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BEHIND BLUE EYES DRAGON por LEGNAEL

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Disclaimer: Yugi-oh!, no es de mi propiedad como habrán imaginado, yo solo tomo prestados a los personajes de Kazuki Takahashi-sensei para escribir este fic.

Advertencias: Yaoi, lenguaje Soez, mundo alterno, espero no caer mucho en el OoC (solo un poco). Mpreg a futuro, amor lento. Uno que otro error de dedo, espero que no haya muchos.

Notas de la autora: la verdad a aparte de la falta de tiempo y de la fuga de Inspiración-san (en específico para este fic) se puede decir que caí en un punto muerto de estancamiento. El lado bueno es que el capítulo es largo.

Tiempo de actualización:JAJA P K QUIERES SABER ESO. SALUDOS. (Perdón, no pude resistirme a poner ese meme. Ya sabe todo depende de Inspiración-san).

 

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Capítulo 9. Baile

 

Después de su última charla con Wheeler no se podía mantener tranquilo, era inusual que algo fuera capaz de pertúrbalo. En su mente solo podía concebir que el perro posiblemente supierade su relación sanguínea con Mokuba y Noah. El de ojos azules recordaba aquella mirada furiosa que le dedico el rubio. El tono de su voz utilizado en las palabras por el perro.

 

Amenazado. No le preocupaba su seguridad, pero otra cosa era la seguridad de sus hermanos.El solo pensamiento lo aturdió. Solo tenía algo por hacer –eliminar el problema–. Normalmente sería algo sencillo si no fuera porque el perro trabajaba para Noah (sinceramente se preguntaba si el CEO se encontraba bien de sus facultades mentales, ¿cómo se había atrevido concebir aquella idea?), eso sin contar que podría generar cierta publicidad no deseada a la Corporation. Podría intentar algo en la fiesta que ofrecía Pegasus, podría acusar a cualquiera de esos tipejos que seguramente no perderían la oportunidad de hablar con ese maniático.

 

– Tengo que afinar algunos detalles.

 

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Un par de días después…

 

Noah se terminaba de alistarse, portaba un traje de color blanco a juego con una camisa de color gris. Estaba haciendo el nudo de la corbata (de color negro con líneas blancas trazadas en forma en forma vertical) cuando escuchó el leve golpeteo en su puerta: –adelante –musitó.

 

Mokuba entró a la recamara del mayor y le dedicó una mirada de reojo, el menor alzó el dedo pulgar en señal de aprobación.

 

– Parece que vas a salir a conquistar –alegó en tono alegre el menor sin dejar de ver al contrario.

– Solo es una cena –suspiro antes de intentar cambiar el tema–. Francamente solo Pegasus y sus ideas descabelladas de una cena de aniversario rebasan lo inverosímil.

– No me quejaría se Joey se une a la familia, tienes toda mi bendición onii-sama.

– Moki, la cena es estrictamente laboral

– Digamos que te creo –dijo en tono divertido el menor.

 

Noah no objeto nada. Conocía la terquedad de la familia Kaiba, claro que él mismo era sumamente terco y necio, no obstante cuando se trataba de su hermano pequeño cedía un poco.

 

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Wheeler no había podido dormir de forma tranquila, conociéndose esperaba no terminar haciendo algo que provocará que deseara desaparecer un par de metros bajo la tierra. Exhaló aire por enésima vez. Aprobaba el traje de color negro que había comprado, nada ostentoso y caro, tuvo la suerte de que Mai y sus contactos lo ayudarán aunque claro, desafortunadamente se había visto metido en una pasarela de un par de horas. Fuera el tipo de ropa que fuera, su amiga era especialmente quisquillosa. Aun recordaba cuando fueron a comprar una corbata, horas y horas metidos dentro del centro comercial.

 

De alguna manera su cabello se estaba comportando; ciertamente su melena rubia era bastante indomable cuando se lo proponía. Ahora solo le quedaba esperar a su jefe.

 

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Siete en punto. El CEO deK. Corp. Llegó a las siete en punto. Tocó el timbre no pasó mucho tiempo antes de que Joseph abriera la puerta, dejando a  Noah sin palabras. Posiblemente estaba pensando demasiado en lo dicho por Mokuba, además Wheeler era su empleado.

 

– Buenas noches, Kaiba-san –saludo cortésmente.

– Buenas noches –respondió.

 

Caminaron hasta subir a un automóvil negro, en donde el chofer ya los esperaba con la puerta abierta. El viaje en auto no duro más de una hora, quizá unos cincuenta minutos. Joey contemplo el lugar desde la ventana, pudo ver la imponente construcción. Ese edificio no lo podía describir como una casa, mucho menos una mansión… ¡era un castillo! Un palacio sacado de uno de eso cuentos de hadas.

 

– Es impactante la primera vez que lo vez –cometo Noah–. A decir verdad Pegasus, es un hombre sumamente excéntrico –masculló por no decir raro.

 

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El anfitrión miraba desde el segundo piso como su hogar comenzaba conglomerándose de personas. Claro que el conocía perfectamente a las personas que invitaba a sus fiestas, de cierta forma le sorprendió ver a Noah (claro, eso sin contar que casi tuvo que amenazar a su socio, para que hiciera apto de presencia), raramente se presentaba en alguna celebración, miro a su acompañante una sonrisa se dibujó en sus labios la respuesta era clara a su pregunta. A su lado su esposa Cecilia miraba la sonrisa de su esposo.

 

– Parece que hiciese alguna travesura, querido –comento la rubia.

– Yo, aún no he hecho nada. Solo que ya viste –pregono sutilmente mientras disimuladamente le señalaba a Noah.

– Ahora entiendo tu sonrisa. ¿Crees que pueda ser obra de cupido?

– Puede ser. Lastima que van a tener que separarse –respondió Pegasus.

 

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Al llegar al lugar se dio cuenta de algo raro. Aparentemente en el recibidor estaban un par de personas ubicadas delante de dos puertas, la mujer de cabello rubio se encontraba delante de la puerta izquierda y en la puerta derecha se encontraba un hombre de cabellera negra. Noah miro con desconfianza dicha acción, alcanzo a ver como separaban a los invitados.

 

– Buenas noches, Noah-sama –escucho la voz sutil de la mujer.

– Buenas noches –contesto el saludo.

– Sería tan amable de entrar por esta puerta –pidió la desconocida, mientras hacia un ademan señalando la puerta– su acompañante ingresará por la otra.

 

Joey enarco la ceja, que clase de locura era eso. El tono de la mujer no sonaba amable o al menos fue lo que sintió. Miro al hombre que estaba en frente de él, lo había saludado y pedido que entrara por la puerta contraria a su jefe.

 

– ¿Pero?

– No se preocupe, señor. Es parte del evento preparado por Cecilia-sama –afirmo.

– Supongo que no encontraremos adentro, Joseph –dijo su jefe antes de entrar por la puerta.

 

El rubio entro, pero fue rara su sorpresa al ver que el lugar estaba lleno de disfraces. Por un momento torció la boca.

 

« ¡¿Qué demonios significa esto?!», pensó para sus adentros.

 

– Señor –escucho la voz de una mujer castaña–. Podría ser tan amable de colocarse esté antifaz–solicitó de forma amable.

 

Él miro extrañado aquel objeto, aun así lo tomo. Era un antifaz de color negro bastante extraño, aun así no objeto nada, se lo coloco sin embargo no era capaz de visualizar nada.

 

– Señorita, disculpe… no veo nada.

– No se preocupe señor –comento–, es parte de la temática de la fiesta.

– ¿Pero? –mascullo intranquilo.

– También debo infórmale, que no sabrá quién será su pareja durante el inicio de la velada esta noche –informo–. Técnicamente es una cita a ciegas.

 

Joey suspiro, no estaba convencido de esto. En verdad no comprendía la rareza y las ideas alocadas de las personas ricas.

 

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Se encontraba sentado,  con cierto grado de furia contenida en ese momento. Estaba a punto de irse del lugar, recordó las dos malditas horas en las que estuvo preparando su disfraz para que no fuera reconocido, llevaba puesta una peluca de color negro, un poco larga, por sus puesto las manos enguantadas para no dejar ni rastro de que estuvo en ese lugar.

 

Bufo fastidiado, tenía cerca de unos veinte minutos esperando. Empero, le disgustaba todo acerca de las fantásticas ideas de Pegasus. Su plan había dado un giro de trecientos sesenta grados. Intento calmarse, a la primera dejaría botada a la supuesta pareja que le asignarían. Ciertamente no le sorprendería, si Pegasus viviera en una carpa de circo, después de todo el hombre era un payaso.

 

– Señor –sonó la voz de una mujer–. Podría acompañarme.

 

Seto. Se puso de pie. Definitivamente esta fiesta estaba destinada al desastre.

 

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Wheeler, intento calmarse, solo esperaba que no le tocara un idiota engreído ricachón, pero bueno lo segundo sería un tanto difícil y más cuando se encontraba en una fiesta llena de tantas personas adineradas.

 

– Señor, permítame guiarlo.

 

Reconoció la voz de mujer.

 

– Eh, si –respondió al ser sacado de sus pensamientos.

 

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Cecilia miraba como en el salón comenzaban a ingresar los invitados.

 

– ¡Oh, mi amada Cecilia! –escucho la voz de su esposo.

– Parece que están confundidos –hablo.

– Tal vez, pero definitivamente será una fiesta única –comento–. Gracias a tu maravillosa idea.

– Mitad y mitad, querido. Las esposas fueron idea tuya.

 

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– ¿Qué significa esto? –exigió saber.

– No se preocupe señor, las esposas serán liberadas cuando termine la primera parte.

– Pero, no podemos estar así. Además no vemos nada –rebatió.

– Es parte del encanto de la velada –respondió la mujer–. Por el momento intenten disfrutar la velada.

 

La mujer se alejó.

 

El castaño iba a comenzar a caminar cuando sintió que la cadena de las esposas se tensaba.

 

– Oye tú, camina.

 

La voz le sonaba sumamente prepotente. En el momento que la escucho, odio al sujeto.

 

– Por favor –gruño el rubio.

– No sé de qué diablos hablas. Camina –corto tajante mientras jalaba la cadena.

 

Aquello cabreo más a Wheeler.

 

– Pues inténtalo, pero yo no me muevo –reto.

 

Si había algo que Seto odiaba, era que le llevarán la contraria.

 

– No tenemos todo el día.

– Perfecto, pero no lo haré. Idiota.

 

Comenzaba a fastidiarse.

 

– Estoy buscando a alguien –comento–. Mi hermana esta en algún lugar.

 

Definitivamente escucho el tono de preocupación en aquella voz.

 

– De acuerdo –respondió. Más que nada por el recuerdo de su propia hermana–. Deberías ser menos engreído si quieres encontrarla. No te cuesta nada ser educado.

 

Seto no dijo nada, ambos comenzaron a caminar a oscuras.

 

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Una vez que todos, o por lo menos la mayoría de los invitados estuvieron presentes. Pegasus acompañado de su esposa subieron a un estrado.

 

–¡Buenas noches! –Saludo el hombre mientras su enérgica voz resonaba en el salón–. Gracias a todos por acompañarnos a mí amada Cecilia y a mí en esta fecha tan especial. Mi dulce esposa quería que fuera algo inusual y a su vez misterioso con un toque de romance, le cedo la palabra a mi amada.

– Buenas noches, como ya lo dijo mi querido Pegasus; muchas gracias por acompañarnos en nuestro aniversario. Por ello planeamos estos eventos, "el amor no de fija en la apariencia"; por ello disfruten esta primera parte en la que bailaremos un poco –informo–. Por cierto, si no bailan no serán capaces de quitarse las esposas para la segunda fase.

 

Al escuchar las palabras dichas por loa anfitriones, Wheeler se quedó inquieto. Él no sabía bailar, pero si no bailaba con ese engerido no sería capaz de librarse de él.

 

La orquesta comenzó a tocar, ciertamente con el sentido de la vista inhabilitado, su oído captaba mejor le música.

 

– Vamos –hablo tajante.

 

Joey ya no le rebatió nada, después de todo presentía que era sumamente terco.Los invitados estaban un poco renuentes a bailar, pero aun así comenzaron a reunirse en el centro.

 

Cuando Wheeler sintió la mano del contrario afianzarse a su cintura se tensó.

 

– ¿Dónde estás colocando la mano? –protesto.

– El fin justifica los medios, mientras más pronto bailemos, más pronto saldremos de aquí.

– Lo que sea, sigues siendo un engreído –le espeto.

 

Noah se encontraba bailando acompañado de una joven dama. Definitivamente Pegasus tenía ideas bastante originales, en cuanto vio el antifaz lo reconoció, era el prototipo de su próximo visor de realidad virtual. En el centro se escuchaban dos voces bastante animadas.

 

Joey sintió un escalofrió en el momento en el que piso al señor engreído.

 

– Lo siento –dijo.

 

El contrario no le dijo nada; lo que lo molesto más.

 

Una nueva pisada. Escucho la voz del sujeto: –lo estás haciendo a propósito.

 

– No es cierto, para empezar no se bailar, además de que no veo nada –se defendió.

 

Una tercera pisada.

 

Aquello molesto a Seto, quien sin dudarlo le regreso el ataque.

 

– Lo hiciste a propósito –escucho la voz de contrario.

–Tampoco se bailar –agrego con sarcasmo.

 

Y aquello fue el inicio de una guerra de pisadas. Por un momento Seto Kaiba se olvidó de su objetivo,  siguió entretenido en aquella guerra infantil, impropia de su persona. En algún momento olvido que estaba encadenado, se olvidó de todo, y entonces escucho la genuina risa de su acompañante.

 

– Supongo que vamos empatados.

– No es cierto, yo te pise una vez más –aseguro Kaiba.

 

La música dejo de sonar. Y un momento de silencio lleno el lugar.

 

– Parece que todos la están pasando bien –interrumpió la voz de Cecilia–. Sé que pareció un evento extraño, pero era también para presentar el nuevo producto hecho por K. Corp. e Ilusiones Industriales. Me hace muy feliz presentarles a todos ustedes el "VirtualityReality", primer visor de realidad virtual de videojuegos –anuncio.

 

En ese momento los visores se encendieron, pero lo que vieron no fue a sus acompañantes, fue un lugar distinto, claramente era de noche, pero parecía un paisaje salido de películas iluminado por los rayos del amanecer. Joey miro con curiosidad al señor engreído, pero a su lado se encontraba un caballero de brillante armadura, solo rogaba que él no fuera una princesa.

 

– Impresionante –escucho la voz del contrario.

 

Joey regreso su vista hacia donde se encontraba Cecilia. Ella tenía la apariencia de un ángel y a su lado estaba un brujo.

 

– Bueno, están todos sorprendidos. Prosigamos con un pequeño intermedio para ir a cenar –expuso–. Ahora, si quieren seguir la velada en compañía de su acompañante o buscar con la persona que vinieron es decisión de ustedes, el candado de las esposas está abierto. Por cierto seguiremos con el visor toda la noche.

 

Muchos comenzaron a quitarse las ataduras. Antes de que pudiera seguir conversando con el señor engreído, este ya se había ido. Un poco molesto lo dejo pasar, tal vez el señor engreído estaría buscando a su hermana; y ahora que lo recordaba el tenía que buscar a su jefe.

 

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Había salido del lugar, estaba furioso, estuvo tan cerca de liquidar a Wheeler. No había reconocido la voz del perro, se escuchaba incluso cortes, pero en cuanto se alejó del lugar y fue capaz de ubicarlo se dio cuenta que era la única persona que se encontraba sin un compañero. Librarse de esas cadenas no era ninguna dificultad. Estaba por ingresar a una de las habitaciones, cuando escucho unos pasos muy de cerca. De inmediato se puso a la defensiva, cuando reconoció a Noah quien cerraba la puerta.

 

–Nii-san, no esperaba verte aquí, pero yo no soy ingenuo. Déjalo.

–Has perdido la cabeza. Él sabe más de lo que aparenta –gruño fastidiado.

–El problema es que tú desconfías hasta de tu sombra. Él es una buena persona.

–No me digas que te liaste con él –su voz sonaba llena de ira.

– Sí –mintió–. Incluso tengo la aprobación de Mokuba.

– ¡¿Estás loco?!

–No estoy loco, estoy cuerdo. Nii-san ya no lo fastidies, el será tu cuñado. Quieras o no.

 

Continuará...

 

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Notas finales: Kufufu, tenía que decirlo muchas esperaban celos y de alguna forma Noah-sama quien siempre me sorprende con sus ideas. Y bueno Seto nos salió con el plan de matar a Joey.

 

Disclaimer: YUGI-OH!, no es mío. Solo tomo prestados a los personajes para la escritura de este fic. 


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