Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

UNCONDITIONAL LOVE por DNA

[Reviews - 54]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del fanfic:

Bueno este es el pimer Fanfic Chenmin que escribo y espero les guste mucho jajajaja, como ya les había dicho sera algo corto a diferencia de lo que siempre hago además de que por esa misma razón solo actualizare una vez por semana, en este caso los domingos, espero de todo corazón que les guste así que, disfrútenlo~

Notas del capitulo:

Espero que les guste OuO

El primer día de clases luego de las vacaciones de verano siempre era el peor para Jongdae, odiaba levantarse temprano luego de haber pasado todas las vacaciones levantándose tarde o no levantándose de su cama si quiera, su cerebro se había olvidado de todo lo que había aprendido el año pasado y odiaba tanto cuando algún maestro decía “Esto lo vimos el año pasado jóvenes así que espero que lo recuerden bien”, no, él no recordaba nada que tuviese que ver con algebra del año pasado aunque tampoco era estúpido y estaba seguro que si revisaba sus notas del año pasado todo estaría bien, después de todo él era el genio entre aquellos mortales.

No tenía prisas por preocuparse mucho de todos modos, apenas era su segundo año de instituto y con apenas 16 años de edad se tomaba las cosas con mucha calma, todos se lo decían y no le importaba, todo era perfecto tal como estaba en ese momento.

-Gatito-escuchó el inconfundible llamado de su hermosa novia y se giró rápidamente dibujando la más grande de las sonrisas para recibirla.

-Liyin-saludo felizmente antes de abrazarla-¿Qué tal te fue?-le preguntó.

-Muy mal.

-¿Y eso?-preguntó curioso, sabía que no había sido el más excitante de los días pero tampoco era para tanto.

-Es que no compartimos ni una clase y eso no me gusta-dijo ella haciendo un adorable puchero.

-Eres tan linda-chilló como idiota antes de abrazarla-Y no tienes nada que preocuparte que tú gran novio te buscara todos los días en los recesos y también a la hora de la salida-prometió.

-Eres el mejor gatito-afirmó ella abrazándolo antes de besar suavemente sus labios-Bueno ya debo irme, hoy no podre irme contigo, mi madre quiere que la ayude con la tiende así que me iré directo a la florería.

-No te preocupes que nada le pasara a tu sensual novio-aseguró con su mejor sonrisa.

-Bien entonces…hasta mañana-se despidió ella con otro beso.

Jongdae no despegó su mirada de ella hasta la vio dar vuelta en la esquina y desaparecer por completo, suspiró como el idiota enamorado que era y se dispuso a emprender su camino a casa, su abuela debía estar esperándolo desde ya hacia una hora pero se había quedado un poco más tonteando con su mejor amigo, tal vez su abuela lo regañaría.

Caminaba tranquilamente por el parque que debía cruzar para llegar a casa cuando algo llamo su atención, un par de gatos se estaban peleando por algo no muy lejos de donde él estaba, escuchó un chillido y sin pensarlo se acerco a ver pensando que podrían estar atacando una pobre ardilla o ave pero era un muñeco de tela lo que estaban peleando ambos gatos.

No podía verlo bien debido a lo mucho que esos gatos estaban tironeando de él, respiro profundamente y sin pensarlo dos veces corrió a los gatos para poder salvar la vida del pobre muñequito vestido de azul pero sin explicárselo termino enredado en una pelea con ambos gatos.

Al final y después de muchos rasguños y mordidas de ambos felinos terminó vencedor logrando conseguir al muñeco, lo miró detenidamente durante un rato, era un muñeco de trapo, estaba vestidito con una camisetita de mangas largas de rayas rojas y blancas, usaba un overol azul, sus zapatitos eran blancos, sus ojos eran dos botones negros, su nariz una pequeña bolita en el centro de su cara redonda, su sonrisita estaba bordada con hilo de color negro, su cabello era de estambre color café claro y de él sobre salían un par de orejitas de mapache y sólo al ver sus orejitas noto la colita de mapache que también tenía.

-Que tierno-murmuró luego de ver bien al muñequito-Bien ahora… ¿quién perdió un muñeco?-preguntó en voz alta llamando la atención de los niños que estaban ahí jugando cerca-¿No es de nadie?-volvió a preguntar.

-Era de los gatitos pero tú se los quitaste-respondió una niñita con un puchero.

-No era de los gatos o bueno ellos lo tenían pero iban a romperlo así que lo salve niña, soy un héroe-sentenció mirando a la niña con aires de superioridad.

-¿Y si eres un héroe porque no te lo llevas también?-preguntó otro niño cruzándose de brazos.

-Pues eso hare, me llevare a MI nuevo muñeco y si es de alguien no me importa porque jamás lo volverá a ver-aseguró dando la media vuelta con su nuevo muñeco y con una sonrisa de superioridad en sus labios, estúpidos niños nadie le ganaba a “Jongdae el inmortal”.

Mientras caminaba a casa volvió a observar al pequeño muñeco en sus manos en busca de algo que le dijera de quien era o como se llamaba, se detuvo de golpe y se quedó mirando el camino con el ceño fruncido, pero que rayos pensaba, no era un perro como para que tuviera una placa con su nombre además ya era su muñeco así que podía llamarlo como se le antojara.

-Vemos-dijo mientras se llevaba una mano bajo la barbilla para pensar-¡Lo tengo!-celebró-Tú nombre será Baozi, tu cara se parece a uno-le explicó al muñeco mientras lo alzaba en el aire y de la nada uno de los ojitos de botón del pequeño muñeco se desprendió cayéndole en la cara-¡No, Baozi resiste!-chilló escandalosamente, buscó rápidamente el ojo de su nuevo juguete y salió corriendo en busca de su abuela para que lo ayudara a salvar su vida.

Al llegar a su hogar arrojó su mochila en el sofá y comenzó a correr por toda la casa llamando a su abuela con el muñeco en manos mientras gritaba algo de alguien muriendo, la pobre anciana se apresuró a ir en busca de su nieto esperando que estuviera bien ya que al escucharlo gritar así se había angustiado.

-Jongdae ¿qué pasa?-preguntó muy preocupada.

-Rápido abue tienes que hacer algo o morirá-dijo dramáticamente.

-¿Quién morirá, qué pasó Jongdae?-preguntó aun más alarmada.

-Baozi-respondió poniendo frente a la anciana mujer su muñeco sin un ojo-Se le cayó un ojo y podría morir-explicó.

La anciana mujer frunció el ceño y sin pensarlo dos veces le dio un bastonazo a su estúpido nieto que de inmediato se quejo exageradamente y llevo una de sus manos a su rodilla derecha mientras daba saltitos con su pierna sana.

-¡¿Por qué me golpeas con tu bastón?!-preguntó 

-Por idiota y no me hables de tú que no somos iguales mocoso mal educado-regañó.

-Obvio no somos iguales-respondió con una sonrisa burlona cruzándose de brazos.

-¿Qué insinúas?-cuestión aun con el ceño fruncido amenazando con golpearlo una vez más con su bastón

-No, nada abue-respondió de inmediato-Pero ya abue, ayúdeme con Baozi o morirá-suplicó con un feo puchero.

-Está bien-aceptó resignada-Tráeme mi canasta donde guardo las agujas y los hilos-pidió.

El pelinegro asintió enérgicamente y fue de inmediato a hacer lo que su abuela pedía, le entregó todo a su abuela y se quedó a su lado esperando a que le devolviera su muñeco con su ojo devuelta en su sitio, luego de varios minutos su abuela finalmente corto el hilo negro y le entregó a su lindo muñeco-mapache, una sonrisa se dibujo en sus labios antes de abrazar al pequeño muñeco con fuerza.

-Muchas gracias abuela.

-De nada Jongdae pero que sea la última vez que entras corriendo y gritando de esa forma, me diste un buen susto-regañó la mujer de cabello cano.

-Lo siento.

-Bien la cena pronto estará lista pero antes ve y báñate que hueles a gato-ordenó ella.

Jongdae asintió enérgicamente y subió las escaleras a toda prisa con su muñeco aun en brazos, dejó al muñeco sobre la cama y sin más se desnudo para meterse al baño, miró a su muñeco un momento y volvió a tomarlo en sus manos dándole una olfateada.

-Tú también hueles a gato… ¿sabes lo que significa?-le preguntó al muñeco como si este fuese a responderle-Exacto, baño de machos-respondió el mismo y sin más le quitó toda la ropa al muñeco.

Miró a todos lados decidiendo arrojar la ropa del su muñeco también a la cama junto con la de él, regresó su vista al muñeco notando entonces algo extraño, el muñeco se veía extraño de la cara, era como si estuviese rojo pero era él y nunca tomaba nada con la atención que debía así que se encogió de hombros decidiendo que eso era un estupidez y se lo llevó al baño con él.

Jongdae era raro y todos lo que lo conocían lo sabían pero si alguien supiera que Jongdae estaba en el baño con su muñeco y lo estaba bañando como si fuese una persona más pensarían que necesitaba de un psiquiátrico pero a Jongdae eso le daba igual y en cuanto termino de bañarse y de bañar a su muñeco salió de la tina envolviéndose en una toalla junto con él muñeco, se vistió solo con unos bóxers y una camiseta holgada que era lo único que usaba estando en casa con la excusa de que era más cómodo y que su abuela lo había visto desnudo desde bebé.

Miró a su muñeco y al no querer meterlo a la secadora opto por dejarlo envuelto en una toalla seca esperando que al subir se hubiese secado ya, lo cual probablemente hubiese sido imposible y estúpido pero era Jongdae asi que era algo de esperarse de él.

Su abuela apenas soportó lo mucho que su nieto hablaba pero se las ingeniaba para sonreírle en lugar de golpearlo con su bastón y tal vez era cruel decir que sintió mucho alivio cuando el menor se retiró a su habitación para hacer su tarea pero era la verdad, su nieto podía ser algo desesperante, era buen chico eso jamás lo podría en duda pero era algo insoportable.

Cuando Jongdae regresó a su habitación fue directo a Baozi para revisar que estuviera seco y contrario a cualquier lógica el muñeco estaba perfectamente seco, sonrió complacido ante su magnificencia y rápidamente recorrió la habitación con la mirada en busca de algo que pudiera usar para cubrir a su tierno muñeco ya que no podía estar todo el día desnudo y su ropa se encontraba en la lavandería, entre todo el desastre que había en el escritorio distingo aquel feo oso de peluche que Liyin le había obsequiado por su cumpleaños, claro que a su novia no le había dicho que era feo pero no importaba en ese momento.

Sonrió complacido y luego de olfatear al feo muñeco le quitó aquel ridículo vestidito blanco lleno de corazones rojos y rosas para ponérselo a su Baozi, miró con atención al muñeco sonriendo estúpidamente al notar lo bonito que le quedaba el trajecito.

Jongdae era el tipo de persona que cuando tenía algo nuevo se entusiasmaba con eso por días hasta el día que encontraba algo nuevo y por eso en esos momentos el pequeño muñeco-mapache sería el centro de su atención y era por eso que durante el resto del día no lo había dejado ni un sólo instante e incluso cuando se hizo de noche y llegó la hora de dormir se metió a la cama con el bonito muñeco abrazado a él.

La luz de la luna llena de esa noche se filtraba a través de la cortina blanca de la habitación del chico con sonrisa felina, el muchacho estaba totalmente dormido y roncando de una forma molesta, un par de grandes y expresivos ojos miraban con irritación al dormido joven, sus labios se apretaron rígidamente para así no gritarle y delatarse, estaba rojo como un tomate y sus manos apretaban el estúpido vestido blanco con corazones que el estúpido le había puesto, le sacó la lengua de forma infantil y con mucho cuidado de no hacer ruido caminó a la silla frente al desordenado escritorio del muchacho, lo miró con asco al notar que era una porquería total, suspiro resignado y luego tiró al suelo el montón de ropa que había en la silla giratoria y se sentó ahí.

Sus ojos se posaron nuevamente en el chico que ahora estaba más en el suelo que en la cama y bufó, como había terminado en manos de un idiota así, trató entonces de recordar su hogar pero no fue capaz de hacerlo, no podía recordarlo desde que se había perdido y la idea de jamás poder retornar a casa le provocaron unas casi incontrolables ganas de llorar, abrazó sus piernas a su pecho y cerró los ojos con fuerza, extrañaba su casa, fue su último pensamiento antes de poder dormirse.

Cuando el nuevo día llegó Jongdae se vio obligado a despertar con la escandalosa alarma de su celular, lloriqueó como un niño y se cubrió la cabeza con la almohada mientras gimoteaba y pataleaba en la cama, cuando la melodía se detuvo gruño suavemente y se obligo a sacar su cabeza de su escondite, odiaba tener que levantarse temprano, se levantó de la cama sintiendo como que algo le faltaba, miró a todos lados hasta que se topó con la silla giratoria de su escritorio y vio ahí a su pequeño muñeco.

-¿No había dormido contigo?-preguntó como si esperará que el muñeco respondiera.

-¡Jongdae se te hará tarde!-gritó su abuela desde el primer piso.

-Ya voy-respondió y luego llevo su mirada al muñeco.

Se encogió de hombros y se fue directo al baño para prepararse, salió luego de media hora desnudo paseándose en toda su gloria por su habitación buscando su uniforme, y unos bóxer limpios en medio de todo su caos, se acerco a la silla giratoria ya que a un lado de esta había un montón de ropa que bien podía ser ropa limpia.

-Oh, mi bello Baozi buenos días y lamento tanto haberte dejado dormir en esa fría silla-dijo abrazándolo con fuerza a su cuerpo aun desnudo, lo alzó para ver su tierna carita y luego de besarlo en una de sus mejillas lo dejó en su lugar para terminar de alistarse y salir hacia la escuela, no sin antes dejar a su muñeco sobre la cama en vez de la silla.

Pasó un rato hasta que la casa se quedara en completo silencio, una vez que no se oía absolutamente nada el pequeño muñeco comenzó a moverse poco a poco hasta que dejo de ser aquel pequeño muñeco y en su lugar había un hermoso chico de cabello castaño con la cara roja, el castaño tomó la almohada de Jongdae y se la puso sobre el rostro para gritar de rabia y vergüenza, ese tipo era un imbécil y un vulgar desvergonzado, sus labios estaban fruncidos en un pequeño puchero una vez alejó la almohada sintiéndose algo más desahogado.

-No soy ningún Baozi, me llamo Xiumin, X-I-U-M-I-N-dijo con el ceño fruncido aunque obviamente nadie más que él estaba escuchando su rabieta-Idiota-masculló.

Se levantó de la cama con mucho cuidado y con él mismo cuidado abrió la puerta de la habitación asomando solo un poco su cabeza asegurándose que no hubiera nadie, tenía que encontrar la lavandería ya que ese estúpido vestidito apenas le cubría el trasero y comenzaba a tener frio, salió con mucha cautela esperando que nadie lo viera y que encontrara la lavandería cuanto antes, era bueno que la ropa se adaptara a su cuerpo o seguramente en el proceso de cambio terminaría desnudo pero era lo de menos y quería su ropa y no el tonto vestido.

Caminó rápidamente por el largo pasillo buscando la lavandería la cual encontró en una de las ultimas puertas al fondo del pasillo, entró rápidamente y comenzó a buscar su ropa hasta que la halló y comenzó a dar saltitos de alegría, sujetó su ropa con ambas manos y la sacudió para hacer que recuperará su tamaño natural, sonrió felizmente y finalmente se apresuró a vestirse siendo realmente feliz cuando la mezclilla de su overol estuvo sobre su cuerpo, una vez ya vestido era momento ponerse a pensar, estaba en un lugar desconocido con un tipo que ignoraba su verdadera existencia y que era un imbécil, era claro que tenía que huir pero al no recordar absolutamente nada de su antiguo hogar no sabía a dónde ir.

Su mirada se volvió triste y se fijó en sus dedos que jugaban nerviosos entrelazándose entre sí, no podía quedarse ahí a menos que ese tipo lo aceptará pero revelarle todo a él sería como traición para su verdadero propietario y eso era inconcebible, no lo iba a hacer y bueno, por lo menos había tomado una decisión, inhalo aire y se acerco a la puerta para regresar a ese basurero que se suponía era una habitación, entre abrió la puerta deteniéndose justo a tiempo en que una anciana mujer pasaba frente a la puerta, la miró atentamente y una sola mirada lo hizo bajar la mirada con tristeza, ella se estaba marchitando ya.

Esperó un poco hasta que ella entró a su habitación y sin perder un segundo se escabulló a la habitación del idiota, una vez dentro la miró con detenimiento deteniéndose a revisar cada detalle, cada pieza de ropa en el suelo, los diversos posters en las paredes azul oscuro, el asqueroso escritorio casi totalmente cubierto de basura, la silla giratoria, la ventana cubierta por cortinas blanca, las repisas con discos, pequeños muñecos y libros todo muy mal colocado, la cómoda al lado de la cama que tenía una lámpara y un tazón con algo azul y viscoso dentro, la cama hecha una bola de sábanas verde oscuro y la puerta abierta que daba al baño al cual no se atrevió a entrar para conservar un poco de su salud mental.

Eso era el infierno, no recordaba de donde venía pero sin duda sabía que era mucho mejor que esa porquería, una cucaracha salió de debajo de la cama y se detuvo frente a él muy pero muy cerca para su gusto, esa cosa repugnante y rastrera lo miró y él la miró a ella durante largos dos minutos y podría jurar que esa cosa lo saludo, estuvo a segundos de gritar y saltó a la cama totalmente asqueado y muerto de miedo.

-No por favor-suplicó-No se acerque más asquerosa señora cucaracha-lloriqueó.

El insecto pareció apiadarse de él y simplemente desapareció bajo el escritorio, Xiumin se abrazó las piernas acurrucándose mejor en la cama, quería volver a casa porque aunque no recordaba ese lugar sabía que ahí era feliz y no tenía miedo como en ese lugar.

*****

Al final el segundo día de clases no fue diferente al primero, su novia todavía tenía que ayudar a sus padres con la florería y su amigo tenía la tarde ocupada así que nuevamente era solo él, al llegar a casa lo primero que hizo fue buscar a su abuela que le dio la bienvenida desde la cocina, la saludo con un beso en la mejilla y fue directo a su habitación para deshacerse del molesto uniforme.

-Hola baozi, regrese-le informó al muñeco al cual abrazó-¿Te portaste bien?-le preguntó recibiendo como respuesta sólo silencio que él tomó como una respuesta positiva-Ese es mi baozi-felicitó dándole como premio un beso en la frente y nuevamente noto él cambio en el tono de su cara.

Su mirada se volvió inquisitiva y pesada mientras ponía toda su atención en observar a ese pequeño muñeco sólo para fastidiarse a los treinta segundos dejándolo sobre la cama decidiendo que prefería bajar a comer sin imaginarse lo nervioso que se había puesto aquel pequeño muñeco ante su mirada.

*****

Los días pasaron rápidamente y nada pasaba realmente, Xiumin seguía en las mismas y lo único que podía hacer era aprovechar la ausencia de Jongdae para tomar su forma real y aburrirse a muerte toda la mañana y parte de la tarde, no estaba bien, cada día estaba más débil y comenzaba a tomarle más trabajo pasar a su forma humana, de seguir así iba a convertirse en un simple muñeco pronto, tenía que hacer algo cuanto antes.

Jongdae por su parte seguía con su monótona y aburrida rutina diaria, ese día luego de que terminara un aburrido día de clases se estaba preparando mentalmente para una tarde igual de aburrida, Liyin seguía ocupada con la florería y su mejor amigo siempre estaba ocupado también además que su abuela también iba a estar ausente hasta el día siguiente, caminó cansado hasta el supermercado porque aunque su abuela no iba a estar se había encarado de dejarle una lista de compras para ese día.

-Vieja bruja-refunfuñó mientras caminaba arrastrando los pies.

-¡Mi amor!-escuchó la inconfundible voz de Liyin y giró para verla pero lo que vio jamás lo hubiese esperado.

-¿Por qué tardaste tanto?-le preguntaba Jonghyun antes de besarla.

-Pero que dices, tarde porque quería verme muy linda para ti-respondió ella con su voz melosa, la misma con la cual solía hablarle a él.

-Pero que dices amor, tú siempre estas hermosa-otro beso.

Ella sonrió y lo abrazó al igual que Jonghyun la abrazaba para darle vueltas y entonces lo vio, la cara del que se decía su mejor amigo palideció, Liyin estaba por preguntar algo cuando también lo vio, Jongdae ni siquiera era capaz de moverse entonces, su corazón había quedado reducido a nada en el segundo que había visto a su novia y a su mejor amigo besándose, lo habían estado engañando y él ni lo había sospechado.

-Jongdae-llamó ella con la voz quebrada.

¿Ella iba a llorar?, no tenía derecho a hacerlo, la vio hacer un ademan de acercarse y retrocedió, dio la vuelta y salió corriendo sin ver atrás, las lágrimas le mojaban las mejillas y su corazón parecía quebrarse con cada latido, los odiaba, los odiaba con toda su alma.

Xiumin apenas tuvo tiempo de volver a tomar la forma de muñeco cuando escuchó la puerta principal cerrarse, esperó paciente en la cama a que Jongdae rompiera la paz y tranquilidad con su escandalosa voz pero ese día fue diferente y supo que algo andaba mal cuando él no lo saludó como de costumbre y simplemente se hecho en la cama boca abajo.

Temblaba débilmente y cuando giró su rostro en su dirección Xiumin sintió un fuerte dolor en el pecho, Jongdae estaba llorando.

-Era mi único amigo y ella...yo la amaba Baozi...los dos eran importantes para mi...entonces... ¿por qué, por qué me engañaron?-le preguntó pero no podía contestarle-¿Acaso no soy suficientemente bueno?

¡No digas eso, tú eres genial!

Estuvo tentado a gritarle pero permaneció inmóvil y mudo simplemente viéndolo llorar por horas, no paró en mucho tiempo y cuando parecía estar calmándose las lágrimas volvían peor que antes, se sentía un inútil sin poder hacer nada pero no podía involucrarse con Jongdae, no podía traicionar a su verdadero propietario.

Cerca de la media noche Jongdae ya estaba profundamente dormido y sólo entonces se atrevió a hacer algo, tomó su forma humana y con mucha cautela se acercó a Jongdae, limpió una solitaria lágrima que aún le mojaba el rostro y acarició su cabello con cuidado.

-Eres genial Jongdae, un idiota pero un idiota genial-susurró dibujando en sus labios una sonrisa.

-¿Eres un ángel?-la voz de Jongdae lo paralizo y por primera vez desde que estaba ahí sus ojos se conectaron con los del otro y lo único que pudo hacer fue negar con la cabeza, estaba perdido-¿Quién eres entonces?-preguntó nuevamente el adormilado chico.

-Soy tu unconditional friend-respondió con un suave murmullo.

-No sé que es eso pero...me recuerdas a mi Baozi-murmuró antes de dejar escapar una débil risita-Incluso tienes orejitas de mapache-rió y estiró su mano para tratar de tocar sus orejas.

-Xiumin, me llamó Xiumin-corrigió con una risita tomando la mano de Jongdae para dejarla quieta.

-Bien...mucho gusto Xiumin-sonrió también.

-Mucho gusto-dijo de vuelta-Ahora vuelve a dormir, yo cuidaré de ti está noche-prometió.

Jongdae asintió y de alguna forma consiguió recostar su cabeza en el regazo de ese desconocido y hermoso ser que no emitió ni una sola queja y continúo acariciando su cabello mandándolo lejos en un tranquilo y relajante sueño donde no existía Liyin, ni Jonghyun, un sueño donde sólo eran ellos dos sin nadie más.

Cuando sus ojos volvieron a abrirse se encontró solo en su cama abrazado a su lindo muñeco, se sentó en el colchón mirando a todos lados, todo estaba igual que siempre, tomó a su muñeco y lo alzó para verlo mejor esperando que este le dijera algo pero no fue así, todo había sido un sueño, un hermoso y maravilloso sueño, suspiró pesadamente volviendo a abrazar a su pequeño muñeco, estaba cansado aun cuando había estado en cama todo la tarde de ayer, se levantó y en ese preciso momento su celular sonó, lo tomó sin ánimos sintiendo que volvería a llorar al ver el contacto.

“Liyin”

Cortó la llamada y entonces se dio cuenta que tenía varios mensajes y llamadas de ella igual que de Jonghyun, suspiró pesadamente y sin más quitó la batería de su celular dejándolo todo sobre la mesa, no quería hablar con ellos más, era sábado así que no tenía que hacer nada importante más que quedarse encerrado en su casa sintiéndose miserable y traicionado, fue primero a su armario para sacarse el uniforme de la escuela que no se había quitado el día anterior y una vez que estuvo con ropa más cómoda su estomago rugió exigiendo comida porque aun cuando él no tuviese ganas de comer para su cuerpo eso era necesario y debía de hacerlo, dejó a su pequeño muñeco en la cama y salió de la habitación directo a la cocina para ver que comía.

En cuanto Jongdae se fue Xiumin puso todo su esfuerzo hasta poder tomar su forma humana, se levantó tambaleante de la cama para llegar a la puerta, quería hacer algo por él, lo que fuera pero apenas era capaz de mantenerse correctamente de pie, estaba empeorando ahora que Jongdae lo había visto, logró llegar a la puerta y la entre abrió solo para ver un poco, no veía a Jongdae y no estaba seguro de poder llegar a las escaleras y aunque lo hiciera no podía acercarse a Jongdae, se puso de pie una vez más para intentar regresar a la cama y a mitad de camino cayó dolorosamente al suelo provocando un fuerte sonido al llevarse con él la cómoda junto a la cama.

Jongdae trataba de comerse su estúpido cereal cuando escuchó un fuerte golpe en la segunda planta de la habitación que debía estar vacía entonces, se levantó vacilante de la silla que ocupaba y armándose con un cuchillo de la concina, caminó sigilosamente hasta el segundo piso, podría ser un ladrón y tal vez debía llamar a la policía pero primero revisaría, caminó de puntitas hasta su habitación y encontró la puerta entre abierta, tragó duro antes de acercar su rostros a la pequeña abertura y revisar el interior de la habitación, no vio nada y fue entonces que abrió la puerta de golpe sólo para encontrar la habitación vacía, la cómoda estaba en el suelo, había un tazón volcado en el suelo también, la lámpara estaba rota y baozi estaba a su lado.

-Pero que…-no entendía nada, se rascó la nuca confundido hasta que escuchó un maullido, era el gato de su vecina y entonces suspiró, había dejado la ventana abierta y ese tonto gato siempre que veía la ventana abierta se metía a su habitación, seguramente era el culpable de todo-¿Ese gato feo trato de llevarte pequeño Baozi?-le preguntó a su muñequito al levantarlo del suelo-No te preocupes aquí estoy yo para protegerte-prometió antes de abrazarlo.

Levantó la cómoda regresándola a su posición original y salió con su muñeco en brazos no sin antes cerrar la ventana, la tarde le parecía realmente aburrida y en la televisión lo único que había eran programas sobre enamorados, el universo debía de estar conspirando en su contra, apagó el televisor hundiéndose en el sofá, ahora sin Liyin y Jonghyun estaría solo, ya no tenía novia y mucho menos amigo, eso apestaba, desvió su mirada a su lado donde su muñeco estaba sentado y decidió que no tenía que ser así, él tenía un amigo, tenía a Baozi y eso era suficiente, no necesitaba a nadie más, si era su pequeño muñeco nadie iba a lastimarlo ni a traicionarlo nunca más, era patético si pero le daba igual.

-Vamos baozi, iremos de compras-anunció levantándose del sofá y tomando a su muñeco para salir a comprar lo que su abuela le había pedido que comprara.

Salió a toda velocidad en su bicicleta con Baozi en la canasta de enfrente, sintiendo como el aire le acariciaba el rostro por lo rápido que iba, la bicicleta dio un rápido giró y su pequeño Baozi casi sale volando a lo cual él se rió descontroladamente.

-Sostente fuerte baozi-le dijo pero por la cabeza de su muñeco lo único que podía pasar era la idea de asesinar a Jongdae mientras dormía por poner su integridad física en riesgo.

Cuando finalmente llegaron al súper Jongdae volvió a abrazarlo y luego de tomar uno de los carritos lo coloco sobre el espacio donde las señoras solían poner a sus hijos pequeños, no tardaron mucho en comprar todo lo que su abuela había pedido y en poco tiempo estuvieron de vuelta en casa, Jongdae estaba acomodando todas las compras en su respectivo sitio, lo había dejado sentado sobre la mesa observando cada movimiento que hacia sin parar de hablar, era irritante pero estaba bien, ese era el Jongdae que quería ver.

Todo pareció cambiar a partir de ese día y Xiumin se descubrió cada día ansioso porque  Jongdae regresara de la escuela, cuando el llegaba inmediatamente iba a buscarlo para pasar todo el día con él, jugaba con él, hablaba todo el tiempo con él importándole nada no recibir respuesta, comía junto a él, veían televisión juntos, salían juntos e incluso Jongdae le había cantado una vez, tenía una voz hermosa y gracias a eso Xiumin cada día estaba mejor y mejor, pronto tendría toda su energía de vuelta y entonces podría presentarse ante Jongdae tal y como era.

Jongdae sabía que todo lo que hacía era raro pero era su forma de pasar aquella decepción y superar aquel problema, y sí, admitía que adoraba pasar tiempo con ese pequeño muñeco, había algo en él que lo hacía sentirse escuchado y comprendido aun cuando cada vez que le hablaba este no le contestaba, no se sentía solo estando con su muñeco, de alguna forma era como si él en verdad estuviese vivo, su abuela encontraba rara la actitud de su nieto que no le había contado nada pero sabía que su extraña actitud y apego a ese muñequito eran de alguna forma una forma que su nieto tenía para salir adelante y no dejarse caer fuera cual fuera su problema así que estaba bien e inclusa ella llegaba a hablar con aquel muñeco cuando estaban los tres juntos cosa que Jongdae internamente agradecía porque de esa forma no se sentía tan idiota.

*****

Habían pasado ya cuatro semanas luego de su ruptura con Liyin y su mejor amigo, no le hablaba a ninguno, ni siquiera los miraba cuando ellos trataban de acercarse a él pero era lo mejor, no los quería cerca, ese día apenas era lunes y él lamentaba eso deseando que fuese viernes, se había divertido mucho el fin de semana con Baozi y quería regresar con él.

-Muy bien chicos hoy se incorpora una nueva alumna a la que espero que traten muy bien, ella se acaba de mudar así que sean amables-dijo la profesora de inglés-Ya puedes pasar-le indicó a la recién llegada.

El corazón de Jongdae dio un brinco y luego comenzó a latir locamente con solo ve la hermosa rubia que entró al salón, su hermosa sonrisa pareció iluminar toda la habitación haciendo que su rostro fuese mucho más bello de lo que ya lo era.

-Me llamó Sunny y espero que podamos ser todos muy buenos amigos-dijo ella con la  voz más bonita que había escuchado nunca.

-Muy bien puedes tomar asiento en...ahí junto a Jongdae-indicó la profesora, ella asintió y cuando ella comenzó a acercarse su corazón parecía estar a punto de explotar.

Ella ocupó la banca a su lado y al notar como la miraba le sonrió, Jongdae se sonrojó y apartó la mirada rápidamente regresando su atención a su cuaderno, la miró de reojo antes de sonreír como un estúpido, tal vez eso era una buena señal.

En cuanto el descanso comenzó se armó de valor para hablarle pero alguien ya se había adelantado a sus planes y se encontró retirándose silenciosamente, compró un sándwich y un jugo antes de ir a su lugar favorito en la escuela, el viento meció sus cabellos cuando salió a la azotea, le fascinaba estar ahí porque la vista era maravillosa.

-La vista aquí es muy bonita-escuchó decir a alguien más y casi se atraganto con su comida, se limpio la boca y giró encontrándose con la hermosa imagen de ella.

-Su-Sunny-tartamudeo.

-Hola-su sonrisa le aceleró el corazón y lo hizo sentir torpe.

-Yo...

-Lamento haberte seguido pero me sentía muy acosada allá y pensé que tal vez sí te seguía podría escapar-explicó tímidamente.

-No…está bien, nadie más que yo sube aquí de cualquier forma-aseguró.

-Bueno...creo que elegí un buen escondite entonces-ambos sonrieron antes de soltar una suave risita.

Sin duda la llegada de Sunny era la primera cosa buena que le pasaba en días y por fin podría sonreír como antes, su abuela iba estar muy feliz.

*****

No lo entendía, todo había estado tan bien antes pero ahora, ahora todo estaba cada vez peor, Jongdae se había olvidado ya de él y ahora todo estaba volviendo a ser lo de antes, Jongdae ya nunca estaba a casa porque después de clases siempre salía, ya no le hablaba, lo había dejado en un sucio rincón de la habitación, era muy consciente que era su culpa por no decirle nada a Jongdae y ahora por más que deseara no podía porque apenas tenía fuerza para tomar su forma humana además de su obvia ausencia, era sábado y estaba solo en casa, apenas pudo conseguir la transformación y con sus piernas temblorosas fue hasta el baño para lavarse la cara en un intento de calmar la horrible sensación que sentía recorriéndole el cuerpo, se miró al espejo y se asusto, estaba blanco como un papel, gotas de sudor que se sentía helado en su piel le recorrían el rostro hasta empapar ese horrible vestidito que Jongdae le había vuelto a poner, un agudo dolor se instaló en uno de sus costados haciéndolo gritar y comenzar a llorar.

Sus temblorosas mano viajaron hasta el final del feo vestidito tirando de él  para ver porque el costado le dolía tanto, tiro con tan rápido y fuerte que la tela se desgarro, miedo fue poco para lo que sintió cuando vio la enorme grieta que había en aquel lugar, se estaba rompiendo y no sabía por qué.

Las paredes a su alrededor comenzaron a volverse pequeñas como sí trataran de aplastarlo, salió del baño a tropezones, estaba hiperventilando y las lágrimas no se iba, dolía, punzaba y lo peor, no se detenía aumentando cada vez más y más, el suelo parecía moverse con violencia y las paredes de la habitación aún querían aplastarlo, salió de la habitación de Jongdae y finalmente sus piernas dejaron de moverse haciéndolo caer al suelo mientras el suelo crujía bajo su cuerpo que se arrastraba para salir de ahí, miró al frente muerto de miedo y como si fuera un rayo de luz Jongdae estaba ahí mirándolo.

El pelinegro no daba crédito a lo que veía, acaba de llegar a casa cuando escuchó mucho ruido en la segunda planta de su casa, había corrido a ver que pasaba imaginando que podía ser su abuela que necesitará ayuda pero lo que había encontrado era él cuerpo del chico de sus sueños arrastrándose como si fuera un muñeco de mecánico mientras las escenas más horribles de la película “La maldición” llegaban  su cabeza una tras otra al ver como se movía ese chico en el suelo, estuvo a punto de gritar pero su voz se atoró en su garganta cuando lo vio estirar su mano hacia él con él rostro bañado en lágrimas y una mirada de puro miedo.

-A...ayuda-suplicó.

-¡Xiumin!-exclamo en cuanto recuperó su voz y corrió hasta él tomándolo en sus brazos-¡Xiumin dime algo, no sé que hacer, ¿qué hago?!-preguntó alterado.

-N-no…me...de-dejes-su débil mano sujeto la camiseta que usaba durante unos segundos para luego caer inerte a su lado.

-¡Xiumin, Xiumin!

Notas finales:

Bueno eso ha sido el primer capitulo que espero les haya gustado, dejen sus RW para saber si fue así que recuerden que sus bellos RW son me hacen muy feliz y si soy feliz habrá más capitulos jajajaja, y bueno, sin nada más que decir hasta el domingo, bye bye OuO


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).