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Un nuevo comienzo… por Zafira

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Notas del capitulo:

Disculpen la tardanza, estaba bastante atareada... 

Aquí les dejo la continuación, y muchas gracias a los que me dejaron su comentario, lo aprecio mucho

Capítulo 4º: Retroceso


No puede… no puede ser… - Waltorana se había quedado de piedra, y sin embargo, algo en su interior le decía que era verdad – William…


--. Flash Back .--


Ahora sí que la hiciste William, donde demonios nos vinimos a meter – se quejaba un rubio mirando el camino que había seguido su caballo – Si salgo de esta, mi padre va a matarme… y desheredarme… voy a ser el hazme reír de mi hermano…


¿Y por qué el hazme reír? – se puso en guardia inmediatamente después de escuchar la desconocida voz…


¡Muéstrese! – ordenó y fuego comenzó a rodear su cuerpo…


Soy el señor de estas tierras… así que, esa actitud de ataque, está muy fuera de lugar – habló un hombre de oscura cabellera al salir de su escondite – Debería decirme quien es, antes de que sea yo el que lo ataque…


Soy William von Bielefeld, y mi intensión no era irrumpir en sus tierras, señor – aunque había bajado la guardia, aun estaba atento al desconocido – Mi caballo perdió el control, y caí… uhmmm… ¿le pasa algo, señor? – se asustó un poco al ver la expresión de asombro en el otro rostro…


Joven Bielefeld… no suelo recibir muchas visitas – su sonrisa fue de paz… - Se acerca una tormenta, acepte que le acoja como invitado…  prometo ayudarle a regresar a casa, una vez que pase…


--. Fin del Flash Back .--


Cuando conocí a tu hermano era bastante joven – comentó el mayor – Fuerte, aunque su llama era muy diferente a la tuya, la de él era tempestuosa y rebelde… pero su apasionada curiosidad me dejó conocerlo más íntimamente… - Waltorana no podía creer aquello, recordó pues el año entero en que su hermano había desaparecido, al volver alegó haber ido a explorar el mundo, su vista se topó nuevamente con la de Octavio…


Mi hermano no hubiera abandonado jamás a un hijo suyo – soltó con rabia el noble, nada de lo que escuchaba tenía sentido…


Se abandona, sólo cuando se recuerda… él no recordaba nada, porque mi madre le borró sus memorias… - soltó melancólicamente el mayor – El deseo de ella era simple… que yo lo despreciase por haber huido de nuestro lado, y abandonado a nuestro pequeño hijo…


Wólfram simplemente permanecía callado, aquello superaba incluso cualquier idea que se le podía haber formado, intentó analizar las expresiones de Marcus y Octavio, no sabía si debía creer en ellos, después de todo… eran enemigos…


Entonces… ¿Fuiste tú quien lo mató? – la voz de Waltorana sonaba quebrada… temblaba de angustia y temor…


Quise hacerlo… pero no pude – soltó el mayor – Iba a dejar que muriera a manos de unos humanos, pero al notar que él parecía dejarse matar, me involucré… él me recordaba, pero no a nuestro hijo… es más, me felicitó por mi boda, y me hablo de la suya… aunque con lágrimas me confesó lo de su hijo – la oscura mirada se fijó en Wolfram, y sonrió con amargura – En un descuido mi madre lo atacó, ella deseaba muertos a todos los descendientes de Shinou, incluido mi propio hijo… William lo salvó a costa de su vida, solo en ese momento… él recordó la verdad.


Una solitaria lágrima recorría la mejilla del rubio oji jade, al final su hermano había sufrido demasiado - ¿Por qué simplemente no hablaste con la verdad?


Pasaron muchos años antes de que tuviera el valor de revisar sus cosas… fue así que hallé las cartas, sentí amargura, pues él realmente amó a aquella mujer – mencionó Marcus más sosegado – Cuando el poder de mi abuelo fue derrotado, fui liberado de mi exilio… él lugar en donde mi propio padre nos encerró a mi madre y a mí con la maldición de que solo la destrucción total de Soushu nos liberaría, para proteger la descendencia de quien había amado, a pesar de la traición de Shinou, para él, los Bielefeld eran hijos de Rufus únicamente… mientras que para mi madre, lo eran de Shinou


¿Qué pasó con su madre? – Wolfram no había podido acallar aquella pregunta, con amabas manos tapó su boca y bajo la mirada…


¿No te resulta lógico lo que sucedió, Wolfram? – murmuró el hombre – La maté… aunque tarde, pues ya había herido a tú tío de muerte… así aseguraba el bienestar de Octavio, y el tuyo… - su poder lo inundó todo y bajo el pie de ambos rubios apareció una fuente de agua…


¿Qué pretendes? – Waltorana miraba algo asustado la posición en la que estaban, y no le gustaba nada estar en una jaula en ese preciso momento…


¿No te intriga saber cómo es posible que mi madre y yo tengamos una juventud tan longeva? – el hombre acaricio los delicados dedos del noble de la casa Bielefeld, lo que logró que este apartara las manos de las rejas – Respóndeme Waltorana, aceptas compartir tu vida junto a mí, como debía de haberlo hecho tu hermano…


No soy mi hermano Marcus… no puedo prometerte eso – habían demasiadas dudas en su mente, se preguntó si en un principio, su hermano se había enamorado del hombre frente a él, y si alguna vez supo la verdad de su linaje.


Esa no es la respuesta que espero escuchar – la expresión del moreno se mostró sombría, y sin que ninguno de los rubios pudiera hacer algo al respecto, la jaula cayó irremediablemente a las aguas…


---


“¡Gwendal”… se había detenido en el justo momento en que percibió esa voz en su mente, y no podía equivocarse, se trataba de Waltorana, comenzó a acelerar el paso, el escalofrío que recorrió su cuerpo le indicó que ambos estaban en serio peligro, sólo esperaba llegar antes de que pudieran recibir algún tipo de daño irreparable…


Se detuvieron pocos metros antes de la entrada, esta estaba siendo resguardada por unos guardias, Conrad se adelantó y tomó por sorpresa a los individuos, rápidamente Gwendal le apoyó, los amordazaron y ocultaron… - Andando… - el castaño era quien ahora guiaba el camino a seguir…


Murata observaba todo silenciosamente, aunque de tanto en tanto se detenía… parecía perdido en sus pensamientos – Creo caballeros, que es por este camino, por el que debemos seguir – hablo deteniendo la marcha de ambos hermanos…


¿Cómo lo sabes, Murata? – Yuuri también se detuvo, y aunque nada parecía indicar que el camino indicado por el sabio era el correcto, algo en su interior le decía que una vez más,  su mejor amigo sabía algo que no les había contado.


Al parecer estos fueron dominios de Saara, aún puedo sentir su presencia, aunque me está claro, que hace casi un siglo dejó este mundo terrenal – el moreno de gafas comentó inspirando – Entonces si son tus hijos a los que estamos enfrentando…


Hablas de ella como si la hubieras conocido – el 27º maou se quedó observándolo seriamente.


Prometo contártelo todo, amigo mío, una vez que podamos poner a salvo a tu prometido y su padre – sin mirar atrás, siguió el camino…


La temperatura comenzó a sentirse muy baja, se ocultaron tras unas rocas cuando otro grupo de guardias hacía el recorrido… sintió una extraña opresión en el pecho, y sabía a la perfección que su hijo estaba en peligro, pero fue al oír una súplica en la voz de su amor de juventud, que sintió toda su sangre congelarse… - ¡Por favor, detente… haré lo que quieras!


Se apresuraron a un ritmo mucho más rápido… justo cuando estuvieron a punto de dejarse ver, Yuuri fue detenido por el sabio, mientras que Conrad se encargaba de detener a su hermano mayor – Antes de actuar, debemos analizar la situación… - el sabio fue quien se aproximó sigiloso, y junto a él, lo hicieron sus acompañantes…


Ahora parece que nos estamos entendiendo – distinguieron en la distancia a Marcus, aunque se veía un poco diferente a como lo recordaban, lo que no gustó a ninguno, fue ver al noble líder de la familia Bielefeld arrodillado frente a aquel sujeto – Júrame fidelidad, y cumpliré mi palabra…


¡No lo hagas papá! – aquella voz se parecía mucho a la de Wolfram, pero un poco menos potente - ¡Te aseguro que mi otro padre va a patearte el trasero!


Que dulce inocencia… - la jaula que levitaba sobre las aguas cayó a las aguas…


¡Nooo… Marcus… lo prometo! – la voz del rubio oji jade estaba quebrada… sus palabras hicieron que nuevamente levitara la jaula sobre el agua, solo se escuchaba la tos del demonio menor…


¿Renunciaras a Gwendal von Voltaire,  a lo que representa en tu vida y la de Wolfram, y me serás fiel como esposo? – aquellas palabras perforaron la sensatez del general…


¡NO TE ATREVAS A PROMETER SEMEJANTE ESTUPIDEZ! – el líder de la familia Voltaire lanzó un potente ataque hacia su enemigo, mientras que Yuuri detenía los intentos de Octavio de apoyar a su padre…


El ataque ocasionó que la jaula nuevamente callera al agua, por lo que sin detenerse a pensarlo dos veces, Waltorana se lanzó en busca de su hijo… mientras tanto, Yuuri utilizaba todo su poder contra el moreno oji jade, quien era realmente bastante poderoso…


Percibiendo el sonido de la batalla, varios guardias fueron a ayudar a sus líderes, por lo que Conrad estaba más que ocupado deteniéndolos… Murata cedió algo de su poder al general de Shin Makoku, de manera a darle algo de ventaja en la batalla, después de todo, era muy consciente que ninguno de los rubios aún salía del agua… - ¡Lord von Voltaire… no hay tiempo!


Sin pensar en las consecuencias, con su poder derrumbó los cimientos de la cueva, aprovechando un potente golpe que había lanzado previamente hacia su enemigo, solo para derrumbar sobre el cuerpo de este el techo del lugar… su vista se fijó en las aguas y saltando hacia ellas, fue a buscar a su familia…


El temblor había ocasionado que todos perdieran su equilibrio, y que parte del suelo se desmoronara, cayendo al agua los tres morenos… cuando Conrad percibió lo que había ocurrido, desarmó a su último oponente y decidió ir en la ayuda de su ahijado y del sabio…


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Cuando pudo abrir la jaula, y sostener la delicada mano de su pequeño, se aterró… lo atrajo a su cuerpo y con la energía que le quedaba protegió su cuerpo, ya no tenía fuerzas para volver, pero debía hacer el intento por su hijo, quiso gritar de dolor cuando debido a un extraño movimiento unas rocas movieron la jaula hiriéndole en una pierna… “¡Gwendal!”… unos brazos le rodearon, y por fin sabía que estarían a salvo…


Cuando fue sacado del agua, notó de inmediato que el mazoku mayor volvería nuevamente a saltar, pues había escuchado susurrar el nombre de su pequeño - ¡Gwen!... – sostuvo la capa que vistiera, cuando sus ojos se encontraron, le mostro aquello que protegía entre sus brazos…


No puede ser… - susurró totalmente pasmado…


Creo que no respira – la voz del noble era quebrada, y por sus mejillas corrían lágrimas de la más absoluta desesperación…


No se le había ocurrido otra cosa que no sea utilizar su majutsu para curar, tanto al moreno como al rubio les volvió el alma al cuerpo cuando el pequeño rubio comenzaba a moverse…


¡Hermano, debemos huir ya! – Conrad había salido de las aguas junto a dos muy mojados peli oscuros…


¡Ahora sí que la hicimos Shibuya! – se escucho hablar al sabio…


Toda la cueva comenzó a temblar mientras que las rocas que cayeran sobre Marcus se despejaban – Demonios – maldijo el general…


Gwendal llévate a Wolfram y huyan… - el noble rubio a duras penas se había colocado con la intensión de enfrentarse a quien lo inundaba todo con su fría presencia…


No estás en situación de darme órdenes… - el primogénito hijo de la 26º maou le entregó el preciado bulto al oji jade y los cargó a ambos en sus brazos - ¡Heika, ¿puede trasportarnos desde ahí?!


Si puedo – el maou en toda su gloria era quien respondía…


¡Gwendal… Wolfy no va a soportar otra exposición! – el oji jade estaba asustado…


Es por eso que tu lo protegerás con tu maryoku, yo haré lo mismo con el mío – susurró suavemente mientras los presionaba por su pecho, y asentía en dirección al moreno rey – Todo va a estar bien… confía una vez más en mí, por favor…


Justo cuando saltaban, Marcus se había liberado completamente… - No podrán huir así de fácil…


Padre… creo que estoy un poco encogido – Octavio se mostraba fastidiado, mojado… y por lo menos cincuenta años más joven…


Había olvidado lo adorable que te veías – sonrió el mayor, e invocó a sus fuerzas para atacar – Debemos aprovechar ahora que están débiles…


Cuando salieron del agua, ya había una comitiva esperándolos en el templo de Shinou, aunque los presentes se quedaron momentáneamente de piedra ante lo que se presentaba ante sus ojos…


¡Gisela, ayúdame! – Gwendal salía presuroso de las aguas, colocaba con sumo cuidado al mayor de los Bielefeld sobre el suelo, incluso Shinou observaba impactado a sus descendientes, hasta que el movimiento del pequeño rubio dio como resultado un potente llanto…


¿Qué le pasó a Wolfram? – el maou lo miraba fijamente una vez que saliera él también del agua… todas las antorchas del templo se encendieron poderosamente…


¡Ohh, por Shinou… Wolfy! – la hermosa ex reina no podía creer lo que sus ojos miraban…


Bocchan, creo que usted es el menos indicado para preguntar eso sobre su prometido… ¿qué les pasó a todos ustedes? – Yosak había terminado con el mutismo que reinó entre los presentes… Gisela ya se había aproximado para tratar a los rubios…


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Aunque la sanadora le había reiterado muchas veces sobre el estado de su hijo aún no podía creerlo… cuando despertó a la realidad que le indicaba su imagen en un cristal fue presuroso hasta el primer maou…


Heika… ¿puede revertir esto? – el pequeño Murata y Yuuri estaban correteándose en el salón bajo la atenta mirada de la sacerdotisa, el moreno también se les quedó viendo… estaba tan preocupado por Wolfram que no había reparado en que el Gran Sabio y el Maou parecían niños de unos cuatro años…


Me temo, mi general… que no puedo hacer nada para revertir esto… y creo que no tenemos tiempo para perder, es necesario actuar antes de que nuestros enemigos contraataquen – el oji azul por fin hablo…


Excelentísimo Shinou, ¿pero qué vamos a hacer? – Gunter estaba a punto del colapso… especialmente cuando el par de niños lo usaban a él como muro protector…


Por disposición mía, declaro regente de toda Shin Makoku a Lord Gwendal von Voltaire – aquello sorprendió al aludido y a quienes estaban de testigos – Serás además el tutor de mi Sabio y del Maou hasta que vuelvan a tener la edad necesaria para gobernar… a partir de ahora, ellos serán tus hijos…


Pero de qué está hablando – el oji zafiro no podía dar crédito a aquellas palabras - ¿Por qué yo?


Eres el más indicado,  y el único que los educará como corresponde, me temo que los demás podrían influir negativamente en su formación – comento el rubio – Además que la pelea por sus custodias podría ocasionar un enfrentamiento entre los nobles…


Pero… ¿Debo adoptarlos? – el general miraba a los niños que esta vez si se mostraban interesados por la conversación… “Es la mejor manera de que protejan a mis descendientes”… aquellas palabras las escuchó claramente en su mente – Está bien… los acogeré como míos…


Excelente, Ulrike, prepara la ceremonia… antes de que salga el sol, Lord von Voltaire debe convertirse en un hombre responsable, cabeza de familia – la pequeña mujer observó confusa a la deidad mientras este sonreía malicioso – Nuestro querido maou y nuestro sabio deben estar en una familia bien constituida… y qué mejor protección de la que le brindará el que su otro tutor sea el líder de las familias nobles…


¡¿Qué?! – el peli morado había sido el que preguntó consternado – Pero, Shinou Heika…


Comenzaré de inmediato señor… cuando lord Waltorana despierte, iniciaremos – comentó la sacerdotisa reverenciando al primer rey…


¡No! – los presentes nuevamente se sorprendieron de la seriedad en el peli dorado… - Su maryoku está prácticamente agotado… él no despertará hasta dentro de unos días… yo aceptaré en su nombre, y él se responsabilizará como es su deber…


Como usted ordene, mi señor… - Conrad no había pronunciado palabra alguna, Yozak colocó una de sus manos en su hombro


¿Estás bien, capitán? – el peli rojo se sentía inquieto, la apariencia de su amigo era de al menos unos cincuenta años…


Si, aunque me siento extraño, sigo siendo yo – el castaño se acercó a su hermano, así como lo hizo su madre…


Gwen… ¿te sientes bien? – la mujer no podía leer las expresiones de su hijo, aunque casi tenía la certeza de que se sentía complacido…


Conrad, podrías ayudar a bañar y cambiar a los niños… iré junto a mi consorte y mi hijo – la energía que trasmitía el moreno era bastante fuerte lo que impactó a los presentes…


Es evidente, mi señora… que no le ofreceré el reinó, y a personas tan importantes… sin el poder necesario para garantizar su seguridad – aquellas palabras eran susurradas, la mujer entendió a la perfección a qué se refería…


Entonces, mi Wolfy tendrá dos nuevos hermanos mayores – comentó la mujer sonriendo, por lo que les había comentado Shinou luego de ver los resultados de la exposición a aquellas aguas, Wolfram había llegado al punto cero, lo que quería decir que tendría un nuevo comienzo…


Nuestro maou, no es su hermano, sino su prometido… a partir de ahora, también mi sabio lo será – la mirada sorprendida de la mujer indicaba que aquello no se lo esperaba – Solo así garantizaré que esté a salvo… aquellos sujetos son demasiado poderosos, y ninguno de los dos podrá defenderse en mucho tiempo de un probable ataque de ellos…


¿Por lo de su maryoku? – ciertamente ella se había dado cuenta de que ni Waltorana, y mucho menos Wolfram estaban en condiciones de ejercer su poder, este prácticamente se había consumido por completo…


Veremos lo que pasa en el futuro… por ahora estos movimientos son necesarios – asintieron al unísono… - Los nobles faltantes llegarán al amanecer… y probablemente, nuestros enemigos los sigan muy de cerca…


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Hacía tanto frío que se obligó a volver del mundo en el que descansaba… aunque sus parpados no parecían nada interesados en ayudarle a despertar, el recuerdo de su hijo fue la motivación suficiente para que venciera ese obstáculo… “¡Wolfram!”… notó de inmediato que una chimenea calentaba el lugar, y a lado de la cama en la que reposaba una pequeña cuna estaba dispuesta… con las manos temblorosas apartó la manta, y de sus ojos comenzaron a brotar copiosas lágrimas de felicidad, era como retroceder casi ochenta y seis años, al tiempo en que su pequeño venía al mundo - ¿A esto te referías, Marcus?


Espero que no estés pensando ir a agradecerle – no pudo evitar decir aquello con sarcasmo, el oji jade no lo había sentido entrar en la habitación, aunque cuando vio la expresión dolida que mostró su rostro se arrepintió de sus palabras – Lo siento… Shinou afirmó que no despertarías aún…


Se quedó callado observando que también la imagen del general había cambiado…  aunque la energía que irradiaba le decía que no era la misma persona que él recordaba - ¿Por qué hace tanto frío Gwendal?


Lo estrechó entre sus brazos para brindarle calor… debía de admitir que Marcus resultaba ser muy ingenioso, Waltorana estaría demasiado debilitado como para resistirse, ni su hijo ni él se hubieran podido defender – Usaste mucha energía, y esta está algo debilitada… cuando te recuperes ya no vas a sentir tanto frío…


¡¿Wolfram también?! – una vez más se soltó de su abrazo para acercarse a su pequeño - ¿Cómo lo voy a calentar sin mi maryoku?


Tranquilo… él está bien, su maryoku es normal para los niveles de un niño… Shinou dijo que su poder despertará normalmente como lo hizo la primera vez – susurró el peli oscuro observando embelesado a su joya…


Te vez diferente… y no me refiero sólo a tu apariencia – el heredero de las tierras Bielefeld se quedó observando a su homónimo noble…


Seré el regente de Shin Makoku hasta que el rey vuelva a tener la edad necesaria para gobernar – murmuró el peli gris sin apartar la mirada de quien parecía no darse cuenta de que su poder le estaba brindando calor – Los adoptaré como hijos, al maou y al sabio…


Uhmmm me parece lo más lógico, no me imagino a alguien mejor para educar al maou de manera justa – murmuró sentándose nuevamente en la cama, se imaginó a los otros nobles solapando las travesuras del soberano, casi podía asegurar que Gunter haría mil concesiones con él, claro estaba que no podía culpar tanto a Gunter, a él seguramente le iba a costar horrores educar a su pequeño objetiva e imparcialmente…


Me alegra que pienses así… por que Shinou ha decidido que tú serás su otro tutor, lo que es de esperarse de mi consorte – sus palabras dejaron mudo al rubio quien lo miraba con los ojos desorbitados – De esa manera podré protegerlos a ellos… a ti, y a Wolfram…


No emitió ninguna opinión al respecto, sospechaba que Shinou no aceptaría una negativa de su parte, y considerando quien era realmente Marcus, no podía arriesgar así a su hijo – Entonces ese chiquillo va a ser el hermano mayor de nuestro hijo…


Vaya, pensé que pondrías más resistencia – no pudo evitar sonreír con suficiencia, aunque comprendía perfectamente que el rubio sabía que sus opciones se reducían a una – Supongo que sí se criarán como hermanos… ¿Por?


Aceptaré esta situación Gwendal, pero sólo hasta que me sienta totalmente restablecido… y no quiero que mi hijo vuelva a sufrir el rechazo de parte de ningún rey enclenque… voy a aprovechar esta oportunidad al máximo – la mirada que se le dirigió era fría, orgullosa en todo sentido, y le dejaba claro que aún no había sido perdonado…


Yo también voy a aprovecharla al máximo… – habló el peli gris acariciando el mechón rebelde de quien simplemente lo miraba impávido – Nadie le hará daño a mi hijo, y tú, no permitiré que tengas ojos para nadie más que no sea yo


Simplemente no se lo vio venir, sus labios fueron tomados en un apasionado beso y aunque intentó resistirse, sus fuerzas parecían estarse apagando… - Gwen…


Sonrió al acomodarlo en el lecho mientras disfrutaba de su adorable imagen… aunque ciertamente el recordaba todo a la perfección, con aquel rejuvenecimiento impuesto, sus sentimientos hacia el papá de su pequeño habían vuelto mucho más fuertes de lo que fueron en el pasado, más maduro… - No te dejaré ir jamás… ya no seré tan tonto… calentaré tu lecho todas las noches con mi cuerpo.


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La ceremonia se llevó a cabo rápidamente, justo antes de que llegaran los otros nobles y que fueran víctimas de una asombrosa demostración de poder… había sido una suerte de que Adalberto había decidido acompañar a su padre, pues fue de gran ayuda para evitar que aquellas fuerzas superaran sus fuerzas e ingresaran a la ciudad…


Dentro de las murallas del templo, Murata observaba perdidamente las aguas de la fuente en el centro del salón, sabía que debía permanecer atento a cualquier indicio de oscuridad…


Parece que estás a mil años de distancia, mi pequeño sabio – la deidad se aproximo a su aliado lentamente…


No pensé que tuviera que pasar nuevamente por esta situación… ser un niño de nuevo es bastante cansador – sus vestimentas habían sido cambiadas a unas más acordes a un pequeño niño de la corte, pero a pesar de su imagen, su mente, recursos y sabiduría eran las de un anciano mayor… - ¿Realmente no se puede revertir Shinou?


No se puede, aunque te confieso que quizás no lo haría, aunque se pudiera hacer – el rubio sonrió y recibió una mirada de reproche de parte del menor – Necesito decirte algo… aunque ya lo hice y no pienso cambiarlo…


¿Qué…? – había un cierto tono de desconfianza en el tono del moreno


Uní sus líneas de la vida con las de mi descendiente – la expresión de estupor en el pequeño casi le causaron gracia a la deidad – Por lo que tanto tú como mi joven maou, envejecerán al mismo ritmo que un mazoku de sangre pura…


¡¿Por qué hiciste eso?! – el niño parecía fuera de si… se sentía realmente furioso, pues una cosa era tener que volver a esperar para tener diecisiete años, y otra muy diferente era esperar a cumplir ochenta y cinco – Debiste consultarme…


Sabes a la perfección que no puedo enviarlos a la tierra, pues sería muy difícil explicar ahí lo que les sucedió… además que no tengo el poder para hacerlo, y Yuuri tampoco lo tiene ahora mismo – el oji azul le dio la espalda mientras se retiraba lentamente – Ambos serán educados como pequeños nobles, bajo las costumbres mazokus…


¡Espera… ¿cómo fue que uniste nuestras líneas?! – él ya suponía cómo había sido, pero necesitaba tener la certeza…


Octavio es hijo de mi descendiente… William von Bielefeld, por lo que no puedo con mi poder, alejarlo de Wolfram… la única manera que se me ocurrió fue comprometiéndolo con los mazokus más poderos… o sea Yuuri y Ken Von Voltaire – y con esas palabras dichas, desapareció…


Sé que estabas escuchando… aunque tu mente se haya vuelto más infantil, aún sigues siendo Yuuri Shibuya – había mucha seriedad en la expresión del niño de ojos negros como la noche… - ¿Estás enfadado por que no podremos regresar a la tierra?


No… aunque los voy a extrañar – murmuró serenamente – No voy a permitir que ese sujeto se acerque a Wolfram…


Una explosión los alarmó… - Geika, Heika… acompáñenme por favor – Conrad había ingresado presuroso al salón, los niños lo siguieron, e ingresaron a la habitación en donde reposaban Wolfram y Waltorana…


El joven soldado se puso en guardia, Yuuri se acercó a la cuna y observó al pequeño totalmente ajeno al peligro que los rodeaban - ¿Entonces voy a tener que aprender a compartirte? – susurró el de piel canela mientras su energía lo rodeaba todo…


Pasaron varios minutos en los que no se escuchó ningún solo ruido… como buen soldado el pequeño Conrad no se movió de su posición… hasta que la puerta fue cuidadosamente abierta por el nuevo gobernante nombrado – Puedes bajar la guardia, hermano… hemos vencido en esta batalla… - tanto Yuuri como Murata se sorprendieron de ver al general, pues este a pesar de estar visiblemente lastimado, se mostraba poderoso… se acercó al lecho y cargó en brazos al noble inconsciente – Conrad, ¿podrías traer a Wolfram?… Síganme niños…


¡Sí! – dijeron a unísono… mientras el castaño cuidadosamente tomaba entre sus brazos al bebé, los morenos siguieron al mayor…


En las afueras del templo un gran número de personas comunes, soldados y nobles estaban esperando… frente a todos ellos, Ulrike informó la nueva situación, algunos aplaudieron la noticia, otros se mostraron inconformes, más al final, todos aceptaron…


Shinou había hablado, el 29º maou  de Shin Makoku era Lord Gwendal von Voltaire


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Un escalofrío recorrió todo su cuerpo, por lo que se obligó a abrir los ojos, fue ahí que se encontró en una de las habitaciones principales del Castillo Pacto de Sangre, notó inmediatamente que vestía ropas diferentes, pero no quiso profundizar en quien pudo habérselo puesto… se puso de pie con lentitud, le temblaban las piernas debido a su peso, aún no se sentía del todo bien… una melodiosa risa le obliga a buscar por la habitación, sonrió al toparse con la cuna, por lo que rápidamente se apresuró hacia ella… - Siempre tuviste las joyas más bellas de toda Shin Makoku, mi pequeño – el infante sonrió al toparse con su mirada, parecía haber despertado recientemente… lo cargó con cuidado


Me alegra verte levantado… aunque me sigue sorprendiendo… Shinou habló de una semana, y a penas han pasado dos días – el peli gris se acercó cuidadosamente a quien lo miraba con curiosidad, parecía impactado por la indumentaria negra que llevaba puesta – Wolfram despertó ayer… me sorprendió que su llanto no haya podido hacerte reaccionar… tenía mucha hambre.


¿Y qué comió? – sus miradas se encontraron, todo lo que tenía que ver con su bebé le interesaba…


Leche, claro está… - sonrió al notar la tristeza en la faz del oji jade – Al parecer tu cuerpo sintió la necesidad de alimentar a tu hijo, y sorprendentemente…


¡¿De mí?! – sonrió al saber aquello, no podía evitar sentir diferentes emociones… ciertamente se sentía como cuando tuvo a su hijo - ¿Pero cómo?


Solo lo diré una vez… después no se volverá a repetir – murmuró el mayor acariciando la mejilla de su retoño con delicadeza – Ese bastardo es muy astuto… él realmente deseaba que recuperaras el tiempo que perdiste con Wolfram… pensó en todo – no pudo evitar esas palabras, cuando se enfrentó a Marcus tuvo el descaro de amenazarle con robarse a ambos Bielefeld, y que solo él podría hacerlos verdaderamente felices – Y solo por eso, le estaré agradecido… por lo demás, no permitiré que se vuelva a acercar a ustedes…


Gwendal – habló fríamente el de menor estatura – No vuelvas a decir ese tipo de palabras en presencia de mi hijo… - sonrió complacido con aquellas actitudes, se sentía demasiado posesivo, y no podía disimularlo… - Y no te creas con tanta autoridad, cuando me sienta mejor pienso hacer mi voluntad, y por más maou que seas, no vas a poder evitarlo…


Un furioso sonrojo adornó completamente sus mejillas, justo en ese momento su estómago tenía que hacer conocer que estaba bastante descontento y vacío – Mandaré traer el desayuno aquí… Yuuri y Ken están ahora mismo en el comedor… espero que en el almuerzo tengas las suficientes fuerzas como para acompañarnos…


Cuando se quedó nuevamente solo, se sintió feliz… se cambió de ropas luego de darse un cálido baño junto a su hijo, volvió a la habitación y ya lo estaba esperando el suculento desayuno y Wolfram tomó el suyo… cuando terminaron decidió que era tiempo de ver con sus propios ojos lo que le esperaría de ahí en adelante.


Se topó con la imagen de Conrad jugando con un par de niños, no hacía falta acercarse para saber de quienes se trataba, pensó en que él también debería velar por ellos, debido a que para la sociedad serían hijos del actual maou, se preguntó que tan mal lo haría, aunque quizás no fuera tanto así… siempre había sido muy responsable… levantó la ceja al notar como Gunter nuevamente sobre valoraba al niño más moreno… “Un futuro gobernante no debe criarse así”… pensó con molestia, especialmente si iba a ser el ejemplo para su hijo…


¡Lord von Christ no me parece apropiado que haga distinción entre ninguno de los dos! – su voz  sorprendió a los presentes quienes se voltearon para mirarle – De hecho a partir de ahora habrá ciertas normas de comportamiento que todos debemos seguir para no afectar negativamente en la educación de nuestros futuros gobernantes…


Lord von Bielefeld, nos alegra verlo recuperado… pero parece olvidar que yo soy maestro y asesor del Heika Yuuri – el tono del peli morado era un tanto venenoso, y eso no pasó desadvertido para ninguno de los presentes…


Sir von Voltaire Yuuri y Sir von Voltaire Ken – recalcó el rubio con un tono petulante – Son príncipes, por lo que espero no volver a escuchar la expresión Heika y Geika, referidos a ellos – sonrió al notar la ira en el bello rostro del noble – Son demasiado jóvenes como para tener asesores… ciertamente tendrán los mejores maestros, y no dudo de que uno de ellos sea usted Von Christ, pero su único tutor, además de mi esposo, soy yo… y seré quien decida todo lo referente a su instrucción… - sonrió con autosuficiencia – Espero que haya quedado claro… Niños pueden seguir jugando, pero los quiero aseados antes del almuerzo…


¡Si señor! – ambos se pusieron firmes, y ni siquiera habían planeado hacerlo… definitivamente debían admitir que Wolfram había heredado lo mandón del noble mayor…


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¡Y se atrevió a desautorizarme frente a todos!… ¡Debes ponerle límites, Gwendal! – hacía como una hora en que un muy furioso demonio de imagen angelical había entrado como alma que llevaba Soushu para despotricar en contra del señor de las tierras Bielefeld – ¡Porque si se comporta así estando aún convaleciente… cuando se sienta recuperado, se creerá con derecho de meterse en todos los asuntos del reino!…


Ya terminaste – sujetó con una de sus manos su cabeza, él estimaba mucho a su amigo, pero era evidente que no había comprendido nada de lo que le había dicho, justo hacía veinticuatro horas, cuando le explicó que él ahora estaba casado – Debo admitirte que me sorprende lo que me has comentado, no te voy a negar… me llena de satisfacción saber que Waltorana se tomará enserio su papel de Príncipe Consorte – recalcó con su tono de voz las últimas palabras, por el bien de la armonía en el castillo, era necesario que Gunter entendiera que su esposo tenía todo el derecho sobre la crianza de sus hijos y podía meterse en cualquier asunto del reino…


¿No vas a hacer nada? – el peli morado miró con desesperación al nuevo gobernante - ¡El siempre ha odiado al dulce Heika… no le dará todo el cariño, la protección y la atención que él necesita! – y nuevamente ahí estaba el probable motivo por el que Waltorana se había involucrado, un rey no debía ser tan mimado, o el reino lo pagaría caro – Te solicito que me nombres a mí su tutor personal…


¡No! – su respuesta al parecer sorprendió al peli morado – No voy a desautorizar a mi esposo, el Príncipe Consorte de Shin Makoku, y padre de mi hijo… además entre sus funciones de esposo está justamente cuidar de mis hijos y ayudar en su educación – intentó serenarse antes de continuar – Sé que nunca has logrado concordar con él, y que existe cierta rivalidad entre ustedes, que espero logren superar…


Como usted ordene, Heika – soltó con enfado el noble antes de salir, justo en la puerta se topó que el motivo de su enojo, y se fue aún más disgustado…


Déjame adivinar… soy de lo peor – el sarcasmo en la voz del recién llegado era clara, aunque había cierto tono de burla en sus palabras


Intenta no pelear con él… es alguien importante para mi, un gran apoyo y un buen maestro – el peli gris no pudo evitar recorrer con la mirada todo el cuerpo del rubio - ¿Y Wolfram?


Conrad me pidió permiso para jugar con él, por cierto, ¿él va a ir a la academia de nuevo? – el rubio se sentó en el sofá con la mirada perdida en el cuadro que adornaba el salón


¿Quieres librarte de mi hermano? – lo único que esperaba era que Gunter no tuviera razón con respecto a su ahora consorte…


De hecho, no… solo quiero saber, el tiene la apariencia de alguien que debería ir a la academia… y no sé en cómo quedaron que serían las cosas – mencionó sin prestarle mayor atención al comentario del mayor – Aunque no pienso negociar mis derechos sobre tus hijos, ciertamente prefiero a Conrad alrededor de Wolfram que a Gunter…


Intenta no pelear mucho con él – sonrió al notar la expresión de fastidio que le ocasionó ese pedido – Sigue siendo mi mano derecha…


Siempre y cuando se abstenga de atacarme, yo no le buscaré pelea alguna – las jades por fin se encontraron con su mirada – Y… ¿Cuál será nuestro trato?


Notó a la perfección que la sonrisa que se le formó lo había puesto nervioso - ¿Nuestro trato? – preguntó poniéndose de pie - ¿A qué te refieres exactamente?


Soy tu consorte – susurró apartando la mirada…


Exacto… por tanto un príncipe – acotó él acercándose lentamente…


Bien, solo quería aclarar eso – intentó salir rápidamente, pero fue detenido por el mayor… - ¿Gwen…?


Con todas las obligaciones que eso representa… serás la cabeza en mi ausencia, el ejemplo para mis hijos,  mi consuelo… mi calma – estaba a punto de besarlo – Pero lo más importante…


El llanto de un bebé cortó el ambiente, y Waltorana sentía que le debía una a su hijo – Debo irme… nos vemos en el almuerzo…


No podrás escapar siempre – murmuró con una sensación bastante agradable en el pecho…


La tarde fue trascurriendo lentamente después del almuerzo, ambos peli negros habían tomado costumbre de seguir al bebé Wolfram en todos los lugares en donde era llevado, por tanto, Waltorana tenía dos aprendices a soldados bastante prometedores… Gwendal sonrió al ver a todos en la habitación esperando atentamente la lectura del tan anhelado cuento…


¿Qué significa esta invasión? – preguntó el 29º maou al entrar en su cuarto… no le pasó desapercibido la sonrisa de malicia en su consorte, pero dos podían jugar ese juego…


Wólfram quedó profundamente dormido, al igual que lo hicieron Yuuri y Ken, Waltorana también estaba a punto de caer rendido… sin hacer mucho ruido, se llevó a los niños al cuarto contiguo, creó una barrera alrededor de su tesoro pequeño… y se dispuso a ocupar su lugar en la cama junto a su esposo… - Hace frío Gwen… - susurró el rubio temblando.


Lo estrechó entre sus brazos, y su idea inicial fue modificada… después de todo la paciencia era una virtud muy suya, estaba seguro que mas temprano que tarde, el heredero de Bielefeld le recibiría nuevamente en su lecho.


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Despertó totalmente asustado con esa pesadilla, sus ojos totalmente llenos de lágrimas se habían fijado en cada rincón de la habitación buscado a Marcus entre las sombras, solo cuando reconoció el lugar en donde estaba recordó en brazos de quien estaba… Gwendal lo había observado todo en silencio, cuando sus miradas se toparon se colocó sobre el cuerpo del menor…


No dejaré que se te acerque, ni a ti ni a Wolfram – susurró acariciando el rostro ahora más tranquilo…


Deseó como nada creerle, odiaba admitir que estaba asustado – Hay una cosa… que no se si sabes – el peli gris espero en silencio que el rubio le explicara lo que le preocupaba – Octavio… él, yo…


Shinou me dijo que es tu sobrino – la mirada jade mostraba intenso dolor…


Es mi obligación velar por él… es el hijo de mi hermano – aquello si que no le gustaba al comandante del las fuerzas mazokus, ya se estaba esperando palabras parecidas a esas – No se que hacer…


Escúchame… yo te diré que hacer – el tono de voz utilizado no era dulce ni comprensivo, era más bien imperante – Vas a pensar en nuestro hijo, en su cuidado y educación… también en la educación de nuestros futuros gobernantes, ahora también nuestros hijos – aquellas jades se mostraron impactadas – Y vas a volver a amarme, yo me encargaré de velar por todo lo demás…


Sus labios fueron tomados con pasión, cerró los ojos totalmente debilitado por las emociones que lo embargaron, quería tanto dejarse llevar, pero tenía miedo de hacerlo, miedo de que le fallaran nuevamente… sintió una de las manos recorrer sus costados hasta llegar a su pierna – Gwendal no… - susurró cuando sintió que su piel era profanada…


No ¿qué? – susurró con malicia recorriendo con sus labios el cuello e iba apartando las molestas prendas…


No quiero… - había respondido rápidamente, pues tuvo que taparse los labios con sus manos para no emitir los gemidos que querían escaparse de sus labios.


Tu cuerpo es más honesto que tu voz – sintió el escalofrío que recorrió por completo el cuerpo del menor – Déjate llevar… solo déjate llevar…


No – dijo luego de unos momentos colocando ambas manos en los hombros del moreno – A ti te tengo más miedo que a Marcus…


Aquellas palabras dolieron, y mucho… más por que las jades ya no quisieron encontrarse con sus zafiros… se apartó derrotado – Bien…


Lo vio partir con angustia en el pecho, sus temores se sentían aun mayores de los que fueron en el pasado… esos recuerdos parecían tan recientes que hasta la desesperación por el abandono parecía fresca… - Shinou, que voy a hacer… mi yo de antes lo hubiera perdonado… pero el de ahora solo recuerda los años de soledad y la terrible sensación de abandono…

Notas finales:

Espero que les haya gustado... nos leemos luego...


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