“Los recuerdos de nuestro doloroso pasado se complementan en nuestras vidas a sabor a miel con limón”.
Midorima no podía creer lo que su corazón le estaba gritando e igual Takao, esa chico pelinegro que siempre estaba a su lado "a Shin-chan te gusta Ryo-chan y no quiere admitirlo" podría ser verdad, solo podría, dejo salir un suspiro para poder dejar entrar un poco de valor, mirando las grandes puertas de instituto KAIJO, le iba a preguntar o a declararse como decía su fiel compañero o eso creía que iba a ser -¡vamos Shin-chan!- salto y miro a su lado -¡¿qué demonios haces aquí Takao?!- ver la sonrisa de su amigo le ayudo algo en su nerviosismo y más con lo de "¡estoy para darte valor, por supuesto Shin-chan!" deja salir una pequeña sonrisa mientras se acomoda los lentes.
Se escuchaba el intento de no reírse del pelinegro, Shintarou no podía caminar estaba muy nervioso aunque diga que no tambaleaba.
“¡Ryo-chan!" De parte de su acompañante lo hizo dar un brinco, se giró para ver al rubio que venía corriendo hasta donde ellos
-Takaocchi, Midorimacchi ¿qué hacen aquí?- se volvió a tensar al escuchar "Shin-chan viene a decirte algo" sintió sus mejillas calentarse al sentir su mirada ámbar en él, Takao se retiró al ver a Kasamatsu el sempai de la rubio, la vio reír al estar a su lado y la cara de contrariedad del pelinegro
-¿dime Midorimacchi?- la pregunta hizo que la vuelva a mirar, se volvió a acomodar los lentes
- vamos a otro lado... es mejor estar en privado- lo dijo la más serio que se podía, tenía que ser el mismo Midorima Shintarou un “claro" por parte del rubio comenzaron a caminar
- me gustas o, o eso creo, no sé lo que siento o si se pero no lo quiero admitir- es mejor decirle ahora o que el miedo se apodere de él y no pueda decir nada, no escuchaba nada de Kise, estaba en silencio y como pudo la miro, si era hermoso ahora se la veía más con ese bello sonrojo - no es ne, necesario que me lo digas ahora o, si... - necesitaba tranquilizarse
-Mi, Midorimacchi... yo...- lo miro tenía los ojos acuosos y se alarmo, Kise se rio un poco- tranquilo, Midorimacchi... jajaja se comenzó a secar algunas lágrimas rebeldes- es que, a mí me gustas desde la escuela media "TEIKO" pero, te vi tan cercano a Akashicchi que... mejor no lo intente-
- por eso estuviste saliendo con Momoi...- el asintió algo avergonzado por la pregunta y no lo miraba, era verdad que pasaba con la pelirrojo pero, era normal él era vice capitán siendo Akashi el capitan- la pregunta sería ¿te sigo gustando? nanodayo- se acomodó los lentes no espero mucho porque Kise se le lanzó a abrazarlo
-siempre Midorimacchi... siempre me gustaras- sonrió y acepto el abrazo dándole el otro a ella
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-así que... Midorima si está enamorado de Kise- Kasamatsu abrazaba al pelinegro mientras el lloraba en su pecho, Takao quería que su Shin-chan sea feliz y ella lo iba a ayudar aunque el quede destrozado, Takao Kazunari amaba a Midorima Shintarou aunque él ame a otra....
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-seré sincero Shin-chan- se escuchaba el hipido de la pelinegro- me gustas, siempre me has gustado
-yo…- no podía mirar a la cara- lo siento Takao- hubo un largo silencio, hasta que lo oyó irse.
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“El amar a una persona es para siempre pero ella no lo es” Midorima ya sabía eso a sus 25 años
-papá, papá, papi- con pereza Midorima abría sus ojos a la melodiosas voces de su pequeñas de 5 años
-lo siento niñas… me quede hasta tarde en el consultorio- se sentó en la cama restregándose la cara y con la otra mano buscando sus lentes que fue pasados por una de sus pequeñas trillizas- gracias- les sonrió al verlas aunque, ver a sus pequeñas algunas veces era tan dulce o a la vez tan agrio, Haru, Natsu y Fuyu son el recuerdo de su Kise, por algunos problemas en el embarazo murió, Ryota no quería terminar con la vida de sus bebes “ellas deben conocer al gran papá que tienen y sé que caerán rendidas a ti Midorimacchi” siempre decía eso con una gran sonrisa
-Haru, Natsu ¡dejen eso!- gritaba enojada la pequeña Fuyu, mientras su padre preparaba el desayuno, Midorima sonrió, Haru y Natsu se podían parecer a él pero eran lo contrario eran iguales a su madre y en cambio Fuyu era la viva imagen de Kise pero tenía su personalidad, arisca y tsundere
Sirvió el desayuno comiendo tranquilos, aun con las locuras de sus pequeñas peliverdes.
Era un fin de semana y el quedaba en ir al parque con ellas -no es necesario que nos traigas si estás cansado papá- le decía Fuyu seria mientras él le amarraba los pasadores
-no es molestia… no es siempre que salen a recrearse- le sonríe y le acomoda sus pequeños lentes de marco rojo, haciendo que su pequeña se sonroje y le desvíe la mirada como toda una tsundere, el dejo salir una pequeña risa-puedes ir con tus hermanas- la dejo irse mientras él las miraba de lejos
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Debía tranquilizarse, así no la encontraría- ¡Fuyu!- grito por décima vez, no sabe en qué momento se había quedado dormido y sus pequeñas Haru y Natsu lo despertaron porque no encontraban a la rubia- maldición… Dios que ella este bien- rezaba a todos los dioses, tuvo que ir a dejar a las peliverdes en el departamento para buscar tranquilo a su pequeña rubia, las lágrimas se comenzaron a acumular ya había pasado unas tres horas y no la encontraba, la desesperación se estaba apoderando de él, se sentía desfallecer cayo de rodillas mientras dejaba salir las lágrimas que tenía retenidas
-¡¿Shin-chan?!- miro a un lado sorprendiéndose al ver a Takao y más a ver que cargaba a su hija dormida
“Los recuerdos de mi doloroso pasado se complementa en un presente con sabor a limón con miel”.
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fin