Las botellas y los vasos cargados de diferentes bebidas viajaban de un lado al otro.
Eran alrededor de las once de la noche y JungKook observaba a sus mayores sentado desde el sillón más limpio, solitario y accesible que encontró. Es que, bueno... ser menor de edad le quitaba tantos “privilegios”.
De un momento a otro, Morfeo lo envolvió en sus brazos sin que siquiera pudiera notarlo, tal vez no había sido la mejor idea que habían tenido el salir luego de un dí tan atareado como el que habían tenido.
Una mano colándose entre sus piernas lo despertó abruptamente. “¿Qué está sucediendo aquí?”, fue el primer pensamiento coherente que pasó por su mente justo antes de abrir los ojos, la respuesta más cercana que obtuvo fue observar el rostro de Jimin a escasos centímetros del suyo y con esa mano intrusa avanzando por su muslo.
No era necesario decir que el alcohol que corría por su venas, probablemente, igualaba la sangre en su cuerpo, su rostro lo delataba.
- ¿Qué haces? -Preguntó quitando la mano ajena de su pierna. -
- ¿No lo sé? - Contestó riendo. Su risa era vaga, como si su mente estuviera muy lejos de donde en realidad estaba su cuerpo-. Yo… Creo que estoy celoso. -Mantuvo la sonrisa en su rostro, altanera, y obviamente influenciada por el alcohol encontrado en su sistema. -
- ¿Celoso? - La sorpresa se reflejaba en el rostro del menor ante tales declaraciones-. ¿Y de quién supuestamente estás celoso, eh?
- No voy a decirte. Estoy borracho, no estúpido. - Contestó riendo nuevamente, apoyando su cabeza en el hombro de JungKook.-
- Si no vas a decirme, entonces no me digas nada de nada, que ahora me dejas con la duda.
Jimin sonrió de lado, tomando con bastante torpeza una de las mejillas contrarias.
- Quiero volver a casa. -Murmuró, liberando finalmente el rostro del menor-. Llévame.
- ¿Por qué debo hacerlo yo? -Un puchero se formó en los labios del más pequeño.-
- Porque me quieres y por lo tanto es tu deber hacerlo. Además de que me has estado hablando de manera informal, no creas que no me he dado cuenta; así que me lo debes, doble.
JungKook enarcó una ceja y miró a Jimin como si lo que hubiera dicho fuese lo más divertido en el mundo, más sin embargo no dijo nada. Su vista se fijó en YoonGi quién tomaba su abrigo aparentemente con intenciones de salir, y vislumbró su salvación.
- Espera aquí. - murmuró antes de salir en busca de “su salvador”, quitando a Jimin de encima suyo.-
Jimin se tambaleó ligeramente, pero se mantuvo todavía en su lugar, observando al muchacho de cabellos oscuros alejarse y encontrarse con el segundo mayor del grupo, alegando quién sabe qué y señalando en su dirección.
YoonGi giró su rostro observándolo por primera vez en la noche, según él. El suspiro cansado que liberó le hizo saber a Jimin, que JungKook había ganado, como casi siempre.
- Vamos. - Dijo una vez que había llegado a él, extendiéndole una mano para que se levantara. -
- ¿A donde vamos, YoonGi hyung? - preguntó ladeando la cabeza y sonriendo con picardía, aunque algo mareado. -
Suga suspiró nuevamente, pasando una mano por su cabello.
- JungKook dijo que ya querías volver. Vamos. - Exigió, usando un tono más fuerte esta vez. -
- ¿Entonces terminaste de “hablar” con… con aquella chica? - preguntó recostándose en el respaldo del sillón. -
- Creo que se te olvidó algún “hyung” entre medio de tu borrachera. Ahora deja de complicar las cosas y levanta tu trasero de ese estúpido sillón, nos vamos.
Sin mediar otra palabra tomó la mano del menor, tirando de él para así levantarlo.
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El camino de vuelta en taxi fue silencioso, más que nada porque Jimin había caído rendido sobre su regazo y YoonGi solo se dedicaba a mirar por la ventana, tratando de evitar desviar la mirada hacia el otro muchacho.
Falló.
Un halo de luz caía justo sobre el rostro dormido de Jimin, mientras el auto frenaba en un semáforo, y es que joder, ¿por qué debía ser él quién lo llevara a casa en esos momentos?
Se veía tan tranquilo, con su respiración acompasada y sus carnosos labios entreabiertos.
El chófer continuó con el viaje, cuando por fin llegó hasta el departamento de los Bangtan, Suga sentó a Jimin, entregando el dinero al señor, agradeciéndole y bajando con el menor abrazado a sus hombros, pasando su propio brazo alrededor de la cintura ajena, ayudándolo a caminar correctamente.
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Lo último que supo Jimin, antes de caer dormido sobre las piernas de Suga, fue que probablemente en la mañana siguiente se sentiría terrible.
El brazo del mayor alrededor de su cintura y el aire fresco que había en la noche, sumados a la pequeña siesta que había tomado, lograron despejarlo un poco. Sus labios estaban secos, y en la comisura de estos podía sentir como un poco de saliva se había acumulado y secado también, probablemente mientras dormía sobre el regazo de YoonGi…
Joder.
¡¿HABÍA BABEADO EL PANTALÓN DE SUGA?!
Sin poder evitarlo bajó la mirada hacia el pantalón del mayor, encontrándose con una pequeña mancha mojada sobre este, justo en el muslo derecho.
Desvió la vista enseguida cuando su mente empezó a maquinar fuera de rumbo, imaginándose como sería realmente poder dejar una rastro de su saliva sobre los muslos de YoonGi, sintiendo el cuerpo de este tensarse ante su tacto…
“Concentrate Jimin”. - Se regañó mentalmente. - “No es como que realmente fuera a pasar, así que ya deja de pensar idioteces.”
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Finalmente habían subido hasta su departamento, con Jimin bastante más despierto, caminando ya por su cuenta luego de que aquellos pensamientos hicieran peso en él.
- Deberías tomar una ducha. - Propuso Suga mirando desde la puerta de la habitación como el menor de ambos se quitaba los zapatos, ya más que predispuesto a dormir. - Tienes un olor asqueroso. - Agregó, riendo luego ante la mirada de odio que recibió por parte del muchacho (ahora) castaño. -
Jimin se acercó a YoonGi lo suficiente como para poder respirar su aroma.
- Bueno, no es como que tu huelas a rosas, hyung. - Dio un paso más adelante. - Es más… yo diría que hueles como… - Volvió a aspirar, esta vez un poco más cerca del cuello. - Como si hubieras tenido sexo con una perra.
Suga tragó duro y se alejó un paso, mirando desconcertado al menor.
- Hm, ¿no? ¿Quizá con una zorra, hyung? - Preguntó acentuando la última palabra. - Tengo razón, ¿verdad? No creo que sea el único que necesita un baño.
Las imágenes de hace unas horas atrás volvieron a acudir al cerebro de Jimin, al igual que sus ganas de beber, pero era estúpido. De todas formas esos “recuerdos”, no se irían.
La forma en la que esa muchacha tomaba el rostro de YoonGi, la manera en que él la levantaba, como besaba su cuello…
- Espero que hayas usado protección, lo último que necesitamos ahora es un escándalo, en especial esa clase de escándalo. - Murmuró finalmente ante el rostro de horror ajeno. -
Jimin agitó su cabeza y se alejó completamente de Suga, dando la vuelta e ingresando al baño rápidamente.
YoonGi se apoyó sobre la pared que se encontraba detrás suyo, deslizándose por ésta hasta toparse con el suelo.
Bien recapitulemos, había metido la pata, y la había metido bien hasta el fondo; Jimin lo había visto con, bueno, con esa chica.
Y... ¿estaba celoso?
Más bien molesto.
¿Una mezcla de ambas?
Era más probable que estuviera más molesto, que celoso. Porque, bueno, en primer lugar, ¿por qué habría de estarlo?
Además, no era su culpa, es solo que esa chica era tan… tan parecida a Jimin que, joder, no pudo evitarla cuando se acercó a él.
La ducha de Jimin duró menos de lo que Suga esperaba, o él llevaba más tiempo del que pensaba allí sentado.
Iba a decirle algo acerca de lo que había visto, pero todas sus palabras se estancaron en su garganta cuando vio a Jimin salir solo con una toalla cubriendo su parte baja del cuerpo y el torso descubierto.
YoonGi sacudió su cabeza con fuerza, tratando de borrar todos aquellos pensamientos acerca de poder delinear con sus manos las bien formadas piernas del menor, o poder seguir con su boca la linea de las gotas de agua que le caían desde el cabello sobre la espalda.
- Deberías… - carraspeó un poco antes de proseguir, tratando de terminar de aclarar su cabeza. - Deberías cambiarte rápido, hace algo de frío. - Fue lo único que puedo pronunciar, aunque en sus pensamientos la imagen del menor sin nada encima se hacía más que tentadora.- Yo voy a la sala, ven cuando termines de vestirte. ¿Sí?
Jimin asintió sin mirarlo, y Suga suspiró, saliendo de la habitación.
Minutos después, vestido con unos shorts, una remera algo larga y medias, Jimin se acercó a la sala; donde se encontró con la imagen de Suga que menos quería en ese momento.
YoonGi se encontraba sentado en el sillón, con las piernas separadas, su cabeza tirada hacia atrás, los ojos cerrado y sus manos descansando detrás de su cuello.
Jimin, tenía que admitir que hizo acoplo de toda su fuerza de voluntad para no arrojarse sobre el desprotegido cuello del mayor y marcarlo a su gusto en ese momento. Apretó los puños y se paró a un lado del sillón, soltando una ligera tos, para hacer denotar su presencia.
YoonGi abrió los ojos y desvió el rostro hacia Jimin, y sonrió con algo de culpa.
- ¿Qué necesitabas, hyung? - Preguntó el menor ignorando son todas sus fuerza esa preciosa sonrisa. -
- Yo, bueno, yo… quería disculparme.
- ¿Disculparte?
- Sí, por lo que viste, hace rato.
Jimin enarcó las cejas, pero no dijo nada, supuso que no debía hacerlo todavía.
Y estaba en lo correcto.
- Yo debí haber sido más cuidadoso. Pero no lo fui, y tienes todo el derecho a molestarte. Creo que yo lo estaría si es que viera algo parecido. - El menor lo miró nuevamente sonriendo sin gracia. - O bueno, puede que algo traumado también. - Agregó sonriendo levemente esta vez. - Así que eso… disculpame.
- No tienes porque disculparte hyung. Eres un hombre, y como tal tienes tus necesidades. Aunque si creo que deberías haber sido más cuidadoso, podría no haber sido yo quien entrara. ¿Te imaginas como estarías ahora si hubiera sido Kook quien te viera? Probablemente Jin ya te hubiera colgado.
Ambos soltaron una pequeña carcajada, aunque sabían que eso sería lo menos que podría pasarle.
Jimin se sentó a su lado, subiendo los pies y cruzandolos sobre el sillón, tratando de olvidar sus celos por un momento. YoonGi suspiró tirando su cabeza hacia atrás nuevamente, haciendo al castaño mirar de reojo, pasando la lengua por sus labios, que picaban por sentir esa suave y blanca piel.
- ¿Acaso estás tratando de tentarme hyung? - Preguntó, rezando internamente que su voz no sonara tan sugerente como él mismo la había sentido. -
Lamentablemente por más rezos que Jimin hiciera, YoonGi sí pudo notar ese pequeño cambio en su voz.
- No fui yo quien salió sin ropa del baño, niño. - Una sonrisa ladina acompañó las palabras de Suga.
A los ojos del muchacho rubio, había algo acerca de Jimin que le encantaba, y eso era que podía ser tan jodidamente sensual y al segundo ser como un niño pequeño.
A los ojos de YoonGi, ese era el mejor encanto de Jimin, no su físico, ni su (realmente) bello rostro, era esa esencia extraña que tenía Jimin lo que realmente le llamaba la atención sobre él.
Bueno, no es que lo otro no complementara, pero era en especial eso.
- ¡Estaba saliendo del baño! - Exclamó volteando, ahora sí, todo su rostro para poder ver al mayor. - Además no estaba completamente sin ropa.
- Sí, Jiminnie, sí. Siempre tienes una excusa para andar a medio vestir por la casa. - le picó YoonGi, recostando su cabeza sobre una de las piernas cruzadas del menor, olvidando que éste estaba molesto con él. -
- Lo dices como si te molestara, más yo nunca te he visto quejarte, hyung. - contraatacó Jimin. -
YoonGi sonrió de nueva cuenta, elevando una ceja.
- Eso, - recalcó. - es porque no me molesta.
Jimin se carcajeó ante la respuesta; y ésta vez fue el mayor quién hizo uso de toda su fuerza de voluntad para no alzar los brazos y tirar de el otro en busca de sus labios.
La forma en que sus ojos se cerraban cuando reía no podía ser más adorable; el sonido de su risa no podía ser más armónico a los oídos del rapero; sus labios mostrando esa extremadamente dulce sonrisa, pero que no perdía ni una pizca de sensualidad, no podían ser más tentadores para YoonGi.
Cuando la risa de Jimin cesó, YoonGi todavía lo observaba con atención, como tantas otras veces. Con la punta de sus dedos picando por acariciar cada parte de él.
- Creo que… debería ir a dormir de una vez. - Murmuró luego de algunos minutos sintiendo el peso de la mirada del mayor sobre su rostro, como si buscara grabarlo en su memoria de alguna forma. - Estoy algo cansado, y es tarde. - agregó, como si necesitara explicitar de alguna forma sus acciones. -
Y aunque parte de lo que dijo, era verdad, la principal razón para querer escapar corriendo de allí era que sentía la terrible necesidad de besar a Suga, casi como nunca antes.
No porque no quisiera besarlo con anterioridad, había querido hacerlo tantas veces que ya no podía contarlas; pero en ese momento sentía que si solo pasaba un segundo más allí probablemente ya no habría vuelta atrás.
Por lo que, con delicadeza, al no obtener ninguna respuesta, quitó la cabeza ajena de sobre su pierna levantándose al momento y dirigiéndose a la habitación.
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YoonGi no se consideraba un gran bebedor, pero tampoco era un niñato bebiendo. Conocía sus límites y hasta donde podía sobrepasarlos, por lo que cuando terminó la cuarta lata de cerveza supo que debía detenerse.
Aunque solo quedaba una más…
“Bueno, no creo que realmente haga mucha diferencia. Mañana tendré que reponerlas.” - Pensó abriendo el envase. -
Pero a veces los límites están para algo; y en el caso de YoonGi están puestos para mantener su cerebro en el camino correcto, su boca cerrada y, en especial, sus pantalones puestos.
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