aria llamándolo.

Apenas tocar la fría piel su mano se cerró con rapidez sobre la mía, mientras habría los ojos y me miraba sin expresión alguna.

-…Deberías irte a dormir… -apenas pude decir, tratando de liberarme de su agarre sin éxito alguno, mientras el bajaba la mirada y la enfocaba en mi apresada extremidad.

-No puedo –dijo secamente.

-¿Qué? ¿Acaso no te has visto a un espejo? ¡Lárgate a dormir! –comencé a exasperarme, más nuevamente me dejo sin una respuesta, colmando así la paciencia que me quedaba.

Aprovechando que no me soltaba me levante y lo jale conmigo sin pensar, saliendo de la cocina y yendo en dirección a su habitación, en donde planeaba botarlo apenas llegar.

Tan concentrado estaba en mi objetivo que no fue sino hasta que llegamos al pasillo de los dormitorios cuando caí en la cuenta de a quien estaba arrastrando como si se tratara de un niño pequeño…y que esta persona no había hecho objeción alguna por mi trato hacia él.

Girando el rostro hacia el mayor fruncí el ceño al ver su mirada vacía y la soltura con la que me seguía, por lo que decidí no darle más vueltas al asunto y cumplir con mi objetivo.

Apenas estuve frente a la habitación del pelinegro gire la perilla y abrí la puerta antes de adentrarme a la estancia con su propietario aun tomado de mi mano, cerrando la puerta de una patada.

Deteniéndome a un lado de la cama me gire hacia Itachi y lo evalué unos segundos.

-¿Acaso estas ebrio? –pregunte tratando de visualizar su rostro entre tanta oscuridad y con ayuda de la luz de luna que entraba por la ventana.

Del hombre frente a mí me hubiera esperado al menos un golpe en la cara debido a mi atrevimiento, o algo por el estilo, pero simplemente él no hacía nada más que mantener sus apagados orbes fijos en cualquier cosa menos en mí.

-Oye, no soy tu madre como para hacer esto, pero debes dormir ¿si? –lo inste liberando mi mano de la suya.

Lo cierto es que esto me comenzaba asustar… parecía un moribundo.

Sin dar respuesta el pelinegro dio un último paso enfrente antes de sentarse sobre la cama, acomodándose para quedar recargado contra el respaldo mientras yo acomodaba las cobijas sobre él.

-¿Te arrepientes? –pregunto quedamente cuando me estaba dando la vuelta para retirarme de una buena vez del lugar.

-¿De qué? –quise saber, regresando y parándome a su lado, admirando su rostro mientras él veía la luna a través del cristal.

-De lo que eres, y lo que has hecho hasta ahora.

-Eso no te incumbe –sisee frunciendo el ceño, pues aquello me había tomado desprevenido.

Itachi se mantuvo tranquilo, como si aún esperara la respuesta que yo no quería darle.

Chasqueando la lengua fui hacia una esquina de la habitación, para tomar la silla que ahí se hallaba, arrastrándola a un lado de la cama para tomar asiento de mal modo.

-…No… -murmure tras unos segundos mientras apretaba la quijada.

-¿Por qué? –giro el rostro hacia mí, como si de verdad le importaran mis razones.

-No…, no está bien arrepentirse de nada, lo hecho hecho esta y ya. –Comente pasándome una mano por el cabello –Quizá me hubiera gustado tomar otro camino, pero este fue el que me toco y lo único que me queda por hacer es seguir adelante.

Con algo de nerviosismo trate de mantenerme indiferente con lo dicho.

-¿Estas resignado a ser lo que eres hasta que mueras?

-No en realidad, así que tal vez más adelante deje esto, pero por ahora lo único que tengo está aquí; afuera no me queda nada.

Con algo de inquietud vi como el Uchiha fruncía los labios, en señal de frustración.

-¿Qué hay de ti?

-…No hay día que pase que no me arrepienta de lo que soy y lo que he hecho, pero no tenía otro camino –dijo en casi un susurro, pero manteniendo aquel tono frio que lo caracterizaba.

Con un nudo en la garganta no pude evitar recordar lo poco que sabía de este hombre, y lo que le había pasado a su clan… Algo de esa historia no me quedaba del todo claro, pero nadie era capaz de darme una explicación coherente de lo sucedido y por más vulnerable que se veía el Uchiha, no pensaba tentar mi suerte preguntándole algo que nadie mencionaba, como si se tratara de un tabú.

-¿Y? ¿Estas resignado a estar aquí por siempre? –opte por preguntar.

Esperando la respuesta de su parte pasaron varios segundos, por lo que levante la mirada buscando la suya y notando como sus ojos estaban cerrados y su respiración calmada.

Levantando una mano aparte un mechón de cabello del rostro del peligroso hombre, comprobando que estaba completamente dormido.

Soltando un suspiro evalué la posibilidad de irme, pero eso implicaría tener una preocupación en la cabeza con lo que respectaba al sujeto en la cama, ya que por su extraña actitud y apariencia sentía que algo malo podía pasar si lo dejaba solo.

-Estúpido Uchiha…-masculle recargándome contra el respaldo de la silla, maldiciendo mi moral y el cansancio que me agobiaban.

¿Cómo era posible que después de más de un año de odiar a Itachi, hoy de la nada había mantenido una "amena" charla con él así como así?

-Mentí –susurre cerrando los ojos y cruzándome de brazos.

En realidad, después de tantas cosas daría lo que fuera por enmendar lo que había hecho en el pasado, pero ya no podía hacerlo, pues aunque podía abandonar la organización, afuera solo me esperaba una muerte segura estando solo y sin un lugar al que ir, tomando en cuenta que mi rostro figuraba famosamente en el libro bingo.

Los errores podían convertir en una mierda toda tu vida, pero a veces esos errores ocurrían por algo ¿o no? Todo tiene una razón de ser….quizá. Si yo no hubiera terminado siendo miembro de akatsuki no hubiera conocido a Itachi, y aunque me costara aceptarlo, no me podía imaginar una vida normal en la cual no hubiera visto sus ojos jamas...

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FIN DEL CAPITULO 1

Notas finales:

¿Y que tal? Sinceridad por favor! TnT *llora gaymente(?* Se que como que esta raro el fic .-. Las personalidades no cuadran mucho ¿verdad? Pero es que se me antojo escribir a un Itachi al limite (me odio por eso TnT) y a un rubio-sexy(? super sacado de onda por la actitud tan...rara de su archienemigo(?

Ok ya. Hablando en serio, si el capítulo les gusto por favor dejen un review con su opinión; se los agradeceré mucho :'D (sera mi impulso para continuar~ 7u7r)

¡Tratare de actualizar pronto!

¡Que estén bien!

~Mizuki Nozomi~


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