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Un nuevo comienzo… por Zafira

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Notas del capitulo:

Hola, espero que esten bien... actualizo este fic, que es el que tengo más avanzado... a los demas le faltan detalles aún...

Capítulo 7º: Peleas

Cuando se quedó dormido, ambos simplemente guardaron silencio… - ¿Crees que sea verdad? – Yuuri se sentía inquieto, después de todo, aquellos rumores justo habían aparecido luego de que ellos dejaran Pacto de Sangre.

No… padre siente adoración por su consorte… ¿realmente crees que arriesgaría su familia? – Murata habló con firmeza, se sentía inquieto… Wolfram estaba sufriendo, y eso era algo que no toleraba, esa situación parecía estarlo alejando de él, pues el pequeño aún se mostraba distante con ellos… - Supongo que ellos ya deben haberse reconciliado…

Si… me siento inquieto Murata, es demasiada coincidencia… cortaré la lengua del que inicio esos rumores – la energía del moreno mayor comenzó a inundar la habitación, se suponía que, en Pacto de Sangre, Wolfram debería estar a salvo, y, sin embargo, él estaba sufriendo… su dominante personalidad no podía permitir que su pequeña joya sufriera…

Sabes que podríamos exigir que este aquí con nosotros… es nuestro derecho protegerlo… - murmuró el de gafas, y el brillo que ingresaba tras el cristal impedía que pudieran apreciarse lo que demostraba en su mirar.

Te he dicho, que no voy a interferir en la vida de Wolfram, traerlo aquí sería someterlo una vez más al estigma de nuestro compromiso – le costaba decir aquello, por qué él mismo deseaba mantener a su antiguo prometido cerca de su vigilancia… dónde él podría fácilmente eliminar a todo aquel que se le acercara con intensiones nada sanas…

¡Eres demasiado terco! – soltó con frustración el moreno de tez blanca – Cuando nos aparte de su vida, y le regale su atención a alguien más… no habrá mucho que podamos hacer para recuperarlo…. – intentó moderar su tono de voz, después de todo, no deseaba que su pequeño despertara – Nuevamente olvidas que la decisión no es solo tuya, mi estimado hermano… Wolfychan, también me pertenece…

Murata… él tiene una nueva oportunidad de ser feliz, ni tú ni yo tenemos derecho de quitarle eso – el de piel canela murmuró suavemente.

¿Qué te hace pensar que alguien más podrá hacerlo feliz? – el de gafas dirigió su vista en dirección a las puertas – Al parecer ya vienen por él…

El sonido de la puerta al ser tocada, interrumpió la discusión… Waltorana saludó a sus hijos mayores con cariño, para posterior cargar en brazos al más joven y llevárselo con él…

Mira Ken… sé que no estás de acuerdo con mi parecer, pero yo sólo busco la felicidad de Wolfram, sé que tú también quieres eso… si él se enamora de ti, no voy a interferir… pero, que sea su decisión, no una imposición por causa de nuestras costumbres – el mayor salió de la habitación, ni una sola vez su mirada se encontró con la de su hermano y compañero…

--*--

Abrió los ojos justo cuando percibió su olor, aunque sus ojos no quisieron mostrarse, sí se acurrucó más en su abrazo – Mi pequeño demonio, ¿no ha extrañado a su padre?

La esmeraldina mirada por fin se había dejado ver – Papá… es mentira… ¿verdad? – había puro dolor y angustia en aquellos ojos, su susurro a penas lo había escuchado el moreno…

Wolfram, debes aprender a hacer oídos sordos de las palabras necias… hay muchas personas con demasiado tiempo libre, que gusta de inventar rumores solo para entretenerse con algo – el hombre acarició los suaves cabellos de su hijo, aún no había podido averiguar al causante de esos rumores, pero se encargaría de castigar al o los responsables.

¡Te vi abrazando a Gunter… si engañas a mi papi jamás voy a perdonarte! –se había sentado en su regazo y hablado con vehemencia…

Cariño, no puedes hablarle así a tu padre – Waltorana no tenía intensión de interferir, sin embargo, él sabía mejor que cualquiera, que aquella actitud hería profundamente a su esposo…

Mírame pequeño… yo amo como a nadie a tu papá... Gunter es mi amigo, nada más… - aunque el pequeño quería voltear la mirada para dirigirla al oji jade, él no lo permitió… sostuvo su mentón para que no apartase sus ojos de los de él… necesitaba aclarar la situación – Eres mi tesoro más valioso… tus hermanos y tú, son lo que más amo… créeme cuando te digo, que no pondría en riesgo a nuestra familia por nada ni nadie…

¿Amas a mi papi? – el susurro solo fue escuchado por el moreno, quien sonrió con ternura…

Lo es todo para mí… siento que muero, cuando no está – sintió su alma volver al cuerpo cuando esos pequeños brazos rodearon su cuello… sus ojos se fijaron en quien intentaba con esfuerzo que aquellas lagrimas no surcaran su rostro… sonrió en complicidad

Te extrañe mucho papá – no pasó mucho tiempo para que una vez más se quedara dormido…

Esta muy cansado… - susurró el mayor, al tiempo de buscar con la mirada a su consorte…

Pero volvió su felicidad… siempre ha sentido un ciego amor hacia ti – Waltorana se ubicó junto al soberano acomodando su cabeza sobre su hombro…

Dices eso, pero su amor por ti, definitivamente no tiene límites – susurró acomodando su cabeza sobre la de su compañero – No vuelvas a dejarme, juro que conocerás lo peor de mí si vuelves a hacerlo… - aquellas palabras sorprendieron al rubio que pareció un tanto impactado – Es más… me conocerás esta noche… no dejaré que duermas esta noche, mi dulce consorte… me cobraré cada beso que no me has dado en este largo tiempo.

Llegaron bien entrada la noche, Gwendal llevaba en brazos a su pequeño príncipe, mientras que Waltorana se adelantaba para arreglar su cama, lo acomodaron, y como ya era una costumbre para el mayor, le colocó una protección con su maryoku…

La luz del sol los encontró uno en brazos del otro, el sonido de la puerta despertó al gobernante, quien con sumo cuidado se apartó de su esposo - Gunter… ¿no es muy temprano para tocar la puerta? - el peli gris observó al asesor y notó la cara impactada del peli lavanda…

Heika… lo siento, pero debido a las horas en que llegó no pude comunicarle, que nuestras importantes visitas… ya están aquí… - el bello demonio no pudo evitar sentirse nervioso, pues el moreno solo llevaba unos pantaloncitos sin camisa…

Entonces iremos enseguida a encontrarnos con ellos - Waltorana había aparecido rodeando sus brazos por la cintura de su esposo - Que el desayuno sea preparado en el jardín Lord von Christ…

Como lo ordene Geika - cuando el demonio se retiró el mayor se volteó para abrazar a su consorte…

Espero que Wolfram se lleve bien con ese niño…. - susurró el rubio…

Lo hará, tienen la misma edad…

--*--

Contra todo pronóstico, la imagen del pequeño hijo del Rey de Pequeño Shimaronno era lo que ellos habían esperado, pues el niño, ciertamente de cabellera rubia clara, no se parecía mucho a su padre, es más… su imagen era bastante varonil y fuerte… - Rey Sara, nos place con su visita… disculpe que no hayamos estado aquí para recibirle…

Descuide, alteza, nuestro viaje fue más rápido de lo que previmos… les agradezco su hospitalidad - era evidente para el maou, que su consorte había heredado la animosidad de su hijo hacia el gobernante humano, y al parecer, su pequeño demonio no se sentía nada complacido con la presencia del otro niño - Este debe ser el Príncipe Wolfram… es un placer conocerlo alteza, he tenido muchos deseos de verlo al fin…

Majestad, me honra con sus palabras - el brillo del cristal de los lentes del soberano no permitieron que pudiera verse la impresión de aquel formal saludo, aunque sonrió con simpatía…

Vaya, aunque no debo sorprenderme, parece ser que los rumores del pequeño príncipe son todos ciertos… - comentó sin apartar la mirada de la del soberano, pues ahora sabía que su antiguo rival no había desaparecido como se había dicho, aún no sabía cómo, pero había vuelto a nacer - Les presento a mi hijo, el Príncipe Santiago… hijo…

Es un honor conocerlos, mi padre me ha hablado mucho de este reino y de sus gobernantes - la mirada del niño no se había apartado de la del oji esmeralda, quien parecía bastante contrariado, pues le habían dicho que el visitante era de su edad, pero aquella imagen le indicaba que era al menos, unos años mayor, o por lo menos mucho más alto - Espero que me permita ser su amigo, alteza…

Desde luego, así será - los más jóvenes del grupo, por insistencia del rubio mayor, fueron a caminar por los jardines, para conocerse más…

Todavía no comprendo cómo pasó esto Heika Gwendal, pero me sorprende aun cuando lo estoy constatando con mis propios ojos… ¿Yuuri también es un niño ahora? - el rey de Pequeño Shimaron pareció perdido en sus recuerdos…

Se refiere a mi hijo mayor Yuuri von Voltaire… - el peli gris estaba marcando las pautas de aquel relacionamiento, si antes no confiaba en ese niño, ahora lo hacía menos…

No le haré daño a su familia, general… si estoy aquí es justamente honrando los tratados que firme con su pueblo, gracias a Yuuri… solo me dio curiosidad, realmente esperaba que mi hijo sintiera debilidad por él, aunque ahora parece que su pequeño tesoro le ha robado totalmente la atención - sonrió dirigiendo su vista hacia los niños…

Recuerde que mi hijo está comprometido, majestad - Waltorana también observó la interacción de los niños, ciertamente detestaba ese compromiso, pero ciertamente, tenía algunos beneficios - Aunque estoy seguro, que Santy y Wolfy serán buenos amigos…

Puede llamarme Sara, alteza… mi intención es fortalecer los lazos de amistad entre nuestros reinos, y ciertamente, se me informó sobre el compromiso de los príncipes –mencionó el oji miel con una sonrisa… - Como se imaginarán, los rumores trascienden fronteras – acotó risueño…

¿Y qué sugiere como mecanismo, para fortalecer nuestros lazos? – Waltorana se acomodó en su asiento, mientras bebía tranquilo su bebida, Gwendal sonrió, pues su esposo se colocaba de esa manera cuando se ponía a la ofensiva.

Mi hijo es mitad mazoku, y su madre lamentablemente ya no está con nosotros – aquella novedad sorprendió solo un poco a los presentes – Me complace decir que incluso tiene ciertas habilidades, no sólo ha heredado mis artes, sino que también tiene potencial para el uso de majutsu… mi tío lo ha estado entrenando.

En ese momento Gwendal comenzó a arrepentirse de haber dejado sólo a su pequeño con aquel niño, lo peor era que no veía ni a su hermano ni a Yozak para indicarles que los vigilaran – Si lo que desea es que sea entrenado, podría ir a la Academia de Shin Makoku… su instrucción sería excelente ahí – Waltorana comentaba sin percibir la preocupación de su esposo…

Aún no está en edad para asistir, aunque ciertamente, me gustaría que vaya… se siente muy solo en el castillo… y los niños de mi nación no son muy abiertos debido a su ascendencia – comentó el rubio peli largo – Creí que podría hacerse amigo de Yuuri, después de todo, al menos antes, él carecía de ese tipo de prejuicios.

Mi hijo sigue careciendo de ellos… y estoy seguro que Wolfram tampoco los tiene… ¿verdad?, querido – Waltorana fijó su atención en el moreno, ambos rubios lo hicieron… al principio no hubo respuestas, como si el general estuviera a mucha distancia de ahí, quizás en el jardín con unos pequeños niños… - ¡Gwendal!

¡Claro!... disculpen, recordé un asunto pendiente – el peli gris se levantó de su asiento – Las puertas de este castillo siempre han estado abiertas para usted, Rey Sara, y también lo estarán para su hijo… si me disculpan, regreso en un momento.

¿Qué demonios le sucede? – susurró el oji jade, dando palabras a lo que ambos rubios pensaban – Bue… por cierto, con qué elemento cree usted que su hijo congenia más…

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Llevaban como media hora recorriendo el Jardín, se habían detenido a admirar los distintos tipos de flores, pero ninguno había mencionada nada más que los nombres y las semejanzas y diferencias entre el jardín que cada uno poseía… - Pero ciertamente, allá no tenemos ninguna con esta… su nombre es muy particular, Hermoso Wolfram, le sienta bastante bien…

Es una de las favoritas de mi abuela, a ella le gusta bastante crear nuevas especies – murmuró el menor sonriendo – ¿Usted tiene hermanos, príncipe Santiago?

Trátame de tú, somos de la misma edad, si me dices Santiago o Santi, no voy a sentirme ofendido – los ojos casi amarillos parecían tener un brillo violeta – ¿Me dejas llamarte Wolfram?

Una encantadora sonrisa fue la respuesta, lo que ocasionó un sonrojo en el príncipe mestizo –Bien Santiago… pero aún no me has respondido.

Soy hijo único, dicen que le parezco mucho a mi abuelo, tu eres igual a tu papá, pero mi padre me ha dicho que eres la viva imagen de tu abuela… también escuché que tienes dos hermanos – el más alto se sentó en las sobras de un árbol, y Wolfram siguió su ejemplo.

Sabes muchas cosas de mí, yo casi no sé nada de ti – comentó divertido el oji esmeralda, parecía que todas las reservas que le había inspirado ya estaban por tierra… - Mis hermanos están en la academia, son mayores que yo por unos cuantos años… son hijos de mi padre con su primera esposa.

Mi madre nos abandonó a mi papá y a mí… no se mucho de ella, salvo que era una mazoku de sangre pura, y que, así como ella… yo controlo el majutsu de la tierra –levemente hizo una pequeña demostración de su poder, y por su expresión estaba encantado de ver la sorpresa pintada en las hermosas facciones de su acompañante.

Mi pacto es con el fuego… mi padre también tiene un pacto con la tierra, cuando seas mayor vas a ser un hombre muy fuerte – comentó el príncipe menor con orgullo…

Entonces seré el más fuerte – dijo con convicción Santiago – Seré un gran Rey…

Seguro que será así… entonces iré a visitar tu reino, y comeremos muchos pasteles – el menor tenía una expresión soñadora, y las mejillas totalmente pintadas, Effee se acercaba con una bandeja llena de pastelitos…

Les traje algo, altezas… - la joven acomodó junto a los niños la bandeja, mientras Doria traía leche para acompañar – Sus padres están ahora en la biblioteca, nosotras estaremos por aquí si es que necesitan algo.

Ambos niños sonrieron - ¿Tus hermanos cómo son? – preguntaba el más alto luego de un tiempo de degustar aquellas delicias… - Mi padre habla siempre del reinado del anterior maou, mucha de la paz que se respira entre nuestros reinos es gracias a él…

Ellos son muy fuertes, Ani Yuu será el próximo maou… y Kenychan será su sabio, yo seré cabeza de mi familia, y quizás un asesor del rey – comentó el menor dirigiendo su mirada hacia el castillo…

La joya de Shin Makoku, ¿un simple asesor?... aunque ciertamente, un consorte es el mejor asesor – la mirada dorada estaba puesta en las reacciones del más joven, sonrió de lado al notar que esas palabras parecían haberlo perturbado…

Ese es un tema aparte, no es un compromiso real - susurró aunque su esmeraldina mirada daba fe de que le dolía tener que admitir aquello - Fue un acuerdo temporal…

Uhmmm… es decir, que yo aún tengo esperanzas - susurró el mayor acariciando una de las manos del peli dorado

Deje de bromear que no me gusta - hasta las orejas del niño obtuvieron un color rojo, lo que le sacó carcajadas al príncipe visitante.

---*---

Cuando vio a su hijo venir sonriendo mientras conversaba con Santiago, solo en ese momento se tranquilizó, quizás aquel chiquillo no era como Sara, tan manipulador y traicionero, aunque de todas maneras no se arrepentía de haberlos mandado vigilar.

Al parecer, nuestro pequeño príncipe tiene un nuevo admirador - Waltorana sonreía mientras veía la interacción de los niños… - Bueno, voy a salir a pasear con nuestro invitado

Espera… no confíes en él… te aseguro que no es una muy buena persona - Gwendal no podía evitar recordar todas las situaciones que el rey de Pequeño Shimaron había ocasionado en el pasado, aunque sabía que eso su esposo no lo sabía, y su pequeño hijo no lo recordaba - Sólo sé precavido… quizás estoy siendo paranoico, pero te aseguro que es con justa razón.

Tranquilo, amor… me cae bien, pero sólo eso… no me confío, mi pequeño lo detestaba y estoy seguro que no era solamente por sus celos - el oji jade salió de la biblioteca, minutos después llegó Gunter.

Todo está preparado para la asamblea con los otros nobles… avisaron que vendrían con sus hijos para que el pequeño príncipe tenga con quienes jugar – comentaba el peli morado, organizando unos documentos… - Aparentemente el Rey Sara se quedará hasta que esa reunión se celebre… solicitó participar para tratar el tema del comercio.

Lo sé, ya me lo ha informado – soltaba el soberano cerrando los ojos, la presencia de ese sujeto lo ponía nervioso… especialmente por su pequeño demonio…

Él se mostró especialmente interesado en los príncipes Yuuri y Ken… quizás sería bueno que vinieran para conocer al príncipe Santiago – comentó el consejero, notando a la perfección aquello que preocupaba a su amigo…

La verdad, no estoy seguro de la conveniencia de ese encuentro… aunque ellos si recuerdan el pasado… no sé – un largo suspiro sucedió a aquellas palabras, aunque no le gustaba la idea de exponer a su hijo mayor al rey de Pequeño Shimaron, sabía que el joven príncipe mestizo no pasaría tantas horas solo con su pequeño, si ellos estaban por ahí.

Creo que sería una buena experiencia, no solo para ellos, sino también para los otros nobles…  - comentó Gunter sin apartar la mirada de las expresiones del moreno – Ellos se convertirán en nuestros gobernantes… y aunque guarden sus recuerdos, hay muchas cosas que están cambiando…

Supongo que en eso tienes razón… - murmuró el oji azul - ¿Hay alguna cosa más?

Sé que este tema te molesta, pero ya debemos ir pensando en ello… hay una larga lista de candidatos interesados en Wolfram… cuando termine el compromiso… - Gunter no pudo continuar hablando, pues la mirada afilada de su soberano lo intimido…

No voy a imponerle un compromiso a mi hijo… él decidirá, con el tiempo, a quien quiere brindarle sus afectos… si con eso se beneficia a la nación, genial… si no, no me importa… él va a ser feliz, y espero que este tema no se repita, y mucho menos frente a mi consorte – Gwendal no mencionó más… simplemente se abocó a seguir analizando las documentaciones… el otro noble simplemente suspiró y se retiró del lugar…

---*---

Se preguntaba una y otra vez, por qué le habían informado recién una semana después, que en Pacto de Sangre habían llegado Sara y su hijo… en momentos, su mente volvía a tener la lucidez del pasado, cuando en otra vida, el soberano de Pequeño Shimaron era su amigo… pero ahora las cosas habían cambiado, su mente había cambiado… y la novedad de que el primogénito de Sara estaba acaparando toda la atención de Wolfram, le hervía la sangre.

Ciertamente, la carta que le leyera Murata, en donde Conrad le comentaba tan serenamente que los niños se habían vuelto inseparables, había influido mucho en que su humor se agriara, y que cada vez considerara más las palabras de su hermano, en eso de traer al pequeño príncipe, a la academia con ellos.

Supongo que ha de ser muy atractivo, si es hijo de Sara… ya sabes… con un toque femenino – murmuró el de tez blanca, aunque sus palabras no se adecuaban al oscuro tono de su voz…

Wólfram no les había vuelto a escribir ninguna sola carta, y aunque sólo habían pasado unos días, ciertamente, Kenichan no estaba nada acostumbrado a ser ignorado por el menor.

Independientemente de cómo se vea… es el hijo de Sara… me sorprende que se lleven bien – el de piel morena murmuró, cerró los ojos y contuvo los deseos tan fuertes que le nacían de maldecir… primero ese muchacho William… y ahora Santiago, le estaba costando de sobre manera, mantener a raya sus celos… “Él no debería tener ojos para nadie más” …

Y aun así prefieres, que esté lejos de nosotros… - un aura oscura se había formado alrededor del sabio, ambas miradas se enfrentaron fríamente… - ¿Por qué te sigues engañando, Yuuri?... no soportarás si él le entrega su corazón a alguien más…

No voy a interferir – susurró el de mirada más oscura, aunque era evidente que estaba apretando sus dientes…

Entonces, supongo, que no va a molestarte en absoluto, lo que estoy observando desde la ventana – el brillo en los cristales impedía ver su expresión, pero por lo fino de sus labios, era evidente, que quien fuera el Gran Sabio, estaba furioso…

Se aproximó a la ventana con prisa, y una corriente helada le atravesó el cuerpo al ver… - ¡WOLFRAM! –su poder le había prácticamente trasladado fuera de la carrosa, para colocarse justo frente a un par de niños algo conmocionados…

¿Ani… Yuu? – el menor se había separado del de mirada dorada, quien se mostraba un tanto molesto por aquella acción… - No sabía… que venían… - murmuró con algo parecido a vergüenza, aunque no pudo continuar hablando pues el moreno simplemente lo cargó en brazos y se lo llevó en dirección al castillo.

Altezas, sean bienvenidos – una pequeña comitiva encabezada por Gunter los esperaba, al peli morado pareció sorprendido por ver a Wolfram con ellos, y más porque el pequeño príncipe parecía un tanto perturbado…

¿No se le informó a nuestro prometido que vendríamos? – fue la tajante pregunta del moreno mayor, mientras que el de piel más clara simplemente permanecía callado – ¡Avísenle a mi padre que hemos llegado! – después simplemente se dirigieron rumbo a su habitación…

Hola Wolfram… parece que no nos has extrañado, mi pequeño príncipe – el de gafas habló melancólicamente una vez que los tres ingresaron a la habitación que los mayores compartían…

Al parecer, Gunter no te ha enseñado nada con respecto a etiqueta y protocolo en nuestra ausencia – aquellas palabras parecieron impactar al menor, justo en el momento en que fue colocado en la cama… miraba a ambos con sorpresa, aunque el sabio podía notar que esas palabras habían herido a su pequeño - Me pareció a mí, ¿o se estaban besando?

¡Sólo me sujetó porque tropecé… Santiago es mi amigo! –el peli dorado reaccionó con disgusto, bajándose de la cama y enfrentado con la mirada a su superior…

¿Permites… que todos tus amigos te toquen? – aquellas palabras impactaron al menor, y también al Sabio quien de inmediato sujetó del hombro a su hermano…

Yuuri… eso no es apropiado – murmuró el de gafas sin apartar la mirada de las reacciones del rubio, quien aún se encontraba en shock.

¿Y es apropiado para “nuestro prometido” manosearse con cualquiera? – el moreno mayor sabía que estaba exagerando, realmente lo sabía… pero los celos lo estaban cegando, y no le permitían moderar sus expresiones…

Ultimadamente, por qué tendría que afectarlos… es de dominio público que nuestro compromiso es una farsa… además, no se trata de cualquiera… - Habló fríamente el menor – Hasta donde sé, Santiago es un Príncipe heredero.

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Wolfram había tardado bastante en quedarse dormido, Gisela le había tenido que sedar, con una de sus pociones, para tranquilizarlo… él mismo se sentía ofuscado y molesto. Su hijo le había exigido que lo lleve a Bielefeld, cuando su esposo habló en contra, le había gritado, que él ya tenía dos herederos, y que lo dejara en paz.

¿Se durmió? – el moreno oji azul abrió la puerta con cuidado… su rostro demostraba una gran angustia y dolor… las palabras de su pequeño le habían herido profundamente.

Sí, pero tuvimos que sedarlo – murmuró el oji jade – Yuuri iba a abofetear a mi hijo, Gwendal – sus palabras sonaron secas, justo había llegado cuando su hijo adoptivo levantó la mano contra su hijo… Ken lo había impedido… pero aquella acción desató todas las alarmas de Wolfram, y su elemento reaccionó en consecuencia, atacando a su futuro gobernante…

Ken me dijo que lo vieron abrazándose con Santiago… sabes que el maou siempre fue muy posesivo con nuestro hijo y muy celoso – habló el mayor, aunque su tono era bajo… la expresión de su consorte no le gustaba, y por primera vez se sentía asustado…

Sabes que voy a llevármelo a Bielefeld, ¿verdad? – soltó con tristeza el rubio… - Te advertí que no iba a permitir que lastimaran de ninguna manera a mi hijo… puedes ir siempre que gustes a visitarlo.

No puedo permitirlo, Waltorana – se quebró el oji azul, y aquello sorprendió al más joven… - Tanto me desprecias aún, que te es tan fácil dejarme…

Él dijo que iba a huir si no nos íbamos… - soltó con angustia el oji jade, y ya no contuvo las lágrimas que luchaban por salir – Entonces has que se disuelva el compromiso… Wolfram se siente herido… y no es justo que sufra… Te amo Gwendal, pero amo más a mi hijo.

Nuestro… Wolf es nuestro hijo – murmuró el de cabellos largos, al momento de bajar la cabeza… su alma se estaba despedazando, aquello era una pesadilla y quería despertar ya – Voy a morir de la tristeza si no están…

Lo siento, papá… realmente lo siento – una sentida mirada esmeralda los contemplaba, sus mejillas estaban húmedas a causa de las lágrimas que derramaba – Yo soy una molestia… – soltó ya con unos cuantos sollozos, mientras ocultaba su rostro con sus manos…

No llores, por favor, hijo… tú jamás podrías ser una molestia – el maou se había arrodillado en el lecho junto al menor, atrayéndolo a sus brazos – Te amo más que a mi vida… prefiero perderla a verte llorar

A aquellas palabras siguió un largo silencio, Waltorana simplemente observaba a sus dos amores, uno en brazos del otro, las bellas esmeraldas de su hijo por fin se dejaron ver, y aunque se notaban cansadas las levantó hacia quien le acariciaba tiernamente los cabellos…

No quiero que mueras… no hables así, por favor… es impropio del Maou – habló con calma el menor, y ambos mayores se impactaron con el parecido que tenía en ese momento el rubio menor con su antiguo yo – Si no está en tu poder acabar con este compromiso, lo entiendo… pero si lo estuviera… te suplico papá, que me liberes de esa responsabilidad.

Hablaré con Shinou… y con Yuuri y Ken – Gwendal dirigió su mirada a las jades de su esposo, este se mostraba pensativo… el mayor sabía que su preocupación era la misma que él poseía… el Primer Maou no iba a aceptar ese rompimiento – Si no lo consigo… podrás ir a Bielefeld, siempre que ellos estén por aquí… hasta que se cumpla el plazo pactado de este compromiso… ¿sí?

Te amo papá – los pequeños brazos rodearon el cuello del moreno, y sacaron una sonrisa en el rubio mayor…

Cuando abandonaron la habitación, ambos suspiraron… - Gracias Gwen, y lo siento…

No… no lo sientas, me dolió cuando me gritó… no quiero perderlo una vez más, ni a ti – el moreno habló con seriedad - ¿Dormirás con él hoy?

Solo si no me quieres a tu lado esta noche – Waltorana observó fijamente el piso al hablar, se sentía ansioso… y a la vez temeroso por aquella respuesta.

Entonces… no dormirás – sentirlo entre sus brazos le devolvía cierta paz a su alma…

---*---

Sabes… me sorprende tu estrategia para no interponerte en la vida de Wolfram… así como en tu otra vida, no eres muy coherente con tus afirmaciones mi querido maou – el peli oscuro de piel más clara hablaba sarcástico, se sentía por sobre todo muy disgustado – Si no se cancela el compromiso, Wolfram se irá a Bielefeld… no lo volveremos a ver, cualquiera sea la situación, vamos a perderlo.

No podía enfrentar la mirada del de gafas, se había dejado llevar por los celos… y lo peor era que no toleraba la idea de que el compromiso se rompiera, no aceptaba la posibilidad de que Wolfram pudiera brindarle su atención y afecto a alguien más… - No se puede cancelar si no acepto… Shinou no lo hará tampoco, tú tampoco…

Por lo menos ahora parece que tú y yo nos vamos a entender… cierto, yo no tenía intensión de cancelar el compromiso, no pensaba hacerlo – Pero aunque sus palabras eran seguras, el sabio tenía todo menos seguridad, su pequeño se sentía herido, y él era de armas tomar – Dejaremos a nuestro padre en un dilema… Waltorana seguramente va a acceder a las demandas de su hijo… - ambos se quedaron en silencio, pensando en qué podrían hacer - ¿Por qué estás haciendo que llueva?... no va a venir, lo sabes

No siempre que llueve es mi culpa… no tengo nada que ver en esta – contestó frustrado el mayor, aunque su vista se fijó en la puerta… sabía que debía disculparse, ni antes y mucho menos ahora, le gustaba que Wolfram estuviera enojado con él.

La puerta fue golpeada y ambos jóvenes se pusieron atentos, aunque se desanimaron cuando no era a quien esperaban ver – Padre… esperábamos que vinieras…

Ken… Yuuri, ¿saben para qué estoy aquí? – Gwendal había decidido no dejar pasar más tiempo, finalmente le pidió a Waltorana que lo esperara en el cuarto, mientras él hablaba con sus hijos…

¿Wolfram pidió irse a Bielefeld, a menos que el compromiso se acabe? – el de piel morena dijo con ironía… la mirada seria del demonio mayor era la respuesta clara a lo que acababa de decir – No va a pasar… - soltó con frustración…

Entonces no me queda otra opción, más que aceptar que vayan a Bielefeld… mientras ustedes estén aquí – soltó sin más el maou - Y será así hasta que cumplan la mayoría de edad, y se rompa el acuerdo.

Las costumbres no aceptan algo así, padre… usted lo sabe bastante bien – Ken se puso de pie molesto… aquello no le gustaba, difícilmente soportaba el tiempo en la academia sin saber nada de su niño.

Hablemos mañana… más tranquilos y descansados – Yuuri cortó de lleno la conversación, era evidente que aquel tema no acabaría bien… él necesitaba pensar, todos necesitaban hacerlo.

Bien… antes del almuerzo… después tengo unos asuntos con el rey Sara… que, por cierto, quiere conocerlos – sin más que decir, se retiró del cuarto…

¿Qué planeas? – un fuerte trueno se hizo escuchar… - Se siente algo extraño en el ambiente… ¿eres tú?

No… pero tienes razón… también lo siento – el de piel canela cerró sus ojos concentrándose en aquella extraña sensación de peligro… sin previo aviso, su ventana estallo en una explosión, que los lanzó a ambos hacia un costado - ¡KEN!

Unos hombres armados ingresaron a su cuarto por la ventana… cuando ambos soukokus iban a defenderse, una ráfaga de fuego se interpuso entre ellos y los invasores… - ¡Es un gran atrevimiento atacar en plena noche! – Waltorana desenfundó su espada y se colocó frente a los morenos –Busquen a Wolf… - Y con ese pedido, aunque algo renuentes de dejar solo a su papá, ambos jóvenes salieron del cuarto rumbo al del peli dorado…

---*---

El fuerte sonido lo había despertado, sólo para observar tres sombras en su cuarto, no pudo llamar a su maryoku para que lo defendiese, pues el malestar y la debilidad se lo impidieron - Papá… - susurró…

Parece que la pequeña joya, no puede mantenerse despierto - las risas no se hicieron esperar - No creo que el Gran Maou quiera oponer resistencia si tenemos a su pequeño - Aquellas palabras lo alarmaron, él no podía permitir que lo usaran para dañar a su papá… - Debemos apresurarnos…

Unos gritos desgarradores inundaron la habitación, y nuevamente se sintió cálido y seguro, sus ojos a duras penas se abrieron – Ani Yuu… - susurró cuando sus fuerzas por fin lo abandonaron, ahora estaba a salvo…

 

 

Notas finales:

Espero que haya sido de su agrado... y disculpen si se me fue aguna que otra palabra mal escrita... últimamente ando medio despistada...

 

Saludos 

Bye...


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