EXTRA: El sostén de la discordia.
-Como en ese viejo cuento, dónde al caer el último pétalo de la rosa el príncipe muere, con esta última campanada yo me despido. -
-Ya volví – lo mira tendido en el suelo en una pose dramática- asshhh no exagere ni me tarde.
-Tenías que estar aquí hace una hora-
Lucius pone los ojos en blanco, Lord Voldemort es un exagerado.
El mago se sentó en el otro sofá. Voldemort lo miró preguntándose ¿Por qué no se sentó junto a él?
¿Será? ¿Acaso?
“¿Acaso ya no me ama?”- se preguntó Voldemort. ¿O por qué otro motivo se sentaría en el otro sillón, habiendo tanto lugar en el que en ese mismo instante ocupaba el mago tenebroso?
Pensó en la comodidad del sofá elegido por Lucius, el espacio, la clase de relleno del mismo y número de cojines, las propiedades termodinámicas y algodonosas del mismo. La única explicación razonable era que se sentara en ese sofá para tenerlo frente a frente y hablar con él. Unicamente la mesita de centro se interponía entre ellos. Voldemort asintió, sin duda esa era la razón hasta que...
El mago tomó el diario que llevaba consigo y lo desdobló, se dispuso a leerlo.
Para Voldemort fue una alerta.
“Acaso ¿Me está ignorando? ¿Lo aburró? Pero yo...”
El mago tenebroso frunció el ceño sin soportar esa osadía de ignorarlo. ¿Qué era esa actitud? ¿Por qué Lucius lo ignoraba? ¡Estuvo esperándolo en casa para pasar tiempo de caridad juntos y ahora resulta que la sección de finanzas es más importante que el!
Se puso de pie y caminó hasta estar frente a frente al mago que permanecía con la cara hundida en el diario quien sintió la presencia de Voldemort al otro lado de la cortina de papel, bajo las páginas que sostenía con ambas manos.
-Señor- El mago tenebroso permaneció de pie mirándolo seriamente. Lucius sonrió. Posó su mano sobre el asiento a su lado. -Por favor siéntese- Voldemort iba a reclamar pero, de hecho si quería hacerlo, así que se sentó a su lado. Pero no le hizo caso esperando que iniciara la conversación, el mago regresó su vista al periódico y el Lord apretó los puños y tembló.
-No se preocupe señor, solo quiero leer esto- continuó el rubio- no piense cosas raras como que buscó en la sección de anuncios por encuentros casuales-
“¡¿¿Acaso está haciendo eso?!!” - Adelantándose a sus pensamientos Lucius siguió.
-No lo hago si es lo que está pensando.
-¿Y cómo sabes tú lo que pienso?- molesto y a punto de arrebatarle el periódico y leer las páginas que miraba Lucius.
-Lo sé, sólo debo imaginar que pensaría alguien celoso y obsesionado conmigo.
-¿QUÉ? ¿Obsesionado?
-¿O me dirás que no?
-¡Claro que no!
-Entonces dependiente.
-¡¡¿Qué?!! ¡Claro que no!
-¿No?
-¡No!
-¿Entonces que hace aquí? Tenía entendido que debía realizar variadas diligencias en Knockturn. - Lucius desplegó el diario una vez más y siguió leyendo.
-¡Tengo mis motivos para estar aquí! ¡Suficiente! ¡No seré cuestionado! - El mago tenebroso le
dio la espalda y se cruzó de brazos indignado. Claro que tenía una razón para estar allí.
“De tonto te dejo a solas con Narcisa.” ¡¡Esa bruja andaba tras los huesitos de Lucius!!
La descubrió, a la maldita. Todo sucedió esa tarde cuando regresaba de una misión tenebrosa, solo para cambiarse de túnica para salir de nuevo, a punto de irse en la chimenea cuando algo en el salón de té llamó su atención.
Aunque no era lo esperado, tampoco era sorpresa.
Justo cuando había creído que finalmente se había rendido ahora resulta..
Una botella de costoso vino en su cubeta con hielo y sobre la mesilla ¡Y dos copas esperando a ser servidas!
Apretó los puños furioso.
“¡¡Es obra de esa desgraciada!! ¡Es su plan de conquista! ¡Lo sé!
¡Esa infeliz cree que puede seducirte! ¡No entiende que sin mi no puedes vivir que te doblego que te tengo esclavo de mis anhelos. Y tu – lo miró seriamente. Era imposible dudar de el, con lo que lo amaba, deseaba, adoraba, confiaba en Lucius, le confiaría todo hasta sus más oscuros secretos (a su debido tiempo)., su propia alma ... ¬¬ “no,no,no,no,no ¡No es como todos creen que es! ¡Mi bebé perdió el diario pero no fue su culpa!”
Como había dicho su pastelito: ¡Era el aniversario de la cámara y yo lo extrañaba tanto! TOT
Pobrecito, sufriendo esclavo del diario que lo atormentaba con los bellos recuerdos que compartían de antaño.
“Pobrecito T^T mi amoroso y devoto cuchurrumí”
¡Pero no confiaba en Narcisa! Si de sobra se sabía todos sus intentos demoniacos por bajarle al rubio. ¡NUNCA permitiría que le metieran mano a su adoración! Pero por si acaso...
-¿Oye y por qué te urge que salga de aquí? ¿Tienes planes que no quieres que sepa?
-Me preocupa que se retrasé en su agenda, es todo. No debería quedarse solo porque tiene celos de Narcisa
-¿Celos? Nadie tiene celos. ¿Celoso de qué?- Lucius río.
Hubo un silencio cuando Voldemort siguió.
-¡Cuando nos casemos te dedicaras tiempo completo a mi!
-No esté celoso.
-¡No lo estoy!
-¿O me dirá que no fue usted quien sumergió su abrigo de ante en queroseno?
-¡NO! ¡no!, ¡yo no fui! no me levantes falsos mentiroso... ¡Eres un mentiroso! Yo jamas haría algo así- (Ajá ¬¬ )- ¿Enserio me crees capaz de algo así? ¡No me conoces! ¿Qué te sucede cómo te atreves a sugerir que algo tan bajo....
-Esta bien, si no fue usted no fue usted.
-Yo no fui Lucius y ya me cansé de esa actitud ¿Por qué estás tan agresivo conmigo?
-Yo no estoy agresivo.
-Lo estas.
-No, tu estas a la defensiva.
-¡¿Qué?!
-Ya le dije que lo amo. -Lucius dejó el periódico y tomó las manos de Voldemort- ¿O acaso no confía en mí?
-No es eso- desvió la mirada apenado.
Voldemort negó, recordar como su niño lloraba ¡ahh odiaba ver sufrir a su Lucius amorcito corazón. “Tesoro mío”
-Lucius.
-¿Señor?
-Ven aquí – el mago tenebroso extendió los brazos- a los brazos de Voldemort, el lugar al que perteneces. - Lucius se acercó y se abrazaron- Debes estar tan cómodo.
-Lo estoy- Lucius se acomodó para recostarse en él a lo largo del sofá usando los muslos de Voldemort como almohada. Mientras tanto el mago tenebroso le peinó los cabellos con la mano y con la otra le acarició el rostro.
“Mírate Lucius retozando rico en los brazos de Voldemort estanto este tan ocupado. ¿Pero qué haré contigo?”
Su Lucius estaría a salvo. Había logrado sacarlo de la red de mentiras y manipulación de la bruja esa. Se relajó.
Era cierto, su bomboncito quería ir al mundial de Quiddich la temporada pasada y no pudo hacerlo por quedarse a su lado. El mago tenebroso se pusó de pie, recogió el periódico del suelo, se lo dio a Lucius, se inclinó y le dio su beso en la frente. El mago le dedicó una sonrisa preciosa, Voldemort salió de la sala, Lucius espero unos instantes, sin saber a donde se dirigía Voldemort siguió leyendo el periódico.
Lord se dirigía a la cocina.
Su nene hermoso se merecía sus gustos y si quería leer el periódico, su trabajo era conseguírselo y servirle té, galletas, su cobija, la pipa y todo lo que quisiera.
Era obvio que el mago era feliz a su lado. Sí tenía planes en Knockturn, pero no era nada que no se pudiera dejar para después.
Se imaginaba una tarde muy interesante....
...-¿Quién es el mago más consentido en la faz de la tierra?
-..soy...ah...soy yo.
-¿Y por qué lo eres Lucius?
-¡Porque usted me consiente como me gusta!
-Así es.
-Ahhhhhhh! ¡LORD!-
*¬* Música para los oídos, su Lucius se merecía ser consentido todo lo que quisiera.
Voldemort volvió con las golosinas, usó Legeremancia para ver si captaba los pensamientos de Narcisa, sabía que estaba en la casa escondida como la alimaña que era. Se distrajo cuando un pensamiento de Lucius que se le hizo delicioso.
“Tom siempre fue muy atento y cariñoso incluso ahora, solía ser muy atractivo. ¡Ah claro que lo era! y aunque Lord se ve... se ve diferente yo lo amo”
Sin dudas se merecía ser consentido con premura...
“Claro que lo quiero, aunque a veces me asusta, supongo que todo lo horrible que ha vivido tiene que ver, se ha vuelto tan serio y reservado y con el tiempo se volvió un poco ¿Loco?...”
-¡¡¿Cómo que loco?!!
-¿Señor?- ¡Supo lo que pensaba!
-¿Loco yo? ¡Tu eres una sanguijuela!, ¡Me chupaste la juventud! no quieras pasar por víctima ¡Aquí la una víctima soy yo! ¡De tus patrañas, alborotos y abusos!, ¡De ti condenado que te atreviste a jugar con migo!, ¡Con mis sentimientos!, cada pieza de mí, tomaste cada partícula de mi ser y tras inspeccionarla y estudiarla jugaste con ella, jugaste y luego las rompiste, apretándola entre tus dedos. ¡Eso hiciste conmigo! y todavía te atreves a cuestionarme porqué, porqué esta obsesión, esta insana... ¡Pues es por tu culpa! si no hubieras... si no me hubieras hecho tan feliz... ¡Te lo ganaste, te lo mereces! ¡Así que hazte a la idea de que tu pequeño.... ¡De que no puedes deshacerte de mí!, ¡No puedes pedirme que te olvide, que te deje en paz!
Pudo notar como Voldemort apretaba los dientes y respiraba ruidosamente como un toro conteniéndose.
Lucius se incorporo, dejo el periódico y se acercó rápidamente al mago tenebroso, se colgó de él cruzando sus brazos alrededor de su cuello.
-No me dejó terminar lo que en realidad yo pienso. Yo pienso que con el tiempo se volvió un poco loco, pero que eso no cambia lo que siento por usted, tenerle así, frente a mí es como un sueño hecho realidad, lo amo mi Lord, con todo el corazón.
-no.. no me..
-No miento, lo sabe bien ¿O acaso miento?-
No hubo necesidad de leer la mente de Lucius. Era cierto, esos sentimientos solo podían provenir de él.
Permaneció con el ceño fruncido aunque con el color hasta las orejas.
Lucius posó sus labios sobre los de él y dio un sonoro beso.
-¿Sabe qué pienso?- lo abrazo y lo estrechó fuerte, miró su reloj de bolsillo- hay que aprovechar este tiempo que tenemos juntos, a veces... a veces quisiera pedirle que permaneciera más tiempo conmigo aunque entiendo que sus deberes son importantes – la mirada de Lucius tras esto último era triste, Voldemort pensó que tal vez, tal vez Lucius se sentía solo y por eso quería ignorarlo, ignorarlo para vengarse.
“Pero no puedo”- pensó el rubio.
Esa cara triste.
Sencillamente no podía contra esos ojos. Sonrió y lo estrechó, besó su mejilla.
-Ya era hora de que me lo pidieras- Lucius río tontamente.
Y allí estaban, en el dormitorio, Voldemort siendo víctima de unos movimientos de cadera sorprendentes que solo podían ser producto de mucha práctica.
-¡¡¡Si hiciste esto con Narcisa te mató!!!
-Claro que no, no sea absurdo -pero lo hacía tan bien y con tanto ritmo, Voldemort detesto pero al mismo tiempo lo gozaba, lo disfrutaba, ese vaivén y ritmo persistentes, se deshacía de gusto. No pudo más.
-¡Espera!- Este maldito lo iba a hacer venirse, ni duro. Maldito. -¡¡AAAHHH!!-
Trató de contenerse pero no pudo, su cuerpo se contrajo cuando la oleada de placer lo invadió.
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-¿Quién es el mago mas consentido de toda la Tierra?- preguntó Lucius al oído de Voldemort.
-Mnnnn yo.
-Ajá ¿Y por qué es así?
-Porque te tengo.
-Así es chuuuuuuu- El rubio besó la espalda del mago tenebroso que se moría de gusto.
Unos días después...
Voldemort regresaba de una misión tenebrosa y lo primero que vio al entrar a la casa Malfoy fue un sujetador.... (brasier)
Era de noche y todos los residentes o al menos la mayoría ya dormía pero eso no le impidió abrir de portazo el dormitorio, en busca de Lucius a quien destapó y sujeto por los hombros en busca de una explicación. El mago lo miró con unos ojos de aveda por despertarlo. Aterrado y temiendo las consecuencias de lo que había provocado, Voldemort lo arropó de nuevo y se acurrucó a su lado, lo llenó de besos. Ya tranquilo el rubio se durmió enseguida. Cuando corroboró que ya estaba en el séptimo sueño, el mago tenebroso levantó con la diestra el sostén purpura. Lo apretó con fuerza y lo rompió por la mitad tirándolo de los extremos, sus manos se prendieron en fuego y maldijo con todas sus fuerzas a la desgraciada y perra Narcisa ofrecida zorra buena para nada. No pegó pestaña imaginando de que forma destrozaría sus huesos. Y apenas amaneció iba directo a enfrentarla, llevando como prueba de su crimen lo poco que quedaba del brasier, estuvo a punto de entrar a la cocina donde la desgraciada se ocultaba cuando el mago tenebroso fue interrumpido por Rodolphus, Rodolphus Lestrange.
-Señor... ¿Puedo preguntar? ¿Qué hace con el sujetador de mi esposa?- Voldemort lo miró con una de esas que matan.
-¿De tu esposa?
-Lo extravió hace unos días y lo hemos estado buscando?- Voldemort miró el retazo de tela que llevaba en la mano intentando comprender su nuevo significado.
-¿El sostén de Bellatrix?
-ss sí señor- angustiado.
Voldemort lo soltó, se limpió las manos en la túnica asqueado y regresó al dormitorio que compartía con Lucius, se dejó caer a su lado y despertó hasta muy tarde. No tenía la certeza de, pero estaba convencido de que ¡¡¡Fue obra de esa bruja hacerlo quedar como imbécil!!!
Y pues si, todo fue obra de Narcisa, ella creía que si tenía que tenerlo en su casa y aguantarle sus berrinches y groserías lo mínimo que podía hacer era reírse un poco.
FIN.