-Ñé~- susurró Taemin abriendo sus ojitos, llamando la atención de Minho, quien se sentó sobre la toalla en la que estaban recostados.
-¿Despertaste?- preguntó susurrando, retirando el cabello de la frente de Taemin, éste le sonrió e intentó sentarse también. –¿Tienes hambre?-
-Ñé.- negó sonriendo. –¿Todavía nos vamos a quedar aquí?- preguntó mirando el parque Al-Hazis, en donde los otros híbridos (niños o adultos) estaban pasando también su tarde del sábado.
-Todavía.- contestó Minho. –A menos que ya quieras ir a casa.- lo miró esperando una respuesta pero Taemin negó sonriendo, levantándose de la toalla y tomando su botella de agua.
-No, aun no.- dijo destapándola. –Aun no hago cinco amigos nuevos.-
-¿Cuántos amigos nuevos llevas?- preguntó Minho mirando como Taemin movía su colita de mapache al beber agua.
-Dos.- contestó dándole la botella a Minho para que la cerrara. –Tomomi.- la buscó con la mirada hasta que la encontró sobre la resbaladilla. –Y su amiga Haruna.- que también reía en la resbaladilla.
-Ve a conseguir más amigos.- contestó Minho recostándose sobre la toalla.
Taemin lo miró, Minho tenía sus ojos cerrados y las manos tras la cabeza. Sonrió divertido y se volvió a acostar en la toalla, a un lado del criminólogo y lo imitó.
-Ñé~- susurró sonriendo. Minho abrió su ojo derecho, sonrió al instante al ver al pequeño Ñé imitarlo. –¿Vamos a estar aquí todo el día?- habían llegado desde muy temprano, apenas Minho preparó la canasta de comida salieron de casa rumbo al parque.
-O hasta que te canses.- contestó.
-Ñé~- volvió a susurrar, pero se giró sobre su costado derecho para mirar a Minho. –¿Tienes trabajo?-
-No.- contestó. –Ya no tengo trabajo.- susurró sonriendo.
-¡Ñé!- Taemin se levantó violentamente para rodear el cuerpo de Minho e irse a sentar más cerca de él. –¿Por qué? ¿Lo hiciste mal?-
-Je, je, no nada de eso.- susurró sentándose de nuevo en la toalla. –Ya terminé en lo que estaba trabajando.- contestó sonriéndole.
-¿Te puedo ayudar, ñé?-
-Estaba haciendo un estudio de riesgo.- no perdía nada con contarle a Taemin y hacerlo sentir parte e su trabajo, de todos modos no era la primera vez que lo ayudaba, pero las anteriores sólo le llevaba carpetas u hojas de papel. –La persona es respetable, tiene trabajo, quería ampliar su empresa, tiene pareja de más de cinco años, es hijo ejemplar pero estaba influenciado por una película cuando cometió el ilícito.-
-¿Qué ilícito, ñe?- preguntó Taemin sentándose sobre sus pantorrillas para mirar a Minho, atento.
-Atentados a las buenas costumbres.- contestó Minho sonriendo, Taemin era tan inteligente que entendía esas palabras.
-Pero…- Taemin se acomodó mejor en la toalla, moviendo sus piernitas para cruzarlas. –¿Es peligroso, ñé?- preguntó curioso, sin dejar de mirar a Minho.
-El ilícito no.- pues se castigaba de trece meses a dos años de prisión, aunque si tenía alguna relación de parentesco o autoridad sobre el pasivo, la pena aumentaría en una tercera parte de la pena.
-Yo creo que es nivel uno.- contestó Taemin pensando. –Porque dices que tiene trabajo, familia y pareja de cinco años, ñé. Eso es lo que tiene que tener un nivel uno.- le sonrió esperando la reacción del criminólogo.
-También creía que era nivel uno.- contestó Minho sonriéndole. –Tuviste la respuesta correcta, eres muy inteligente.-
-¡Ñé!- Taemin extendió sus brazos esperando un abrazo, mismo que Minho le dio. –Iré a hacer más amigos.-
-Si tienes hambre vienes.- condicionó, luego Taemin salió corriendo hacia los juegos del parque en donde estaban sus dos nuevas amigas, Tomomi la híbrido gato y Haruna, la híbrido conejo.
-¿Así es como haces tus estudios de riesgo?- Minho se volteó por encima de su hombro, notando como detrás de él se sentaba ese policía que últimamente estaba en el consultorio de Key.
-Sí.- contestó Minho sonriéndole. –¿Así es como ustedes le han ganado a Red Dress? ¿Espiándome?-
-Red Dress ha dejado de ser un tiburón.- oyó también la voz del fiscal, Daniel. –Porque tu hijo te hace los estudios de riesgo.-
-Di lo que quieras pero él tiene razón: es de baja peligrosidad.- Minho volvió a mirar hacia los juegos en donde Taemin jugaba con las otras dos niñas.
-Ya regreso.- escuchó que susurró el fiscal, luego lo vio marcharse.
-¿Me invitas a tu toalla? El pasto está duro.-
-Ven pero tendrás que atenerte a las consecuencias.- susurró Minho sonriendo.
-Está bien.- escuchó movimiento y luego Kris apareció a su lado. –¿Qué quieres saber?-
-No quiero saber nada.- contestó Minho. –Pero dime, ¿qué relación tienes con Key?- miró hacia los columpios en donde estaba Taemin con otro niño, un híbrido por supuesto, pero no sabía si era panda u otro oso.
-Es mi psicólogo, hay una relación terapeuta-paciente, sólo eso.- se encogió de hombros.
-¿Sólo eso?- preguntó Minho.
-Hacemos varias sesiones de ejercicios de liberación, soy policía de reacción. Deberías de saber que los necesito.- contestó Yifan tomando la canasta para mirar qué clase de comida había dentro.
-Exacto, creí que en la misma policía te daban esos ejercicios.- contestó Minho quitándole la canasta. –No que tenías que ir con un particular.-
-Los ejercicios de la policía son los mismo para todos. Violaciones, secuestros, homicidios, un buen psicólogo sabe que tiene que ser diferentes.- contestó Yifan tomando la botella de la que antes había bebido Taemin. –¿Es de tu híbrido?-
-No le digas así.- dijo Minho quitándole también la botella.
-Es la primera vez que te veo aquí.- Yifan se recostó sobre la toalla. –Deberías de venir más seguido, es bueno que los híbridos estén con otros híbridos. Sirve por la aceptación.-
-Recién me recomendaron este parque, no sabía de su existencia, pero descuida; vendremos más seguido.- contestó Minho cuidando de todas sus cosas, luego buscó a Taemin con la mirada encontrándolo de nuevo en los columpios con ese otro híbrido. –¿Tú vienes seguido aquí?-
-Cada fin de semana libre.- contestó Yifan. –Más o menos dos veces al mes.-
-¿Eres un híbrido?- preguntó Minho mirando como Taemin corría de nuevo hacia él.
-No.- contestó Yifan.
-Él es mi amigo Sungjong, ñé.- susurró Taemin presentando al pequeño niño. –Ya tengo tres nuevos amigos.-
-Está bien.- contestó Minho tomando la canasta para sacar una par de paletas de caramelo macizo, esa era la recompensa por hacer nuevos amigos. –¿Tu amigo también quiere una?- porque si sólo se la daba se prestaría a malas interpretaciones.
-Geko.- asintió el niño, entonces Minho notó que vestía con un gorro de rana.
-Bien, una para Ñé y otra para SungJong.- el criminólogo se las entregó, luego de que los niños se rieran se fueron corriendo. –¡Cuídense!-
-No creo que le pase algo malo a tu híbrido.-
-Es mejor prevenir.- contestó volviendo a recostarse sobre la toalla. –Entonces, ¿cuál es tu animal interno?-
-El pez.- contestó Yifan mirando a Niel, que tenía sus pies dentro de la fuente mientras platicaba con el otro híbrido de siempre. –Veo que cuidas mucho del tuyo, ¿ya le pusiste la inyección DMLM?-
Entonces Minho alzó las cejas extrañado.
-No.- contestó sentándose en la toalla para mirar a Yifan. –No sé cuál sea, dime para qué es.-
-Previene lo que se le conoce en el mundo híbrido como “la enfermedad de la vaca loca”.-
Minho sonrió divertido, ¿qué cosa? Tenía que ser mentira.
-Cómo digas.- susurró volviendo a recostarse.
-Dos veces al año los híbridos entran en su ciclo de celo animal.-
Minho miró como Taemin jugaba con los niños, pensó en ese ciclo de celo y terminó negando.
-No, a Taemin no le pasa eso.- aunque le pasara aún era muy joven, tenía al menos diez años. Pero recordó a su antiguo Amo y esas dudosas prácticas sexuales que tenía con el niño, quién sabe, el corazón de Minho latió con fuerza.
¿Y si ese Jonghyun se aprovechaba del celo de Taemin?
-De todos modos deberías de pensar en vacunarlo con eso también.- notó como Yifan se levantaba porque Niel se aproximaba a ellos. –Sólo para asegurarse de que todo siga bien.-
-Vamos.- susurró Niel tendiendo su mano, misma que Yifan tomó. -Nos vemos en el estrado, Red Dress.- le sonrió a Minho con orgullo, luego se giró para irse con Yifan.
Minho sólo suspiró, volteó a ver en donde jugaba Taemin para verlo caminar hacia él, pero alzó las cejas ligeramente asustado al ver que iba arrastrando sus pies.
-¿Qué sucedió?- preguntó el criminólogo levantándose de la toalla para ir con el hibrido. –¿Te caíste? ¿Te molestaron? ¿Te duele algo?-
-Ñé.- negó lento casi en un susurro.
-¿Entonces qué tienes?- susurró Minho poniéndose en cuclillas para estar a la altura de Taemin.
-Estaba con mis nuevos amigos.- el criminólogo volteó a ver a esos niños, buscaba indicios de que lo hubieran molestado pero todos estaban jugando, reían y se divertían. –Y el papá de Tomomi dijo “ya es hora hija, que tengo que seguir trabajando” y me acordé que todo el día de hoy no has trabajado por estar conmigo, ñé.- un hormigueo recorrió el cuerpo de Minho.
Suspiró y sonrió.
-Entonces.- el híbrido sorbió de su nariz para continuar hablando. –Creo que es momento de irnos, ñé.- de repente sus pequeños hombros estaban contra el pecho de Minho y los brazo del criminólogo le rodeaban los hombros. –Para que sigas trabajando.-
-Taemin.- susurró Minho separándose de su pequeño cuerpo. –Ya terminé con mi trabajo, tú me ayudaste cuando llegamos aquí, ¿lo recuerdas?- tomó los mechones que le cubrían la frente para retirarlos y hacer que Taemin lo mirara a los ojos. –Así que no te preocupes por eso, puedes ir a jugar con tus amigos.-
-Ñé.- negó efusivamente mientras tallaba sus ojitos.
-¿Por qué no?- preguntó el criminólogo dejándose sobre el césped, haciendo que Taemin se sentara sobre sus piernas. –Ayer que fue el Tío Max le entregué los peritajes que hice para él y después de dejarte en la escuela fui al juzgado a confirmar que sería perito de otro caso, también terminé con el estudio de las huellas y mañana entregaré el grafológico.-
-Vámonos a casa, ñé.- susurró recostándose contra el pecho de Minho. –Para que hagas lo grafololo… eso, ñé.-
-Si te quieres ir vámonos.- susurró Minho haciendo que Taemin se acurrucara más contra su pecho.
-Un minuto más, ñé.- susurró sintiendo la calidez del pecho de Minho y al tiempo, oía los latidos del corazón del criminólogo.
Minho no dijo nada, sólo abrazó mejor a Taemin.
Veía como la colita esponjosa de Taemin se movía lento, hacia ambos lados, y volvió a escuchar ese ronroneo que emitía la garganta del híbrido.
-Yo me quiero quedar.- susurró Minho. –Porque a veces me viene bien ser un fugitivo.-