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Poder Oculto por Pokelove91

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Notas del fanfic:

Hola, Feliz Noche de Brujas a todos mis amados lectores, publico desde ahora porque estaré demasiado ocupado mañana.

Espero pasen una noche de miedo y si les sirve de algo este fic para compartirlo en sus reuniones pues apóyenlo.

Saluditos.

 

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En era un chico triste y solitario que estudiaba como becario en una escuela de elite social. Su madre lo habia críado pero a raíz de una extraña enfermedad murió después de un tiempo. El castaño quedó a cargo de su padrastro el cuál le daba muy mal trato y no perdió oportunidad para deshacerse de él. Todos sus compañeros lo consideraban un chico extraño, a menudo se burlaban de él. Pero había un chico popular y muy lindo que llamaba su atención, su nombre era Yumoto Hakone. Yumoto era rubio con cabellos desordenados, tez blanca y unos hermosos ojos escarlata, además denotaba ternura y delicadeza y al contrario de En se trataba de un chico bastante extrovertido. 

Un día En iba distraído leyendo cuando de repente tropezó con uno de los chicos más insoportables de la escuela, su nombre era Atsushi.

-Fíjate por donde andas estúpido-le gritó el chico.

-Lo siento mucho, yo...no me fijé.

-Pero claro, si eres un tarado.

-Atsushi, creo que no lo hizo con intención, no lo molestes-intervino Yumoto.

-Yumoto, no te mezcles en esto, no vale la pena-agarró a En de la camisa.

-He dicho que lo dejes-lo empujó el jovencito.

-De acuerdo, no tienes por qué ponerte así-acarició su rostro.

-Déjame en paz.

En se marchó del lugar, estaba bastante alterado.

-¿Te sientes bien?-preguntó Yumoto.

-Si, gracias-sonrió nervioso-siento haberte metido en aprietos.

-No digas tonterías, Atsushi suele ser así.

-Parece que tu y el son algo cercanos.

-¿A qué te refieres?

-Ya sabes...como si fueran más que amigos, lo siento-se sonrojó-debo parecerte un idiota que se inmiscuye en tus asuntos.

-Un poco-lo miró gracioso-pero por otro lado pareces un buen chico, eres lindo-se sonrojó igual-no eres como Atsushi, él sólo piensa en si mismo.

-Gra..gracias, nunca me habñian dicho algo así.

-La fiesta de graduación será en unos días ¿te gustaría ir conmigo?

-Debes estar bromeando.

-¿Por qué?

-Bueno, tu eres un chico popular y además eres muy lindo y...somos hombres.

-Eres tan dulce-se lanzó al castaño dándole un dulce beso-te dejaré pensarte bien las cosas, nos vemos luego En-se despidió.

Al otro día el chico se veía muy contento dirigiéndose a la biblioteca, de pronto fue abordado violentamente por Atsushi y sus amigos.

-Suéltame por favor, no quiero más problemas contigo-decía suplicante.

-Entonces...¿por qué insistes en meterte con Yumoto? ¿no entiendes que él es sólo mío? quiero que te alejes de él ¿lo has entendido?-lo golpeó en el rostro.

-De acuerdo, ahora déjame en paz.

-Es tan cobarde-se burlaba Io, un secuaz del joven de lentes.

Yumoto buscó por todos lados a En por esos días sin poder ubicarlo.

-Me pregunto ¿qué habrá sucedido con aquel chico?-susurró en las canchas de fútbol.

-¿Por qué tan solitario?-interrumpió Atsushi.

-Nada, sólo pensaba un poco en algunas cosas, es todo.

-¿Irás a la graduación?

-Por supuesto.

-¿Te gustaría ir conmigo?

-No lo se...-se quedó pensativo.

-No seas quisquilloso-trató de besarlo.

-De acuerdo, pero sólo si dejas de hacer eso-se levantó-te veo mañana en la graduación.

Yumoto divisó a En por el pasillo.

-Oye-le llamó.

El chico salió corriendo.

-Ey, te estoy hablando-corría tras él-este tonto-finalmente lo alcanzó-¿acaso estás sordo?-gritó enojado.

-Lo mejor es que no nos sigamos viendo.

-¿Por qué?-lo miró extrañado.

-Porque tu sólo me traes problemas.

-Pero prometiste que iríamos juntos a la graduación y yo...te necesito.

-¿Cómo dices?

-Si, digo que te necesito-dijo con ojos llorosos-puede sonar estúpido pero yo...te necesito, las personas con las que ando siempre piensan en si misman, son tan frías y vanales, tu me haces sentir un calor especial, por eso me gusta estar contigo.

-Yumoto-susurró.

-No me importa que pase con Atsushi, ese idiota no podrá detenerme, sólo permite que vaya contigo a la graduación.

-De acuerdo, iremos juntos.

-Me siento complacido-sonrió-y...muy feliz En.

-Ese maldito-los miraba encolerizado Atsushi.

Al otro día la emoción por el baile de graduación era palpable, todos se habían puesto su mejor gala. En estaba bastante nervioso, se había puesto un smoking blanco, se veía muy guapo. De repente alguien golpeó a su puerta.

-Buenas noches-saludó sonriente Yumoto el cual vestía un traje negro-te ves muy bien.

-Igual tu-agachó su cabeza sonrojado-¿vamos?

-Por supuesto.

El ambiente estaba bastante animado, había un gran salón con miles de globos en el techo y un estilo muy elegante para celebrar la gala. Atsushi observó a lo lejos rabioso como Yumoto y En habían llegado tomados de la mano. Los comentarios no se hicieron esperar.

-¿Pero qué se ha creído ese infeliz?-apretaba sus puños fuerte-¿Cómo es que se atreve a retarme así?

-Será mejor que te calmes-dijo Io bebiendo un poco de ponche-recuerda que le tenemos una sorpresa al final de la noche.

-Tienes razón, que disfrute mientras pueda, lo que le sucederá luego jamás lo olvidará-sonrió perversamente.

La velada transcurrió en calma, los organizadores del evento hicieron una pausa para anunciar a los reyes de la velada.

-Bueno, basados en los votos de los asistentes y en el carisma que demostraron esta noche algunos de nuestros alumnos, debo anunciar que los ganadores a reyes del baile esta noche son...Yumoto Hakone y En Yufuin.

Los dos chicos se levantaron, En estaba tímido, no podía creer tal reconocimiento.

-Ganamos En, tu me diste la suerte-sonrió Yumoto.

-Puedo decir lo mismo.

Los chicos recibieron su premio y luego de un breve discurso comenzó a sonar una hermosa tonada.

-¿Te gustaría bailar conmigo?-dijo En.

-Por supuesto-se sonrojó-En, gracias por todo, me siento muy bien a tu lado-se recostó en su hombro.

-No, gracias a ti, me has demostrado que hay buenas cosas en las personas, siempre consideré que era bastante extraño para este mundo, incluso para amar a alguien, siempre pensé que siendo así, jamás podría encajar en ningún lado, pero tu Yumoto, me has dado un poco de esperanza, gracias-sonrió espontaneamente.

-Dices cosas muy extrañas, por cierto te ves más lindo cuando sonríes-susurró.

En ese instante En se lanzó hacia los labios del chico y lo beso frente a todos los asistentes.

-Esto no puede ser-gritó Atsushi histérico-infeliz, te voy a matar-corrió hasta los dos chicos.

-Atshushi, te dije que me dejaras en paz.

-No, tu no debes estar con este perdedor, elígeme a mi Yumoto.

-Déjalo en paz-gritó En-no te metas con yumoto o lo lamentarás sabandija.

-Como te atreves escoria-sacó un puñal de su pantalón-voy a acabar contigo-lo lanzó violentamente hacia el pecho de En sin notar que Yumoto atravesó su abdomen recibiendo el fatal golpe.

-Yumoto-gritó En-Yumoto, resiste-lo abrazaba.

-Maldición-salió corriendo del lugar.

-Descuida, yo sólo deseaba que algún día te sintieras mejor en un lugar tan cruel como este-susurró el rubio.

-Por favor, no me dejes.

-Lo siento, no podré cumplir esa promesa-salían lágrimas de sus ojos-te amo En-cerró sus ojos.

-No, no, puede ser-comenzó a sollozar-no es posible.

Todo el mundo murmuraba cosas horribles, En sentía que su cabeza iba a explotar, de pronto sus ojos se blanquearon.

-Cállense malditas alimañas-cuando En lanzó ese grito todas las mesas del lugar salieron a volar.

Todo el mundo estaba aterrorizado. El chico movió levemente sus manos y todas las salidas se bloquearon.

-Ustedes, son sus cómplices-susurró-ahora lo pagarán caro.

Hizo levitar a los dos compinches de Atsushi.

-Déjanos bajar por favor, te lo pedimos-gritaba Ryuu.

-No tendré piedad de ti, maldito-lo lanzó hacia un gran espejo que quedaba en el salón.

-Por favor, detente-gritaba con su rostro cortado-detente por favor.

El chico siguió estrellando con sus poderes sobrenaturales al chico una y otra vez en el espejo hasta que su rostro quedo completamente desfigurado.

-Yo no fui tan malo contigo, perdóname-gritó Io orinándose de miedo.

-Cierra tu sucia boca maldito-comenzó a partirse en dos-mierda mis cuerpo, por favor, no, no lo hagas-su piel se rompía poco a poco causando punzadas en su abdomen del desgarró que sufría-auxilio, ayuda, En eres un hijo de puta, auxilio-comenzó a vomitar sangre hasta que sus visceras comenzaron a salirse, el chico lo había partido en dos. Luego En lo obligó a meter las manos entre sus tripas para comenzar a sacarlas poco a poco-hora de un frenesí-lo hizo reventar sus intestinos, la sangre mezclada con mierda salían a borbotones-Voy por ti Atsushi-desquebrajó las columnas del lugar al salir.

El sitio comenzaba a colapsar, las redes eléctricas lanzaban chispas, todo era un completo caos, todos los asistentes gritaban horrorizados mientras veían como el recinto se venía sobre ellos ya que las puertas seguían bloqueadas.

En sacó el cadaver de Yumoto y miró con frialdad como se venía abajo el lugar con todas esas personas adentro.

Atsushi se encontraba en un vehículo a las afueras de la ciudad de repente el carro se desvió estrellándose contra un árbol.

-Maldita sea-escupió un poco de sangre, luego trató de abrir la puerta, por la ventana lo observaba En-infeliz, me alcanzaste-sonrió con locura-tu no puedes hacer nada ¿me entiendes? Yumoto no fue mio ni tampoco tuyo.

En levantó su mano y la comenzó a cerrar poco a poco, el carro del sujeto empezó a aplastarse.

-Mierda ¿que es todo esto?-observó horrorizado, intentó salir pero sus piernas quedaron atrapadas-hijo de perra, no podrás acabarme nunca.

En lo miraba con un odio visceral cerrando cada vez más su mano.

Las piernas de Atsushi se rompieron por la presión que ejercía En, sus huesos se trituraban sin piedad ante los gritos del chico el carro se contrajo más y más hasta que su torax colapsó quebrando sus costillas las cuáles perforaron sus pulmones, la sangre salí a borbotones de su boca. Su craneo se fracturaba poco a poco mientras el miserable sujeto obeservaba por un agujero como su horrible fin llegaba ante la borrosa visión de la muerte.

Muchas veces conocemos gente solitaria, callada, podemos llegar a ser crueles con estos individuos, pero ten cuidado, ellos pueden ocultar algo realmente aterrador y no querrás ser víctima de ello.

En se marchó de la escuela y nunca más se supo de él o del cadaver de su amado Yumoto.


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