Takano Pov
¿Quién soy yo? Esa es una pregunta que todos los chicos de diecisiete años se hacen en algún instante sin encontrar respuesta alguna; sin lograr intuir a que universidad asistirán, ni como vislumbran su destino, ni tener certeza de en quien se quieren convertir; es algo normal, estar confundido a mi edad sobre la identidad; pero yo no soy un hombre común; yo soy una persona extraordinaria que no se identifica con estas superficialidades.
He estado años trabajando para crear una perfecta y lustrosa reputación con cada uno de mis ingenuos compañeros; me he esforzado por convertirme en alguien carismático quien tiene la admiración de todos los demás por poseer una inmensa popularidad y su gran fama de casanova; por tener el poder de obtener cualquier chica que desee en cuanto lo pida.
Soy la viva imagen de un galante de película; pertenezco al grupo más respetado del salón; mis notas están bastante bajas, sin embargo, esos detalles los puedo arreglar más tarde con una encantadora sonrisa dirigida a la infantil maestra.
A mi edad tengo el mundo a mis pies, estoy convencido de que puedo hacer lo que yo ansié; no porque me lo merezca sino porque lo pido; puede que esta clase de pensamientos suene muy arrogante y egocéntrico, sin embargo ¿Qué tiene eso de malo? No lo negare; soy una persona que conserva el ego por las nubes con tantos halagos que recibo.
Me he convertido en una especie de celebridad entre los más jóvenes, una leyenda que los deleita con su presencia al andar por los pasillos; me he transformado en todo lo que deseo asegurándome un futuro lleno de éxito y poderío.
El único problema que tengo es que esté es un último año antes de pasar a la universidad y aunque cada una de mis memoria se haya convertido en una implacable proeza aun no realizo nada digno para hipnotizar a todas las otras generaciones soló lo que he sido y la exitosa persona en la que me convertiré con esta clase de actitud.
Por esa razón necesito pensar en algo grandioso para plasmar en el corazón de cada uno de los chicos que me conoce y de esa manera jamás salir de sus mentes; lograrlos atormentar con las hazañas imposibles que he realizado para que siempre me adulen y admiren; para que jamás se liberen de esta sumisión a las que los he forzado.
Tengo bastantes ingenuos seguidores que harían lo que fuera por mí; que me regalarían todo lo que les pido con tan solo deleitarlos con mi presencia; son un par de títeres que puedo manipular a mi merced; chicos que están dispuestos a arrodillarse y lamer mis zapatos con tal de ver una pequeña seña de aprobación ¿Cuál es el problema con toda esta situación que tan solo agrada mi enorme ego?
Quiero más; siempre están esos infundados deseos de tener mucho más de ellos; de convertirme en cada una de sus pesadillas para atormentarlos sobre la leyenda que jamás podrán ser; eso es lo que más ambiciono antes de que se acabe el año; transfigurarme en el gran nombre que pasó por estos salones.
Pero ya no tengo más ideas; la fama de casanova ya no es suficiente; la verdad es que me aburre tener novias de fotografía, aquellas que no te hacen sentir nada pero te adulan como si fueran un valioso tesoro; por ese motivo prefiero evitar salir con las mujeres y adquirir una nombradía de inalcanzable; el chico que ninguna puede seducir.
Suspire cansado recostándome en mi cama debajo de la divertida sonrisa de mi amigo; mi mano derecha y el otro dueño de todas las miradas de las risueñas muchachas; un fiel seguidor que también intenta hacer historia.
“¿Tan guapo soy para que te me quedes viendo así Zen?” Le pregunte divertido mientras él sacaba su teléfono celular ignorando cada una de las palabras que escapaban de mi boca como le era de costumbre.
“No te pases de listo conmigo Masamune” Me regaño recostándose al lado mío; en mi cómodo colchón para extender su mano apuntándonos con el celular “Hace mucho que no subes fotos a tú perfil; así que sonreí conmigo y dale a las chicas lo que más quieren” Me ordeno acomodándose a mi lado de manera galante para sonreír ante el ridículamente antiguo aparato electrónico; sin tener ánimos de contradecir a mi amigo esboce una expresión seductora hasta que el poderoso flash me indico que ya me podía relajar.
“¿Qué no te cansas de subir tu cara todos los días?” Me mofe observando satisfecho aquella imagen que nos habíamos tomado.
“¿Cansarme?” Me interrogo arqueando una ceja en señal de superioridad “Jamás; además solo le doy a mis fanáticas lo que ellas quieren” Declaro el más alto relajando su cuerpo sobre mi frazada sin alterar ese poderoso aura que emanaba.
“Tu novio se va a enojar” Cantonee con egocentrismo observando como el cuerpo del chico de cabellos castaño claro se tensaba.
“Takafumi sabe que solo él tiene mi cariño” Rodee los ojos cansado de ese petulante semblante que me enseñaba mi amigo todos los días sin pudor alguno; Kirishima es una persona que me agrada bastante, sin embargo, como nos parecemos tanto de personalidad a veces tendemos a chocar con las opiniones y a desatar una batalla en donde solamente debería reinar la paz; luchar con él es como hacerlo en contra de mi reflejo.
“Zen debemos hablar de algo más serio” Pregone con un tono de voz inusualmente gélido que despertó la curiosidad de mi amigo.
“¿Qué te paso? ¿Te cansaste de las porras que te lanzan tus fans y ahora quieres que le invente otras nuevas?” Se burló el oji avellana apoyando su mentón sobre su mano sin despejarme la mirada de encima.
“¿Cómo nos hacemos leyenda?” Lo interrogue permitiendo que las complicaciones se escaparan de mis labios y mis debilidades quedaran expuestas al frente de ese petulante pero confiable chico con complejo de Dios.
“Ya saliste con las chicas más populares; sexys y bonitas; ya hiciste la fiesta más grande de todo el semestre; conseguiste una página en internet llena de fama” Mascullo el más alto divagando en voz alta “Quizás podrías subir las notas” Bromeo el mayor ganándose un fuerte golpe en su cabeza por su insolencia; aunque él sea mi amigo a veces no lo logro tolerar; Kirishima es un hombre bastante complicado.
“No me jodas con lo de las notas” Gruñí entre dientes intentando ignorar el único obstáculo por el que tal vez no pasaría el año “Ya después le hago ojitos a la maestra y me permite pasar el semestre; pero ahora no quiero pensar en esto” El oji avellana libero una estruendosa risa aferrándose con fuerza a su estómago con desesperación sin poder acabar con esos molestos ruidos que escapaban de su garganta.
“YA CALLATE ZEN” Le grite cubriendo su cara con una almohada sin ocultar lo molesto que me encontraba.
“Perdón” Se intentó disculpar el mayor con un falso tono de ternura, forcejeando por quitarse el cojín del rostro “Pero ¿Hacerle ojitos a sensei? ¿Cómo no te da vergüenza decir eso?” Me pregunto con una sonrisa socarrona que helo mi sangre; la única ventaja que tiene mi amigo es que él sí es bueno con las materias porque se dedica a estudiar, yo prefiero que me entreguen las cosas antes de ganármelas.
“Perdón por no ser tan perfecto como tú” Me disculpe con ironía y desagrado cruzando los brazos sobre mi pecho.
“No es tu culpa” Musito con una supuesta inocencia el mayor esbozando un infantil puchero “Es culpa de los libros porque no se quieren meter en tu cabeza para que los aprendas” Como detesto esta actitud que adquiere cuando se le suben los humos; me enferma que las personas resalten el único defecto que poseo; por eso debo convertirme rápido en una especie de leyenda para que ya no se puedan mofar de mí y contradecir cada uno de los grandes logros que he obtenido con mi manipuladora personalidad.
“Mejor cállate y préstame tu teléfono apara subir la foto a mi cuenta” Pregone autoritariamente extendiéndole mi mano para poder tomar la computadora y aumentar un poco más mis desbordantes niveles de presunción.
“Pero que insoportable te pones a veces” Susurro el más alto entregándome el dichoso aparato para poder seguir con mi cometido.
“Es tu culpa por hablar tantas idioteces juntas y provocarme a propósito” Me defendí abriendo todas mis cuentas con algo de aburrimiento; cosas como recibir solicitudes desesperadas de amistad y peticiones en forma de mensajes acosadores se ha vuelto bastante cotidiano; pero es el precio de ser un joven admirable.
“Si sigues arqueando así el ceño te vas a arrugar” Me molesto el mayor acomodándose a mi lado para observar mis cuentas sin pudor alguno.
Baje con desinterés en cada una de mis solicitudes sin encontrar algo que me llamara la atención; sonreí fugazmente al observar como las peticiones y los halagos en mi perfil acrecentaban cada instante con nuevos e ingenuos chicos que ambicionaban convertirse en alguien como yo; tener el aprecio de tantos desconocidos no tiene precio.
Gracias a los alumnos de grado inferior me siento realizado; puedo profesarme orgulloso de quien soy y de todas las locuras que he cometido; yo sé que este estilo de vida es algo vacío y deprimente, pero es todo lo que conozco y no es como si pudiera hace algo para cambiarlo; esta es la forma que use para rebelarme y convertirme en quien yo escogí y no en quien me imponían transformarse, esta es la enseñanza que pretendo dejar.
Aunque a veces; a pesar de tenerlo absolutamente todo a excepción de las calificaciones, no puedo evitar sentirme vacío y solitario; dentro de este mar de piropos baratos y sonrisas cínicas no puedo encontrar una mano real que me quiera ayudar a demás del arrogante de Zen; quien jamás se ha retirado de mi lado pese a lo complicada que se ha tornado la situación.
“Tienes millones de mensajes” Murmuro perplejo el castaño con algo de curiosidad sin despejar sus ojos de la pantalla.
“Ya lo sé” Musite en busca de mi propia aprobación intentando con angustia llenar este vacío que cada vez crecía más en mi interior amenazando con destrozar todo lo que había creado en esta falsa actuación.
“¿No las vas a responder?” Sin poder evitarlo ante la ingenuidad que me profesaba el castaño libere una melódica risa que erizo toda su piel debido a mi repentino cambio de actitud “¿TE hace gracia lo que te dije?”
“Zen a esa clase de personas no se le responde; tan solo son fans” Proclame ignorando cada uno de los escritos que me obsequiaban los menores llenos de admiración y energía en busca de algún modelo que ellos pudieran seguir.
“Wow; detente ahí” Me ordeno el castaño tomando mi computadora para subir un poco más en las actualizaciones que había pasado “Fíjate en esa imagen” Me pidió captando toda mi atención con esas palabras.
Con desinterés observe la fotografía que me indicaba el más alto; la cual poseía a una pareja dándose la mano al frente del océano; la imagen se encontraba en blanco y negro adornada de una par de hostigosos y molestos brillos que provocaron que arqueara el ceño con frustración ante las estupideces que la gente hacia en su tiempo libre.
Suspire sorprendido al observar que debajo de esta fotografía había un gran texto que daba pie a cientos de comentarios; cegado por la curiosidad me dispuse a leerlo para saber la causa de tanta emoción:
“Juguemos:
Deja tu nombre completo en los comentarios; y el que le dé me gusta será tu pareja por una semana, al transcurrir el tiempo deberán confesarse cara a cara si se lograron enamorar de la otra persona.
Suerte a todos los que buscan el amor”
Una risa llena de ironía se escapó de mi garganta ante tal idiotez que se le había ocurrido a un par de chicas desesperadas por algo de afecto; con malicia observe los perfiles de las muchachas percatándome de que todas ellas eran bastante feas y tenían una autoestima bastante baja para venderse de esta manera voluntaria a un desconocido.
“Patético” Fue el único sonido que se escapó de mis labios al ver semejante estupidez siendo cometida por el grupo marginal de personas, rogar por cariño ¿Qué es lo que pretenden con esa clase de suicidio?
“La verdad es que sí es una medida demasiado exagerada” Me apoyo el oji avellana leyendo con diversión los nombres de las muchachas hasta que abrió con incertidumbre sus ojos “Acá hay un chico que publico su nombre”
“¿Enserio?” Pregunte observando el perfil de un pequeño castaño de grandes y relucientes ojos verdes “Está muy equivocado si cree que conseguirá una novia decente con esto; esas imágenes son para mujeres locas y solteronas” Me burle percibiendo como un escalofrió era recorrido por mi cuerpo ante la seductora mirada de mi amigo.
“Tú ponle me gusta a ese tal Onodera” Me ofreció efusivamente provocando que mi ceño se arqueara por su insolencia.
“¿Pero qué mierda Zen? Es un hombre; se ve desesperado; su perfil dice que es heterosexual; y yo no tengo esa clase de inclinaciones” EL más alto se sentó derecho sobre mi cama acariciándome la espalda en busca de que me relajara y lo escuchara.
“Tú estás buscando una proeza para plasmar tu nombre a fin de año; estas imágenes jamás funcionan pero podría ser lo que buscas” Bajando con cautela mi orgullo entrelace nuestras miradas dispuesto a escucharlo.
“Continua hablando” Le ordene con una pequeña seña en las manos mientras mis ojos endurecían mi mirada.
“Enamorar a alguien en una semana es imposible” Pregono con firmeza el mayor “Y por experiencia te digo que enamorar a un chico es un martirio; yo estuve persiguiendo a Takafumi dos años para que me aceptara” Recordó el oji avellana con una pequeña mueca de angustia “Pero eso es lo que lo hace divertido; tú eres el gran Takano Masamune; el Dios de los jóvenes, el chico que quiere ser famoso; quien dejara huella en esta patética escuela” Observe con atención al castaño de la fotografía bufando al ver esa sonrisa ilusa que tenía grabada en los labios.
“¿Entonces tú dices que debo conseguir ese te amo en una semana para convertirme en alguien que todos respetaran?” Le pregunte con algo de inseguridad vacilando en este descarado plan que la maquiavélica mente de Zen había maquinado.
“Exacto” Proclamo con orgullo “Mira; tú y yo planificamos todo lo que harás para enamorarlo; subiremos la información a tu página para que todos vean tus avances y finalmente te convertirás en alguien inalcanzable si haces que hasta los hombres te busquen; imagínate convertir a un heterosexual en tu pretendiente” Una sonrisa llena de arrogancia se dibujó en mis labios ante esas simples palabras.
“De acuerdo; estoy dentro” Declare asintiendo sutilmente con mi nuca “Subamos cada una de las conversaciones que tengamos en privado; las citas, te quiero como mi sombra siguiéndome Zen; enseñémosle a estos jóvenes lo que es la admiración” El más alto me miro con orgullo golpeándome suavemente la espalda en símbolo de aprobación.
“Así se habla” Declaro infantilmente alzando el brazo como si comenzáramos una batalla “Ahora hazlo”
Sin vacilar apreté el botón de “Me gusta” uniéndonos a mí y a ese tal Onodera en una fastidiosa relación de pareja acaramelada en donde conseguiría esa preciada confesión sin importar las medidas desesperadas a las que deba recurrir.