Deja que hable,
Deja que hoy te cuente,
Como quema que te vayas,
Entre lágrimas me duele.
-¿Qué ocurre?... ¿Por qué Kiku me ha estado ignorando?.- Camine a mi alrededor, notando que todo, estaba ligeramente difuso, borroso, y no recordaba el minuto ni en que momento, había llegado allí.
Déjame verte,
Una despedida,
Y ya me quedo en este Infierno,
Al ver que hoy me olvidas...
-¡Kiku!.- grite al verle, sin embargo, él no me oía, no sé porqué, pero en ese momento, me entro angustia, un dolor al costado de mi estómago, y muy cercano a mi pecho.
Parale los pies a ese reloj que nos controla,
Que no nos deja ser,
Que apague el sol de una vez...
"Que el tiempo se pare... por favor... dime que esto es mentira... Kiku... ¡Kiku!" ésta vez, trate de gritar, sin embargo, mi voz no permitía emitir frecuencia alguna, la angustia se hizo mayor, al poder contemplar a lo lejos, a ese griego.
Él sin dudas alguna, me intimidaba, más aún, al saber que estaba interesado en mi amante.
Recuérdame,
Ahora que ya decidiste ir con él.
-¿Me has reemplazado por él?... decidiste ir a su lado... ¿Pero no al mío?... ¿Que tipo de humano eres, Kiku Honda?.- grité enfadado... aún así, él no me oía... ¿Y sí todo era sólo, un difuso sueño?.
Que sea lo que deba ser,
Aunque a mi me toque perder...
-¿D-de verdad necesitas más al griego, que a mi?.- volví a preguntar, estando conciente, de que quizás no respondería... odio las pesadillas.
Recuérdame,
Ahora que tú piel ya se fundió con su piel,
su mundo gira entorno a ti,
Y tú no piensas volver...
-He-heracles-san...- escuche su voz alterada... ¿¡Qué le estaba haciendo, a mi japonés!?.
-Tranquilo... Kiku... todo pasara...- vi como lo cogía de la barbilla, tal y como yo lo hacía, cada vez que iba a besarle...
¿Dónde te marchas?,
¿Dónde piensas irte?,
Vayas donde vayas sé,
que ya no voy a perseguirte.
-¿Por qué, no me lo dijiste, simplemente?.- suspiré ataviado. -simplemente, ya no estaré tras de ti.- ¿Por qué digo todas esas horribles cosas?... ¿Él siquiera puede oírme?.
¿Cuánto le amas?,
¿Besa como beso?,
Dime que aún no te ha tocado,
Como lo hicieron mis dedos...
"¿Le amas mucho?, ¿besará con la misma pasión y amor, como te besaba yo?..." todas esas preguntas alborotaban mi mente, mi japonés, engañandome frente a mis ojos, y lo peor es que no sentía mi intimidante presencia... "¿Será como yo, cuando le acariciaba los cabellos?... espero que no haya acariciado con tanta suavidad y egoísmo, lo que fue y es mío."
Parale los pies a ese reloj que nos controla,
Que no nos deja ser,
Que apague el sol de una vez.
cada vez, el ritmo de esas caricias aumentabamn, escuchaba a Kiku, Su agitada respiración... estaba preocupado por algo, y ese pensamiento hacía perder la compostura de mi dulce nipón de ojos cacao.
Recuérdame,
ahora que ya decidiste ir con él,
Que sea lo que deba ser, Aunque a mi me toque perder.
"¿Esto es lo típico «Sí amas algo déjalo ir»?." cuestionaba a mi mente, que taladraba mil y un formas, de dejar a aquel griego echo pedazos.
Recuérdame,
ahora que tú piel ya se fundió con su piel,
su mundo gira entorno a ti,
Y tú no piensas volver.
"¿¡Por qué!? de todas las personas... ¿¡Por qué precisamente tú!?"
Sí supieras la agonía,
Decir adiós perderte,
Y no volver a verte más.
-He.. heracles-san... le exigiré más respeto de su parte...- "¿¡Se da a respetar, después de embaucarme con aquel tipo!?" me interrogue mentalmente.
-Debe entender... que es una etapa delicada...- comentó bajando la vista... claro, a él le coquetea, pero a mi jamás-
-¿Usted cree que es fácil, superar que haya muerto Arthur-san?... Yo en serio... no puedo aceptarlo.- bajó la mirada triste... yo sólo enmudecí. ¿Estaba muerto? ¿Era sólo un ente entre ellos?.
Sí pudieras revivirme,
Prometeme buscarme como una vez lo hiciste.
-¿Y que pasaría... sí Arthur reencarnara?... ¿Lo volverías... a buscar?.- preguntó el idiota, con su voz serena.
-Por supuesto... le prometo al cielo y las estrellas... que sí nos volvemos a ver... seguiré a su lado.- comentó alejándose de la molestia presencia griega.
¿Por qué te vas?,
Sí yo me pierdo,
Mi cuerpo entero,
En llamas...
-Pero... puedes darme... oportunidad en ésta vida...- musitó insinuante... ¿Qué tan desagradable, podía ser?.
Hervían mis nervios... odio los celos.
Recuérdame,
ahora que ya decidiste ir con él,
Que sea lo que deba ser, Aunque a mi me toque perder.
Al notar el silencio, el de verdes ojos volvió a hablar.
-¿Siquiera... sientes algo por mi?.- preguntó. Mi amante dudo un poco.
-puedo intentarlo.- y esbozó una cálida sonrisa.
"¿Entonces, todo se reduce, a que debo renunciar a ti?." pensé totalmente destrozado.
Recuérdame,
Ahora que tú piel ya se fundió con con su piel,
su mundo gira entorno a ti,
Y tú no piensas volver.
-Entonces... vámonos.- le dijo el griego demandante.
-Como guste... Heracles-san...- respondió algo inquieto.
No puedo culparlo... no recuerdo cuando, como, o donde fallecí, pero debo verle feliz, deseo verle feliz.
Sí mi amado Kiku, pudiera escucharme... sólo le diría:
"Se feliz, y vive lo que juntos, no pudimos disfrutar... pero lo que más te pido... es que ames a alguien más, que mi ente no te persiga, que aprendas a vivir con los recuerdos... y por favor... Recuérdame."