Nowaki entró al pequeño apartamento que compartía con su querido castaño pero se extraño al no verle por ningún lado.
-¿Hiro-san?- preguntó llamando a su amado. Al no recibir respuesta se acercó al sofá y se tumbó. No obstante, se extraño al ver un pequeño sobre encima de la mesita.
-Para Hiroki Kamijou- ponía fuera del sobre. Al pediátra le entró la curiosidad asique lo abrío y lo que encontró le dejor realmente triste.
-Hiroki aqui estan las propuestas de matrimonio que quiero que consideres. Por mi parte creo que la mejor elección es la chica de ojos azules y castaña, pero tu sabrás. Espero tu respuesta.- Tu padre- Nowaki no creía lo que leía y empezó a ver las fotos de las chicas para Hiro-san. Eran verdaderamente hermosas. De pronto, oyó la llave, colocó todo en el mismo lugar y se hizo el dormido.
-¿Nowaki?- preguntó llamándolo su novio. -Con que está dormido.. que molesto- susurró al acercarse.
-¿Eh? ¿Y esto?- preguntó mientras tomaba el sobre y miraba las fotos. -Espero que no lo haya visto Nowaki..- susurró.
El menor se sorprendió al escuchar eso. -"¿Hiro-san no quiere que lo sepa? ¿Asi que va a pensárselo..?- pensó con tristeza. Finalmente, se quedó dormido en el sofá.
A la mañana siguiente, Hiroki y Nowaki estaban desayunando. El mayor sabía que a Nowaki le pasaba algo puesto que no le había dicho o intentado nada. Asique al irse quería comprobarlo.
-Me voy Nowaki- dijo levantándose y dirigiéndose a la puerta. -"Ahora toca el beso de despedida"- pensó con un leve sonrojo en sus mejillas y una pequeña sonrisa.
-Adios Hiro-san, que te vaya bien- dijo Nowaki desde la cocina.
-A-adios- dijo un poco decepcionado. -"Definitivamente le pasa algo.."- pensó.
El día pasó normal tanto como para el pediátra como para el profesor de literatura. Pero, Hiroki no paraba de darle vueltas a que le podía pasar a Nowaki. -"Y si él leyó la carta..? ¡Ese mocoso idiota!- pensó frustrado.
Nowaki estaba en el hospital cuando de repente recibió un mensaje:
"Nowaki, ven a la oficina de correos. Tienes que ver una cosa.- Hiroki"
El menor se dirigió a la oficina cuando vio a su Hiro-san con una carta frente a la puerta.
-¿Hiro-san? ¿Para que querías que viniera?- preguntó el menor extrañado.
-Nowaki, ¿qué te pasa?- preguntó directo.
-Nada Hiro-san- contestó. -"No puede saber porque estoy así..-pensó con tristeza.
-Nowaki, ¿es por esto?- preguntó señalando el sobre sobre sus propuestas de matrimonia. El menor giró la cabeza avergonzado.
-Lee esto..- dijo firme extendiéndole otra carta. -En voz alta- añadio sonrojado.
-"Lo siento pero no estoy interesado en propuestas de matrimonio porque estoy.. con alguien a quien atesoro.."- dijo con una sonrisa mirando fijamente a su novio. Hiroki estaba totalmente sonrojado y avergonzado.
Al llegar a casa, Hiroki se fue rápidamente a la habitación. Pero, antes de llegar, Nowaki lo acorraló contra la pared. El mayor se puso nerviosa al ver la cercanía de su novio.
-Asi que estás con alguien que atesoras Hiro-san..-susurró de manera sexy a su oído. -Me alegra mucho saber que esa persona soy yo.. no sabes cuán feliz me haces..- añadió de manera tierna mientras pasaba con delicadeza su dedo alrededor de la cara del mayor. Hiroki sintió como su corazón latía rápidamente pero aun así, su orgullo estaba por delante.
-¡No te creas tanto mocoso perverti..- el castaño no pudo terminar la frase puesto que unos labios atraparon los suyos con ternura, para poco a poco ir subiendo a un beso lleno de pasión y amor. Nowaki pasó su lengua lentamente sobre el labio del mayor haciendo que este entreabria su boca, oportunidad que aprovechó para colar su lengua. Hiroki al sentirla intento separarse pero, no podía resistirse a Nowaki. Después de un par de minutos besándose, Nowaki se alejó un poco para contemplar a su novio, el cuál estaba con los ojos cerrados, la cara completamente roja, los labios entreabiertos y suspirando su nombre.
-N..Nowa..Nowaki- suspiraba el mayor después de aquel fogoso beso.
-Hiro-san, vamos a dormir- dijo Nowaki adentrándose a la habitación.
-Vale..- contestó resignado el castaño. Otra vez Nowaki había roto su orgullo, pero esque era imposible.. no podía resistirse a sus besos.
-Hiro-san ven aquí- dijo mientras señalaba a su lado. El castaño al tumbarse, notó como los brazos de su novio lo involvían gentilmente.
-Buenas noches Hiro-san..- susurró muy tierno Nowaki a su oído. El profesor se sonrojó enormemente y se tapó más con las sábanas.
-Buenas noches... Nowaki..- susurró con un leve sonrojo en sus mejillas.
Lo que no sabían nuestra pareja de egoístas es que unos días más tarde le llegaría a Hiroki una sorprendente contestación a su carta.
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